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JETCLAY: UNA RED DE IMPRESO- RAS 3D REPLICABLES

“Antes para hacer algo así todo era un amasijo de cables y había que tener cuidado con el barro y la electricidad”, cuenta el creador, “los artistas no quieren intermediarios, prefieren trabajar ellos mismos y esta herramienta les aporta libertad y cercanía”. Así convence a muchos artistas escépticos que antes se negaban a trabajar con materiales sintéticos como termoplásticos. La calidez de la arcilla, su maleabilidad y sus imperfecciones animan a probar esta técnica híbrida que abre un nuevo abanico de posibilidades. Japi agradece a la comunidad haber podido llevar a cabo este proyecto, del que se considera “un simple chef”. Con ese espíritu participaron artistas y perfiles creativos muy diferentes en el taller, creando sus propias obras con Mertxe y los conocimientos de Japi. Mentes curiosas e inquietas procedentes de distintos ámbitos profesionales, que se juntaron en nuestro espacio durante quince días agitados, divertidos y productivos. Las ganas de aprender nuevas técnicas y de compartir experiencias les hicieron mancharse las manos moldeando figuras que creíamos imposibles.
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ARQUIMAÑA
(Iñaki Albistur y Raquel Ares, Donosti)
Estudio de arquitectura, diseño y fabricación digital de Donosti. “Nos interesa aprender sobre la cerámica como material y sus posibilidades para incorporarla a lo que hacemos habitualmente”, señalan sus impulsores, Iñaki Albistur y Raquel Ares. Pioneros en el uso de herramientas de fabricación digital en el norte de España, cuentan desde 2011 con un espacio propio donde fabrican de manera local diseños para espacios como el Guggenheim o Tabakalera. Su último trabajo, Open Bike, ha sido expuesto en el pabellón España de la Bienal de Venecia de 2021 y en la exposición Cities, Craft/Digital de la SBAU 2021, Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Seúl. En el Bootcamp diseñaron una jarra de txakoli típica de Bizkaia. www.xn--arquimaa-j3a.com
XAVIER BUTCHER
(Dinamarca)
“Me encanta probar diferentes medios y formatos a los que aportar mi estilo”, señala Xavier Butcher, un diseñador gráfico australiano afincado en Dinamarca. Por eso podemos ver su trabajo en libros, en apps, en papeleras, en botellas de cerveza, en fotografías o hasta en dados, entre otras muchas cosas. Una de las obras de las que se siente más orgulloso es un libro desplegable sobre la misión de la NASA explorando Marte con Curiosity. Una curiosidad que él mismo aplica en todos sus proyectos, como en el recipiente con cuatro caras de Buda que desarrolló aquí o una mano porta-inciensos. www.xavierbutcher.com


STUDIO PETIT MULLER
(Andrea Petit y Alexis Muller, Bilbao)
Andrea Petit y Alexis Muller son los fundadores de Studio Petit Muller, que abandonaron París en 2017 para crear este estudio de diseño de interiores ubicado en la Antigua Fábrica de Galletas de Zorrozaurre.
“Nos centramos en el diseño de productos y espacios destinados a mejorar nuestros lugares de vida personales y profesionales en un proceso de producción local y artesanal”, afirman. Este estudio de creación y artesanía trabaja la tapicería de muebles, la madera, los textiles y también los metales. En el Bootcamp diseñaron una sencilla pieza titulada Black Mirror para mantener aceite de coche usado y mostrarlo a modo de espejo en el que reflejarnos frente a nuestros residuos no reciclables. www.studiopetitmuller.com

EUKA ESTUDIO
(Tony Gutiérrez, México)
Euka Estudio es un estudio de Biodiseño y sostenibilidad de México. Tony Gutiérrez, de nacionalidad hispano-mexicana, vino desde San Luis Potosí, México, para aprender a montar su propia impresora. Él define Euka como “un proyecto que busca impulsar el biodiseño como herramienta contra el cambio climático”. Apuesta por materiales naturales como la piedra, la tierra y las plantas, unido a la impresión 3D. Para todo ello emplea psicrometría, diseño bioclimático, biodiseño y biofabricación. Fruto de su trabajo ha surgido un humidificador de aire que funciona sin electricidad. Antes lo tallaba sobre piedra porosa, una tarea dura y compleja, pero aquí pudo hacerlo con arcilla mediante impresión 3D para mejorar su funcionamiento y abaratar costes. www.euka.life/estudio “Me gusta trabajar con las manos y lograr mediante el arte que el universo dé vida a los sueños”, afirma Sara Stenlund, escultora de Viken, Suecia. Formada en la Academia de Arte de Florencia, su obra combina arcilla y bronce con impresión 3D y refleja la exploración del misticismo y la espiritualidad. En su obra Vibro deritiendo escaneó una pieza anterior para imprimirla en arcilla y explorar cómo todas las personas somos frecuencia. Aunque sus investigaciones artísticas la llevan a viajar por todo el mundo, cuenta con un taller en su ciudad natal, Gallery Viken, donde realiza exhibiciones anuales de su trabajo. www.sarastenlund.com

SARA STENLUND
(Suecia) JOAN DE PÒRTOL

(Mallorca)
El diseñador de interiores mallorquín Joan de Pòrtol lo tiene claro: “Me apasionan los espacios sostenibles y hechos a medida que contienen una narrativa. Mi trabajo explora la intersección entre la artesanía detallada y los bordes”, explica. Sus proyectos de interiorismo se han desarrollado en restaurantes, hoteles y talleres, combinando paisajismo con elementos orgánicos. En el Bootcamp desarrolló piezas que exploran la mezcla entre la tradición artesana de su región, conocida como “albàbia”, y las formas orgánicas de impresión 3D, como botijos, cántaros, vasijas y tinajas. www.joandeportol.com

OLATZ PEREDA (Bizkaia)
Olatz Pereda es una artista y diseñadora graduada en Creación y Diseño por la Universidad del País Vasco y que posteriormente realizó el Máster de Cerámica: Arte y Función en la misma facultad. Ahora mismo está cursando el programa Fabricademy en el Basque BioDesign Center. “Mi padre ebanista me hacía juguetes de madera y me inició en este material, luego descubrí la porcelana y ahora me dedico a combinarlos”, cuenta. De esa fusión surgen sus obras, ya que la porcelana aporta la luz y sonoridad para dotarlas de vida. También ha experimentado con la serigrafía, que suele aplicar en la cerámica para crear diseños inspirados en la simetría y el origami, gracias a su pasión por el arte japonés. Su proyecto en nuestro taller siguió ese camino, al combinar la grulla y la flor de Sakura en una misma pieza. www.pinterest.es/olatzpereda

GODOT STUDIO (Julián Trotman, Madrid)
Godot Studio es un estudio digital de fabricación dedicado a la intersección entre naturaleza y tecnología. Julián Trotman es un exjugador de baloncesto y fútbol americano que cambió los terrenos de juego por el mundo maker. Su especialidad es la carpintería y modelado 3D. Tras unir fuerzas con su socio, el arquitecto Rachad Salem, se lanzaron a la aventura de montar un proyecto propio. “Me estalló la cabeza cuando descubrí la impresión 3D cerámica. Las máquinas me dan la misma satisfacción que antes me daba el deporte. Los retos que se te plantean son fascinantes”, confiesa. Godot Studio se centra en el desarrollo completo de la creatividad conceptual, procesos de fabricación y soluciones industriales relacionadas con el diseño. Aquí creó Genoma, una pieza de gran tamaño generada a base de un patrón de crecimiento diferencial. www.godotstudio.com


El futuro de la moda
sostenible pasa por los biomateriales
Adele Orcajada
“¿Cómo puedo trabajar con materiales en la industria de la moda, y lograr cambiarla?”, esa difícil pregunta se hizo Adele Orcajada a comienzos de este siglo. Tardó varios años en encontrar la respuesta, tras vivir en varios países y acumular mucha experiencia: la clave estaba en los biomateriales. Eso supuso para ella un gran cambio de paradigma y otra manera de ver el sector. “El mundo de los biomateriales es totalmente digital y se basa en una filosofía open source para compartir recetas”, cuenta. Así surgen iniciativas como Materiom : Home o Fabricademy, y otras locales gracias a pequeños colectivos. “Al volver aquí me he dado cuenta de que en Bilbao hay una comunidad muy fuerte”, que se ha materializado en el Basque BioDesign Center. Este centro formativo, situado en Güeñes, apuesta fuerte por llevar las tecnologías emergentes al entorno rural.
Al entrar en contacto con los biomateriales esta bilbaína de origen estadounidense se hizo socia de Material Driven, donde sigue explorando la innovación de materiales con empresas, universidades e instituciones. En su Instagram, @materialdriven, se pueden ver varias muestras de su trabajo, desde mascarillas en impresión 3D con un aditivo mineral para absorber toxinas del aire y purificarlo mientras respiras, hasta microalgas que filtran el agua. Aunque este tipo de proyectos suelen tardar en llegar al mercado y al principio tienen costes elevados, empresas pequeñas pueden adelantar algunos de estos procesos, pero lo hacen a ritmo lento al no ser capaces aún de producir a gran escala. Esa tendencia va cambiando poco a poco y algunos materiales se pueden comprar ya en gran tamaño. Lo ideal es que el diseñador trabaje junto al fabricante para ver las necesidades en sus proyectos finales. Al fin y al cabo, si queremos aspirar a salvar el planeta y a reducir la contaminación, no se trata solo de sustituir un material por otro, sino cambiar la manera de producir y consumir. Al ser un campo tan nuevo, todavía no hay muchas etiquetas, pero sí alguna de transparencia para que los proveedores informen del origen y declaren el final de la vida del material. Los fabricantes son responsables del ciclo de vida, de las herramientas necesarias y del conocimiento para saber qué hacer, como la diseñadora Stella McCartney.
Las marcas de fast fashion van haciendo algunos avances en ese sentido y ahora usan mejores tejidos, como temple o lyocell, “pero es más marketing que conciencia social”, afirma Adele. Son las y los diseñadores y la ciudadanía quienes deben exigir más cambios. Adele nos descubre algunos de esos innovadores proyectos, como Sharklet, un tejido antimicrobiano inspirado en la piel del tiburón replicado en un film. El material impide que penetren bacterias, o virus como el covid, gracias al patrón e inhibe el crecimiento de organismos a nanoescala. Ya se aplica en pomos de puertas, cerámica, papel… Nos presenta bolsos o camisetas fotosintéticas de Post Carbon Lab, con un tinte de planta líquida que hace la fotosíntesis para purificar el aire con la prenda. Grow Your Own Couture hace crecer musgo de manera natural en la ropa mientras Air Ink capta las emisiones de carbono del coche para convertirlas en tinta de rotulador y SCOBY packaging realiza cuero vegano con kombucha.

Hongos y restos
de comida que se convierten en cuero vegano
“Todos estos inventos permiten mejorar la sociedad, pero la ciencia necesita nuestro pensamiento creativo para innovar, ensamblar las ideas de otra manera y resolver problemas”, explica Adele. Eso es lo que está tratando de llevar a cabo como profesora en el Basque BioDesign Center, donde cuentan con un taller textil y un biolab para cultivar hongos, y emplean bacterias para tintes, bioplásticos, biocomposite para arcilla con desperdicios de comida y gelatinas veganas para explorar como diseñador. Desde allí nos enseña una obra realizada mediante Impresora 3D de cerámica con peladuras de naranja. También cuero vegano hecho por Fruitleather Rotterdam con desperdicio de fruta, ante con un hongo parásito, curtido como cuero, esponjoso y gomoso, y madera fabricada con escamas de pescado. El centro se encuentra en Güeñes, en plena naturaleza. Su objetivo ahora es trabajar con la basura local de bodegas y granjas para elaborar materiales autóctonos con los que fabricar prendas sostenibles y ecológicas. “Debemos preguntarnos: ‘¿Por qué se usa este material? ¿Por qué esta empresa hace esto?’”, sostiene. Para ello es necesario tener un pensamiento creativo e innovador, mucha curiosidad y también rigor. Su conclusión es clara: “Si queremos un futuro verde y generar nuevos empleos, debemos pensar holísticamente en procesos de producción y en su impacto”
Esa idea fue precisamente la que le llevó hace años a abandonar las empresas de fast fashion donde había trabajado en España como Zara o Sfera. Anteriormente ya había pasado del diseño gráfico a la moda cuando sintió que lo que realmente le gustaba era tocar los materiales, percibir texturas y apreciar su calidez. Era 2006 y aún no estábamos tan familiarizados con conceptos como “sostenibilidad”, pero ya le habían surgido muchas dudas éticas acerca de los valores de producción. Aún así, pudo aprender desde dentro cómo son los procesos dentro de una fábrica o con un artesano. Esa visión crítica le hizo cambiar de destino y acabó en diferentes proyectos en Sudamérica.
Primero estuvo en Perú, donde trabajó directamente con materiales locales como lana de oveja y alpaca. Eso le permitió conectar con la identidad de diversas comunidades y minorías, así como conocer las posibilidades que ofrecían otro tipo de textiles. Siguiendo este nuevo camino llegó a Ecuador, donde empleó semillas para proyectos de comercio justo. Adele estaba explorando nuevos terrenos y avanzando en su propósito, pero le parecía una réplica ligeramente mejor del sistema que ya conocía, así que la misma pregunta ambiciosa le seguía atormentando: ¿Cómo podía cambiar la industria desde cero? BIBLIOTECAS COLABORATIVAS DE BIOMATERIALES En 2013 realizó el máster de Imaginación Aplicada en Central Saint Martins de Londres y eso le abrió la mente, al permitirle romper las normas. Ahí empezó a investigar los materiales como obras de arte, no como un simple producto que se transforma en otro al final del proceso. Y llegó un punto de inflexión cuando descubrió las materiotecas, bibliotecas de materiales donde la comunidad colabora, y le permitió coleccionar ideas para elaborar la suya propia. Precisamente la ciudad donde se encontraba es una de las capitales en ese campo junto a Amsterdam y, en menor medida, Nueva York. Ahí es donde más se estaba innovando en ese sentido gracias a diseñadores que aplican técnicas innovadoras y sostenibles. Ahora, de vuelta en Bilbao, está trasladando todo su conocimiento y experiencia al alumnado del Basque BioDesign Center.




El potencial de reciclar robots para la fabricación digital
Gianluca Pugliese
¿Cómo usar robots en impresión 3D? Gianluca Pugliese es uno de los principales expertos en impresión en gran formato del mundo. Y hace tiempo llevó esa pregunta a la práctica. Se dedica al desarrollo de proyectos con fabricación digital y es el fundador de Low Poly, una empresa de Madrid que trabaja con la impresión 3D enfocada al reciclaje y la reutilización de materiales. Con ella desarrollan líneas de investigación en materiales sostenibles, reciclados y compostables para proyectos innovadores, incluyendo piezas de gran tamaño. A través de su línea Low Impact, desarrollan materiales basados en botellas de plástico recicladas, sobras de café y neumáticos reciclados, entre otros. En su nuevo taller le han dado una vuelta de tuerca al servicio de impresión 3D de piezas pequeñas y medianas, pero están centrados sobre todo en el gran formato. “Tenemos una tecnología única en España”, afirma Gianluca. Para ello, el equipo de Low Poly cuenta con un flamante brazo robótico que permite imprimir piezas grandes haciendo el relleno y el soporte con software sencillo como Cura o Slic3r. Luego, utilizan Grasshopper para diseñar un patrón y crear las instrucciones que permiten la gestión del extrusor y del brazo robótico. “Es un robot que puede trabajar en seis ejes en vez de tres y eso permite muchas posibilidades” explica Gianluca, entre ellas, el light painting, pintura, impresión y textil. Los desafíos pendientes están relacionados con la poca facilidad de uso, una cuestión de software y de interoperabilidad. LA MODIFICACIÓN DE ROBOTS INDUSTRIALES ABRE MIL POSIBILIDADES Low Poly se dedica a rescatar robots industriales y mecánicos descatalogados de todo tipo de fábricas para reciclarlos y generar nuevas posibilidades gracias a la segunda mano. Actualmente, los robots que se emplean para fabricación digital pertenecen a cuatro marcas: ABB, KUKA, FANUC y Universal Robots. “Podemos desarrollar un software que se adapte a esas marcas y a los modelos más comunes”, explica Gianluca.
Gianluca se siente especialmente orgulloso de una de sus creaciones, un robot que trabaja en 6 ejes capaz de imprimir piezas con ángulos de hasta 90° sin necesidad de soportes y que permite orientar las capas en la dirección que queramos, algo imposible para las impresoras tradicionales. Otro de los brazos robóticos creados por Low Poly teje lana para fabricar alfombras usando diseños generativos y aplicando alta precisión al tejido, gracias a una herramienta creada por el equipo. “Esto representa nuestra idea de llevar la artesanía al mundo digital para aplicar la fabricación manual que está desapareciendo con robots”, resume.
Aún así, este tipo de brazos robóticos siguen siendo inaccesibles a la mayoría por su elevado coste y por la necesidad de unas instalaciones adaptadas para utilizarlas. “Cuando llegue la fabricación híbrida, empezando con aditiva y combinada con post procesado con fresado, por ejemplo, será más sencillo, pero aún falta tiempo”, reconoce Gianluca.
El problema sigue siendo el software de los robots, diseñado casi exclusivamente como Pick and Place: coger una pieza, levantarla y colocarla en otro lugar. “Pueden hacer pocas cosas y siempre vinculadas a acciones como abrir o cerrar la pinza, encender o apagar, girar hacia un lado o hacia otro, etcétera”, describe. Pese a esa limitación de base, el fundador de Low Poly es optimista: “Cualquier robot tiene un bloque de 16 entradas y salidas analógico-digital como si fuera Arduino”. Esos outputs se pueden usar para otras funciones inicialmente no previstas, lo que abre todo un abanico de posibilidades.

LOW POLY CREÓ EN DUBAI UN BOSQUE ARTIFICIAL CAPAZ DE ABSORBER CO2
Una gran muestra de ese trabajo se ha podido ver en el famoso centro comercial de Dubái, el más grande y exclusivo del mundo. Low Poly colaboró con External Reference y Noumena para diseñar una futurista tienda de zapatillas. Gianluca y sus compañeros se encargaron de imprimir 297 piezas de 1x1 metro, cada una de las cuales tardaba 28 horas en fabricarse. “Ahora mismo Dubái es el único país que se puede permitir pensar en este tipo de proyectos, no tanto por el coste, como porque es ahí donde se están moviendo los visionarios”, opina.
El equipo de Low Poly está en ese selecto grupo y por eso fue elegido, junto a los mismos colaboradores, para construir el pabellón de España en la exposición que tuvo lugar en Dubái en 2020. El resultado de tres meses de duro trabajo es un impresionante bosque sintético, compuesto por siete toneladas de plástico, 300 columnas de cuatro metros, fotobiorreactores con espirulina para realizar la fotosíntesis y plástico mezclado con mineral que absorbe CO2. “Construimos un bosque donde no se puede plantar uno auténtico”, bromea Gianluca. Una buena muestra de lo que surge al combinar múltiples elementos entre diferentes agentes: una obra artística puntera, estética y ecológica.
Esos son los proyectos que motivan a Gianluca y los que le animaron a abandonar su trabajo de diez años en AirBus Italia, donde hacía manuales de vuelo para cazas militares como EuroFighter. Cansado de repetir el mismo diseño constantemente, en 2010 descubrió el proyecto RepRap, la primera máquina auto-replicante basada en impresoras 3D, gracias a una ponencia de Adrian Bowyer. Entonces había pocas máquinas y eran muy caras, pero él fue capaz de crear una en versión libre con Arduino, con una inversión mucho más baja frente a los 20.000 euros que costaba entonces, una gran transferencia de conocimiento gracias a la comunidad maker cuando esas herramientas eran inaccesibles para la mayoría.
Gianluca pasó por los FabLabs de Turín y Milán, donde aprendió corte láser y empezó a hacer obras de arte con impresora 3D y pintura con luz. En 2014 construyó una impresora con madera y entonces WASP le propuso colaborar con ellos. “La de WASP fue la última que fabriqué en gran formato, por sostenibilidad, ya que vi demasiados plásticos y pensé que debíamos mejorar”, rememora Gianluca. Siguió unido a WASP y en 2018 llevó el DIY a su máxima expresión: fundó Low Poly.
MEET THE MAKERS NATURAL PATTERNS MODELANDO LANA DIGITALMENTE
Yolanda Sánchez
La fascinación por las herramientas de fabricación digital llevó a Yolanda Sánchez a aplicar esos conceptos en la lana, un material artesanal con el que lleva mucho tiempo trabajando. En 2015 empezó a aplicar las nuevas tecnologías en temas textiles y cinco años más tarde se apuntó al proyecto iAtelier de Crafting Europe que aunaba ambos mundos. Yolanda fue una de las cinco elegidas, la única en solitario, y eso la llevó a aprender Rhinoceros para poder diseñar y producir. Gracias a ello creó un gran muestrario de obras.
“No invento nada nuevo, retomo algo tradicional y le doy una vuelta de tuerca”, afirma humildemente. La lana, la seda y el fieltro son materiales muy maleables, pero cuesta que fijen su forma, algo que se suele hacer de manera rudimentaria con reservas típicas como canicas, bolas o piezas de madera. Por otro lado, el modelado en 3D implica que al terminar, el patrón desaparece, así que no se puede replicar ese diseño. “Yo quería conseguir un patrón tridimensional diseñado de antemano para poder repetirlo después, escalarlo y emplearlo en joyería, moda, complementos o incluso en interiorismo”, asegura Yolanda.
PATRONES 3D PARA CREAR CON MATERIALES FLEXIBLES
La maker textil nos explicó cómo funcionan esos procesos. Partimos de lana mechada, la mojamos y le damos forma con fricción. Cada reserva es envuelta y atada con el material prefieltrado. Después se vuelven a mojar con agua y jabón para trabajar a mano cada pieza hasta que el fieltro se endurece. Entonces se abren las reservas para mantener el material con su forma definitiva. El problema es que en ese proceso se pierde el patrón, por lo que habría que repetirlo desde cero cada vez.
Por ese motivo, Yolanda ha ido probando otros posibles moldes, como filamento flexible o PLA a pequeña escala. También recurrió a formas de la naturaleza como setas. La confortabilidad es otra de sus metas, ya que las reservas habituales son demasiado rígidas, lo que dificulta el trabajo. La impresión 3D le permite usar materiales más flexibles, pero eso conlleva otros problemas que poco a poco ha ido solventando. Por ejemplo, en las piezas ovoides incluyó una pequeña base para que el material no se cayera. Paso a paso, Yolanda ha ido superando cada obstáculo con el que se topaba y ha conseguido justo lo que se proponía: usar reservas más flexibles manteniendo el patrón. www.sedaencolor.es



MEET THE MAKERS MAKER NAVAL HACIA EL ASTILLERO 4.0

Tres amigos se conocieron estudiando en la Náutica Pesquera de Pasaia. Al terminar, un maestro artesano carpintero les cedió moldes de fibra de vidrio de una txipironera de siete metros. Tras plantearse qué hacer con ese regalo, decidieron fundar la Asociación Maker Naval Euskadi en Oiartzun, una iniciativa enfocada a que cualquier persona pueda crear su propia embarcación. La pandemia les arrastró con la marea, así que aún son unos recién llegados al mundo maker. Además, tal y como explicó Julen Abasolo en Maker Faire Bilbao, entrar en las instituciones no resulta fácil.
“En el tema náutico hay tres temas que unen: los barcos, los trabajadores y el medio”, cuenta Julen Abasolo. Su objetivo es muy ambicioso: construir el astillero 4.0 con impresoras 3D y otros proyectos makers cercanos como Irún Robotics o Emakumeak Tech para tejer una red que no solo sirva para pescar, sino también para unir. El proceso de construcción consiste en añadir varias capas de fibra de vidrio y darle forma mediante el molde por presión. Después se emplea una bolsa de vacío y ya puedes extraer la carcasa. Las zonas importantes como la proa y la popa pueden ser reforzadas con más capas, en caso de necesidad. Así se obtiene la estructura básica del casco del barco, a la que se incorporan después otros elementos como madera u otros materiales. “Nos preocupa la sostenibilidad y la economía azul, así que empleamos materiales biodegradables para no perjudicar el medio ambiente”, señala Julen.
Julen Abasolo
BARCOS CON IMPRESIÓN 3D
La fibra de vidrio es un material peligroso y contaminante, así que están buscando ya alternativas más ecológicas. El equipo de Maker Naval Euskadi se ha puesto en contacto con la Universidad de Maine, que acaba de fabricar el primer barco de una sola pieza con impresión 3D ¡y flota! El siguiente paso de Julen y sus compañeros es intentar crear una impresora de diez metros por tres para hacer barcos pequeños, asequibles para más bolsillos.
La asociación trata de acercarse a algo tan tradicional como la cultura naval con diferentes ideas. El equipo tiene un proyecto de barcos no tripulados para acabar con la pesca abusiva y seleccionar los peces mediante drones. “Queremos crear una comunidad maker náutica y combinar diferentes campos con la tecnología”, añade. Por ahora ya cuentan con un arquitecto, algún capitán de barco, pescadores y personas de tierra para crear sinergias. Su intención es preservar el conocimiento de estos marinos veteranos sobre la fabricación y reparación de barcos, documentando todo en código abierto para que no se pierda y cualquier otra persona pueda usarlo.

AROMALAB:
LA CREACIÓN ABIERTA EN EL MUNDO DE LOS AROMAS
Frank Bloem
El covid nos ha enseñado a apreciar el que probablemente sea nuestro sentido más infravalorado: el olfato. Perder temporalmente la capacidad de oler puede parecer una tontería, pero gracias a este sentido, nos damos cuenta de si un cigarro está mal apagado, si el café se está quemando o si hay un escape de gas. Los olores nos pueden salvar la vida y hacer que todo sea mucho más fácil, pero además tienen el potencial evocador de trasladarnos a otros lugares y épocas. Incluso nos hacen viajar en el tiempo y desenterrar recuerdos olvidados de nuestra infancia. De todo eso, y de cómo se crean aromas capaces de evocar esas cosas, trató el taller Aroma Lab, realizado por Frank Bloem, artista holandés especializado en la fabricación de perfumes.
Frank estudió Bellas Artes en la academia Rietveld de Amsterdam y en 2014 cambió las artes visuales por las aromáticas. Se convirtió en diseñador de olores y, fruto de su investigación en este campo, dos años más tarde fundó The Snifferoo. Este laboratorio de perfumes tiene como objetivo educar y experimentar en el mundo de las esencias que tan bien conoce. Eso le ha llevado a centros artísticos como Mediamatic, a recopilar cuarenta aromas del Mar del Norte, a zoológicos donde ha recreado el olor de elefantes e incluso a programas de televisión de su país para adivinar mediante el olfato si una persona es vegetariana o come carne, si tiene perro o gato como mascota. Y suele acertar. Un Jean-Baptiste Grenouille real, moderno y sin tendencias homicidas.

Este odorama curator enseñó a los y las asistentes del taller a diseñar aromas con metodologías abiertas y, finalmente, a crear de forma colectiva un perfume que refleja la ciudad de Bilbao. Tras unas nociones básicas en la materia, el profesor y sus aprendices salieron a realizar una investigación sobre el terreno en la isla de Zorrozaurre para buscar inspiración sobre el aroma de nuestra villa. Recorrieron la zona industrial y volvieron con varios elementos que combinaron en una bella instalación con musgo, ladrillos, madera y clavos. “Es el olor que surge cuando el río y el mar se unen en una zona con fábricas y humo, la esencia del hierro pero también del vino, sin olvidar que nos encontramos en una antigua fábrica de galletas”, describe Frank. Ahora que Bilbao ha dejado atrás ese gris pasado industrial, él considera que debe reinventar su olor. “Hay un ambiente inodoro, así que ese vacío debe llenarse con otros olores”, considera. UN TALLER PARA LA CREACIÓN PERSONALIZADA DE ESENCIAS El taller comenzó con una pequeña introducción sobre el arte de los olores, una disciplina relativamente nueva. Hace unos doscientos años la gente empezó a usar perfumes, ya que antes llevaban guantes de cuero aromatizados hechos en España o Rusia, pero cada país tenía sus matices. La tendencia cambió en el siglo XIX en Francia, cuando empezaron a usarse aceites destilados de diversas plantas, sobre todo cítricas, a través de su piel.
La clase de historia pasó a la práctica cuando Frank dio a cada asistente un pequeño bote, cuyo contenido era 90% alcohol etanol. Debe tratarse de un alcohol desnaturalizado y sin olor (etanol) para que no interfiera en el resultado final, pero con sabor muy amargo para evitar ser ingerido. Ese líquido es imprescindible para los perfumes pues se evapora rápidamente en contacto con la piel, así que el aroma se mantiene. El resto del recipiente estaba vacío, para llenarlo con diferentes aceites esenciales, pues ese elemento permanece sobre la superficie.
Dependiendo de la concentración de esencias, el resultado será perfume, eau du parfum (el más habitual), eau du toilette (como la colonia) o aftershave, el aroma más suave y que desaparece más rápidamente. Para ello, Frank mostró una pirámide con el tiempo que tarda en evaporarse cada esencia, divididas en tres grupos: Superior, Medio y Base. En el primer grupo los ingredientes tardan quince minutos en desaparecer, en el segundo hora y media mientras en el último se mantienen durante un día entero. Un sistema sencillo que resulta ideal para iniciarse en este mundo. Primero hay que empezar por la base, porque al ser los elementos más potentes, no se podría oler a través de ellos. Al añadir después el medio, puedes rastrear mejor lo que estás haciendo.
Algunos de estos aceites pueden ser peligrosos para la piel y por eso es importante diluirlos. Así, se deben mezclar ocho gotas en cada parte con los diferentes ingredientes que el profesor les proporcionó de plantas como pachuli, vainilla, lavanda, iris o bergamota, entre muchas otras. Para la parte superior se emplean aromas cítricos como naranja, pino o cedro. Como curiosidad, explicó que las almendras tienen la misma esencia que el cianuro, de la misma manera que nuestros pies comparten ciertas moléculas con el queso, por eso su fuerte olor.
También trajo varios compuestos químicos que olían a caballo o tierra. Con todos esos elementos, el ecléctico grupo de participantes elaboró aromas basados en buenos recuerdos: una bodeguilla de barrio en su infancia, una escena bucólica y veraniega, la playa de Ereaga o las lluvias de primavera sobre baldosas de piedra, entre otras. “Al oler algo, ayuda mucho conocer su historia para guiarte y reforzar ese vínculo”, señala Frank. No necesitamos sólo los estímulos visuales y sonoros; los olfativos también contribuyen a que nuestro cerebro recuerde mejor ciertos momentos y a fijarlos en nuestra memoria para siempre.



www.thesnifferoo.com


Industrial Happiness
Del pasado industrial al presente cultural. 1. Base: Women factories - food - sweet. 2. Middle: sexual - relax. 3. Top: Flourish. Industrial grease. (Nerea)
Fórmula 6 Base (4 almond, 8 vanilla, 4 amber, 4 musk) 8 Middle ( 14 rose, 10 Jazmin) 5 Top (6 orange, 2 petit grain, 13 bergamota 3 cedar) 5 Industrial Grease (2 aldehyde C10, 10 idol, 12 amber max)
Coral de Piedra
Una caminata por el bosque en otoño, tus pasos remueven la tierra y el olor a humedad y madera alcanza tu nariz. Te transporta a un paseo rodeado de hojas en tonalidades amarillas, cafés y marrones.
Fórmula 6 ambo max 5 clear wood 3 udder wood 1 water
La Bodeguilla
Mi barrio era como muchos otros barrios de Bilbao, con gente sencilla, obrera. Recuerdo ir andando por la calle, agarrada de la mano de mi madre y, de repente, un fuerte olor a alcohol, uva, aguardiente y madera te paraba en seco justo ante la bodeguilla. Recuerdo un pequeño lugar, oscuro y húmedo, detrás del mostrador, un hombre con delantal rellenando los garrafones que depositaban los clientes.
Fórmula 4 birchtar 3 leather 10 iris 4 cedro 6 cis 3 hex 1 clearwood
Barcazas en la ría de Bilbao
A mediados de junio pasamos de Uribarri al ayuntamiento, allí el aroma de la ría te envolvía. Todo el olor salía de las barcazas de carbón, el humo del aire, el olor a tierra recién mojada cerca del tilo del arenal. (Oskar)
Fórmula 2 Inpol 2 Dimethyl sulfite 1 Birchtar 4 Coumarine 2 Aldhemyde C12 1 Crésyl acetate 1 Clearwood 2 Methyl piracy 1 Scentenal 1 Stemone
MATERIAL NECESARIO PARA CREAR 10 ml. DE TU PROPIO PERFUME
- Un bote de 10 ml. - 9 ml. de alcohol etanol o desnaturalizado. - Aceites esenciales o centrado de aroma según gusto. - Una pipeta por bote de aceite. - Una tira de papel grueso. - Guantes de látex y mascarilla.
PASOS PARA CREAR TU PROPIO PERFUME
1. Limpiar y esterilizar el espacio de trabajo. 2. Utilizar guantes de látex y mascarilla. 3. Introducir el alcohol etanol en el recipiente. 4. Tras seleccionar los componentes, iniciar la creación añadiendo 3 gotas de cada componente base. 5. Añadir de 1 a 3 gotas de cada componente que queramos incluir como middle o intermedio. 6. Añadir de 1 a 2 gotas de cada componente que queramos incluir como top o superior. Es recomendable usar como máximo 3 aromas por componente y un máximo de 8 gotas por categoría. Top: 8 gotas / Middle: 8 gotas / Base: 8 Gotas
TOTAL 24 GOTAS
Olor a Domingo
Olor a domingo se compone de dos partes. Recuerda ese momento de calma y tranquilidad para andar en los mercadillos de segunda mano, las comidas familiares o la tranquilidad en casa.
Fórmula
“Antiguo”
2 castores 3 birch tar 2 olibanno 4 labdanum
“Comida”
2 coumarine 2 ethyl malin 2 Z methyl purazine 1 paracresyl acetate
“La Calma”
7 orange 3 menta 6 limón 6 paracresyl acetate 2 ethyl mento
Concrete Flower
De las lluvias de primavera sobre las baldosas de piedra crecen una multitud de flores y plantas urbanas. Piedra mojada, verde y punto floral son la firma de mi aroma. (Andrea)
Fórmula 2 Gamma Decal 1 Cis 3 Hex 2 Clearwood 3 Musk 1 Leather 1 Cedar 3 Amber max 1 Ylang 2 Geranium
Recuerdos
El aroma que desprendían dos pequeños talleres al lado de la Alhóndiga donde se hacían los botes de vino, ese olor a piel, a encurtidos y a vino. Ayer paseando por la isla de Zorrozaurre a la orilla del río, me vino ese aroma de musgo, mezclado con hierro oxidado y brisa de mar. (Maite)
Fórmula 5 Iris 2 Labdanum 3 Birchtar 4 Cedar 3 Ambergris 4 Scentenal
La desembocadura
Viví cerca de la playa de Ereaga, recuerdo ese aroma tan particular del encuentro del agua del mar y de la ría sucia, la mezcla. Para los habitantes de la zona, esa extraña mezcla no es muy agradable y no siempre es bienvenida. (Josué)
Fórmula 1 Bergamot 14 Scentanal 1 Dymethyl sulf 3 Ambergris 1 Clearwood 1 Civet 1 Indo
FabLab Itinerante:
Laboratorio digital sobre ruedas
Delia Millán
“Si la montaña no va a Mahoma…” Algo así pensó Delia Millán, fundadora y directora de FabLab Cuenca, cuando el pasado mayo se lanzó a la carretera con su proyecto más ambicioso: FabLab Itinerante. Tras montar el primer laboratorio de fabricación digital de Castilla-La Mancha, les llamaban de muchas localidades de la zona y se veían obligados a viajar en coche con las máquinas a cuestas, aunque no era muy cómodo. “Como mucha gente no podía venir, decidimos: ¡vamos nosotros!”, cuenta Delia. De ahí surgió la idea de crear un laboratorio itinerante. Cruz Roja les cedió una antigua ambulancia y gracias al apoyo de la Embajada de Estados Unidos pudieron camperizarla, también con el apyo de la Diputación de Cuenca.
Su laboratorio digital sobre ruedas está inspirado en los FabLab móviles de Estados Unidos y se dedica a acercar la cultura maker por los pueblos de la región. De momento ya han hecho más de 2.000 kilómetros. La furgoneta está equipada con varias máquinas de fabricación digital a tamaño reducido: impresora 3D, corte láser, plotter de corte, fresado de circuitos y próximamente contará con termoformadora y bordado digital. En este Fablab itinerante realizan actividades de un día al aire libre y talleres dirigidos a personas de todas las edades. “Al principio, despierta cierto miedo pero luego prueban y les gusta, ¡hemos tenido gran aceptación!”, asegura Delia. El proyecto tiene tres fases: primero realizaron un piloto por varios pueblos y a partir de ahí, han comenzado a hacer rutas recurrentes para que las personas interesadas puedan acudir. Finalmente, crearán espacios makers en cada uno de esos pueblos. Su aspiración es que el conocimiento germine y puedan surgir nuevos espacios y comunidades maker. “El corazón de un FabLab no son las máquinas, sino las personas”.
Durante su experiencia en FabLab Cuenca se habían percatado del gran desconocimiento tecnológico que sigue existiendo en las zonas rurales, así que decidieron acometer una labor de alfabetización digital en la región. Así, acercan herramientas y conocimiento a un nuevo público para reducir la brecha digital, ayudan a mejorar la inserción laboral y retienen al talento local. “Enseñamos cómo funcionan nuestras máquinas a niñas, niños y mayores, para adaptar nuestras metodologías a su vida diaria, a sus negocios o colegios y para resolver problemas cotidianos”, explica la fundadora. La magia de hacer algo tú mismo fascina sobre todo a chicos y chicas, tan acostumbrados hoy día a comprarlo todo. “Al fabricar objetos combinamos tecnología con técnicas tradicionales”, apunta.
MUJERES MAKERS Delia ya tiene una larga experiencia en el mundo maker. En 2015 fundó FabLab Cuenca, una iniciativa privada en la que colaboran con instituciones en diversos programas sociales. Durante los primeros años trabajaban con bibliotecas y con distintos grupos locales, hasta que en 2017 pudieron alquilar un espacio propio. Esa fase inicial es la más complicada, y en ocasiones renunciaron a cobrar para poder comprar impresoras 3D, conscientes de que necesitaban contar con cierto equipamiento para atraer al público. “Hicimos un balance entre que el proyecto siga creciendo y no morir en el intento”, rememora Delia. Su consejo para nuevas iniciativas es claro: “Hay que ir plantando semillas y tener claro a quién te diriges en cada proyecto”.
Al lograr ser sostenible, FabLab Cuenca creció y empezó a colaborar con instituciones como Cruz Roja y el Ministerio Cultura. Así inició programas como Mujeres Makers, ya que antes sólo había chicos en sus actos, una tendencia que lograron revertir con el apoyo de la embajada de Estados Unidos y al Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha. También llevan a cabo actividades para jóvenes y grupos en riesgo de exclusión. Además, desarrollan el programa STEAM Teacher enfocado al profesorado. “Muchas personas vienen aquí porque quieren aprender a título personal y además en algunos programas formativos ya han incluido la impresión 3D y el diseño 3D”, cuenta Delia. El problema es que sin medios ni conocimiento es difícil enganchar a la juventud. Cruz Roja y otras empresas les demandan ese perfil técnico, pero de momento su formación es no reglada.
Delia, en cambio, siempre ha ido varios por delante. En 2009 fue a Irlanda del Norte a trabajar en la Universidad del Ulster en Derry en el sector de videojuegos, departamento de serious games y virtual worlds. Tres años más tarde, acudió a la inauguración del FabLab de esa ciudad, que estaba hermanado con el de Belfast, y quedó cautivada rápidamente. “Vi los laboratorios abiertos a la comunidad y todo el potencial que tenía y pensé: ¡Quiero dedicarme a esto!”, recuerda.
Su trayectoria en el FabLab del Nerve Centre le permitió colaborar con el escultor David Best en la fabricación de The Temple of Grace, un templo para el Burning Man de 2014. Un equipo de cien personas se desplazó al desierto de Nevada para construirlo. El proyecto sirvió de base al artista para el que levantó al año siguiente en Derry, de unos cinco pisos de altura. Se trató de una obra coral, diseñada por Best pero construida por la comunidad maker irlandesa en hermanamiento entre católicos y protestantes, cortado y fresado a láser. “Fue abrumador ver cómo la gente usó el templo para dejar atrás sus momentos duros”, señala con nostalgia. Delia recuerda con alegría el pasado, pero mirando al futuro. Y ahora mismo está en las carreteras de Castilla-La Mancha.



