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Rancho Guadalupe Chichimá: historia de un ejido fallido. Nallely Guadalupe Gordillo M. /César Alberto Domínguez

Rancho Guadalupe Chichimá: historia de un ejido fallido.

Nallely Guadalupe Gordillo M. César Alberto Domínguez L.

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En las afueras de Comitán de Domínguez existió el rancho Guadalupe Chichimá cuyo dueño original fue, desde finales del siglo XIX, José Francisco Castellanos. El primero de julio del año de 1897 vendió esta propiedad a sus cinco hijas: María Fidelina, Ana Francisca, Guadalupe, Josefina y Rosa Castellanos; quedando ellas como dueñas legítimas del inmenso terreno (alrededor de 700 hectáreas).

De las cinco hijas, Rosa Castellanos quedó como representante, según las siguientes escrituras privadas que transcribimos: (…) por compra que, en unión de mis cuatro hermanas mencionadas, hicimos a nuestro señor padre don José Francisco Castellanos con anuencia de nuestra señora madre Pantaleona Román de Castellanos, según la escritura privada que se tiene a la vista en una foja, de que certifican los testigos presentes y pasó en esta ciudad el primero de julio del año de mil ochocientos noventa y siete ante los señores Vicente García y Francisco Segundo Culebro. Segunda escritura:

Hube la finca deslindada en la porción predicha, en unión de mis hermanas y condueñas Juana Rosa, María Fidelina, Ana Francisca y Guadalupe Castellanos, como compruebo con la escritura privada que nos otorgó nuestro señor padre Don José Francisco Castellanos, el día primero de julio del año de 1897, ante los testigos Vicente García y José Segundo Culebro que, en una foja, tienen a la vista los testigos que intervienen, este acto, de que certifican. Entrevistada sobre el tema, la historiadora comiteca Leticia Román de Becerril menciona a Chichimá como un lugar de descanso.

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N- ¿Usted conoció o sabe algo de las Cas- dueña del rancho. tellanos, anteriores dueñas de Chichimá? N- ¿Cómo se llamaba ese rancho? L- Era herencia de su papá Francisco Cas- R- Chichimá, Chichimá Guadalupe (…) tellanos; su mamá debió haberse llamado Pantaleona Román, ah, para que veas; no los conocí pero doña Pantaleona era hija de tata Antolino, mi tatarabuelo, era Hermana de mi bisabuelo Faustino RoN- ¿Solo ella vivía ahí? R- No, tenía una hermana, pero como a veces ellas vivían en Comitán viajaban seguido. mán Pulido. Eran ellos, sí; ella se casó con N- ¿Cómo se llamaban sus hermanas? don Francisco Castellanos y tuvo una hija R- La que me acuerdo, una se llamaba Panque se llamó Rosa. cha, la otra se llamaba Alicia, la otra se lla-

Por su parte, el señor Rubén Velasco maba, no recuerdo cómo se llamaba la otra, Farías, quien en Fidelina la una, doña la actualidad es Pancha y doña Aliagricultor en la cia y doña Rosa eran actual ranchería cuatro las que vivían de Chichimá y aquí. es una de las per- Otro de nuestros insonas más an- formantes es el señor cianas del lugar, Guillermo Hernánnos menciona el dez, quien al igual mismo dato de que el señor Rubén los documentos Velasco, es agricultor y de nuestra primera informante. de la ranchería Chichimá y quien también N- ¿De dónde eran sus papás? es de edad avanzada. En la entrevista nos R- Eran de aquí, por eso es que nacimos nosotros aquí también. N- ¿Qué hacían sus papás? R-Ellos trabajaban la agricultura, la milpa era su trabajo. N- ¿Para quién trabajaba? R- Cuando no teníamos el terreno, trabajaban con la patrona, doña Rosa, cuando nos vendió ya trabajábamos aquí ya. N- ¿Qué era doña Rosa? menciona que Rosa Castellanos y sus hermanas son las dueñas del antiguo Rancho Guadalupe Chichimá. N- Entonces, ¿los primeros años de su vida los pasó allá en la casa grande? G- Sí, allá con mis papás trabajábamos. N- ¿Y los dueños quiénes eran en ese entonces? G- Pues eran las de siempre, las Castellanos. Doña Rosa Castellanos, ella era la dueña de todo, estaban ahí sus hermanas pero más R - Rosa Castellanos, era la patrona, la ella era la que representaba todo, cuando

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se murió ella, entonces ya las hermanas no podemos apreciar que la superficie era salían a caminar, ellas no más estaban ahí bastante amplia: y esa señora doña Rosa salía a caminar, era Yo Rosa Castellanos declaro que por una alta ella, delgada, se ponía unos sus compra que hice a mi señor padre huaraches de cuero y salía a caminar en el Francisco de mi apellido adquirí en monte a ver los trabajos… propiedad el rancho llamado “Gua-

Como último informante se encuentra dalupe Chichimá”, cito en la agencia el señor Rafael Hernández, también es un municipal de Chacaljemel de este señor de edad avanzada y que sabe acerca municipio, que lo integran una casa del tema. Ahora se encuentra descansando para habitación, varias casas para en su casa ya que por problemas de la vista sirvientes, y el terreno general que no puede regresar a su vida de agricultor. consta de 37 caballerías * 251 meÉl también nos habla acerca de las Caste- dia cuerdas* y 3011 varas cuadradas* llanos y del Rancho Guadalupe Chichimá. (medidas antiguas) colindante: al

Don Rafita sabía que íbamos a entre- norte, con terrenos de los señores vistarlo sobre la finca Guadalupe Chichi- Tiburcio Vásquez, Ángel Argüello y má, es por esto que la entrevista empezó Fidelia Gordillo; al sur, con terreno rápidamente. de don Juventino Aguilar y terrenos C- ¿Conoció a las dueñas? de Islapá, al oriente, con propiedad de don Horacio Albores y de don R2- Doña Fidelina, doña Rosa y doña Tirso Castañón y al oeste con terrePancha, tres hermanas que andaban aquí, nos de la comunidad de Tzimol, todo entonces fue la que yo conocí, eran mozos según consta de la escritura privada todos aquí. Por ejemplo, se casaron las mu- de compraventa que mi citado señor jeres el sábado, están el sábado, domingo, padre me otorgó en esta ciudad el lunes a agarrar ya el trabajo, las mujeres a primero de julio del año de 1897 ante la casa, era una gran casona, no casita. los testigos señores Vicente García y

Para darnos cuenta de la magnitud del J. Segundo Culebro que se tiene a la rancho que las Castellanos estaban adqui- vista en este acto de dos hojas útiles. riendo de su padre a principios del siglo Si bien nuestros informantes se dieron XX, podemos ver las colindancias de di- cuenta de la magnitud del terreno que las cho rancho las cuales se mencionan cla- Castellanos tenían en su poder, algunos ramente en las escrituras encontradas en de ellos no trabajaban con ellas de maneel archivo del Registro Público de la Pro- ra directa; pero, los padres de cada uno de piedad. En la escritura citada se menciona ellos, sí. Dentro de su relato, nos comenlas colindancias, así como las medidas que tan hasta dónde consideraban que llegaba Guadalupe Chichimá tenía, las medidas el rancho. mencionadas son antiguas, sin embargo,

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El señor Rubén Velasco Farías recuerda lo siguiente: N- ¿De qué tamaño era el rancho Chichimá, hasta dónde llegaba? R- Colindaba con el terreno de Tzimol hasta allá abajo, Islapá, y aquí (rumbo a Sabinal) no me acuerdo donde colindaba, y luego en Comitán había otro terreno que se llamaba Culanchui pero ya más acá donde está el cuartel ahora, ahí paraba el terreno de doña Rosa . Por su parte, Rafael Hernández nos menciona lo siguiente. C- ¿Era grande? R2- Era grande, era un rancho grande C- ¿Hasta dónde llegaba Chichimá? R2- Hasta la Colonia (Miguel Alemán), de este lado colindaba hasta Tzimol, donde está la curva más acá de la zanja, ahí está un mojón, todo este terreno del valle la colonia más acá de la gasolinera ahí ta´pue´ un arroyo donde hay un sabinal ahí era la colindancia, también aquí donde está el arroyo, más acá de Islapá. Estaba bien grande pero como ahí nomás fueron vendiendo.

Siguiendo los datos proporcionados por los informantes y por la escritura citada, el rancho de las Castellanos abarcaba una proporción bastante considerable de las afueras de Comitán, los mapas son una representación de dicho terreno.

Sin duda alguna, las hermanas Castellanos fueron una de las tantas familias latifundistas en Chiapas; sin embargo, por motivos que desconocemos, la unión latifundista familiar de éstas se comenzaría a disolver. Las Castellanos empezarían a vender la fracción de tierra que les correspondía de manera individual del famoso rancho. Con todo, estas ventas eran entre ellas mismas, es por ello que la propiedad seguiría en la familia.

Si bien ésta fue la primera etapa de la fragmentación del rancho Guadalupe Chichimá, las cosas no cambian en lo absoluto; pues Josefina Castellanos, quien fue la primera en vender su porción, lo hizo a sus propias hermanas, al igual que Guadalupe Castellanos, la segunda en vender. Ahora, Guadalupe Chichimá quedaba en manos de María Fidelina, Ana Francisca y Rosa Castellanos; esta última seguía siendo la representante del rancho, pues era la poseedora de las escrituras.

Transcripción de escritura, en donde Josefina Castellanos vende a sus hermanas:

En la ciudad de Comitán a 25 de abril del año de 1908, ante los testigos que suscriben, por el presente documento, yo Josefina Castellanos, mayor de edad, soltera, de este origen y domicilio, de oficios propios de mi sexo y con capacidad legal, hago constar que dueña soy en propiedad y posesión de la quinta parte de la finca urbana ubicada en el cuartel primero de esta ciudad… Fundada en lo expuesto, espontánea y libremente por este documento conste: que vendo a cada una de mis hermanas y condueñas Juana

Rosa, María Fidelina y Ana Francisca Castellanos, la tercera parte de

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la quinta que he tenido y represen- Guadalupe Castellanos vende a Ana Frantado hasta hoy, en la finca urbana cisca Castellanos: que dejo reseñada en proindivisión En Comitán, a los catorce días del y con todo lo que de hecho y según mes de octubre del año de 1917, ante derecho le corresponde al inmue- los testigos que al último firman, ble, por el precio de 300 pesos, pla- yo Guadalupe Castellanos de Ruiz ta acuñada, moneda corriente, o sea Culebro, mayor de edad, casada, de 100 pesos que cada una de mis her- oficios de mi sexo, de este origen y manas me paga en este momento, a domicilio, obrando libremente y con mi satisfacción y a presencia de los el consentimiento de mi esposo, el testigos de este acto de que dan fe, señor Don, Florentino Ruiz Culesin más reserva y condición de que bro como más adelante se expresa, mientras yo exista seguiré viviendo y vendo a mi hermana y copropietaria habitando en la finca urbana dicha Ana Francisca Castellanos, por la y a lado de las compradoras mis hermanas como si no hubiera enajenado mi parte, sin entregar el título que ampara la parte que vendo en el inmueble, por estar, desde que lo compramos en poder de mi hermana Juana

Rosa… Nosotras, Juana Rosa,

María Fidelina y Ana Francisca Castellanos, mayores de edad, solteras, con capacidad legal, de oficio de nuestro sexo y de este origen y domicilio, impuestas de este documento decimos: que lo aceptamos y aprobamos bajo la condición mencionada, por ser lo convenido, dándonos por recibidas de lo comprado y en la parte que a cada una nos corresponde, así como del título que ampara el todo y en los términos que quedan explicados. Transcripción de escritura en donde

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cantidad de ciento setenta pesos, oro nacional contados a mi satisfacción y que he recibido en este momento de mi referida hermana,… La venta que hago en la parte mencionada es con todo lo que de hecho y derecho le corresponde al inmueble, sin reserva alguna y por la suma referida, ya pagada que estimo por el justo legal, sin media lesión, quedando responsable a las consecuencias que el derecho previene. No hago entrega a la compradora del Título de propiedad del inmueble por ser uno solo y estar desde que lo compramos con nuestro Señor padre, en poder de mi hermana Juana Rosa a disposición de todas las condueñas; pero en virtud de este documento queda transferida la propiedad del inmueble que en una quinta parte vendo y hecha su entrega y tradición. Yo florentino Ruiz Culebro, mayor de edad, agricultor, casado, de este origen y domicilio, impuesto de este contrato, digo: que soy conforme con él, lo apruebo y ha sido de hecho por mi esposa Guadalupe Castellanos, en mi consentimiento que reitero, a pesar de que por ley no es necesario por tratarse de un inmueble de su exclusiva y única propiedad. Yo Ana Francisca Castellanos mayor de edad, de oficios de mi sexo, de este origen y domicilio, impuesta de esta escritura, libremente digo que la apruebo y acepto en todos sus términos, por ser lo hablado, me doy por recibida de la quinta parte del inmueble que hoy se me vende y en proindivisión tengo con mis demás hermanas y por conforme el que no se me entregue el titulo primordial por la causa que se expresa.

Sin embargo, y a pesar de las ventas realizadas, las únicas dueñas seguían siendo las hermanas Castellanos, es por ello que el rancho Guadalupe Chichimá no perdió su esencia y siguió funcionando de igual manera. ¿Pero, qué pasaba dentro de todo este terreno? ¿A qué se dedicaba? o ¿cuál era su actividad principal? ¿quiénes eran los que lo trabajaban?. Las hermanas Castellanos tenían bajo su mando a bastantes campesinos que se encargaban de sembrar, de asear y de mantener el rancho en buenas condiciones.

Según los relatos de nuestros informantes, los padres de cada uno de ellos crecieron en el rancho y por tanto trabajaron con las dueñas de éste, la principal actividad que sus padres realizaban era la agricultura. Don Rubén Velasco recuerda lo siguiente: R- “Mis papás eran de aquí, por eso es que nacimos nosotros aquí también. N- ¿Qué hacían sus papás? R- Ellos trabajan ahí la agricultura, la milpa era su trabajo” .

La agricultura era la principal actividad de Guadalupe Chichimá, don Rafael Hernández nos menciona en el siguiente fragmento de entrevista, que lo que las Castellanos sembraban era maíz y frijol y que para obtener dinero lo mandaban a vender

a Comitán. C- ¿Qué era lo que más se sembraba? R2- Maíz, frijol. C- ¿Pero lo vendían? R2- Sí, ellas vendían maíz, vendían frijol, zacate, el mismo mozo iba a entregar hasta allá en Comitán, en el puente Hidalgo había un señor que compraba mucho.

Sin embargo, y a pesar de desarrollar la agricultura en su terreno, las Castellanos también tenían ganado y para cuidar de éste tenían un vaquero que ostentaba un rango más arriba que el campesino. Los señores Rafael Hernández y Guillermo Hernández nos cuentan acerca de esto. R2- Tenían vacas, y yeguada, aquí había vaquero y había otro cuidador. Lo sacaban de aquí y lo llevaban hasta por allá, en la tarde lo iban a traer y lo venían a dejar aquí en la majada, a encerrarlos; majada se le decía pué porque ahí on´tá la casa grande era un gran corral, por eso le llamaban majada. El cerco era de puro encajonado y los vaqueros iban a soltar la yeguada. El vaquero les daba de comer, de ahí los vendían para el rastro. Así tenían negocio pue las señoras, era pues un rancho . Don Guillermo Hernández sustenta el comentario de don Rafael al mencionar que en el rancho se tenía el mismo funcionamiento en cuanto a la ganadería: G- …y tenían dos caporales que cuidaban la gente, tenían un vaquero para que arrejuntara el ganado, tenían yeguas y los arrejuntaba, ahí los llevaba seguido, bastante ganado tenían, y como antes no robaban pues, antes no robaba la gente.

Por otro lado, el sistema de baldiaje era el que prevalecía en el rancho Guadalupe Chichimá, pues los trabajadores no recibían ninguna remuneración en efectivo ya que su pago era el derecho de poder vivir en los terrenos de las patronas y de poder sembrar algunos días para el uso de los trabajadores, ya sea para que de ahí sacaran su comida o bien algún beneficio económico vendiéndolo por su cuenta en Comitán. Rubén Velasco Farías nos explicó de manera más completa la manera de trabajar con las señoras Castellanos: R- Mi papá trabajaba 15 días en el mes con ella, 15 días cada mes, en ese tiempo decían que era baldío lo que daban, baldío era lo que daban para pagar el terreno en que vivían el rancho, por el alquiler, porque vivieran aquí. C- ¿Por esos 15 días que trabajaban doña Rosa les daba terreno? R- Sí. Daba terreno para hacer la milpa, ya ellos trabajaban 15 días cada mes. N- ¿Y los otros 15 días? R- Ya trabajaban ellos aquí, en el terreno de aquí, pero todavía no era de nosotros, lo prestaba como alquilado. N- ¿Se acuerda cuánto le pagaban? R- En los 15 días no ganaba, es que ‘taban pagando pue, que vivían aquí en su terreno, así eran todos los que vivían aquí en el rancho.

En cuanto a esto, no nos quedamos solamente con un testimonio pues Rafael Hernández nos habla del mismo procedi-

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miento de trabajo quedando así claro que las Castellanos alquilaban sus terrenos a cambio de trabajo: C- ¿Cómo era la vida allá con las Castellanos, cómo los trataban? R2- Había un encargado que mandaba a la gente qué iban a hacer, entonces las Castellanos, era una semana para la patrona y otra semana para terreno de ellos, son mozos ahí trabajaban de balde, donde ella tenía harto terreno, era de ella, una semana sí, otra semana no.

En ambos testimonios que nos hablan acerca de la manera de trabajar en el rancho Guadalupe Chichimá, se hacen llamar baldíos, término que ahora puede sonar despectivo; al mencionarlo, los señores hacen referencia a la falta de un sueldo y de que con el trabajo de sus padres sólo pagaban el alquiler del terreno donde vivían.

Las Castellanos tenían un sistema de trabajo similar al que se desarrollaba en todo el país, pues los hacendados tampoco pagaban un sueldo a sus empleados ni les daban el derecho de tener un pedazo de tierra que fuera propio de los trabajadores. Con esto podemos observar que, aunque Chiapas se mantuvo al margen de muchos hechos históricos nacionales, el sistema de las haciendas y ranchos prevaleció en las entrañas del estado. Prueba de ellos es el caso en Comitán de las hermanas Castellanos.

Uno de los estímulos para realizar este trabajo acerca del funcionamiento del rancho Guadalupe Chichimá y de cómo no se pudo formar un ejido fue la mención que Mario Humberto Ruz hace en su libro Savia India, Floración Ladina; empero, en este menciona a dos Chichimás.

Otro Chichimá

Mario Humberto Ruz menciona que en su investigación realizada encontró dos ranchos que llevaban el mismo nombre Chichimá, uno con población de 58 almas y otro con 9, menciona también que ambos quedaban casi juntos; es decir, estaban ubicados cercanamente, por esta razón y debido a los datos encontrados nos dimos a la tarea de encontrar cuál era el rancho que se ubicaba aledaño a Guadalupe Chichimá, el cual llevaba el mismo nombre. Para nuestra sorpresa tanto con los informantes y con los documentos que encontramos se conocía acerca de este pequeño rancho.

En un fragmento encontrado en la escritura del año 1942 se menciona que el predio Guadalupe Chichimá colinda al oriente y norte con terrenos de Chichimá La Noria, y al poniente y sur con los de Tzimol. En congruencia con esto, don Rafael Hernández nos menciona que, durante la época de Guadalupe Chichimá existió la noria, mejor conocida como Chichimá La Noria. De acuerdo a don Rafael quien estaba a cargo de Chichimá La Noria era don Horacio Albores: N- ¿En la época del rancho Guadalupe Chichimá estaba Chichimá la Noria, la conoció usted? R2- Ah, sí era de don Adolfo Nájera. N- ¿Don Horacio Albores?

R2- Sí, lo conocí a don Horacio Albores, era dueño de la Noria, él fue el primero, después don Adolfo Nájera, después de don Antonio hijo de don Adolfo, de ahí de doña Alicia, después ya no supe ya.

Horacio Albores fue entonces, según don Rafael Hernández el primer dueño de Chichimá La Noria, el nombre del dueño también lo encontramos en el fragmento de otra escritura: “El terreno colinda: al norte, con terrenos de los señores Tiburcio Vásquez, Ángel Argüello y Fidelia Gordillo, al sur, con terreno de don Juventino Aguilar y terrenos de Islapá, al oriente, con propiedad de don Horacio Albores y de don Tirso Castañón y al oeste con terrenos de la comunidad de Tzimol” . En este segmento de la escritura, se menciona que la propiedad de don Horacio Albores colinda al Oriente con Guadalupe Chichimá, esto coincide con la primera escritura citada, pues en ella se menciona que Chichimá La Noria colinda al oriente con terrenos de las Castellanos.

La cronista Leticia Román de Becerril hace referencia a Horacio Albores al momento de tocar el tema de Chichimá La Noria. Menciona que cuando ella acudía a ese lugar, Albores era el dueño: N- ¿Pero era un lugar público o cobraban para entrar? L- Primero fue de don Horacio Albores, el papá de Roberto Albores Guillén, quien fue gobernador, él era el dueño de Chichimá cuando íbamos nosotros ahí. Don Rubén Velasco también nos da la pauta para concluir que Chichimá La Noria es el rancho aledaño del cual nos habla Ruz, pues en un fragmento de su entrevista nos menciona lo siguiente: C- ¿Y usted se acuerda de la Noria? R- Ah sí, la Noria, sí. C- ¿Dónde es la Noria? R- Hasta allá arriba, adelante de donde era su casa de doña Rosa, más allá.

Pero… ¿qué era Chichimá La Noria?, ¿por qué Mario Humberto Ruz hace mención de que un rancho hay 58 almas y en otro solo 9? Las escrituras nos dicen que, efectivamente, La Noria se encontraba junto a Guadalupe Chichimá; sin embargo en ninguna de ellas se menciona qué actividad se realizaba en ese rancho, o a qué se dedicaban. Empero, en las distintas entrevistas realizadas, nuestros informantes coinciden en un punto: Chichimá La Noria era un lugar de paseo o descanso para principios del siglo XX.

El señor Guillermo Hernández nos narra que en Chichimá La Noria: “lo único que había antes es que se bañaba uno, ahí era una zanja de agua antes, ahí nacía pues el agua, ahí íbamos a bañarnos nomás, a echar clavados, a divertirnos, ahí llegaban pues los de Comitán con música”.

Mientras tanto el señor Rubén Velasco Farías menciona algo parecido pues al momento de preguntarle: C- ¿Qué había en la Noria?, nos contestó: R- Era así rancho, era potrero, venía mucha gente a bañar, había como alberca, de ahí salía el agua que pasaba aquí en este arroyo de aquí. Por eso venía a bañar mu-

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cha gente. Era el bastimento envuelto en una serville-

Ambos testimonios coinciden con el ta que nos ponía la mamá, taquitos de frijodon Rafael Hernández , ya que menciona litos doblados, de frijol, chorizo con huevo, los mismos términos que los anteriores, huevos cocidos, temperante en botellita y lugar donde nacía agua y lugar de paseo de todos nos sentábamos así en el pastito a colos comitecos: mer después de bañarnos en el tanque que N- Pero ¿qué era la Noria? había en Chichimá; el tanque le decíamos R2- Noria le llamaban porque había mucha agua ahí, nacedero ahí, por eso llegaba gente por la semana santa a bañarse ahí. nosotros, qué alberca ni piscina, no, era el tanque. No muy grande no muy chiquito, un tanquecito donde podíamos nadar los muchachitos y el padre, nos aventábamos N- ¿Había casa para quedarse? clavados en la orilla del tanque y se levanR2- No, nomás bajaban a bañarse, no ha- taba el camisón. Donde se levantaba nosobía casa. tros nos levantábamos porque estábamos

Para recordar e imaginar cómo era un enseñando pierna adentro del agua y el paseo a este antiguo balneario de Comi- padre muerto de la risa, respetaba mucho tán, citamos la entrevista realizada a Leti- el Padre Torres. Adentro tenía una rueda, cia Román de Becerril en que en su labor así cerrada, con la famosa noria, ahí había de cronista, nos comparte sus recuerdos agua clara muy limpia, con eso se regaban de Chichimá La Noria: todas las frutas que sembraban ahí abajo C- Pero…¿sí visitó usted el lugar? del tanque, con el agua del tanque con eso L-A Muchas veces sí, era el paseo de campo preferido de nosotros, nos íbamos caminando. N- ¿Y por dónde pasaban cuando se iban? se regaba, había zanahorias chiquitas, muy limpio todo, cebolla, cilantro, rabanito, lechuga, todo eso sembraban; ahí no había frutas como hay ahora como el kiwi, no, ni conocíamos eso. Entonces ahí en Chichimá L-Aquí por donde está el camino, donde había muy buena verdura limpia, aseada, están ahora el de los soldados, ahí salía- no estaba contaminada como ahora. mos, pero no había nada de soldados, antes los soldados estaban ahí en el cuartel donde es ahora la casa de la cultura, la Rosario Castellanos, ahí estaba el cuartel. El padre Torres el día de su cumple nos iba a visitar al colegio Regina, después de la velada al otro día nos llevaban de paseo a Chichimá, ese era nuestro gran paseo del año con las monjas y llevábamos nuestro bastimento, lo que ahora le dicen lunch. C- ¿Y había casas o lugar donde quedarse a dormir o nada más era campito? L- Había una casota grande vieja, pero nosotros cuando fuimos la veíamos con piso de ladrillo, con buenas paredes blanqueadas; don Horacio Albores era medio pariente y amigo de papá, entonces nosotros entrabamos con bandera alta, y de por sí a las monjas les daban permiso y no cobra-

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ban, pasábamos porque no hacíamos daño a nadie, entrabamos a juzgonear la casa.

Ahora bien, ya sabemos acerca del otro Chichimá al que hace referencia Mario Humberto Ruz; nuestra hipótesis es simple, pues al ser Chichimá Guadalupe un rancho productor deducimos que era éste en donde se encontraban las 58 almas y las 9 restantes pertenecen a Chichimá La Noria, dado que sólo estaba reconocido como balneario, al cual acudían exclusivamente de paseo tanto personas de Comitán como de los lugares vecinos.

Por otra parte, el rancho Guadalupe Chichimá también estuvo rodeado de problemas por la petición de tierras para fundar un ejido, problema que terminaría con la muerte del dirigente de esta petición agraria.

Dorian Mimiaga

Estudio de arañas actuales y arañas fósiles en Chiapas. Biol. Miguel Ángel García Villafuete.

Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas. Dr. Raúl Trejo Villalobos

Iglesia Vieja (sitio arqueológico) Arqlgo. Akira Kaneko

Entomología en Chiapas. Dr. Benigno Gómez. ECOSUR

Refugio de lo sagrado Los Zoques. Dolores Aramoni.

Eruditos Ilustrados en Chiapas. S. XVIII. Mtro. Omar López Espinosa.

Finca Hamburgo y el café. Lic. Tomás Edelmann Blass.

Derroche de presupuestos públicos en Chiapas. Dr. Jorge Alberto López Arévalo.

Entretejas, la revista cultural de Chiapas, número 7, terminó de diseñarse en los talleres de Editorial Entretejas a fines de octubre de 2020.

www.entretejas.com.mx

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