Jesús resucita a la hiJa de Jairo

Mientras tanto, algunos hombres de la casa de Jairo llegaron para decirle que ya era demasiado tarde, que su hija había muerto. Jesús le dijo a Jairo: “No temas, solamente cree”. Cuando Jesús llegó a la casa de Jairo, les dijo a los dolientes que la niña no estaba muerta, sino que dormía. Pero los dolientes se rieron de él porque sabían que la niña estaba muerta.

Jesús tomó de la mano a la niña y le dijo: “Niña, levántate”. Y ella se levantó de la cama y comenzó a caminar. Todos se sorprendieron y se llenaron de alegría. Jairo estaba muy feliz porque Jesús había sanado a su hija.

Así, Jesús hizo dos milagros en un solo día, sanó a una mujer enferma y resucitó a una niña muerta.

Jesús, a través de sus milagros, nos enseña muchas cosas importantes. Podemos aprender sobre su amor, su compasión, su poder y su capacidad para ayudarnos en tiempos de necesidad. También podemos aprender sobre la importancia de la fe, la humildad, la confianza en Dios y el amor hacia los demás.

En la historia de la curación de la mujer enferma y la resurrección de la hija de Jairo, Jesús nos muestra su amor y compasión hacia aquellos que sufren. Él no sólo curó a la mujer enferma y resucitó a la hija de Jairo, sino que también se tomó el tiempo para consolar y tranquilizar a los que estaban preocupados por ellas. Jesús nos enseña a ser compasivos y a mostrar amor hacia los demás, especialmente hacia aquellos que están pasando por momentos difíciles.

En general, a través de estos milagros, Jesús nos enseña sobre su amor, su poder, su capacidad para proveernos y su deseo de ayudarnos. Nos invita a tener fe en Él, a ser compasivos y amorosos hacia los demás, a confiar en su protección y a compartir lo que tenemos con los demás.