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Opinión Opinión Álvaro Delgado Gómez

Morena: Ni magnates ni periodismo vil

El corazón de las reglas para definir la candidatura presidencial de Morena, aprobadas por su Consejo Nacional, no es la encuesta ni siquiera los aspirantes, sino dos puntos propuestos por el presidente Andrés Manuel López Obrador que enfrentan, por primera vez en la historia, el modelo de la alta corrupción en México: El poder del dinero y el poder del periodismo manipulador y mentiroso.

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No hay antecedentes en la política, al menos en la izquierda de México, que en una contienda interna se busque frenar la influencia externa de los poderes políticos, económicos y mediáticos, en un país donde estos mismos poderes impusieron a Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, sólo por mencionar a dos casos muy recientes.

Se trata de dos puntos propuestos por López Obrador a su partido para conducir su propia sucesión que, como se los adelantó a los cuatro aspirantes de Morena el viernes 28 de abril en el Palacio Nacional, intervendrá para evitar una ruptura: “La unidad es la clave y, cuando sea el tiempo, sí me voy a meter”, les dijo.

Misael Tamayo N Ez Despejar

acción oligárquica”, pero los dos son de la misma dimensión, porque se trata de acotar la influencia del poder económico y del poder mediático, que son parte de la misma coalición de intereses antagónicos al proyecto de López Obrador.

En estos dos puntos, como en otros que deben respetar los aspirantes a la “Coordinación de Defensa de la Transformación” —como eufemísticamente se denomina a la futura candidatura presidencial—, no está claro cuáles son las sanciones que se impondrán si hay incumplimientos. Sólo se señala que “tendrán siempre presente que el quebrantamiento de las normas anteriores, lejos de favorecerlos, se traducirán en su desprestigio y en la pérdida de confianza por parte del pueblo”.

Tampoco están definidos los “medios reaccionarios” a los que no podrán acudir los aspirantes ni se identifica a los periodistas que son “partidarios del viejo régimen”. Quizá la Comisión de Elecciones lo definirá.

Mario Moreno Arcos se engaña. O bien parece ser que es cantaleta de los priístas afirmar que Morena va en picada y que, al contrario, la alianza opositora tiene amplias posibilidades de triunfo. Claro, nadie vende pan frío. Pero más allá de las preferencias o aversiones políticas de cada quien, dicen que los números son como los postes para los borrachos. Y en este caso, los números son fríos y demuestran una estrepitosa caída para el PRI de 2018 a la fecha.

Como pueden decir que los partidos aliados avanzan, si los tres que la conforman: PRI, PAN y PRD, han perdido importantes bastiones y millones de militantes y simpatizantes.

Por ejemplo, en el caso del PRI, en 2019 Alito Moreno recibió las riendas del tricolor con 12 gobiernos estatales. Cuatro años después, ha perdido once y a la fecha solamente conserva dos, el que acaba de ganar en Coahuila, pero no solo, sino en alianza; y el que ya tenía en Durango.

en agosto de este año, previendo que el PRI perdería la elección del Edomex y habría tiempo de enderezar un poco el barco.

Pero el astuto campechano le tragó el mandado y se prolongará su dirigencia más allá de las elecciones de 2024, lo que implica que tendrá las riendas del proceso interno en el tricolor y, por ende, en la alianza.

Posiblemente en el plano estatal, en Guerrero concretamente, el PRI y el PRD aún sean competitivos, sobre todo en las elecciones municipales, porque en las distritales siguen siendo marginales desde 2018.

En resumen, el PRI, partido que hasta la década de los 80 del siglo pasado gobernó todo el país y que hasta 1997 tenía la mayoría en el Congreso, pasó en estos días a ser la cuarta fuerza política en cuanto a población gobernada en México.

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Antonio Gonzalez

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Antonio Gonzalez

Periodico el Faro de la Costa Chica es una publicación diaria que se imprime en sus propios talleres con circulación en la región de la Costa Chica de Guerrero, Tlapa y Oaxaca

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En dos párrafos, López Obrador plantea a Claudia Sheimbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco dos compromisos que seguramente deberán asumir también los aspirantes de Morena a gubernaturas, diputaciones, senadurías y presidencias municipales:

“6. Se abstendrán de establecer alianzas inconfesables con grupos de interés y de hacer cualquier clase de compromiso con sectores de la reacción oligárquica o con organizaciones, empresas o gobiernos extranjeros.

“7. Evitarán participar en medios reaccionarios, conservadores, adversarios de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen”.

Ya se verá si después del lunes 19, en los 70 días de recorridos, alguno o algunos de los seis aspirantes violan estos dos compromisos que firmaron este domingo 11 de junio, cuya sanción no está prevista en lo aprobado por el Consejo Nacional, pero quedará a la vista de los mexicanos.

La prohibición a los aspirantes a la candidatura presidencial a que participen en los “medios reaccionarios” ha resultado más polémica que la que proscribe las alianzas “con sectores de la re-

¿La prohibición a los aspirantes a ir a medios mentirosos conculca la libertad de expresión de esos mismos medios y el derecho a la información de los militantes de Morena y los mexicanos? No: Nadie les prohibe informar, opinar o hacer lo que siempre han hecho: Manipular y mentir. Tienen otra opción: Reportear con profesionalismo sin necesidad de entrevistas.

Y los aspirantes podrán acreditar que son capaces de persuadir a los mexicanos sin los compromisos con Televisa, TV Azteca, Reforma, Grupo Fórmula, El Universal, Grupo Imagen, Grupo Acir y sus réplicas en los estados, unidos como siempre lo han estado con los poderes económicos y políticos.

En su conjunto, las reglas aprobadas por el Consejo Nacional de Morena parecen evitar una ruptura en el movimiento que lidera López Obrador, pero todavía falta por verse si los aspirantes y sus equipos respetan los principios de austeridad y civilidad que generen una unidad auténtica, no sólo de dientes para afuera.

Ya se verá. Pero lo que es un hecho es que los poderes económicos que se veían la oportunidad de guiar la sucesión en Morena han sido explícitamente expulsados y el poder mediático, con sus periodistas manipuladores y mentirosos, han recibido un desprecio que los volverá más viles…

El tricolor ha dejado de gobernar en los últimos 4 años una población de 39 millones 168 mil 973 mexicanos.

La caída del PAN es menos escandalosa, pues aún gobierna 5 entidades, pero si nos vamos al número de votos que perdió el blanquiazul en los últimos 5 años, realmente es para que estén preocupados.

En este escenario, además, el PRD casi no pinta y viene a ser más como una carga que como una ayuda. Y eso lo sabe perfectamente bien Mario Moreno Arcos, pues ha sido uno de los daminificados de la caída del bando priísta. Aunque personalmente dio una ejemplar batalla en Guerrero, en 2021, perdió con 60 mil votos, pues la cobija de su partido no le alcanzó ni para ganar él, ni para evitar la llegada de Morena al palacio estatal guerrerense.

Pero en esa elección de 2021, el resultado fue determinante. De ocho estados gobernados, el priismo perdió los ocho. A saber: Campeche —la tierra de Moreno Cárdenas— Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas estados que dejaron de estar en su control, con una población conjunta de alrededor de 14 millones 961 mil 566 mexicanos.

Y tan sabe Mario de este problema, que hizo equipo con el ex gobernador Héctor Astudillo Flores para pedir la salida de Alejandro Moreno Cárdenas, una vez que concluyera su mandato,

Peor aún, para conocimiento de don Mario Moreno, el PRI ya fue superado por Movimiento Ciudadano (MC), partido que dirige Dante Delgado Ranauro, y que se dio el lujo de no contender por las gubernaturas del Edomex y Coahuila, pues prefirió guardar fuerzas para “la grande”, como le llaman a la elección presidencial de 2024.

Hoy por hoy, el partido naranja gobierna Jalisco y Monterrey, las dos potencias económicas fuera de la Ciudad de México y el Estado de México, y amenaza con presentar un candidato presidencial más competitivo que cualquier priísta, panista o perredista.

Eso, y no otra cosa, debiera estar preocupando a Mario Moreno Arcos, que sigue haciendo cuentas felices y anunciando que no ha renunciado a su aspiración para ser senador de la República.

Han sido mucho más honestos y consecuentes con su realidad los perredistas de Guerrero, que los priístas, quienes pese a la debacle que raya casi en la tragedia, siguen diciendo que van subiendo cuando van de bajada.

¿No sería mejor de parte de Mario Moreno reconocer la crisis y convocar a resolverla, al menos en Guerrero? Pero ya se acomodó el ex candidato a gobernador priísta. Tenía todo, a mi juicio, para marcar un antes y un después en el priísmo guerrerense y además contaba con el voto de la mayoría de los priístas de Guerrero, pues estaba caliente la elección de 2021. Sin embargo, prefirió seguir el camino que transitar por la vereda, creyendo que hallará atajos.

Como dice el dicho, “no hay peor ciego, que el que no quiere ver”.

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