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HISTORIAS que inspiran De la perseverancia al éxito empresarial

Alvaro Villamizar

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Un buen negocio no nace de la noche a la mañana, muchísimo menos, cuando son negocios vitales, El negocio de mi padre era el agua y la energía para todos. Desde los catorce años en un negocio familiar, se encargaba de cobrar facturas, la contabilidad, pagar nómina. Un buen empresario debe aprender a detectar las oportunidades y aprovecharlas en el momento justo especialmente si puede cambiar su vida. Haciendo su mayor esfuerzo logró ser becado toda su carrera y en la mitad de la misma demostró que la disciplina es un gran componente de su vida e inició su pasión por la halterofilia que practicó ininterrumpidamente por más de cinco décadas donde aún hoy sus nietos disfrutan y presumen de su legado en las redes con sus vídeos alzando grandes pesos a sus 82 años. Ya como ingeniero y con su familia formada terminó en Europa sus estudios de postgrado y maestría en riego y recursos hidráulicos donde descubrió que un empresario debe preparar todos los días para rodearse de expertos y aprender de ellos para cada día ser mejor. Ser Global es un factor que mi padre nos enseña todos los días ya que por décadas recorrimos lugares recónditos del mundo enfrentando como inmigrante las adversidades naturales, culturales e intentarlo una y otra vez, para llegar a la cima llevando el agua y la energía a los agricultores y a las grandes ciudades de Panamá, República Dominicana, El Salvador, Ecuador, Venezuela, Colombia y hoy desde Canadá. Toda esta experiencia la plasmó en un libro que guía a decenas de generaciones de ingenieros incluyendo la mía, en esta misión me dice, tienes tú negocio, ahora ¡toma las riendas! Ama a Dios sirviendo: a otros, a la educación y a la disciplina. Consejo fundamental de la empresaria que hoy soy.

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