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Esquila en ovinos: adaptaciones fisiológicas, estrés y bienestar animal

La esquila entra dentro del manejo del ganado ovino que aporta beneficios por un lado, pero que causa estrés por otro. Elegir el momento más adecuado puede disminuir los efectos negativos en el bienestar animal.

Rodolfo Ungerfeld*, Aline Freitas-de-Melo Departamento de Biociencias Veterinarias, Universidad de la República. Montevideo, Uruguay *rungerfeld@gmail.com

En los sistemas de producción de ovinos de lana, la cosecha de la misma normalmente se realiza anualmente mediante la esquila manual o con máquina de esquilar. El método de esquila más utilizado es el Tally-Hi, que consiste en colocar al animal sentado con los miembros sueltos, sin ningún tipo de ataduras. Esta práctica es más rápida y menos estresante para los animales que la esquila tradicional, con el animal maneado.

La época del año en que se realiza la esquila varía de acuerdo a la categoría, demandas de mercado y disponibilidad de mano de obra en cada localidad. Los ovinos normalmente son esquilados por primera vez entre los 8 meses y el año de edad y luego siguen un régimen anual de esquila. Los carneros pueden ser esquilados tanto durante la primavera, como a finales de verano e inicio de otoño, previo a la estación reproductiva. Esquilar a los carneros antes de la época de servicios es una práctica recomendada en algunos países, ya que se ha reportado que mejora la tasa de fertilización y las ovejas montadas presentan una mayor proporción de embriones viables (Hulet et al., 1956).

BENEFICIOS DE LA ESQUILA PREPARTO

La esquila de las ovejas normalmente se realiza en invierno o en primavera, coincidiendo con el tercio final de gestación o con el periodo de lactación. La esquila preparto se realiza alrededor del día 100 de gestación, aunque puede realizarse más tempranamente o más tardíamente. Tiene numerosos beneficios: • Corderos de mayor peso La esquila preparto genera un aumento en el consumo de pastos (Kenyon et al., 2002b; Revell et al., 2002), y un aumento en la duración de la gestación (Cam y Kuram, 2004; Ciccioli et al., 2005), lo que se vincula con corderos de mayor peso al parto, tanto en corderos únicos (Cloete et al., 1994; Cam y Kuram, 2004) como mellizos (Austin y Young, 1987; Ciccioli et al., 2005). Cuando la oveja pare un único cordero, la diferencia de peso generada por la esquila es mayor en los corderos de bajo peso (Kenyon et al., 2002a), lo que puede tener mayor importancia en sistemas pro-

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ductivos. El mayor efecto positivo sobre el peso de los corderos se obtiene cuando la esquila se realiza entre los 50 y 100 días de gestación (Morris et al., 1999).

• Mayor producción de leche También se ha visto que las ovejas esquiladas durante la gestación producen más leche (Cam y Kuram, 2004; Sphor et al., 2011), lo que también puede explicar la mayor tasa de crecimiento de los corderos (Cloete et al., 1994) y un mayor peso al destete (Cam y Kuram, 2004; Sphor et al., 2011).

• Mayor supervivencia de corderos Además, en algunos trabajos se ha reportado que la esquila de ovejas gestantes aumenta la supervivencia de los corderos (Cloete et al., 1994; 2000), incluso en corderos mellizos (Morris et al., 1999).

Dado que las ovejas preñadas secretan menos cortisol, caminan menos, pastorean más y permanecen más tiempo paradas tras la esquila que las ovejas vacías (Ungerfeld y Freitas-de-Melo, 2019), la esquila preparto puede ser una mejor alternativa desde el punto de vista del bienestar de la majada.

La esquila preparto puede ser una mejor alternativa desde el punto de vista del bienestar.

MANEJO NECESARIO, PERO ESTRESANTE

La esquila es un manejo necesario desde el punto de vista productivo, pero hay que considerar que genera una marcada respuesta de estrés. • Por un lado, está el manejo relacionado con la esquila: – El movimiento de los animales al corral. – Ruidos y movimientos vinculados a la esquila de los otros animales. – Manipulación e inmovilización durante la esquila en un entorno desconocido. – La separación del cordero (en el caso de la esquila posparto). – La esquila en sí misma (Carcangiu et al., 2008). • Por otro, el estrés térmico generado por la pérdida de la capa naturalmente aislante del ovino, especialmente cuando se realiza en invierno (Aleksiev, 2008, 2009).

Dado que la esquila es un evento estresante, se han reportado cambios en diferentes indicadores de estrés tras realizar este manejo. Como parte de la respuesta aguda de estrés se ha reportado un aumento en las concentraciones sanguíneas de cortisol (Corner et al., 2006; Sanger et al., 2011) y de glucosa (Carcangiu et al., 2008) y un aumento importante de la temperatura corporal (Piccione et al., 2002). También se observaron importantes aumentos de la frecuencia cardiaca y del pulso, aunque a las 3 horas de la esquila ya retornan a valores basales (Mousa-Balabel y Salama, 2010). Otra respuesta indicadora de estrés es la disminución de la cantidad de neutrófilos y de la relación neutrófilos/linfocitos a los 15 min de la esquila, y de la eosinofilia a las 6 horas (Sanger et al., 2011). Algunos indicadores de estrés como el aumento de cortisol o la disminución del hematocrito se observan solamente con la retirada de la lana, pero no de forma tan intensa con los manejos asociados, incluyendo la manipulación y sujeción del animal, los ruidos asociados a la esquila, separación del grupo, muestreo de sangre o la presencia de humanos (Hargreaves y Hutson, 1990).

Por otra parte, la respuesta de estrés a la esquila parece ser independiente del método que se utiliza, ya que no se encuentran diferencias en la respuesta en ovejas esquiladas a mano o con máquina de esquilar (Yardimci et al., 2013). Durante el periodo inmediato de la esquila (3 horas) aumenta el consumo de alimento, disminuye la frecuencia de tomar agua, y todavía no son afectados los comportamientos sociales (Mousa-Balabel y Salama, 2010). En los primeros días tras la esquila preparto, las ovejas quedan más dispersas entre sí por dificultades para reconocer a las otras ovejas esquiladas (Ungerfeld et al., 2018).

LA ESQUILA INVERNAL

Tras la esquila invernal ocurre una disminución de la temperatura corporal (Dýrmundsson, 1991), por lo que es importante brindar abrigo al animal recién esquilado. Durante los días siguientes el animal se adapta a la falta de lana activando mecanismos termorregulatorios:

• La disminución en la frecuencia respiratoria. • El aumento de la frecuencia cardiaca. • Un menor consumo de agua (Al-Ramamneh et al., 2011).

Estos cambios generan mayores demandas de energía y por tanto un aumento en el consumo (Kenyon et al., 2002b; Revell et al., 2002). Esto se ve asociado con un aumento de proteínas totales en sangre, aumento que se mantiene durante un periodo prolongado, que es independiente de posibles cambios en el peso de la oveja (Piccione et al., 2010). Durante los días siguientes a la esquila se observa un aumento en la concentración de T3 (Pierzchala et al., 1983; Morris et al., 2000), que puede tener efectos termorregulatorios, pero también sobre el apetito. Esto se explica porque las respuestas generadas por la esquila aumentan las demandas de energía y, por tanto, es necesario compensarlas con un aumento en el consumo (Mousa-Balabel y Salama, 2010). Además, en algunos trabajos se reportó que la esquila mejora la conversión del alimento (Younis et al., 1977; Moslemipur y Golzar-Adabi, 2017).

CONCLUSIONES

La esquila es un manejo imprescindible en los sistemas de producción ovina de lana, que genera mejores resultados productivos, económicos e incluso reproductivos. Sin embargo, este manejo provoca una marcada respuesta de estrés, que tiene consecuencias negativas sobre el bienestar animal, por lo que si bien es un manejo imprescindible, es necesario considerar realizarlo de la forma en que afecte menos al bienestar de los animales. Más aún, realizarlo de forma estratégica, durante la gestación en las ovejas y antes de la temporada reproductiva en los carneros mejora de forma directa los resultados productivos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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