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Página 26 Política 300 de Cada 10 Mil Bebés en Chiapas Padecen de Cardiopatía Congénita
*Producen Infartos a Temprana Edad.
Tapachula, Chiapas; 08 de febrero del 2023.Entre un 3 y 4 por ciento de los bebés en Chiapas padecen desde antes de nacer alguna de las dos cardiopatías conocidas. La mayoría de ellos morirá irremediablemente poco antes o después del parto. Con cirugías de alta tecnología y muchos cuidados, algunos vivirán solamente entre 20 y 30 años.
De acuerdo a, Jorge Antonio Vázquez Marroquín, director del Centro Cardiológico de Tapachula, las cardiopatías congénitas se llaman así porque en el proceso de gestación o cuando nacen, los niños ya tienen el problema, genéticamente, y se altera durante la formación del bebé en el útero de la mamá.
Estas se dividen en dos tipos. Las cardiopatías congénitas cianógenas, que es cuando el bebé se pone morado, cianótico en los labios, uñas, pies, en las palmas de las manos. En la parte más severa se observa ese tinte violáceo incluso a nivel de los párpados. Nacen ya con esa situación y es por una deficiencia de oxigenación en la sangre circulante. Entre más grave, mayor serán esos signos visibles.
En las cardiopatías congénitas acianógenas, hay -además- defectos del corazón que, al momento no se le observa la cianosis. Sin embargo el niño tiene esas fallas y si no son tratadas a tiempo terminarán en cianógenas.
Entre algunas posibles causas, mencionó a la comunicación interauricular, porque el corazón tiene cuatro cavidades, dos ventanas superiores qué son las aurículas y dos habitaciones inferiores qué son los ventrículos, y en medio hay tabiques que dividen. Estos deben ser íntegros para que no pase la sangre desoxigenada y contamine a la que se va a repartir a todo el organismo para nutrir a cada célula con los iones, proteínas, todo lo demás.
Esas barreras evitan que la sangre del lado derecho -que está contaminada- pase a la arterial, entonces uno de los defectos es que esa pared entre las aurículas puede haber un orificio y al otro lado.
Hay un tercer defecto, pero está por fuera del corazón, de donde salen dos grandes arterias: La aorta y la pulmonar. Durante la vida fetal hay un conducto que comunica a la sangre de la aorta hacia la pulmonar o viceversa, Esta relación es necesaria y útil para que se desarrolle el bebé en el útero, pero los cambios de presión atmosférica y el esfuerzo al nacer, hace que ese conducto se selle y haga un colapso.
A veces ocurre durante el primer llanto y entonces se cierra, pero cuando no ocurre ese proceso se llama persistencia del conducto arterioso, y ahí empieza la contaminación entre sangre arterial y la venosa.
De acuerdo a sus estadísticas, esos problemas cardiacos se presentan en 30 de cada mil niños o 300 en cada diez mil en la entidad. “aunque por fortuna el conducto arterioso a veces llega a cerrar hasta el mes de nacido, eso es muy raro, pero algunas veces ocurre.
“Todos los niños que padecen cardiopatía congénita cianógenas, ante esfuerzos y ejercicios en la que todos necesitamos más oxigenación y al no llegarle, caen en crisis, donde entran en una gran desesperación, una sed de aire tremenda y se les ve más moraditos”, recalcó.
Asimismo que, “las cardiopatías congénitas incluso pueden evitar que el niño nazca vivo, porque la alteración de la circulación fetal está tan alterada que evita un gran desarrollo y finalmente el fallecimiento del feto. Se dice que, cuando esto sucede, el bebé va a sufrir demasiado si hubiese nacido”.
El especialista reconoció que ya hay recursos, pero son procedimientos quirúrgicos paliativos que ayudan a llevar una mejor vida al menor de edad para que llegue a la segunda o quizá tercera década de vida”.
Entre los factores que podrían incidir está la edad de los padres, ya sea muy jóvenes o muy adultos, “porque aún no han madurado sus espermatozoides o sus óvulos, y entonces tienen más posibilidades de tener alteraciones genéticas; al igual que tener la relación sexual bajo los influjos del alcohol o de drogas”.
Hay además otros factores que intervienen, como los ambientales, cuando las personas viven en ciudades demasiado contaminadas como la Ciudad de México.
Por eso recomendó que, cuando se programe tener un bebé, que no sean demasiado jóvenes ni muy grandes de edad; que no los formen durante los influjos de bebidas alcohólicas u otras drogas; y que se valore a los bebés cuando nacen, aunque físicamente se vean bien. EL ORBE / JC