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Xalpatláhuac ¿tierra sin ley?
La voz de la presidenta municipal de Xalpatláhuac a veces parece como una voz en el desierto.
Se queja y pide ayuda ante la embestida de un par de hombres que lideran a un grupo armado que pretenden darle una careta de comunitaria.
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Señala que sigue siendo víctima de violencia política en razón de género por el principal de ese municipio, el Tlayakanki, junto con el excandidato de Movimiento Ciudadano, Edmundo Delgado Gallardo, quienes se han extralimitado en sus acciones violentas en su contra, su equipo y la población.
Son los mismos que detuvieron y golpearon al director del DIF, cuando distribuía despensas, de acuerdo a las notas informati- vas que circularon profusamente, como si fuera una tierra sin ley.
Como ya se sabe, y la presidenta explica una y otra vez, Edmundo Delgado armó a la policía comunitaria durante las elecciones, y así como la describe, más bien adquiere tintes siniestros al servicio de esos dos personajes, útiles para amedrentar y violentar los derechos de los que integran el gobierno municipal, los cuales por cierto no han podido entrar a la cabecera, so riesgo de ser detenidos y violentados.
Y pese a que han sido denunciados una y otra vez, nada pasa, y siguen actuando libremente.
Selene Sotelo, de igual manera, ruega, implora, ayuda del gobierno federal, del estatal y de la Fiscalía para que la protejan y la dejen gobernar en paz.
Dice que son los ciudadanos quienes sufren la violencia de los comunitarios, quienes actúan sin control, “desprestigiando” a las verdaderas comunitarias.
Aunque aclara que no pretende que la Comunitaria desaparezca, sí pide que se revise su actuar arbitrario para que se acabe el miedo de la población.
Este grupo que actúa como violentos no le ha permitido entrar al ayuntamiento, que sigue estando en Cahuatache.
Y que ha entablado comunicación con la CRAC-PC, a quienes les señaló que se puede trabajar de manera conjunta sin usurpar funciones.
Son entonces los comunitarios que lidera el Tlayakanki y Edmundo, los que desprestigian a las CRAC al vejar a mujeres, los derechos humanos con sus acciones arbitrarias en contra de mujeres, hombres y hasta niños, reconoció Selene Sotelo.
Lo más reciente es la detención y golpiza al presidente del DIF que fue apresado cuando repartía despensas.
Para dejar constancia, la presidenta acusó que la comunitaria se apropió de las patrullas municipales y se quedaron con el armamento que les quitaron a los municipales, de lo cual ya hay denuncias.
Aunque agradeció a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda la atención a Xalpatláhuac, la presidenta le pide que no los suelte, que les siga ayudando.
Además, pide que Abel Barrera que sea neutral en este problema y que atienda los casos de violaciones de los derechos humanos, en especial a las mujeres, como grupo vulnerable.
Misael Tamayo N Ez
Siempre directo, Sergio Montes Carrillo, ex representante de Morena ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, pone de manera específica el dedo en una de las llagas más grandes del sistema electoral mexicano, y esto es el nepotismo. Esa es una de las caras de la corrupción gubernamental a la que a Morena no le ha puesto cuidado. No les interesa a los morenistas desterrar esta práctica con la que se cubren a familiares y amigos de la clase política, quienes ven los cargos públicos, sean de elección popular o administrativos, como la oportunidad de oro para salir de pobres no sólo ellos, sino la parentela entera.
Alcaldes, legisladores, gobernadores, sindicatos, y hasta los representantes de organismos públicos descentralizados como el INE y sus filiales en los estados, entre otros, no han vencido la tentación de meter en su círculo rojo de colaboradores a miembros de su familia.
En Guerrero, el Poder Judicial es otro universo en el que los magistrados se solazan en el nepotismo, aprovechando la autonomía de que gozan.
¿Pero por qué el nepotismo es una práctica tan común? Porque no está tipificado como delito. Es solamente un asunto moralmente incorrecto, pero legalmente aceptado. Por lo tanto, es una veta que todos aprovechan, cuando los ponen donde hay. De todo esto, tenemos en el muro de los lamentos de nuestra política nacional la famosa frase del ex presidente José López Portillo, que profirió cuando fue criticado por beneficiar a su hijo José Ramón con el cargo de subsecretario de presupuesto, a las órdenes de Miguel de la Madrid Hurtado.
“Es el orgullo de mi nepotismo”, dijo el ex presidente. Y llegado el momento, ungió a De la Madrid como su sucesor.
El morenista Sergio Montes habla de esta práctica que es común en el órgano electoral local. Lo sabe porque estuvo ahí dentro. Pero ni siquiera es algo que sea extraño para los mexicanos, sino más bien es una moneda de uso corriente.
Pero para nuestra desgracia, a nadie le importa legislar al respecto. A nadie le conviene perder la oportunidad de tomar los cargos públicos como patrimonio familiar y eso sucede hasta en las mejores familias.
En Guerrero tenemos ejemplos al por mayor, pero creo que el sexenio más escandaloso fue el de Ángel Aguirre Rivero, quien metió a todos sus familiares a la nómina estatal en su primer año de gobierno, incluyendo a sus hermanas, dándoles plazas de maestros por ejemplo. A otros, como Mateo Aguirre, colocándolo en áreas clave de su administración.
Ya en su segundo periodo, Mateo estuvo cerca de él como asesor y cobrador de sus diezmos y como constructor, lo mismo que una de su sobrinas, hija de Delfino Aguirre, a quien le entregó los proyectos de la construcción de mercados en varios municipios, de los cuales varios son verdaderos elefantes blancos en este momento.
Cuando sucedió el violento desalojo de los estudiantes de Ayotzinapa de la Autopista del Sol, con saldo de 2 muertos, el ex gobernador envió a su hermano al vecino estado de Morelos, como delegado de la SCT, para sacarlo de su entorno, pues se decía que había sido Mateo el que organizó y dirigió esa fallida acción que por poco aborta el gobierno aguirrista a menos de un año de haber comenzado.
En la recta final de su administración, su dedo chiquito era su sobrino Ernesto Aguirre, a quien también le tocó lidiar con otro asunto de Ayotzinapa, pero aún más grave que el de 2011.
Ernesto encabezó la búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, llevándose a todos los secretarios de despacho, en lo que fue una faramalla más de ese gobierno. Obviamente nunca los encontraron y terminaron por irse, dando paso a otro fallido gobierno, el interinato de Rogelio Ortega Martínez, que llenó su administración de cuates y colegas, muchos importados de la Ciudad de México, que terminaron saqueándolo.
Y finalmente Sergio Montes hace una reflexión en el sentido de que poco nos ganamos con que se haya ido Lorenzo Córdova y sus principales aliados, como Ciro Murayama, al concluir su periodo como consejeros del Instituto Nacional Electoral, si los electos están por su parte vinculados a Morena.
Luego entonces, únicamente están cambiando de estafeta partidista, cuando lo que se demanda es que tengamos un instituto electoral verdaderamente ciudadanizado, lo cual fue el espíritu original del proyecto de creación del IFE, propósito que se fue corrompiendo al paso del tiempo, hasta que todo quedó bajo control de los partidos políticos, haciendo una madeja de cuates y cuotas.
Esta vez, los nuevos consejeros fueron electos por insacu- lación de un listado de 20 aspirantes. El cargo se lo deben a la suerte, no a ningún jefe político. Pero eso no quita que tengan filiación partidista y da el caso que la nueva consejera presidenta, la sonorense Guadalupe Taddei Zavala está vinculada a Morena, aunque viene de ser la presidenta del instituto electoral de Sonora, donde le tocó organizar y calificar la elección en la que resultó electo Alfonso Durazo Moreno.
Sí, tiene experiencia y eso es lo que se buscaba. Pero ahora entenderán los partidos de oposición cuán importante era permitir la reforma electoral original, la que abortaron sin siquiera discutirla, pero que proponía que la elección de consejeros y magistrados electorales fueran electos por voto popular.
De topes se están dando los prianistas, que salieron a marchar gritando que el INE no se toca. Ahí tienen pues, no lo tocaron y el instituto quedó en manos de una morenista. Aunque el presidente quiso corregir el entuerto con el Plan B, también lo frenaron con denuncias ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ahora, como dijo El Ferras, “se la beben o la derraman”. Aguanten su propia encrucijada.