Carlos Maria Antunes plantea en este libro el reto de una «mística de los ojos abiertos», un itinerario espiritual accesible a todos y adecuado a los tiempos que corren, que pone en relación el ayuno, la interioridad, la compasión y la fraternidad. El libro invita a ampliar la tradicional visión del ayuno como una práctica del tiempo cuaresmal (hoy en desuso y, por lo general, mal entendida), para que se traduzca en un estilo de vida en el cual se reconoce la sobriedad como un valor. La mesura, la capacidad de moderación y la contención abren en la persona caminos de búsqueda interior y, en un mismo movimiento, dan paso hacia el exterior, hacia los otros, con una renovada capacidad de participación y compromiso. «Cuando reconocemos y aceptamos nuestra propia indigencia ?dice el autor en la Introducción?, entonces se vuelve decisiva en la construcción de la fraternidad». Con prólogo de Carlos Gutiérrez Cuartango, monje cisterciense de Santa María de Sobrado.
