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Haciendo leña del árbol caído

En este caso, no ha caído el árbol y ya lo están haciendo leña. El vencimiento del contrato de concesión de la Autopista Palín-Escuintla no pudo caer en un peor momento: en medio de una campaña electoral. No cualquier campaña electoral. La más sui géneris y cuestionada de la era democrática contemporánea. Como tantas otras ofertas electorales, no han faltado quienes ofrezcan eliminar el peaje en dicha autopista y permitir su libre uso por parte de la población. Devolver al pueblo la autopista, dicen quienes se mueven más por razones ideológicas; fuente gratuita de votos piensan los más oportunistas. A estos políticos se suman centenares de expertos instantáneos de redes sociales, que entre alusiones a supuestas ilegalidades en el origen de esta concesión y superficiales análisis de los supuestos beneficios de eliminar el peaje, pasan por alto los costos asociados a que dicha autopista se convierte en un tramo más, sin pena ni gloria, del maltrecho sistema vial del país. No se puede negar que suena bonita la propuesta; aparentemente, es “un almuerzo gratis”. Lo que nadie dice es que no existen almuerzos gratis. Lo que nunca dicen quienes ofrecen todo tipo de dádivas a la población es sobre quienes recaerán los costos de sus graciosas ocurrencias.

En referencia al futuro de la autopista, es necesario tomar en cuenta que los concesionarios actuales entregarán al Estado un activo en buenas condiciones, por mucho en mejores condiciones que el resto de la red vial. Esto es así gracias a que su intensidad de uso ha estado limitada por el cobro de un peaje y se ha dado mantenimiento adecuado a la infraestructura gracias a los incentivos que tienen los operadores para mantenerla en óptimas condiciones. Condiciones que desaparecerían en caso de permitirse el uso libre de pago de esa ruta y entregarse el mantenimiento a Covial o cualquier otro mecanismo parecido. Además que, muy probablemente, todo el transporte pesado que hoy utiliza la antigua ruta a Escuintla usaría la autopista de no existir un cobro por su uso y no cumplirse las limitaciones de peso y dimensiones de los vehículos que demanda su actual diseño. Integrar ese tramo a la red vial así nomás, sin estudios técnicos y evaluaciones costo-beneficio de las alternativas, es la forma más segura de que dentro de un par de años esta autopista se encuentre en el mismo estado que las demás carreteras del país.

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Roberto Moreno Godoy

1,817 Agentes de Cambio

La composición de la población y su contribución a la economía permite hacer pronósticos sobre el desarrollo de una nación. Una forma de estimar ese potencial es analizando la proporción de jóvenes y de población productiva. El llamado bono demográfico, que hace referencia a un período en que la población en edad de trabajar es mayor a las personas que son dependientes (niños y adultos mayores), es una forma de medirlo. Guatemala tiene un bono demográfico grande, pues, según datos del INE, cerca de tres de cada cinco pobladores del país tienen entre 15 y 64 años de edad. En la Costa Sur también cerca de un 60% de los habitantes de Escuintla, por ejemplo, se encuentran en este grupo etario. Se estima que esta situación, con una alta proporción de población joven y productiva, continúe por cerca de dos décadas más.

Tener tantos jóvenes y personas capaces de contribuir a la economía puede ser un recurso de gran valor para el futuro de Guatemala, siempre y cuando cultivemos este capital humano. Contar con ese bono demográfico abre una ventana enorme de oportunidad, que debe aprovecharse. Por ello, es indispensable trabajar en la formación y capacitación laboral de los jóvenes, en la atracción de inversiones y en la generación de empleo, entre otras estrategias. Nuestra sociedad debe asegurarse que la población en edad productiva reciba una adecuada preparación, posea las competencias que se necesitan, ejerza una ciudadanía consciente y pueda insertarse a la economía. Esto exige un enorme esfuerzo, pues en nuestro país pocos jóvenes tienen acceso a la educación.

Todas las personas y organizaciones debemos trabajar para optimizar el bono demográfico. A manera de ilustración, el sábado recién pasado realizamos dos importantes ceremonias en la Universidad del Valle de GuatemalaCampus Sur. En dicha sede, ubicada en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, 156 graduados recibieron los títulos que los acreditan como técnicos en administración de empresas, informática, producción industrial de alimentos, mecatrónica y productos agrícolas de exportación, profesores especializados en educación primaria, educación física, deporte y recreación física y problemas del aprendizaje, licenciados en administración de empresas, tecnología de sistemas informáticos, educación y psicopedagogía e ingenieros en tecnología agrícola y pecuaria. Asimismo, varios profesionales completaron una maestría en liderazgo y gestión empresarial o en mantenimiento industrial.

Aquiles Faillace

tienen a que el pueblo les exprese rechazo?

Ni contarles las dificultades de Facebook y Twetter. Hasta descargo de responsabilidad exigen…

AL CANDIDATO SILENCIOSO SE LE EMPIEZAN A CERRAR PUERTAS

DEBIDO A LA GRAN POPULARIDAD

QUE HA ALCANZADO, LLEGANDO LOS PSEUDOCANDIDATOS OFICIALES A MOVER SUS PITAS PARA BLOQUEAR LA EXITOSA CAMPAÑA DEL NULO.

Los tentáculos empezaron a moverse a intentar cerrar espacios de comunicación contra el voto nulo, el candidato silencioso que ganará las elecciones. Tras intentar conseguir espacio en los medios de comunicación he recibido respuestas de lo mas variopinto, incluso adornadas con jocosos argumentos.

De parte de una dueña de canal alineada con uno de los partidos donde su hijo está postulado como candidato (vea usted la contradicción, medio de comunicación independiente alineado a un partido…) la respuesta literal fue: “No creo en el voto nulo y lo que pretendo es que la gente vote consciente e inteligente …”. ¿Y ese voto cuál será?

De parte de otro conglomerado: “Esas son chairadas vos…”. ¿Entonces solo hay un camino?

De parte de un conocido programa en radio y tv : “No se acepta pauta…”. ¿Y todos los anuncios políticos?

Y un largo etcétera

¿De verdad, muchá? ¿Tanto miedo le

En conclusión, una sociedad amordazada y temerosa de que el pueblo manifieste su verdadera voluntad. Casi estamos como el acta de independencia donde se lee: “Es prudente declararla nosotros, no sea que la declare el pueblo con nefastas consecuencias”.

Entonces estamos frente a un proceso viciado de origen, con un tribunal mínimo electorero (sí, en minúsculas) comprometido ya que sus integrantes mostraron falta de honestidad desde su postulación al incluir títulos falsos como parte de su “gran sabiduría”, un árbitro de lucha libre con candidato ganador al que hay que hacerle la upa no importa el costo. Destruyamos la democracia y rompamos la República, ¡qué pisados! Mientras nuestro candidato llegue y nosotros sigamos mamando de la teta jugosa del Estado.

Candidatos sin compromiso moral y ético con el bien común ni con el bienestar del pueblo, lo que importa son las plazas fantasmas, las coimas en los contratos, carros y viajes y sobre todo la inmunidad, hoy sinónimo de impunidad.

¿Así, qué se puede esperar?

Fraude, fraude y más fraude. Fraude de ley al utilizar la discrecionalidad para descalificar a los candidatos incomodos al sistema. Fraude mediático al permitir la promoción únicamente de los afines. Fraude físico a la transmisión de resultados, los que curiosamente ya empezaron a decir que “no estarán esa miesma noche”.

Réquiem por la autopista

LA AUTOPISTA PASARÁ A MANOS DE POLÍTICOS Y BURÓCRATAS.

La autopista Palín-Escuintla pasará a manos de políticos y burócratas el próximo 30 de abril. Propongo una oración de difuntos dedicada a aquel tramo carretero de 22 kilómetros. Autopista, te vamos a extrañar.

¿Por qué soy pesimista?

Porque si a la autopista estatal le va como a la educación estatal estamos fritos. Ni siquiera dos de cada diez graduados de secundaria en las escuelas del Ministerio de Educación obtienen un buen desempeño en matemáticas; y a duras penas tres de cada diez tienen un buen desempeño en lectura. En manos de políticos y burócratas, el sistema educativo chapín es un engaño para los estudiantes y para sus padres o encargados y es un robo para los tributarios como tú.

Porque si a la autopista estatal le va como al sistema de salud estatal estamos fritos. Dime si no has leído, numerosas veces, acerca de las miserias a las que se enfrentan los guatemaltecos que hacen uso de los servicios de salud estatales donde imperan el desabastecimiento de medicinas, la falta de personal, el hacinamiento y la inexistencia de salas de espera.

El sisetma de salud estatal es un robo par los tributarios como tú.

Una carretera que uso con frecuencia es la que une Tecpán con Chiché y pasa sobre el río Motagua sobre el puente Chimaché. Es cierto que te ahorra como una hora de viaje; pero… políticos y burócratas constuyeron aquel puente y abrieron la ruta sin ampliar apropiadamente la carretera que va de Tecpán a Chimaché, de modo que el transporte más pesado posible circula por ahí en un camino estrecho y mal mantenido que no está hecho para aquello. La carretera entre el puente y Chiché se desmorona en tiempos de lluvia y pasas por ahí esquivando piedras; el talud es tan vertical que le añade mucha tensión a una situación peligrosa.

¿Has visto cómo está la carretera estatal entre Escuintla y el puerto Quetzal? Se mantiene tan llena de hoyos y parches que de nada sirve que sea recta y de concreto porque no es posible ir a una velocidad razonable sostenida sin correr el riesgo de un reventón de llanta, por lo menos. En la carretera hacia Quetzaltenango –y durante años– el concreto ha estado tan resquebrajado que hace un tiempo a mi auto le rebanó una llanta. Desde entonces, cuando he circulado por ahí lo he hecho muy nervioso. La cosa no pasó a más, pero… ¡qué peligroso! ¿Verdad?

En occcidente docenas de caminos están plagados de túmulos, y detrás de los túmulos hay hoyos. ¿Quieres que te recuerde lo que ocurre con el libramiento estatal de Chimaltenango?

Laberinto o corredor terrorífico

EL ACTO DE OBSERVAR LAS ELECCIONES PUEDE TENER O NO IMPORTANCIA DEPENDIENDO DE LOS MOMENTOS QUE SE TRATE.

Como remedo de ciudadanos, estamos metidos en un laberinto o más bien en un cuchitril lleno de inmundicias de las cuales parece que no saldremos en los próximos años. En eso se ha convertido el proceso electoral. Ni siquiera podemos hablar de encrucijada, porque carecemos de opciones viables políticamente. Las opciones parecen salidas de las más dantescas películas de terror. Por delante nos quedan períodos, en el mejor de los casos, de mediana duración, donde el continuum será la constante.

Las sensaciones que captamos en las calles, en los círculos familiares y laborales cercanos es un presagio de lo que está por venir. En realidad, las próximas semanas no generan mayores expectativas; más bien ocurre lo contrario. El período de campaña no está sirviendo para mostrar cambios en la tendencia prevaleciente desde tiempo atrás. Lo que era gris, ahora es más oscuro. En medio de la vorágine de nombres y mensajes sin lógica alguna, la constante es el desánimo generalizado.

Pero preocupémonos por lo que vendrá después de las elecciones. Allí radica la médula del actual preámbulo. ¿Quiénes administrarán el poder desde el ejecutivo y el legislativo? ¿Los mecanismos de decisión sufrirán alguna modificación? ¿Cómo se consolidará el bloque de poder que ha adquirido el pastel completo de la hegemonía? ¿De qué nuevos mecanismos se valdrá la alianza corrupto-criminal que las elecciones validarán? ¿Habrá algunos resquicios por donde ver halos de luz ante tantas oscuridades? ¿Qué nuevas correlaciones veremos en la nueva legislatura 2024-2028? ¿Cómo se gestionará el poder, en términos de distribución, tensiones y luchas por el mismo, y los mecanismos para aliviar las pugnas para evitar que el río llegue al mar? ¿Cómo se reproducirá el poder después del salvoconducto electoral de junio y agosto próximo? Esas y otras interrogantes son las relevantes.

No es marginal si gana tal o cual candidato a la Presidencia, o si un partido logra más de 10 curules en el Congreso. Tampoco es ocioso analizar a quiénes ganen las alcaldías en los corredores de mayor importancia para el crimen organizado y sus variados negocios. Todo ello es relevante, pero no por la propia elección sino por las consecuencias que se tendrán en el ejercicio de las funciones públicas correspondientes. De lo anterior, queda en evidencia que la variable partido político es de tercera categoría, ya que esas estructuras artificiales en realidad encubren una diversidad de agendas de intereses.

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