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Opinión
Misael Tamayo N Ez Despejar
Fieles a los tiempos de “pluralidad política”, Aguirre dixit, el ex precandidato a gobernador en 2021 por el PRD, Evodio Velázquez Aguirre, aprovechó su cumpleaños para reunirse en Acapulco con perredistas y priístas, adelantando de algún modo los tiempos del 2024 o, más bien, marcando ruta.
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No sólo acudieron los dirigentes estatales del PRD, sino también uno de los líderes nacionales y el ex gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, recién destapado como candidato a la Presidencia de la República por el presidente del CEN del partido del Sol Azteca, Jesús Zambrano Grijalva.
En ese escenario, Evodio anunció que aspira a ser senador de la República por la alianza Va por México, y hasta señaló que el PRI debería apoyar su aspiración, dado que en 2022 al PRD le tocó apoyar la candidatura de Mario Moreno Arcos, proceso en el que al propio Evodio disciplinaron en aras de fortalecer la alianza con el tricolor.
Zona Cero
quín Vadillo, y no tuvo empacho en acusarlo directamente de la derrota del partido amarillo en el puerto, frente a la morenista Adela Román, señalando que se debió al mal gobierno que encabezó aquel.
Como dijera López Obrador, eso sí calienta. Pero no a Evodio. Los perredistas han demostrado un alto grado de apego a Ángel Aguirre. No lo cuestionaron, no lo repudiaron por el Caso Iguala, que fue algo atroz y por el cual el ex mandatario renunció al partido. Pero, sobre todo, no obstante que con eso marcó la historia del PRD para siempre, no porque haya sido el culpable de la desaparición y muerte de los muchachos, sino por ser el gobernador de Guerrero y, por ende, el responsable de lo que aconteciera en su territorio.
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Periodico el Faro de la Costa Chica es una publicación diaria que se imprime en sus propios talleres con circulación en la región de la Costa Chica de Guerrero, Tlapa y Oaxaca
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C.P.


Recordemos que Evodio hizo una excelente campaña interna, en la que resultó electo precandidato del PRD, por encima del costagrandeño Carlos Reyes Torres. Pero ya en el contexto de competir con el candidato del PRI, para elegir al candidato de la alianza, era obvio que los tricolores no trabajarían en un proyecto que no encabezaran ellos. Y como fue. Los perredistas tuvieron que trabajar para los priístas, sabiendo que no les tocarían más que mijagas, como las que Aguirre les dio tras su triunfo en 2011. Les prometió que no les daría el trato que les dio Zeferino Torreblanca, pero acabó corriéndolos a todos, muy pocos fueron los que sobrevivieron, Beatriz Mojica Morga entre ellos, quien tras su derrota como aspirante al Senado, frente a Manuel Añorve Baños, terminó por dejar al PRD e incrustarse a Morena, donde en 2021 compitió como precandidata a la gubernatura.
Tras los eventos de 2021, incluida la derrota del candidato aliado, Evodio hizo un intento por reorganizar al PRD a nivel nacional incluso, para rescatar al partido, dijo, en aras de mantenerlo fuera de la alianza con el PRI y el PAN. Pero, o no tuvo éxito, o se volvió a disciplinar.
Es común que cada que alguien del PRD se levanta en armas, alegóricamente hablando, basta una reunión con el ex gobernador Ángel Aguirre para que deponga armas y salga gustoso a simular que sigue en su proyecto.
Y ese precisamente ha sido el caso de Evodio Velázquez. Parece olvidar siempre que en 2018, Aguirre impuso como candidato a la presidencia de Acapulco al ex verde ecologista -hoy morenista- Joa-
Al contrario, lo siguen arropando a “Papa Layo” y lo siguen trayendo en vilo. Pero, sobre todo, le siguen dando la categoría de jefe político, alguien que tiene poder y dominio sobre sus decisiones más íntimas, como una aspiración política, lo cual no deja de ser algo estrictamente personal.
Por cierto que, como ya expusimos, son tiempos de pluralidad política y el festejo de Evodio reunió de nuevo a los primos de Ometepec, el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero y el senador Manuel Añorve Baños, miembros que fueron de un poderoso grupo político, el Grupo Aguirre, que en 2010 tenía todo para hacerse del poder político estatal, como en los viejos tiempos.
La historia se cuenta sola. El Grupo Aguirre se desmembró cuando los primos se enfrentaron por la candidatura a gobernador para las elecciones de enero de 2011. El PRI nacional se inclinó por Manuel Añorve, considerando que Aguirre ya había sido gobernador y se trataba de oxigenar los grupos políticos, no perpetuarlos en el poder.
Además, eran tiempos en que el PRI estaba en la banca a nivel nacional, con el PAN gobernando el país, y debían pavimentar el camino de regreso a Los Pinos.
Aguirre no se disciplinó. Marcelo Ebrard -hoy en Morena- le ofreció la candidatura de Guerrero y la tomó. Los perredistas ni pío dijeron y se doblegaron.
La pregunta es: peleará Aguirre la candidatura para Evodio, aunque sea como compañero de fórmula de algún poderoso priísta? Eso sería mucha belleza. Lo cierto es que él mismo aspira a ese cargo y ha venido preparando el escenario para ello. En realidad, sólo está calentando, como acostumbra, a sus subordinados.
¿Algún día Evodio echará a andar su proyecto, o seguirá a expensas de “Papa Layo”?