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Zoológico del hambre

Patricia García Dámaso (Marquelia y Cuautepec)

En todo el mundo, señaló, cuando un partido tiene malos resultados electorales, como ha sucedido con el PRI desde 2019 a la fecha, los dirigentes renuncian por decoro, pero también por el bien del partido.

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Antonio Gonzalez

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Antonio Gonzalez

Periodico el Faro de la Costa Chica es una publicación diaria que se imprime en sus propios talleres con circulación en la región de la Costa Chica de Guerrero, Tlapa y Oaxaca

NO SE DEVUELVEN ORIGINALES, AUNQUE ESTOS NO SE HAYAN PUBLICADO, REGISTRO EN TRÁMITE.

Marquelia Gro. Col. ISSTE

C.P.

Sería algo así como quitarle lastres al instituto político, de modo que el descrédito del dirigente no se le cargue al partido. O, simplemente que renovando al liderazgo se le in funden a las bases nuevos bríos y esperanza.

Así hizo, recordemos, el ex gobernador sonorense Manlio Fabio Beltrones, cuando le pidió el presidente Enrique Peña Nieto sacar adelante las elecciones estatales de 2016, y que representaban la antesala de las elecciones presidenciales de 2018.

Manlio Fabio no sólo renunció como presidente nacional del PRI, sino que lo hizo con todo decoro, reconociendo los problemas que enfrentaba el partido. Incluso hizo un llamado a los militantes para aprender de los resultados de los comicios del 5 de junio de ese año, los cuales reflejaron un voto de castigo para el partido, que le llevó a perder siete de las 12 gubernaturas que se disputaron.

Fue histórica su despedida: “Hoy presento mi renuncia (…) para permitir que una nueva dirección encabece las transformaciones que nuestro partido requiere”. Y agregó que su renuncia es por disciplina y congruencia para abrir espacio a la reflexión colectiva para transformar al partido.

Beltrones dijo que los votantes exigen mejores resultados y que se combatan la corrupción y la impunidad.

Otro caso emblemático fue el de Genaro Borrego, líder priísta hasta el 30 de marzo de 1993, quien salió obligado por el escándalo del “pase de charola” entre empresarios para recaudar 75 millones de pesos para las campañas presidenciales de 1994.

Obviamente Alito Moreno no piensa igual. Como bien dijo Héctor Astudillo y otros opositores internos del tricolor, el presidente del partido ha hecho del PRI su coto privado de poder, que negocia con los aliados PAN y PRD.

La "tradición" de la disciplina tricolor quedó en desuso. Pese a estar sometido a un desgaste por denuncias de corrupción en su contra y la exhibición de conversaciones privadas, Alito Moreno ha afirmado que nunca le ha pasado por la mente dejar la presidencia del PRI, la cual, presume, la ganó en las urnas en un proceso interno.

Pero no conforme, sabiendo que su mandato termina pasando la elección de este año, maniobró en diciembre pasado para ampliar su dirigencia hasta pasada la elección presidencial de 2024, lo cual le permitirá determinar quiénes van como candidatos a los distintos cargos de elección popular.

En lo personal todavía recuerdo cuando René Juárez Cisneros, dimitió al perder su partido la elección presidencial de 2018, llevando como candidato a José Antonio Meade, pese a que tomó el reto cuando la campaña ya estaba avanzada. “Se requiere entender la lección de la elección”, dijo el finado ex gobernador guerrerense.

Pero Alito no ha entendido nada.

Es notable la intención de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda de combatir la corrupción sin encubrir a nadie, pero lo asombroso de las barbaridades que se acusan en el caso del Zoológico de Chilpancingo, y las airadas reacciones que han provocado, diluyen el mensaje oficial en las redes sociales y los medios de comunicación.

Este debiera ser que se está demostrando con hechos que se castigará la corrupción caiga quien caiga, pero lo que predomina es la idea de una cueva de funcionarios hambrientos capaces de devorarse hasta al gato, y desaparecer al perro a cambio de ganancias.

Ese sabor de boca deja la presunta barbacoa de cabras pigmeas servida en la barra de noticias nacionales con el café de la mañana viendo la televisión.

Viendo los medios la nota es que hay una corrupción asombrosa en Guerrero, y no lo que verdaderamente está sucediendo, que se trata de una acción concreta contra un funcionario acusado de esas increíbles atrocidades, sin ninguna protección de parte de la gobernadora cuyo gobierno está aplicando la Ley.

Y es que son muy indignantes las acusaciones de intercambio de especies por aparatos electrónicos que no aparecen por ningún lado, los decesos simulados de ejemplares, y que se haya llevado a un venadito rescatado prácticamente al matadero para quitarle los cuernos.

Me pregunto si habrá sido buena idea soltar esta bomba mediática justo al día siguiente de que la gobernadora celebró ante juristas que el combate a la corrupción está más fuerte que nunca.

Usar la Semana Jurídica para exaltar el discurso anticorrupción puede ser un escenario adecuado, y tentador. Pero querer darle sentido con un caso que, aunque impactante, está inconcluso puede salirse de control, tal y como se ha reflejado en la información publicada.

En las redes sociales la pregunta más frecuente, además de los memes, es: ¿Quién contrató a este personaje?

Por Whats App circula un texto en el que atribuyen las acusaciones a que José Rubén Nava Noriega sustituyó en el Zoológico a un sobrino del secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales Ángel Almazán Juárez, quien salió a desmentir el anónimo junto con el contralor de estado, Eduardo Loria Casanova, y el director de Comunicación Social René Posselt Aguirre, negando que se trate de un conflicto personal y enlistando las “posibles sanciones” a que se haría acreedor el exdirector si las instancias legales determinan su responsabilidad.

Pienso que cuando un escrito sin autor saca a tres generales a acribillar a un soldado raso, y de su mismo ejército, la guerra no anda muy bien.

Me hace pensar que no se trató de una decisión debidamente calculada, y sospechar además que efectivamente, el titular de la Semaren pudiera haberse disparado solo.

¿Por qué el énfasis en desechar un pleito personal que no es siquiera argumento en vez de posicionar el mensaje de cero tolerancia a la corrupción que debiera mantenerse en medio del caos generado por lo increíble del caso?

Lanzar una granada implica calcular no ser alcanzado por las esquirlas. No hay que perder de vista que estamos en el año en que los partidos seleccionarán candidatos y que además de la oposición, hay fuego amigo esperando cachar la bomba en el aire para devolverla, junto con muchas más.

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