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Opinión
Misael Tamayo N Ez Despejar
Como cada vez que el gobierno federal, a través de Capufe, determina incrementar el costo del peaje en la Autopista del Sol, políticos, empresarios y funcionarios ponen el grito en el cielo, según sea el partido que gobierne.
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Me explico: Cuando los incrementos sucedían en la época del PRIAN, los que protestaban eran los de la izquierda. Ahora que gobierna Morena, los que protestan son los de la oposición.
Pero alegato es el mismo: que los altos costos del peaje desde México hacia Acapulco impactan negativamente en la afluencia de visitantes. Que dado que el puerto vive de los turistas de fin de semana, que llegan de la capital del país y otras ciudades vecinas, entonces cualquier incremento se traduce en la reducción de los flujos turísticos y, por lógica, como consecuencia se tiene un impacto adverso en el desarrollo económico local.
Y eso es cierto. Tienen harta razón quienes así se expresan. Yo añadiría que dado que Acapulco con sus ingresos turísticos es el municipio que prácticamente sostiene a todo el estado, debería ser el más cuidado, el de mayor inversión y el de mejor atención.
Desafortunadamente, los críticos de ocasión olvidan asuntos cruciales que también impactan, y de peor manera, el flujo de visitantes.
Decir que un “ajuste” a las tarifas de la Autopista del Sol es un “retroceso”, y cosas por el estilo, es una exageración, de entrada. No es un incremento, es un ajuste de acuerdo con lo que explicó Capufe en su anuncio. Ese ajuste es de apenas 109 pesos en todo el trayecto.
Médula Jesús Lépez Ochoa
Eran circuitos cerrados. La gente bajaba a las albercas, gozaba de las playas privatizadas y bebían y comían dentro de los hoteles, sin aventurarse siquiera a los antros vecinos.
Actualmente, aunque la afluencia turística comienza a recuperarse y en esta temporada llegaron más cruceros que en otros años, por el otro lado se anunció que la Convención Nacional Bancaria cambió de sede, después de muchos años de reunirse en Acapulco los barones del dinero en México.
Eso, señores diputados, empresarios y políticos, es lo que realmente debe preocuparles, en lugar de hacer tanta alharaca por 109 pesos de “ajuste” a las tarifas de la Autopista del Sol, que como sabemos es la autopista más costosa en su mantenimiento de todo el país. No hay día en que no se le esté arreglando algo a esa carretera que, por cierto, todavía no la acabamos de pagar desde el gobierno de Francisco Ruiz Massieu en que se construyó.
El mantenimiento de la Autopista del Sol sale del cobro de peaje en sus 5 casetas; de otro modo estaría ya deshecha, tapada por derrumbes, hundida, carcomida, poniendo en mayor riesgo a los turistas que la transitan sin precaución y a alta velocidad.
Del lado de los empresarios, hay otra perla; estos señores tampoco tienen cara de hablar. En lo que deben ocuparse es en dejar de ser tan trogloditas y sangrar tanto a los visitantes, aumentando sus precios de manera desproporcionada en temporada alta. Por ejemplo, un pescado a la talla no baja de 500-600 pesos.