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León Benavente
Buenas noticias para los seguidores de Leon Benavente. Su tercer largo, «Vamos a volvernos locos», es ya uno de los más firmes candidatos a disco del año en la escena de pop-rock nacional. En el grupo no pueden estar más satisfechos. «Bueno, siempre estamos contentos con todo lo que publicamos... Pero sí, este disco está muy bien», según comenta el guitarrista Luis Rodríguez.
Lo último de León Benavente amplifica virtudes de una manera coherente, es decir, no busca el aplauso fácil del público, sino que se centra en los puntos fuertes de su habitual discurso, puliendo su contenido y entregando el mejor disco posible. Porque si una cosa dejaron clara desde su debut y su sucesor 2 (2016), es que su mezcla de talentos funciona y muy bien. Y no solo en la composición de canciones, sino en su solvente directo, para el que parecen concebidos estos diez nuevos temas. Todas las canciones que confeccionan ‘Vamos a volvernos locos’ tienen algunos matices que van desde Beastie Boys a Peret, pasando también por lo último de David Bowie. Son diez brillantes cortes con las letras más mordaces y reflexivas que han hecho nunca, aderezados por toda suerte de arreglos, que engalanan cada minuto del conjunto. Desde esa “Cuatro monos” que lo abre, tendiendo puentes con “Habitación 615”, hasta “Tu vida en directo”.
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En ellos hay canciones para bailar (“No hay miedo”), amar descarnadamente (“Amo”, “Mano de santo”) o brincar como posesos de la mano de una resaca (“Ayer salí”). También hay espacio para la experimentación en interesantes medios tiempos como “Como la piedra que flota” o espacios para el regocijo en ese himno con el que hacernos acompañar en los malos momentos (“La canción del daño”).



