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AÑOS DE UN PECULIAR VIERNES SANTO

En la vida de las hermandades y a lo largo del tiempo se suceden hechos que por su excepcionalidad, pueden considerarse como históricos y así podría calificarse el acontecimiento que nos ocupa como fue aquel Viernes Santo del año 1998.

Vivía por entonces la Semana Santa de nuestro pueblo una de sus etapas más brillantes con el renacimiento que poco tiempo antes, la juventud había hecho posible incorporándose activamente a las corporaciones que hasta entonces languidecían, llegándose incluso a temer por la continuidad de las mismas.

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Un claro ejemplo de ello fue la puesta en escena de nuestra hermandad en la calle que en apenas cinco años, pasó de un exiguo cortejo de nazarenos integrado casi exclusivamente por niños que portaban unas pequeñas velas, a unas extensas filas de medio centenar de penitentes alumbrando con sus faroles de mano. Y que decir del Señor y su trono, ambos restaurados y remodelados, dejando atrás las ruedas para ser portado por treinta anderos. Centrándonos ya en el tema que nos ocupa, llegamos a la Semana Santa del año 1998 donde la lluvia hizo acto de presencia en la noche del Jueves Santo, imposibilitando la salida procesional de nuestra hermandad.

La junta comunicaba dicha decisión a los hermanos en un abarrotado salón parroquial, anunciando que a continuación se iba a proceder al rezo del Santo Vía Crucis en el interior del templo.

Estando en esta situación, D. Juan Antonio Lozano presidente de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno, solicitó la palabra y expuso la propuesta de que el Cristo de la Expiración procesionara en la mañana del Viernes Santo junto a su Cofradía del Nazareno y a la Virgen de los Dolores.

Dicha idea se rechazó en un primer momento por las dificultades que la misma conllevaba (no se disponía de acompañamiento musical y las flores del trono debían pasar al del Nazareno), pero tras consultar su disponibilidad a los hermanos y especialmente a los anderos, estos mostraron su conformidad, tomándose definitivamente la determinación de procesionar al día siguiente.

Respecto a las dificultades anteriormente comentadas, el Señor saldría en silencio y en rela- ción a los claveles rojos del exorno floral, se repartieron entre ambos pasos, además de buscar “a prisa y corriendo” todos los que se pudieron en las floristerías del pueblo.

Y así llegamos a aquella mañana del Viernes Santo en la que tuvo lugar esta “extraordinaria” procesión en la que se unieron las tres corporaciones penitenciales de la parroquia de San Juan Bautista.

Ntro Padre Jesús Nazareno abría el cortejo estrenando un nuevo paso portado a costal y acompañado musicalmente por la banda de cornetas y tambores de Ntra. Sra. De las Angustias de Porcuna.

Seguidamente y a los sones de la marcha “la Saeta” salió el Cristo de la Expiración a hombros de sus anderos, cerrando la comitiva Ntra. Sra. De los Dolores en su “carro procesional” acompañada por la “Lira Urgavonense”.

Cabe reseñar que los cofrades no pararon de mirar al cielo durante gran parte del recorrido ya que amenazaba lluvia, la cual acabó apareciendo tímidamente cuando ya de recogida el cortejo transcurría por la calle Profesor Laguna, llegándose a cubrir al crucificado con un plástico que finalmente le sería retirado antes de su entrada en San Juan.

Así fue como sucedió este hecho “excepcional e histórico” que fue posible gracias a la generosidad de la Hermandad del Nazareno y del cual se cumplen en este 2023, veinticinco años del mismo.

Para todo aquel que tenga interés, existe un vídeo de dicha procesión realizado por nuestro hermano Antonio García Fernández, que puede visualizarse en Youtube escribiendo en el buscador de dicha web “Procesión Cristo de la Expiración de Arjona (Jaén). Año 1998”. .