Atrapen al Pollo

Atrapen

Un Mundo de Aventuras

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Atrapen al Pollo Por: Luis Fernando Isaza Robledo Esta es una publicación de ShowPlace Cl. 147 # 7-70. 2do. Piso. Bogotá. Colombia.

Tel 633 2920 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS Prohibida su reproducción parcial o total, en cualquier forma, sin permiso previo de ShowPlace Primera Edición, Bogotá, Enero de 2010 ISBN 958-97667-5-7 Ilustración: María de Pilar Rodríguez Duplat Diagramación: Terry Escobar Contenido Pedagógico El Cuerpo Humano La Genética

Siendo aún joven, Ho Chin Li fue el alumno más disciplinado del curso avanzando de biotecnología de la Universidad de Hong Kong. Era brillante, excepcionalmente brillante.

2 Una obra de ShowPlace

Pero un d铆a, mientras experimentaba con un virus de alta peligrosidad, sufri贸 un terrible accidente: fue infectado.

3 Una obra de ShowPlace

El virus, modificaba su personalidad en forma continua. A veces serio, profundo, muy tímido e interiorizado en sí mismo. Otras veces, envenenado por una risa extrema acompañada de un sentimiento maquia-vélico de poder que lo hacía parecer demente.

4 Una obra de ShowPlace

A pesar de su nuevo estado, Ho Chin Li trabajó desde aquel momento en perfeccionar el virus que lo había infectado, buscando con él, poder controlar el comportamiento de las personas.

Así, luego de varios años de trabajo, pensaba ya estar listo para que con ayuda del virus, Lin Mai, su mejor amiga de la universidad, se enamorara perdidamente de él.

5 Una obra de ShowPlace

Lin Mai, quién trabajaba en la granja avícola de SenHu, la más grande del mundo, investigaba métodos científicos que pudieran evitar las enfermedades contagiosas en las aves de corral.

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Aquel día en que Ho Chin Li la visitó, un inesperado accidente hizo que el virus escapara del envase que su amigo guardaba secretamente en el bolsillo, iniciando así la más infame epidemia animal jamás vista sobre la tierra.

La llamaron la risa aviar, pues fueron los pollos los que primero habían sufrido su poderoso efecto.

Milagrosamente, ella se había salvado.

7 Una obra de ShowPlace

El virus era malévolo.

Producía cambios intempestivos en la personalidad. Los pollos dormían, luego saltaban, luego cacareaban sin descansar como celebrando un fabuloso chiste de pollos.

Y luego dormían de nuevo.

Igual a lo que padecía Ho Chin Li.

8 Una obra de ShowPlace

Poco a poco, los noticieros comenzaban a informar cómo aparentemente el virus se transmitía, a la especie humana, por consumo de carne de pollo, la especie humana y cómo rápidamente llegaba hasta lejanos lugares de la tierra, haciendo pensar que una nueva pandemia produciría la locura humana más grande jamás vista. Pero aún, nada había sido plenamente demostrado.

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- Es tú deber evitar esta epidemia dijo a Lin Mai, su antiguo profesor de biotecnología. Fu Suang.

- Tú conoces a Ho Chin Li y sabes que él con tu ayuda, es el único capaz de ayudar a controlarla.10 Una obra de ShowPlace

Debían descubrir el antídoto. Pero ésto sería posible solamente si podían descifrar su codificación genética, su ADN, para así estudiar la manera de romper su ciclo de duplicación y por lo tanto de multiplicación.

De lo contrario, se especulaba, la humanidad estaría enloquecida por el virus en tan solo algunos meses.

11 Una obra de ShowPlace

Con la aceptación de Ho Chin Li, los dos jóvenes científicos comenzaron a desarrollar dentro del laboratorio de la granja, un estudio profundo sobre el diseño genético del virus y poco a poco, con el paso de los días y la genialidad de ambos, empezaron a encontrar la solución.

Tenían poco tiempo y ellos lo sabían.

12 Una obra de ShowPlace

Pero de vez en cuando, en medio de este intenso trabajo, Hochin Li tenĂ­a cambios profundos de personalidad.

Su risa incontrolable y su estado arrogante hacĂ­an necesario que el experimento que realizaban tuviera que ser suspendido.

13 Una obra de ShowPlace

En aquel estado, HoChin Li se tornaba ofensivo: - Te pareces a Pasteur, calentando bacterias para matarlas.- le decía burlonamente a su amiga.

Lin Mai estaba asustada. Jamás había visto a su compañero en ese estado de locura.

14 Una obra de ShowPlace

Pero él seguía incontrolable. Ahora se burlaba del famoso Alexander Fleming, inventor de la penicilina, aquella droga que aún hoy, salva millones de vidas.

- Era un juego de niños - decía.

15 Una obra de ShowPlace

Pero lo de él no era un juego de niños. Lo de él era ciencia de última generación, con la más alta tecnología y con la cual podría dominar al mundo.

16 Una obra de ShowPlace

Un día Lin Mai, sintió mucho miedo.

No sabía que hacer.

Mientras nerviosamente buscaba que su amigo dejara de comportarse de esa forma, rompió el frasco que guardaba una porción del virus y fue infectada.

Inmediatamente, antes de comenzar a sufrir sus efectos, tomó su celular y llamó al profesor Fu Suang.

17 Una obra de ShowPlace

El profesor llegó rápidamente al laboratorio y observó como sus dos exalumnos se comportaban locamente.

Con gran sigilo comenzó a estudiar sus avances y a trabajar en la manera de producir un antídoto para el virus.

Pronto, como por arte de magia, descubrió cómo crear el antivirus para eliminar uno de los efectos: el de la locura maquiavélica.

No era todo lo que buscaba pero era parte de la solución.

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Ahora, mientras Lin Mai y HoChin Li compartían el deseo de dominar al mundo, el profesor esperaba pacientemente el momento oportuno para inyectarles el antídoto.

- ¡Ahora! - gritó de pronto y se lanzó hacia a ellos con una jeringa en cada mano. El efecto fue inmediato.

19 Una obra de ShowPlace

Como era de esperarse, el antídoto sólo resolvió una parte del problema, pues el gen de la risa aún no había sido destruido, por lo que ahora, sus antiguos alumnos eran dos muchachos comunes y corrientes riendo a carcajadas por todo lo que les pasaba.

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Nervioso, el profesor Fu Suang siguió en busca del antídoto para este problema.

Pero dentro de su nerviosismo cometió una terrible imprudencia y no solamente fue contagiado por el virus de la risa sino que una pequeña porción de este, pequeña pero suficiente para causar un gran daño, escurrió por el sifón de su lavamanos haciendo que el virus entrara al sistema de aguas de la granja avícola.

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Pocos dĂ­as despuĂŠs, todo Hong Kong habĂ­a sido infectado por el virus y desde aquella ciudad, comenzaba a esparcirse por el resto del planeta.

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Una obra de ShowPlace

Algunos días más tarde, casi todo el mundo reía sin control. Se sentían felices.

Era una epidemia de orden mundial. Los grandes científicos de occidente estaban preocupados. Los presidentes asistían a reuniones en lugares secretos y profundos, buscando una solución.

- Atrapen a los pollos pedían todos.

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Pero nadie se daba cuenta que el mundo habĂ­a cambiando. Para bien. Nadie se daba cuenta.

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