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SE HACE POESÍA

Claridad

Paula Cantarero

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Como el agua de la Laguna Azul, como el cielo de junio, como la casa que limpio y limpio para hacer lugar. Como el cerebro que entreno como a un perro, para que olvide volver al pasado y piense sólo en hoy.

Desayunar es exprimir, batir, servir la mesa, roer un trozo de queso.

Mirar por la ventana.

Cuento luz sobre calcáreos, miro una pulga hundirse en el vellón blanco de la gata madre

Sumo el lujo de estos días: el tiempo derramado sobre el cuerpo, el nuevo estándar del sueño y moverme por la casa perseguida por la estufa como por un droide fiel.

Como los libros apilados que no voy a leer.

Como el virus de la muerte.

Como tiburones que ahora se ven en las orillas del mar.

Descubrimientos

Nos encontramos de pronto con la casa.

Fue como meter las manos en el río y acariciar las piedras en el fondo.

Decidimos plantar un limonero en junio, para verlo por la ventana.

Hacíamos lugar, todo volvía a llenarse de trastos, y de nuevo empezar.

Nombrábamos las cosas.

Lavábamos la sangre.

Leíamos las cartas. Llegaban regalos que compramos por correo.

Insectos ponzoñosos. Edredones estampados con vicuñas. Semillas de vegetales. Herramientas.

Una caja olvidada dentro de otra caja.

Dentro un cofre con fotos de los niños.

Los muros echaban por primera vez raíces. La casa daba sus primeros frutos.

Recuperaba un sentido de caverna.

Cavamos en el fondo del jardín un pozo y encontramos mil dracmas.