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Basílica abraza a los peregrinos

BASÍLICA ABRAZA A LOS PEREGRINOS

AUTORIDADES, BRIGADISTAS Y VECINOS DIERON CUIDADO Y ABRIGO A LOS 8 MILLONES DE GUADALUPANOS

Basílica de Guadalupe y sus alrededores recibieron ayer a más de siete millones de visitantes para conmemorar el 487 aniversario de la aparición de la virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.

Para acogerlos, las autoridades instalaron cuatro macropuntos y cuatro módulos de atención, desde las 9:00 horas de ayer.

LA BASÍLICA DE GUADALUPE ES SÍNTESIS Y PROYECCIÓN DE UNA PARTE DE LA MEXICANIDAD.

El operativo Bienvenido Peregrino 2018 también orientó y ayudó a los visitantes y feligreses venidos de otros estados de la República y del extranjero.

En los macropuntos se ofreció hidratación, entrega de raciones de alimentos calientes, cobijas, atención médica, áreas de descanso, naranjas y dulces.

DOMO DE COBRE Con el paso de los años se ha oxidado, adquiriendo un color verdoso común en este material. LA FORMA DE LA CUBIERTA Representa el manto de la virgen de Guadalupe

Mientras que los módulos de atención y orientación, además de hidratación, se dispensó información sobre rutas de acceso a la zona y servicios que brindan las dependencias del gobierno local participantes.

Desde primer minuto del 9 de diciembre y hasta las 24:00 horas de mañana, se intensificó la seguridad y vigilancia en la red carretera, a fin de velar por la integridad física de los feligreses en las vías federales.

También se instalaron filtros de seguridad en los diferentes accesos y salidas de la Basílica de Guadalupe, con apoyo de binomios caninos especializados en la detección de armas de fuego y artefactos explosivos.

Entre los millones de creyentes que caminaron hacia el recinto guadalupano se apilaron no pocas historias.

NO VIAJA SOLO. Un creyente carga su Virgen y su niño Jesús; carga y alivio al mismo tiempo.

Foto: Leslie Pérez / El Heraldo de México

Carlos Aguirre, quien desde la colonia San Felipe de Jesús, se fue descalzo para luego entrar de rodillas a la Plaza Mariana. Cada año acude, pero en esta ocasión el propósito fue recordar a su madre, quien murió hace cinco años:

“Vengo seguido, a jurar, pedir, pero hoy, este año se lo dedico a mi madre. Siento que le debo algo, no sé… me quedé con una deuda con ella”.

La frugalidad de Carlos contrasta con otros fieles de clase media como la familia Rosas González, que directamente se encamina a la misa para quedarse hasta el primer minuto de hoy.

Por dos meses, la esposa de Sergio Rosas estuvo en el hospital y llegar al Tepeyac es su forma de agradecer a la virgen el milagro de contar con buena salud de nueva cuenta.

Además de la ayuda oficial, hay otra más espontánea generosa: la de los vecinos y comerciantes de las colonias aledañas, quienes cada año preven toratas, café, chocolate pan dulce y tamales para agradecer un pedido concedido.

POR MANUEL DURÁN GRÁFICO: DANIEL RAZO

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