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Un alimento para cada ave

Los propietarios a menudo descuidan el tipo de dieta que proporcionan a estos animales. Sin embargo, una mala dieta, en un sentido cualitativo o cuantitativo, puede conducir a numerosas enfermedades.

A lo largo de las últimas décadas, la medicina veterinaria ha presenciado un pronunciado aumento en cuanto al número de aves como pacientes, consecuencia de su aumento como animales de compañía. La Federación Europea de Fabricantes de Alimento para Mascotas (FEDIAF) estimó el pasado año que existen unos 50 millones de mascotas aviares en Europa.

Importancia de la dieta

La alimentación que recibe un ave es uno de los factores que, junto al nivel de libertad que posea el animal, determina la calidad de vida y su salud. Como hay muchas especies de aves de compañía, no hay una dieta única que pueda utilizarse. Algunas comen semillas, otras se alimentan de néctar (por ejemplo, los loros) y otras comen principalmente fruta. Por lo tanto, es importante establecer exactamente lo que el ave puede y debe comer. Es frecuente que a las consultas veterinarias acudan ca- catúas alimentadas únicamente con semillas de girasol, lo que provoca obesidad, lipomas y trastornos hepáticos. Además, los desequilibrios dietéticos son también responsables de otros problemas como los trastornos en la muda, enfermedades respiratorias, anomalías de crecimiento, mala reproducción, impactación de los huevos y mal funcionamiento del sistema inmunitario.

Asesorar sobre cómo alimentar

Antes que detallar los niveles de proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales en las dietas, el propietario debería ser asesorado sobre cómo alimentarlas. Si bien la mayoría de las tiendas venden semillas en la proporción correcta, si se les da como única fuente de alimento desarrollarán deficiencias vitamínicas, minerales y proteicas. Además, las necesidades nutricionales que presenta un individuo varían a lo largo de su vida. Por otro lado, las mezclas de semillas, sin saber lo que el ave realmente necesita, promueven que el animal seleccione qué comer y qué no, desequilibrando aún más la alimentación recibida.

La mayor parte de las dietas formuladas existentes en el mercado están indicadas para psitácidas, cuya dieta en la naturaleza se basa en frutas, semillas, invertebrados, flores, hojas tiernas y en ocasiones néctar. Idealmente se considera que la dieta básica de una psitácida debe contar con alimentos de diferentes grupos (frutas, vegetales, legumbres, semillas aceitosas o frutos secos, alimento de origen animal, y granos enteros, figura 1), alternando o combinando estos componentes cada cierto tiempo. La cantidad de alimento de cada categoría es específica para cada especie, estado (cría, muda, crecimiento o alimentación de las crías) y época del año (Perlman, 2016).

Sin embargo, la realidad nos indica que las fórmulas creadas para estas especies están lejos de los niveles óptimos, con escaso aporte nutricional, probablemente debido a que no se asume la gran variedad que abarca la alimentación de este grupo de aves.

Los piensos para estas especies tienen una biodisponibilidad muy baja: solo se absorbe un 50 % de su proteína en comparación con el más de 85 % de una dieta natural. Además, por lo general, se consideran fórmulas con exceso de grasas, carbohidratos y fósforo con déficit de aminoácidos, minerales y vitaminas. A esto se suma que con frecuencia los propietarios aportan siempre la misma mezcla comercializada (si acaso algún complemento ocasional). Esto constituye una dieta monótona que conlleva deficiencias, incluso ausencia de nutrientes básicos debido a las grandes variaciones en los requerimientos nutricionales de las aves (Doneley, 2016).

Por ejemplo, a los canarios en la época de invierno se les puede suplementar con pan rallado con huevo, pastas y cucharadas de cereales. Estos alimentos son muy completos en vitaminas y minerales, y les proporcionan las defensas que van a necesitar para la época de frío.

Dieta adecuada para cada especie

Agapornis

Las semillas recomendadas para los agapornis son girasol, mijo rojo, negrillo, arroz con cáscara, avena pelada, cañamón, alpiste, trigo sarraceno y panizo. Las frutas que podemos darles son el kiwi, la naranja, la manzana y la pera (estas dos últimas es conveniente no darlas todos los días ya que son muy laxantes). Podemos darles frutas secas como higos, ciruelas y dátiles, aunque como máximo dos veces por semana. El aguacate, el perejil, los productos lácteos y las patatas crudas son tóxicos para ellos.

Loros

En el caso de los loros, la mayoría de los propietarios tienen en mente que su comida básica son las pipas, sin embargo, la dieta correcta la componen pienso para loros comercializado (fijémonos en que se trate de una mezcla que contenga semillas variadas, frutos secos y frutas desecadas), que se complementará con frutas (naranja, mandarina, fresas y sandía; en ocasiones también melón y plátano), verduras (brócoli, judías, zanahorias y pimientos verdes o rojos), además de queso fresco, pan, pasta y arroz. El tomate verde y el aguacate son tóxicos.

La mayoría de las tiendas venden semillas en la proporción correcta, pero si se les da como única fuente de alimento desarrollarán deficiencias vitamínicas, minerales y proteicas.

Ninfas

Para las ninfas, las semillas (alpiste, avena, mijo y una pequeña proporción de pipas de girasol) son la base de su dieta. Se complementa con verduras (lechuga, calabacín, zanahoria o brócoli) a diario. Las frutas como manzana, pera, fresas o melón solo se recomiendan dos veces por semana, por su alto contenido en azúcares.

Periquitos

Si estamos ante periquitos, la mezcla de semillas comercializada ha de contener mijo, alpiste y avena, negrillo y trigo. Su dieta debe complementarse con vegetales frescos (zanahoria, acelgas, espinacas, bró- coli o tomate) o frutas (manzana, pera, kiwi, uvas, fresas, plátano). Estos no deben constituir más del 20-25 % de la dieta del periquito ( figura 2). También pueden comer un poco de huevo, frutos secos como almendras y avellanas, pan, pasta hervida y arroz integral cocido, en pequeñas cantidades y de forma ocasional, como golosina.

Cacatúas

Las cacatúas necesitan una dieta equilibrada compuesta por semillas y verduras con una pequeña cantidad de frutas, nueces, arroz cocido, y comida de mesa, como queso, maíz, cereales o pasta. Aunque pueden comer frutas de cualquier tipo (a excepción del aguacate, que es tóxico) una vez al día, no necesitan comer verduras con la misma frecuencia. En su lugar, se puede tratar de alimentarlos con una mezcla de vegetales cada dos o tres días.

Paseriformes

La mayoría de las formulaciones para paseriformes incluyen semillas de alpiste, colza, lino, avena decorticada, cáñamo y negrillo.

• Canarios

Una mezcla ideal para canarios sería un 50 % de alpiste con un 20 % de negrillo y un 30 % de las otras semillas mencionadas. Se debe complementar esta ración con frutas y verduras (lechu- ga, espinacas, manzana, zanahorias, pera, grelos) cortados en trozos pequeños para que sea fácil su ingestión. Esto les proporcionará el complemento vitamínico-mineral imprescindible.

• Jilgueros

En el caso de jilgueros, lo recomendable es una ración mixta de alpiste y perilla blanca, pudiendo añadir pipas o negrillo. Para que la dieta no sea excesivamente grasa podemos combinar las semillas con frutas (naranja, sandía, manzana y fresas) y verduras (calabaza cocida, remolacha, pimiento y pepino) dos o tres veces por semana.

Muchos propietarios desconocen que las aves no suelen reconocer los alimentos nuevos como algo que pueden comer.

¿Cómo introducir un alimento nuevo?

Muchos propietarios desconocen que las aves no suelen reconocer los alimentos nuevos como algo que pueden comer. La textura, la forma y el tamaño de los alimentos son más importantes para un pájaro que el olor o el sabor (a diferencia de los gatos y los perros). Por ello, los nuevos alimentos deben introducirse gradualmente y en un lugar en el que el ave espere que haya comida. En caso de que los pájaros se nieguen rotundamente a comer alimentos nuevos, habría que asegurarse al menos de que se les da un suplemento vitamínico diario, e intentar ofrecerles un alimento de cría junto con las semillas.

Conclusión

La alimentación recomendada para una mascota aviar ha de ser la adecuada para la especie. No todas las dietas valen para todas las aves, pudiendo causar enfermedades metabólicas por intoxicaciones, carencias o el consumo excesivo de lípidos aportados con las semillas oleaginosas.

La introducción de pellets específicos es una manera de evitar, o al menos minimizar, estos desequilibrios nutricionales, siempre y cuando tengamos en cuenta que tienen una biodisponibilidad reducida y que no varían en función de las necesidades

Como cualquier mascota, el conocimiento previo de sus necesidades nutricionales es la mejor herramienta para garantizar un buen estado nutricional.

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