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2. Paisaje invernal, con grajos
Los juncos del verano pasado están grabados en hielo, como tu imagen en mi mirada; la escarcha seca vidria la ventana de mi herida. ¿Qué alivio puede extraerse de una roca para conseguir que un corazón asolado reverdezca? ¿Quién más se adentraría en este lugar sombrío y estéril?
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PAISAJE INVERNAL, CON GRAJOS
El agua del molino, conducida por un caz de piedra, se abisma de cabeza en ese estanque negro donde un único cisne, absurdo e impropio de esta época, flota casto como la nieve, burlándose de la mente nublada que ansía arrastrar al fondo su blanco reflejo.
El sol austero, un ojo de cíclope anaranjado, desciende sobre el pantano, sin dignarse a seguir mirando este paisaje penoso; imaginándome cubierta de plumas negras, avanzo al acecho, como una graja siniestra, meditabunda, mientras cae la noche invernal.