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Lectura Política Noé Mondragón Norato El declive de Adela
El 4 de diciembre de 2020, la entonces alcaldesa morenista de Acapulco, Adela román Ocampo, se registró ante la Comisión Nacional de Elecciones de ese partido, como precandidata de ese partido al gobierno de la entidad. En su cuenta de Twitter publicó: “Hoy me registré formalmente como aspirante a la candidatura por la gubernatura de Guerrero. Estoy convencida que juntas y juntos vamos a sentar las bases en Guerrero; el tiempo de las mujeres es ahora”. No se equivocó: el tiempo favoreció a una mujer. Pero no fue ella. Y entonces se desataron los vendavales políticos en su contra.
CAER DE LA NUBE. – Al asumirse como competencia política del senador Toro en la elección por el gobierno estatal de 2021, Adela Román se convirtió en candidata…pero a ser excluida. De hecho, así fue. Su retorno como magistrada del Poder Judicial ocurrió no porque fuera un beneficio político acordado tras su salida de la alcaldía porteña, sino porque fue una posición que negoció desde mayo del 2017con los exgobernadores priista Héctor Astudillo y perre- dista Ángel Aguirre, cuando el Congreso local la ratificó en el cargo a ella y al actual titular del Poder Judicial Raymundo Casarrubias Vázquez, por un periodo improrrogable de ocho años. Ambos lo concluirán en 2025. Se trataba de mantener ese poder como coto priista ante la inminencia del gobierno estatal morenista que tocaba fuerte la puerta. Irónicamente, en aquella sesión legislativa, la única que votó en contra de dicha ratificación, fue la diputada morenista María de Jesús Cisneros Martínez. Hoy, Adela Román padece las consecuencias de sus errores políticos. Y de los millonarios recursos que no aparecen. Se lee así: 1.- El primer embate político ocurrió en octubre de 2021. La alcaldesa entrante, la morenista Abelina López Rodríguez aseguró que “Adela Román sería denunciada penalmente por un faltante de 100 millones de pesos en la obra Riviera La Sabana, una de las 311 que dejó inconclusas”. Fuera de sí, la actual y también polémica alcaldesa de aquel puerto, se blindó: “yo no voy a cargar esa responsabilidad y al rato me vaya a la cárcel por omisión, porque va en detrimento del patrimonio del erario del municipio”. Adela Román asumió que había dolo y mala fe en los señalamientos, pues había dejado dinero en las arcas municipales para concluir esa obra considerada “fantasma”. Sin embargo, el escándalo no encontró reposo. El jueves 2 de marzo de este año, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró irregularidades en la comuna liderada por Adela Román, por un monto de más de 64 millones de pesos en los contratos por concepto de pago de prestación de servicios y en la recolección de desechos sólidos.
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“Yo no manejé contratos y no he sido citada por la ASF”, fue la respuesta lacónica de la actual magistrada del Poder Judicial.
2.- Sin utilidad política y operativa real, Adela Román parece condenada a la jubilación adelantada. Si fue arropada en su momento y soterradamente por los exgobernadores Astudillo y Aguirre para prolongar su perio- do como magistrada y llegar después como candidata del Morena a la alcaldía de Acapulco, pero también abiertamente por el presidente AMLO, ya perdió su encanto político. Las pruebas son visibles: Ángel Aguirre decidió respaldar públicamente a las alcaldesas de Acapulco Abelina López y de Chilpancingo Norma Otilia Hernández, pero ha dejado caer a Román Ocampo. Y también lo hace así Héctor Astudillo a quien parece no importarle el desenlace de esta sucia trama. Opera en todo caso, la continuidad de sus acuerdos políticos con el senador Toro. De hecho, los coletazos podrían recrudecerse cuando en 2025 Adela Román concluya su periodo como magistrada para el cual fue ratificada en 2017. Más aun, si pretendiera competir de nuevo como precandidata por el Morena a gobernadora para la elección de 2027. Cualquier movilidad política suya encontrará en la exhibición de sus millonarios pasivos financieros que arrastra como alcaldesa, el freno obligado. Y por eso se entiende que este silenciada: no apoya ni pública ni soterradamente, las aspiraciones presidenciales ni de Claudia Sheinbaum ni de Marcelo Ebrard. Significa lo evidente: hay enojo presidencial en su contra. Por eso los codazos y puntapiés de la ASF la están invalidando. Políticamente, ya está en la lona. El declive es inminente.
HOJEADAS DE PÁGINAS…A pesar de que el exgobernador priista Héctor Astudillo celebra la resolución del INE para no modificar los estatutos del PRI y frena la consecuente prolongación en la dirigencia nacional de ese partido de Alejandro Moreno Cárdenas Alito, este personaje apela a quedarse hasta el 2024 porque “las modificaciones estatuarias no consisten en la extensión del mandato de la dirigencia nacional del PRI como equivocadamente se pretende señalar, sino simplemente en la adecuación de nuestros Estatutos conforme a la normativa electoral que se dará con la inminente publicación del Plan B.” ” Como se ve, Astudillo no tiene ganada la guerra, sino apenas una batalla.