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el tratamiento de la ICC
from Ateuves 61
by Grupo Asís
Insuficiencia cardiaca congestiva (III): el tratamiento de la ICC
En el capítulo anterior vimos cómo la disminución del gasto cardiaco desencadenaba un “eje del mal” que provocaba la liberación de la malvada aldosterona. Hoy veremos por qué es tan dañina esta hormona y qué armas tenemos para combatir la ICC.
Laura Gonzalo Responsable de Formación y Marketing de Cardiovet lauragonzalo@cardiovet.es www.cardiovet.org www.facebook.com/ cardiovetinfo @cardiovet_info
Eric Isselee/shutterstock.com Además de todas las maldades que hace la angiotensina (aumentar la vasoconstricción, modificar la anatomía cardiaca), la aldosterona provoca que el riñón reabsorba sodio. Y el sodio arrastra agua para devolverla a la circulación. En realidad, la intención es buena: aumentar la precarga para intentar mantener el gasto cardiaco. Pero la pobre aurícula enferma ya tiene bastante con lo suyo y ese exceso de presión le dificulta aún más su tarea. Se entra así en un fatídico círculo vicioso: la aurícula empeora, se reduce aún más el gasto cardiaco, se libera más aldosterona, se reabsorbe más agua, aumenta la precarga y se fastidia aún más la aurícula. Si nos viene un paciente con una ICC muy descompensada, básicamente lo que tenemos es un perro relleno de líquido acumulado donde no debe. Podemos encontrar edema pulmonar, ascitis o de todo un poco. Así que haremos lo que nos dicta el sentido común: achicar agua. Y esa es la razón principal por la que administramos diuréticos como la furosemida, en dosis proporcionales a la gravedad del asunto. La furosemida elimina sodio de las nefronas y arrastra agua, lo que alivia un poco el exceso de precarga. De forma complementaria, se prescriben dietas bajas en sal, es decir, dietas hiposódicas, para evitar la reabsorción y el tener que dar tantos diuréticos. Ahora bien, los diuréticos por sí solos no son la clave del tratamiento. Piénsalo: si estamos en una barca llena de agua y corremos peligro de hundirnos, es lógico que nos lancemos a achicar agua instintivamente. Pero de nada servirá si hay un agujero gordo por el que sigue entrando más agua. Lo suyo es ir a la raíz del problema y eliminar las causas que están originando la situación, en este caso, el ya mencionado eje renina-angiotensina-aldosterona (eje SRAA).
Aumenta la presión sobre la aurícula
Aumento de la precarga Bajo gasto cardiaco
Círculo vicioso del eje SRAA
La aldosterona reabsorbe sodio Activación del eje del mal
La lucha contra el eje SRAA
Para combatir al eje del mal tenemos dos poderosas armas: • Los Inhibidores de la Enzima de Conversión de la Angiotensina (iECA): son un grupo de medicamentos que, como su propio nombre indica, inhiben la acción de la ECA, de manera que la inofensiva angiotensina I no pueda ser transformada en la malvada angiotensina II. Y además son vasodilatadores mixtos, lo que nos viene fenomenal para aliviar la vasoconstricción. • La espironolactona: es el antagonista específico de la aldosterona. Evita que lleve a cabo su manía de reabsorber sodio, lo cual, de nuevo, reduce la necesidad de hinchar al perro a diuréticos. Además de estos medicamentos, hay otros que se utilizan en cardiología en determinadas situaciones: antiarrítmicos, en casos concretos, o inotrópicos como el pimobendan, que mejora la función sistólica y además es vasodilatador. No te pierdas el último capítulo, donde hablaremos del papel del ATV en todo esto y de la importancia de la educación a los propietarios. ¿Te perdiste los capítulos anteriores? ¿Quieres saber más sobre diuréticos y otros temas relacionados? Entra en http://cardiovet.org/blog/
Alimentación y nutrición de aves en cautividad
Para alimentar correctamente a un ave no basta con llenar su comedero con pienso comercial. Hay que conocer sus necesidades específicas y ofrecerle el alimento más adecuado. Es labor del auxiliar informar al propietario y resolver sus dudas.
Belén Noguera García Veterinaria Centro Veterinario Alhama www.centroveterinario alhama.com Imágenes cedidas por la autora No es lo mismo alimentar que nutrir. La nutrición es el proceso biológico en el que los seres vivos asimilan los alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, el crecimiento y el mantenimiento de sus funciones vitales. La alimentación engloba el acto de seleccionar, preparar e ingerir alimentos. En nuestra mano está el proporcionar alimentos adecuados, no sólo para que nuestras mascotas satisfagan su apetito satisfecho, sino para que además tengan cubiertas sus necesidades nutritivas. En el campo de la nutrición existe un gran desconocimiento sobre las necesidades nutritivas de muchas aves. Teniendo en cuenta la gran diversidad de este grupo, en el que existen alrededor de 10.000 especies aviares en el mundo, de las que tan sólo unas 20 especies se crían y mantienen en cautividad, los estudios están muy limitados y aún queda mucho por investigar al respecto. Por otro lado, los requerimientos energéticos y las necesidades nutritivas varían dentro de una misma especie por otros factores. Por ejemplo los requerimientos serán mayores en época de cría, muda, crecimiento o enfermedad. También la posibilidad de hacer ejercicio produce variaciones en las necesidades de mantenimiento llegando a multiplicar por 20 los requerimientos a nivel basal. La temperatura ambiente también es otro factor que produce variaciones significativas.
Hay que evitar los piensos no envasados que se venden a granel y pueden estar contaminados. Fórmula nutricional basada en animales de producción
Nutriente Recomendación NRC (National Research Council)
Energía 3.000 kcal/kg
Proteínas 12 %
Lípidos Vitamina A
Vitamina D
Vitamina E Calcio
Hierro
4 % 2.000 UI/kg 1.000 UI/kg 50 ppm 0,5 % 80 ppm
Por lo general las fórmulas alimentarias se han hecho teniendo en cuenta aves de producción que tienen que transformar lo que comen en carne o huevos, por lo que las necesidades están aumentadas con respecto a las que necesitan las aves de compañía, que suelen ser animales adultos, en estado no reproductivo y que realizan poco ejercicio. Todos estos factores determinantes hacen que muchas enfermedades que se presentan en la clínica de aves deriven de una mala alimentación a corto, medio o largo plazo. Los hábitos alimenticios son muy variables según la especie; así nos encontraremos con aves frugívoras, nectarínicas, granívoras, insectívoras y carnívoras. Los componentes esenciales en la dieta de un ave son grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales, oligoelementos, grit (en algunos casos) y agua.
Fuentes de alimentos
Las fuentes de alimentación de las que podemos obtener estos nutrientes son: Semillas y frutos secos: muy energéticos. Son ricos en grasa y proteínas pero deficientes en vitaminas y calcio. Suelen ser bien aceptados por su palatabilidad. Hay que emplear mezclas lo más variadas posibles, aunque a veces es inevitable que el animal escoja las semillas que más le gustan y rechace otras. Frutas y verduras: ricas en hidratos de carbono y fibra y con un alto contenido en agua. El contenido de nutrientes es algo mayor en las verduras. Debemos lavarlas previamente para eliminar los insecticidas. Sólo las dejaremos a su disposición unas horas ya que se estropean rápidamente y pueden contaminarse con facilidad. Legumbres: ricas en proteínas y deficitarias en calcio. Deben estar germinadas para mejorar la digestibilidad y palatabilidad. Para ello las remojaremos durante 24 horas. Fuentes de proteína animal: se administrarán sólo en determinadas ocasiones, normalmente en forma de bizcochos con base de huevo o derivados lácteos. Suplementos vitamínicos y minerales: destinados a complementar la alimentación. Deben darse de forma controlada ya que en exceso pueden dar lugar a una intoxicación. Piensos formulados: según el proceso de elaboración pueden ser piensos extrusionados o pellets. Son fáciles de conservar y administrar. Están formulados en función de las necesidades nutricionales. Evitan la selección por parte del ave. Siempre debemos recurrir a marcas que nos ofrezcan garantía de buena calidad, pues un error en la fórmula puede producir intoxicaciones. Hay que evitar los piensos no envasados que se venden a granel y pueden estar contaminados. Suelen ser fórmulas ricas en energía y vitaminas por lo que deben combinarse con otros alimentos para evitar enfermedades por excesos nutricionales. Grit: fuente de calcio que en algunos casos favorece la digestión. Agua: debe ser limpia y fresca. Tenemos que renovarla frecuentemente.

A cada familia su alimento
En este artículo nos centraremos en las aves que se adquieren como mascota o para colecciones y que acuden de forma habitual a la clínica veterinaria.
Psittaciformes Este orden engloba todas las especies de loros (los más habituales periquitos, agapornis, cacatúas, loros amazonas, loro gris africano, guacamayos, etc.). La mayoría son vegetarianos, en la naturaleza se alimentan de frutas, hojas, flores y semillas. Algunos como los loris consumen el néctar y el polen de las flores. Otras
Figura 1. Durante años se ha alimentado a las psitácidas casi exclusivamente con semillas y esto ha dado lugar a enfermedades relacionadas con malnutrición.
Figura 2. Pienso extrusionado formulado para aves.


Figura 3. El exceso de hierro en la dieta produce enfermedades muy graves en los tucanes. Figura 4. La temperatura ambiente y el ejercicio hacen variar las necesidades de mantenimiento de forma significativa.

especies complementan su dieta con proteínas de origen animal que obtienen de insectos y larvas. Una dieta equilibrada consistiría en un 50 % de pienso formulado complementado con una rica variedad de frutas, legumbres, verduras y semillas. Durante años se han alimentado en cautividad con una dieta casi exclusiva de semillas (sobre todo pipas) que presentan bajo contenido en calcio y vitaminas y un alto contenido en grasa. Esto ha dado lugar a enfermedades relacionadas con deficiencias nutricionales como la hipovitaminosis A o la hipocalcemia y problemas por exceso de grasa como obesidad, lipomas o depósitos de cristales de colesterol subcutáneos entre otros.
Passeriformes Es el grupo más grande de aves, con más de 60 familias (entre ellos encontramos canarios, cardenalitos, jilgueros, diamantes, pinzones, minás y un largo etcétera). La gran mayoría son granívoros, pero dentro de este orden también tenemos algunos insectívoros, frugívoros, omnívoros y nectarínidos. En cautividad la mayoría de especies se alimentan bien con mezcla de semillas de buena calidad (alpiste, nabina, colza, linaza, avena pelada, cáñamo, negrillo), frutas y verduras variadas. Debemos suplementar con calcio, pasta de huevo y bizcocho en periodos de mayores requerimientos como durante la cría. En canarios la suplementación con carotenoides durante la muda intensifica la coloración del plumaje. La adición de grit parece ayudar a la digestión mecánica de las semillas en las especies granívoras. Cada vez hay mayor disponibilidad en el mercado de piensos formulados para estas especies.
Piciformes A este orden pertenece la familia Ramphastidae que engloba distintas especies de tucanes. Son aves omnívoras que en la naturaleza se alimen-
tan de frutas, insectos, huevos y pequeños vertebrados. En cautividad se alimentan de frutas variadas y pasta para insectívoros, pequeños roedores y clara de huevo duro. Debemos dar una dieta pobre en hierro ya que estos animales tienen tendencia a depositarlo en sus órganos dando lugar en algunas ocasiones a daños orgánicos irreversibles. También se han de evitar las dietas ricas en vitamina C porque favorecen la absorción del hierro.
Columbiformes A este orden pertenecen especies como las palomas y las tórtolas. La gran mayoría son granívoras, aunque ciertas especies se alimentan en libertad de frutas, flores, brotes, bayas y algún invertebrado. En cautividad las especies granívoras se sustentan con una mezcla de semillas como guisantes, lentejas, judías, cereales y semillas oleaginosas suplementada con correctores vitamínicos y minerales. Las palomas ponedoras o de competición deben tener un aporte de grasa mayor para cubrir sus requerimientos. Los piensos formulados, generalmente en forma de pellets, funcionan bien con estas especies.
Galliformes Engloba distintas especies de gallinas, faisanes, perdices, pavos y codornices, entre otras. Los piensos empleados en granjas de producción pueden utilizarse como base de la alimentación en la mayoría de estos animales. Debemos evitar los piensos medicados y en determinadas especies hay que suplementar con hierbas, frutas, insectos y huevos.
Anseriformes Son aves adaptadas a la vida acuática como el cisne, el pato mandarín o la oca. En estado salvaje se alimentan generalmente de plantas acuáticas, terrestres y algunos invertebrados. En cautividad se alimentan con dietas vegetarianas y piensos formulados.
Falconiformes A este orden pertenecen muchas rapaces usadas en cetrería como el gavilán, distintas especies de águilas, halcones o harris. Son carnívoras, se alimentan de otras aves, mamíferos, reptiles, anfibios y carroña. En otras especies como el águila pescadora su fuente de alimentación es el pescado. En cautividad se les proporciona pollitos, palomas, codornices, ratones y ratas. Son aves muy sensibles a la enfermedad oseometabólica durante el crecimiento. Para evitarlo debemos suplementar con calcio y proporcionarles una exposición adecuada a la luz solar. Son animales con mucha tendencia a la obesidad, por lo que hay que ser cauteloso a la hora de medir las cantidades de alimento que se suministran.
Recuerda al propietario que...
Es necesario conocer algunos alimentos que son tóxicos para muchas aves y que pueden llegar a provocarles la muerte. El aguacate es extremadamente peligroso en loros. Alimentos que contengan sal, cacao, bebidas carbonatadas, alcohol, café y otras bebidas excitantes como el té o refrescos, también producen toxicidad. Debemos evitar los alimentos con elevado contenido en grasa, azúcares o lactosa. Las semillas de las frutas como manzana, huesos de ciruela o melocotón pueden ser tóxicos por su contenido en cianuro. Es muy importante informar al propietario de un ave de la incapacidad que tiene su animal para seleccionar una comida nutricionalmente equilibrada. Es responsabilidad del dueño proporcionarle una dieta bien formulada en función de sus hábitos y necesidades, y no dejar que sea la propia mascota la que elija lo que más le gusta comer, pues esto provocaría el desarrollo de enfermedades que pueden llegar a comprometer la vida del animal.
Bibliografía
• Clinical Avian Medicine, Gregg J. Harrison & Theresa Lighfoot. • Manual Clínico de animales exóticos, Jordi Jiménez, Roger Domingo, Lorenzo Crosta, Alber Martínez-Silvestre. • Atlas de Medicina, Terapéutica y patología de animales exóticos, Roberto Aguilar, Sonia M. Hernández-Divers, Stephen J. Hernández-Divers. • Cría, mantenimiento y patología de animales exóticos, Juan Martínez Celdrán. • The excess of nutrients in psittacine diets. David Perpiñan.
Epilepsia y síndromes epilépticos en felinos
La epilepsia es un trastorno cerebral que hace que el gato afectado tenga de forma repentina e incontrolable, crisis recurrentes, con o sin pérdida de la conciencia. Es importante conocer sus mecanismos para poder informar al propietario.
Germán Quintana Diez, DVM, PhD, MSc www.cvamarosa.com La epilepsia no es una enfermedad específica sino un signo clínico de una enfermedad neurológica. Se trata de una condición neurológica crónica caracterizada por crisis recurrentes. Es importante puntualizar que una crisis convulsiva no es sinónimo de epilepsia ya que puede tener lugar por múltiples causas extracraneales, por lo que reservaremos el término de epilepsia cuando la causa de las convulsiones sea intracraneal. Una vez descartadas las causas extracraneales, podemos diferenciar entre: • Epilepsia con causa orgánica, secundaria o sintomática: con causa subyacente (tumores, infecciones, malformaciones…). • Epilepsia idiopática, primaria o esencial: sin causa subyacente identificable, con presunto origen genético. • Epilepsia criptogénica (secundaria): con sospecha de enfermedad subyacente pero no identificada.

Budimir Jevtic/shutterstock.com
Tipos de crisis
Se diferencian tres grupos de crisis: • Crisis parciales (focales o locales): motoras, sensoriales o autonómicas. • Crisis generalizadas (“gran mal”): tónico-clónicas, tónicas, clónicas, mioclónicas, atónicas o ausencias. • Crisis inclasificables por falta de datos. En las crisis parciales se produce una activación de neuronas de un solo hemisferio cerebral. Cuando no se altera la conciencia hablamos de crisis parcial simple, mientras que cuando se altera la denominamos crisis parcial compleja. En las crisis generalizadas se ven implicados ambos hemisferios cerebrales, presentando una alteración de la conciencia y alteraciones motoras bilaterales. En el caso de la epilepsia idiopática felina, y a diferencia de los perros, en los cuales la mayoría de las crisis son generalizadas, en gatos las crisis aparecen en forma de ataques parciales o generalizados en la misma proporción.
Etiología
Se desconoce la magnitud real de esta dolencia en felinos, si bien algunos estudios estiman la prevalencia entre un 0,5 y un 1 %. A diferencia de lo que ocurre en perros, en los cuales un 90 % de los casos de epilepsia son idiopáticos, en la especie felina tan solo un 15-25 % responden a esta etiología, motivo por el cual es especialmente importante en esta especie descartar causas de origen orgánico. Existen múltiples causas como posible origen de la epilepsia y de síndromes epilépticos. Los más frecuentes aparecen en la tabla.
Signos clínicos
La epilepsia idiopática suele aparecer en gatos de entre 1 y 3 años de edad; entre las crisis el examen neurológico es normal.
Epilepsia idiopática
Intracraneanas Epilepsia sintomática
Epilepsia criptogenética
Extracraneanas Síndromes especiales Desórdenes hereditarios o congénitos Neoplásica
Inflamatoria/infecciosa
Traumatismos
Vasculopatías
Nutricionales
Metabólico
Tóxicos
Nutricionales
Hipoxia
Hipertermia
Hidrocefalia Lisencefalia Enfermedades metabólicas de almacenamiento
Primaria Virus (VLeF, VIF, PIF, rabia) Protozoos (toxoplasmosis, encefalitozoonosis) Bacterias (meningoencefalitis, abscesos) Hongos Parásitos
Trauma craneoencefálico
Anomalías vasculares Infarto
Déficit de tiamina
Hipoglucemia (dietética, insulinoma) Hipocalcemia Hipercaliemia Encefalopatía hepática (congénita o adquirida) Hiperlipoproteinemia Crisis urémicas Desequilibrios ácido/base Raticidas, insecticidas, metales pesados, herbicidas, vegetales, fármacos, productos de limpieza doméstica, etc. Deficiencia de tiamina
Enfermedad cardiovascular Enfermedad respiratoria Distocia Accidente anestésico Anemia
En la epilepsia existen una serie de fenómenos que conviene definir: • Periodo prodrómico: es el momento previo al inicio de una crisis, puede durar de segundos a días. El animal puede comportarse de forma muy variable y así, puede esconderse, seguir al propietario o parecer inquieto o asustado. • Aura: es la sensación subjetiva que señala el inicio de la crisis. • Convulsión o fase ictal: suele durar menos de un minuto, presentando movimientos tónicoclónicos de extremidades y cara, pérdida de consciencia y, en muchas ocasiones, relajación de esfínteres. • Periodo post-ictal: incluye los comportamientos atípicos posteriores a la crisis. Así, el animal puede estar inquieto, delirante, letárgico, confundido, ciego, sediento, hambriento o puede orinar o defecar de forma inadecuada.
Esta fase puede durar de minutos a días. La información que nos pueda brindar el propietario es subjetiva y no siempre muy fiable (intensidad, duración), por lo que es muy útil la grabación en vídeo de uno de los episodios. Si bien algunos autores consideran que las convulsiones constituyen el signo clínico más común en estos pacientes, otros autores creen que un tercio de los pacientes felinos con síndromes epilépticos presentan crisis parciales complejas con o sin generalización secundaria, con episodios que incluyen sacudidas faciales unilaterales, actividad motora involuntaria espasmódica de la cabeza y miembros, actividades conductuales que sugieren alucinación
(gruñidos, piloerección, ataque a objetos imaginarios, carreras descontroladas con choques violentos contra paredes o muebles) y actividades compulsivas (circling, automutilación, alteraciones en la conducta de acicalado) y una quinta parte pueden presentar una combinación de crisis parciales complejas y crisis generalizadas.
La información que nos pueda brindar el propietario es subjetiva y no siempre muy fiable (intensidad, duración), por lo que es muy útil la grabación en vídeo de uno de los episodios.
Diagnóstico
Si bien las crisis se pueden controlar mediante la administración de anticonvulsivantes, la identificación de una causa primaria se presume imprescindible, más si cabe si tenemos en cuenta que en el caso de la epilepsia idiopática se realiza un diagnóstico de exclusión. Es muy importante una correcta anamnesis, que debe remontarse a meses o años por el posible padecimiento de otras dolencias o accidentes en el pasado. El examen físico debe ser completo e incluir un minucioso examen neurológico en el que se incluyan posibles alteraciones conductuales, locomotoras, reacciones posturales y reflejos. A nivel laboratorial debemos realizar un hemograma completo, bioquímica sanguínea y urianálisis, lo que nos permitirá detectar alteraciones hepatorrenales, procesos endocrinos, alteraciones electrolíticas, acumulación de metabolitos o sustancias tóxicas y enfermedades infecciosas y/o parasitarias. El análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) puede aportar información pero no suele ser concluyente, mientras que el electroencefalograma (EEG) es muy útil por su carácter no invasivo y por ser una prueba económica, que permite confirmar el origen epileptogénico de algunos trastornos agresivos y compulsivos. Algunas pruebas de imagen y, en especial, la resonancia magnética (RMN) pueden contribuir en gran medida al diagnóstico.
Tratamiento
El éxito en el tratamiento de pacientes epilépticos radica en tratar la causa del desorden convulsivo si la hubiera. No trataremos a todos los pacientes sino que recurriremos a medicación anticonvulsivante en animales con uno o más ataques al mes, con crisis de larga duración (más de 4-5 minutos) o más de un ataque en un mismo día. El tratamiento de elección en epilepsia idiopática felina es el fenobarbital. Se emplea a una dosis inicial de 1,5-2,5 mg/kg cada 24 horas, y alcanza un nivel terapéutico en sangre a los 7-10 días. En los perros se administra cada 12 horas mientras que en los gatos es una sola vez al día, ya que en los gatos el metabolismo del fármaco es más lento. Durante este periodo inicial, serán evidentes los efectos colaterales como sedación, ataxia, polifagia, poliuria y polidipsia, los cuales permanecerán tras este periodo de acumulación inicial, salvo la sedación y ataxia que desaparecerán. En casos con crisis con una frecuencia o intensidad aumentada se puede conseguir una acumulación de fenobarbital rápida o combinar el fenobarbital con una benzodiacepina, la cual podría emplearse en gatos, según algunos autores, como droga primaria; no obstante, dada la hepatotoxicidad aguda del diacepam en algunos pacientes felinos se desaconseja en la medida de lo posible su uso prolongado, pero sí se empleará en el tratamiento agudo del estado epiléptico y se administrará por vía parenteral. Aunque es menos tóxico que en la especie canina, la alteración en enzimas hepáticas (elevación de la FA y la ALT) hace recomendable una monitorización periódica.

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El rango terapéutico en gatos de fenobarbital en sangre se estima entre 15 a 35 µg/ml; se aprecia una mayor sedación y ataxia cuando se superan estos valores. Se recomienda realizar un control del nivel de fenobarbital en sangre inicial trascurridos 15-20 días tras el inicio del tratamiento, con el cambio de dosis o cada seis meses, debiendo incluir en este control semestral un hemograma completo, bioquímica sanguínea completa, examen neurológico y determinación de los niveles sanguíneos de fenobarbital. Para ello se debe recoger suero con el animal en ayunas y una hora antes de la dosis de fenobarbital. El bromuro potásico, empleado en combinación con el fenobarbital en la especie canina, no se puede emplear en gatos por su elevada toxicidad. En casos refractarios se puede utilizar primidona, gabapentina, levetiracetam, topiramato y zonisamida, si bien no está documentado el mecanismo de acción de algunos de ellos en felinos domésticos. De cara al éxito de la terapia es importante aclarar al propietario que la epilepsia se puede tratar pero no curar, por lo que el cumplimiento de la terapia y el seguimiento es de vital importancia. El incumplimiento por parte del propietario puede facilitar la aparición de crisis de mayor intensidad o más prolongadas y poner en riesgo la vida del paciente.
Bibliografía
• Dessal F. Epilepsia idiopática en gatos. Boletín digital del GEMFE, 5:10-11, 2011. • Pellegrino, F. Epilepsia y Síndromes Epilépticos II. Clasificación de las crisis epilépticas, de las
Epilepsias y de los Síndromes Epilépticos. Selecciones Veterinarias. 7(5):494-505. 1999. • Pellegrino, F. Epilepsia y Síndromes Epilépticos III. Diagnóstico, Pronóstico y Tratamiento de la
Epilepsia y los Síndromes Epilépticos. Selecciones Veterinarias. 7(6):686-704. 1999. • Sánchez D. Epilepsia canina y felina. Formación continuada AVEPA (vocalía Mallorca). 2013.


Enfermedades transmitidas por vectores:
control y profilaxis
El ATV debe conocer los vectores, las patologías y los antiparasitarios más adecuados para cada paciente. El veterinario espera que los auxiliares tengan los suficientes conocimientos para informar a los clientes, ya que estos confían en ellos por ser el primer contacto que tienen antes de entrar en la consulta.
Ildefonso Esteva Gª-Blanco Clinica Veterinaria Nuevo Zoo, Madrid Las enfermedades transmitidas por vectores pueden estar causadas por una gran variedad de agentes infecciosos que incluyen virus, bacterias y parásitos (protozoos y helmintos), que son transmitidos por gran número de vectores artrópodos. Por lo tanto, el término “vector” en medicina quedaría limitado al artrópodo hematófago capaz de transmitir un agente de un animal a otro. Con esta definición quedan exentos otros artrópodos importantes en el ciclo de ciertos agentes, pero que no cumplen este requisito, sino que solo actúan como hospedadores intermediarios (aunque los vectores pueden actuar como hospedadores intermediarios o definitivos y en ocasiones como reservorios).
Importancia de las enfermedades vectoriales
Los patógenos o las enfermedades vectoriales son importantes por los siguientes motivos: • Son de transmisión a veces impredecible. • Su diagnóstico y control es difícil, y pasa por el control e identificación de los vectores. • Pueden ser muy patógenos en perros y gatos (y producir algunas zoonosis). • Los signos clínicos son diversos y se desarrollan tras largos periodos de incubación que raramente son patognomónicos (es decir, dicho de un síntoma: que caracteriza y define una determinada enfermedad). • Los animales pueden tener infecciones persistentes y así actuar como reservorios. • Muchas de estas enfermedades son importantes (leishmaniosis, dirofilariosis, etc.).
Clasificación
Atendiendo a la eficacia y adaptación de los vectores para la transmisión de los agentes se pueden clasificar en: Vectores mecánicos: transportan el agente sin cambios y de forma inespecífica al contaminarse sus piezas bucales o el tracto digestivo. Son generalmente poco efectivos y los agentes suelen ser bacterias o virus con un transporte limitado entre miembros de un mismo grupo y en un corto periodo de tiempo (un ejemplo es la mixomatosis del conejo, ya que, si una pulga pica a un conejo con mixomatosis, al picar a otro podría transmitirla). Vectores biológicos: son mucho más efectivos, puesto que necesitan al artrópodo para multiplicarse y desarrollarse en su interior. Este tipo de transmisión está menos condicionada a factores ambientales y el vector suele formar parte del ciclo biológico del agente. En ocasiones no existen grandes limitaciones temporales porque el agente puede transmitirse transovaricamente y pasar de una generación a otra de artrópodos, o porque el vector pueda soportar condiciones climáticas adversas y de inanición prolongadas sin perder la infección (por ejemplo en las garrapatas duras o ixódidos, que son capaces de mantener estadios infectantes de Babesia durante varias generaciones). Las enfermedades transmitidas por vectores se pueden controlar de forma eficaz si se conocen los patógenos y sus vectores. Los principales vectores que se encuentran en España son garrapatas, pulgas, mosquitos y flebótomos. A conti-
nuación se detallan las principales enfermedades transmitidas por los diferentes vectores:
Garrapatas
Son las responsables de la transmisión de numerosas enfermedades que varían según la zona geográfica y la especie de parásito. En general, la infección pasa por medio de la saliva a medida que la garrapata se alimenta. Hepatozoon canis es una excepción, ya que se transmite cuando el perro ingiere una garrapata infectada. Algunas de las infecciones descritas en esta información son causadas por protozoarios, por lo que deben ser incluidos como parásitos en el sentido clásico.
Ehrlichiosis canina/anaplasmosis La infección tiene una fase febril aguda y a continuación se produce una enfermedad subclínica y crónica. Los perros permanecen infectados después del estado inicial. Los perros pueden presentar en cualquier estadio de esta patología fiebre, depresión, membranas mucosas pálidas y anemia, linfadenopatía, anorexia y pérdida de peso, esplenomegalia, pérdida de pelo intensa, edema y ascitis, tendencia a sufrir hemorragias (que pueden manifestarse como petequias o epistaxis), disnea y signos oculares, y también puede haber signos neurológicos. La ehrlichiosis se transmite normalmente por mordedura de garrapatas, por lo que la prevención se basa en detener la fijación y la alimentación de las garrapatas.
Rickettsiosis Los signos clínicos son fiebre, anorexia, depresión, letargo, edema, linfadenopatía y signos neurológicos. La también llamada fiebre manchada de las montañas rocosas afecta a animales de cualquier edad o sexo. Es una zoonosis importante, aunque no hay transmisión directa de los perros a las personas. No obstante, en caso de extraer las garrapatas del perro sin cuidado, estas pueden infestar a las personas. Por lo tanto, es importante extraer y desechar las garrapatas correctamente.
Borreliosis La borreliosis o enfermedad de Lyme es una patología infecciosa causada por una espiroqueta del complejo Borrelia burgdorferi sensu lato y transmitida por garrapatas del género Ixodes. Se conocen numerosos hospedadores reservorios (carnívoros domésticos y silvestres, roedores, aves, lagartijas, etc.) (figura 1). Signos clínicos: claudicación, depresión, fiebre, enfermedad renal, enfermedad cardiaca, enfermedad hepática. Afecta a animales de cualquier edad y sexo. En los humanos, la borreliosis es una enfermedad que se reconoce fácilmente, pero no está tan definida en los perros y alrededor del 95 % de los animales infectados son subclínicos. Se ha descrito la artropatía de Lyme, una cojera en una o más articulaciones; los cachorros tienen un riesgo más elevado a padecer poliartritis.
Babesiosis Las babesias son parásitos que infectan los eritrocitos y se transmiten mediante la picadura de

Figura 1. Hembra de Ixodes scapularis con el abdomen distendido tras la ingestión de sangre.
garrapatas. Afectan a una amplia variedad de animales domésticos. Signos clínicos: fiebre, letargo, anorexia, anemia y palidez asociada. En infecciones graves puede aparecer orina roja (hemoglobinuria), ictericia, esplenomegalia, vómitos y signos nerviosos. La babesiosis afecta a animales de cualquier edad y sexo, aunque normalmente se observa en animales jóvenes, sobre todo en zonas endémicas desde la primavera hasta el otoño.
Hepatozoonosis canina Es una patología poco frecuente, ya que las garrapatas no transmiten la infección al alimentarse de los perros o gatos, sino que la enfermedad se adquiere al ingerir una garrapata que contenga ooquistes de hepatozoon en el abdomen.
Signos clínicos: fiebre, emaciación, letargo, anorexia, linfadenopatía, membranas pálidas asociadas a anemia y dolor muscular.
Importancia clínica de la infestación y papel vectorial de las pulgas
La infestación por pulgas tiene una importancia en nuestra clínica diaria por: • Sensibilización de los propietarios, tanto o más que las infestaciones por garrapatas. • La escasa especificidad que hace que los propietarios puedan padecer también la infestación de sus mascotas. • Tanto en animales como en humanos alérgicos hay una reacción inmunológica a la saliva de pulga, que produce un cuadro de dermatitis alérgica por picadura de pulga (DAP).
Como consecuencia a la reacción a las picaduras, los afectados presentan intenso prurito, pápulas y máculas eritematosas con costras, alopecias y dermatitis y, como consecuencia de las picaduras, pueden presentar dermatitis piotraumática secundaria, pioderma y seborrea, y en los casos crónicos hiperpigmentación, hiperqueratosis y liquenificación. • Las pulgas pueden ser vectores de importantes patógenos humanos, desde la peste bubónica (Yersinia pestis) por pulgas de rata hasta el tifus (Rickettsia typhi) o el tifus epidémico. Pueden también ser vectores de filarias y pueden actuar como vectores mecánicos de diferentes especies de Bartonella, como B. henselae, que produce en el hombre la enfermedad del arañazo del gato o el virus de la mixomatosis del conejo.
Por último, las pulgas que afectan al perro y al gato son hospedadores intermediarios del cestodo Dipylidim caninum. No suele estar asociado a signos clínicos en el animal, aunque los segmentos maduros que pasan por el ano pueden provocar irritación anal. La presencia de D. caninum es un indicador de la existencia de una infestación con pulgas y piojos.
Mosquitos y flebótomos
Leishmaniosis El vector de transmisión es un mosquito flebótomo. Es una zoonosis importante, extendida por toda España con mayor o menor incidencia, pero generalizada en toda la Península y la zona mediterránea de Europa. La gran variedad de manifestaciones clínicas de la infección tiene implicaciones en el diagnóstico, por lo cual se debe hacer un diagnóstico integrado clínico-patológico y etiológico. El diagnóstico laboratorial es fundamental. Se pueden tomar muestras de sangre en EDTA para PCR (reacción en cadena de la polimerasa) y de suero para IFAT (prueba de detección de anticuerpos por inmunofluorescencia indirecta).
Dirofilariosis y otras filariosis Las filarias son nematodos que parasitan el tejido subcutáneo y el sistema circulatorio de
carnívoros domésticos y silvestres. La mayoría es transmitida por mosquitos (culícidos de los géneros Culex, Aedes y Anopheles), y alguna por pulgas y/o garrapatas. Debido a que el vector no es muy específico de hospedador, pueden afectar a muchos mamíferos, incluidos el ser humano. Dirofilaria immitis, también conocida como el verme del corazón, produce alteraciones en arterias y parénquima pulmonar. Es una patología crónica. Dirofilaria repens causa la dirofilariosis subcutánea del perro. Es una zoonosis extendida desde la zona central de Francia hacia el sur de Europa; también se encuentra en Asia y África.
Profilaxis
Tanto en la profilaxis como en el control de los vectores, los auxiliares desempeñan un papel muy importante en la información que se les da a los propietarios, por lo tanto hay que dejar claros los conceptos. La mejor profilaxis pasa, lógicamente, por evitar los sitios endémicos (no viajar a los lugares donde existen las enfermedades) u hospedadores mecánicos que mantienen como reservorios a los vectores, como el caso de los gatos en libertad en los parques que presentan infestación por pulgas todo el año o ácaros en el oído. En el caso de los piojos o pulgas en conejos y otros animales salvajes hay que evitar en lo posible viajar a zonas endémicas de leishmaniosis, como es en España sobre todo la costa mediterránea o las islas. En caso de no poder evitarlo hay que tener a las mascotas bien protegidas. Se debe tener en cuenta también el ciclo biológico de los vectores, que está íntimamente relacionado con la temperatura (zona geográfica). En España, en las islas y en la zona sur hay parásitos y vectores todo el año. No sería
Aconseja al propietario
• La primera medida sería evitar en lo posible el contacto con el vector. Por ejemplo, en el caso de la leishmaniosis se debe impedir la picadura del flebótomo, intentando mantener al perro en el interior de la vivienda desde el atardecer hasta el amanecer durante la época de riesgo (desde mayo a noviembre en casi toda la Península), momento de máxima actividad del mosquito. • Los perros y gatos que viven o viajan a zonas endémicas de ciertas enfermedades transmitidas por vectores presentan un riesgo de infección mayor. Por ejemplo, aquellos animales que acompañan a sus dueños durante las vacaciones o en los cambios de vivienda, los que esperan en instalaciones de embarque y residencias, los que participan en exposiciones caninas y felinas o los que hacen paseos por el campo o que participan en cacerías. • Una forma de prevención consistiría en aplicar sobre el perro insecticidas tópicos o repelentes. • Proteger las ventanas y puertas de las viviendas y de las casetas de los perros con telas mosquiteras. • Evitar la presencia de hábitats favorables para los flebótomos en las proximidades de las viviendas como materia orgánica en descomposición, restos de la poda, basuras, leñeras, etc. que también son nidos para otros vectores de pulgas, garrapatas, etc. • En el caso de la leishmaniosis hay que destacar también la inmunoprofilaxis. Actualmente existe una vacuna, que es sin duda la herramienta esencial para la prevención de la infección por Leishmania. • En el caso de las garrapatas, es importante revisar a perros y gatos sobre todo en la estación de reproducción de las garrapatas. Pasando los dedos por el pelo es bastante fácil notar los típicos bultos; normalmente están en la zona de las ingles, cola, interdigitales, orejas, etc. Hay que eliminarlas mecánicamente con pinzas o lengüetas especiales para garrapatas. Esto no evita nuevas infecciones, por lo que debemos proteger a las mascotas con antiparasitarios. • Entre los ectoparásitos que más preocupan a los propietarios están las pulgas y los ácaros de la sarna, que se pueden transmitir directamente a las personas. Estas infecciones son de corta duración y temporales; los daños e inconvenientes que las pulgas causan a los humanos y animales domésticos se pueden resumir en dolor directo y prurito de la picadura, la dermatitis por la propia picadura y la transmisión de enfermedades infecciosas. La profilaxis consiste en la desinfección del entorno y el tratamiento del animal.

Figura 2. Hay que revisar la piel y el pelaje de los perros después de los paseos por el bosque.

necesario un control de mosquitos tan exhaustivo en zonas altas y frías en invierno, ya que no hay. Todo esto debe influir en los consejos hacia el propietario. Los perros y gatos que viven en colectividades, o los animales que viven en el exterior, tienen mayor riesgo de adquirir una enfermedad transmitida por vectores que aquellos animales que viven en el interior de las viviendas. El riesgo de transmisión también es más elevado, depende de diversas condiciones locales como el microclima y la topografía local (figura 2).
Opciones para la prevención y tratamiento de los parásitos externos
Las estrategias para controlar los parásitos externos dependen de varios factores, que incluyen: • Tipo de ectoparásito. • Necesidades y deseos del propietario. • Legislación local o nacional. • Disponibilidad de métodos y productos de control antiparasitario. • Espectro completo de parásitos, incluyendo los intestinales y/o sistémicos. El control de los parásitos externos incluye el manejo y el uso de los ectoparasiticidas. El régimen de tratamiento, la vía de administración y, si fuera necesario, la frecuencia de los tratamientos deben estar claramente especificados en cualquier medida de control de ectoparásitos. El plan puede ser sencillo o complejo dependiendo de las necesidades que se observen. Los animales pueden estar bajo riesgo de infestación por parásitos no relacionados, como insectos y/o nematodos. Se deben considerar las opciones para un control integrado debido a que actualmente hay medicamentos que son eficaces frente a una gran variedad de especies parasitarias o que combinan diferentes compuestos que cubren un espectro amplio de parásitos diferentes. En esta sección se repasarán el manejo y las opciones terapéuticas disponibles para tratar y prevenir infestaciones por parásitos externos. Otros factores que se deben considerar antes de elegir un tratamiento son: • Vía de administración. • Duración de la actividad. • Características del animal, incluyendo especie (perros o gatos), edad y peso. • Actividad del animal, incluyendo baños e inmersiones en ríos o mar. • Otros antiparasitarios y/o otros medicamentos que el animal pueda estar recibiendo. • Cualquier signo clínico asociado a una infestación.
Clasificaciones de los ectoparasiticidas
Es común clasificar los ectoparasiticidas en diversas categorías, según criterios diversos.
Los más usuales son:
1Según el estadio de desarrollo del parásito afectado por la sustancia activa: • Adulticida, si tiene efecto sobre los adultos. • Larvicida, si tiene efecto sobre las larvas. • Ovicida, si tiene efecto sobre los huevos.
2Según el tipo de parásitos contra los que son eficaces se habla de sustancias activas o productos: • Insecticidas, contra los insectos. • Acaricidas, contra los ácaros en general. • Garrapaticidas o ixodicidas, contra las garrapatas o ixódidos.
• Mosquicidas, contra las moscas. • Piojicidas, contra los piojos. • Sarnicidas, contra la sarna. • Pulguicidas, contra las pulgas, etc. Un producto determinado puede ser a la vez insecticida y acaricida, adulticida y larvicida. Una clasificación pragmática muy extendida establece cuatro grandes categorías: • Insecticidas clásicos: se trata sobre todo de insecticidas y/o acaricidas orgánicos sintéticos que matan a los ectoparásitos mayormente por contacto y se usan en baños de inmersión o aspersión, para fumigaciones, etc. A este grupo pertenece la mayoría de las sustancias activas ectoparasiticidas utilizadas hoy en día en la ganadería: organofosforados, amidinas, piretroides, etc. • Endectocidas: además de controlar a numerosos ectoparásitos, son muy eficaces contra muchos endoparásitos, sobre todo helmintos. Es por esto que se les denomina endectocidas. Actúan mayormente de modo sistémico, pero también lo pueden hacer por contacto o ingestión. La mayoría son derivados sintéticos de productos naturales extraídos de cultivos bacterianos. • Inhibidores del desarrollo: no matan directamente ningún estadio, pero bloquean el desarrollo de los estadios inmaduros: las larvas mueren antes de alcanzar el estadio adulto, lo que interrumpe el ciclo de vida. Actúan mayormente por contacto o ingestión. La mayoría son productos orgánicos sintéticos. • Productos naturales: son extractos de plantas que se emplean directamente sin una ulterior modificación química; o bien productos minerales, es decir inorgánicos.
Otra clasificación más práctica en la clínica diaria Según la forma de administración:
Collares. Están hechos de distintos materiales que liberan de forma diferente el antiparasitario, con duración y eficacia muy variables dependiendo del principio activo, con actividad frente a varios vectores.
Pipetas. Se aplican de forma tópica, a lo largo de la cruz del animal, evitando que se chupe. El producto se absorbe en pocas horas y duran normalmente un mes.
3Comprimidos. Actúan de varias formas, algunos como insecticidas, adulticidas y larvicidas y otros como inhibidores del crecimiento.
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Bibliografía
• Guadalupe Miró Corrales, Laia Solano Gallego. 2012 Enfermedades vectoriales del perro y del gato. Editado para Bayer. • Maggie Fisher y John McGarry, 2006 Fundamentos de Parasitología en animales de Compañía,
Bayer health Care. • F.Rochette. Los parásitos del gato y su control. Ed. Janssen animal Health. • Guía ESCCAP nº 3- Ectoparásitos Control de Insectos y garrapatas que parasitan a perros y gatos. • Guía ESCCAP nº 5- Control de enfermedades transmitidas por vectores en perros y gatos.