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UN TABÚ

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FETICCIO

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UN TABÚ DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS

"El sexo también se ha convertido en un acto social donde se produce intercambio de afecto o placer."

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La concepción que tenemos de la sexualidad está determinada por el adoctrinamiento religioso y político, que marcan lo correcto o incorrecto en la libertad de elección. No obstante depende de cada uno, nuestro contexto cultural, el tema de frases ancladas en nuestra realidad familiar, los valores o el cómo manejemos e interpretamos la información. Lo relevante es la preparación, decisión personal y seguridad ante ello. Para algunos profesionales “el moralismo es el mayor enemigo” de una sexualidad sana, en la que lo importante no es el tipo de actos que se practiquen, sino la asunción de la responsabilidad que estos conllevan y el respeto mutuo y de los demás. El sexo se convierte en algo controvertido “cuando lo negamos” o “se rechaza”, y por eso “cuánto más se adoctrina más se invita a las personas a rebelarse” La mejor forma de asumir este acto es con información y comunicación. Estar consciente de lo que se hace, y aunque haya parámetros que dependerán mucho de nuestros estándares familiares y sociales a los que haya estado expuesto. Este grado de intimidad es una decisión personal. Respaldo de una intención positiva.

¿Cómo puede ser que algo tan alucinante sea censurado?

Existe una dificultad tremenda para transmitir información sobre esta temática. Vivimos en una doble moral. Nos bombardean constantemente con imágenes bastante sexualizadas que nos hacen creer que el sexo debe de ser algo “perfecto” y únicamente con aquella persona que planeas pasar el resto de tu vida”. Cuando la realidad es totalmente diferente. Debemos charlar y visibiliza todas las

Esto tiene una explicación. Resulta que el sexo es uno de los elementos de control social más importantes:

si todo el mundo ve el placer del mismo modo, es mucho más fácil manipular a las personas porque todo el mundo piensa igual. Por lo tanto, en un sistema consumista será mucho más fácil vender cosas a través de lo ‘prohibido’, lo ‘privado’, lo ‘deseado’. Si las personas no hablan sobre sexo o sienten vergüenza por ello, no podrán hacer fuerza para cambiar lo establecido y seguirán metiéndonos en la cabeza cómo tenemos que actuar y ser. ¿Tiene lógica, verdad? Por eso, es tan importante utilizar el sexo como herramienta de liberación. Debemos charlar y visibilizar todas las alternativas. De ese modo estaremos rompiendo con uno de los elementos de control más importantes y conectan-

do nuevamente con nuestra naturaleza. En nuestra sociedad, explica Darder, «el patriarcado supone que la mujer no tiene deseo, cuando en realidad tiene muchos órganos para sentir placer».

«El sexo, algo tan natural que sirve para el placer y para la reproducción, se convirtió en un tema tabú y que sólo podía ser disfrutado por hombres. Se creo una imagen errónea, la de las relaciones sexuales como algo malo que se practicaban normalmente por la noche y si había tiempo; como si fuese algo secundario», añade. «Se trata del patrón dominante-dominada. El cual es de mucha importancia romper y quitar de la mente de todos.

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