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LAURA GARCÍA DEL CASTAÑO

No te daría mi colección de cucharas importadas

Ni me tatuaría un brazo

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Ni me iría a vivir a tu casa con tu madre

Pero te dibujaría lo que la vida te borre

Te esperaría debajo, en el gran salto

Porque soy todo lo que no has buscado la arrastrada por tu mayor creciente la que supo domar al fantasma de tu entrada

Tomo lo que me sirves, lo picante, lo amargo

Soy lo que dejas afuera a la intemperie, la que va hasta ese lugar de tu fiesta, del corazón de tu hambre

No hay una foto tuya en mi billetera

Nunca retuve tu número, tus claves

No hay nada que nos una apenas me tenso al esplendor de tu vida con ese hilo finísimo con que la luz sujeta a los insectos.

(La vida en que sueñas – Recovecos, 2012. Córdoba)

¿QUIÉN TE PERSIGUE?

¿Dios, el tiempo, la fatalidad, el miedo, la tentación, el soborno, una misión alguien que huye?

¿Qué vas a decir cuando te encuentre? Que no estás

Te harás el muerto para que la muerte no te alcance te desvivirás para no vivir

¿Dónde vas?

Al lugar de tus poemas, al frenesí de la vejez?

¿Qué hay al final de todo? una puerta, un espejo, un borde.

¿Qué es la reencarnación?

¿Un hueco al fondo de dios?

¿Qué te impulsa?

¿El viento, los brindis, la curiosidad, el deseo, la marea de los hombres?

¿Qué te retrasa?

¿El error la invalidez, la mediocridad, el juego, las incógnitas?

¿Qué das de comer a esas palomas?

¿Qué de tu paz, qué de tu desolación o tu espera?

¿Qué belleza nos embellece y cuál nos da el consuelo?

¿En otra vida leeré los poemas que hoy escribo?

Lo real va por detrás de la visión y la visión por detrás del sueño. La mirada siempre está un paso adelante.

El sueño es inalcanzable.

(El animal no domesticado – Pan comido, 2014. Córdoba.