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HUYE DE LA TENTACIÓN

EGR | 4 S aludos y abundantes bendiciones para todos los lectores de esta Revista. El deseo de mi corazón es que todo creyente, así como aquellos que todavía no han confesado a Cristo como su Salvador, conozcan las artimañas de Satanás con el fin de atraer a las personas a pecar contra Dios. Sabemos que Satanás es el gran tentador que busca la manera más eficaz para perder las almas de los hombres. Dios no nos tienta al pecado como lo establece Santiago 1:13 que dice: “Cuando alguno es tentado, no diga que

POR: NORMA I. VÁZQUEZ

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es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.”

Tentación: Movimiento interior que nos impulsa a hacer una cosa, particularmente si es mala. Caer en la tentación es sinónimo de pecado.*

Toda persona que conoce la Biblia sabe que la tentación que el diablo puso ante nuestros primeros padres (Adán y Eva), es el tipo de sus ataques posteriores. La desobediencia y la tentación del hombre empezó en Génesis 3:1-5 donde dice: “Pero

la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Vemos cómo la serpiente (Satanás), que es malvada, tergiversó la Palabra de Dios para tentar a Eva con la sed de poder y que no iba a morir e iba a ser como Dios.

Así como Satanás tentó a Eva y a Adán al comienzo de la creación, siguió tentando a siervos de Dios y al mundo entero. El ejemplo más notable es cuando tentó a Jesús en el desierto, Mateo 4:1: “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.” La historia de la tentación a Jesús sigue en el versículo 2 hasta el 11, donde con la misma Palabra de Dios tentó a Jesús, pero con la misma palabra, Jesús pudo vencer hasta que el diablo lo dejó. Vemos cómo el Señor Jesús, utilizando la palabra de Dios, alcanzó la victoria sobre todas las tentaciones que le presentó Satanás.

Situaciones que nos pueden tentar al pecado:

Hacer lo fácil

La Biblia nos aconseja, como un mandato, que debemos entrar por la puerta estrecha, si queremos alcanzar la estatura del varón perfecto que es Jesucristo y que ese camino nos lleva a la vida. Mateo 7:13-14 dice así: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

Para poder entrar por la puerta estrecha, debes saber que La Puerta es Jesucristo. Debemos someternos a la obediencia de la palabra, hacer la voluntad de Dios, vivir en el espíritu y que todo lo que hagamos agrade a Dios. La puerta ancha te lleva a la perdición, porque estás tentado a hacer todo lo que agrada a la carne como: placeres sexuales, vicios de todas clases, hacer todo lo que es fácil y muchas cosas que no agradan a Dios. Estas personas no obedecen la palabra. ¿Por qué puerta quieres entrar?

Las cosas de este mundo:

La Biblia nos dice en 1ª Juan 2:15: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” El propósito del Apóstol Juan al escribir este versículo es que los creyentes se alejen del pecado,

La tentación es un movimiento interior que nos impulsa a hacer una cosa, particularmente si es mala.

porque sabe que en el mundo hay muchas cosas que atraen y pueden sucumbir ante tanta tentación. En el mundo están los placeres sexuales, orgías, vicios de toda clase, adulterio, fornicación, amar más las riquezas que a Dios, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, herejías y muchas cosas más. Además, la Palabra dice en Gálatas 5:21: “… que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Así que, tú escoges si quieres vivir en el espíritu o vivir en el mundo.

Debilidad en la fe

Con una fe débil el creyente está expuesto a sucumbir ante toda tentación. Tenemos que luchar contra el diablo por nuestra fe. La Biblia nos recomienda que tomemos toda la armadura de Dios para poder resistir en el día malo y permanecer firmes en la fe. Efesios 6:16 nos dice: “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.” Sabes que el maligno te va a zarandear para que caigas en pecado. Así que, coge el consejo que nos da 1ª Corintios 16:13: “Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.”

El deseo sexual

EGR | 5 Para no caer en el pecado de adulterio o fornicación, mira lo que dice 1ª Corintios 7:5: “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.” La separación puede surgir por otras razones válidas, por ejemplo, cuando el esposo tiene que servir en el servicio militar por mucho tiempo. En muchos casos, esto ha provocado que la

pareja afectada rompa su relación matrimonial. Otro caso bastante común en nuestra sociedad es cuando uno de los cónyuges está en un sistema carcelario; la pareja afectada se cansa de esperar y cae en adulterio. Como consecuencia, muchos terminan su relación matrimonial.

Orgullo y confiar en la fuerza de uno mismo. Todos estamos expuestos a caer por una tentación. Por eso, no podemos juzgar al hermano en ningún momento. 1ª Corintios 10:12 dice: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” También Gálatas 6:1 nos aconseja: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” El Señor Jesús fue tentado, como hombre, en todas las cosas y pudo vencer. Así que, nosotros también podemos vencer cualquier tentación, con la ayuda del Espíritu Santo.

Riquezas

Muchas personas tienen deseos desenfrenados por hacerse ricos y se envuelven en negocios turbios. El afán para obtener más riquezas provoca que abandonen su vida espiritual, pierden el amor en las cosas de Dios y se alejan de la iglesia por períodos largos. Vamos a ver lo que dice la Biblia. En 1ª Timoteo 6:9-10 claramente expone: “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” Debes saber que ser rico y millonario no te hace feliz y menos si no tienes a Dios en tu corazón. Muchas personas que son millonarios no son felices, porque no dependen de Dios, sino del mundo y, por tener un vacío en su corazón, hasta llegan al suicidio. Por eso el mismo Señor nos

dice en Lucas 16:13: “Ningún siervo puede servir a dos señores;

porque o aborrecerá al

uno y amará al otro, o

estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” EGR | 6 Caer en tentación es sinónimo de pecado.

Todos tenemos lucha contra la tentación y por esa razón debemos tener cuidado de las trampas del diablo que su especialidad es hacer caer al hombre para que peque. Debemos protegernos con la armadura de Dios, como lo establece Efesios 6:11: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” Para estar alertas para la tentación, el Señor nos recomienda en Mateo 26:41: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” Tenemos un Dios fiel que nos ayuda a sobrevenir cualquier tentación. 1ª Corintios 10:13 nos dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” Además, tenemos a Jesucristo que es poderoso para socorrernos por cuanto él mismo padeció tentación. (Hebreos 2:18).

Como un consejo final, te recomendamos que si te encuentras en alguna tentación no vaciles en pedir ayuda mediante la oración, porque la oración eficaz del justo puede mucho (Santiago 5:16). ▪

Referencias:

1. Biblia Plenitud-Versión Reina Valera, 1960-Miami; Editorial Caribe, 1994 2. Diccionario El Pequeño Larousse Ilustrado

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