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ENTRE LÍNEAS Gloria Fuertes
from Málaga Solera nº148
by editorialmic
~Entre líneas~
Por Maritina Romero Ruiz
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Gloria Fuertes
Gloria Fuertes es una de las poetas más vanguardistas de la segunda mitad del siglo pasado. También una de las peor tratadas al ser recordada casi exclusivamente por sus poemas infantiles, olvidando el legado de su poesía para adultos en el que trata temas tan universales como el amor, la soledad, el dolor o la muerte. Sus poemas poseen una musicalidad y cadencia cercanas al lenguaje oral. Su acento lírico es uno de los mas personales y auténticos entre los poetas contemporáneos. Con un lenguaje sencillo y directo, sabe reflejar su amor a la infancia, a los humildes, a la vida, a la paz. Denuncia la injusticia social, impregnando sus poemas con un tinte de humor muy peculiar. Autora más apreciada y estudiada en el extranjero que en España, el paso del tiempo ha de colocarla en el lugar que, por la importancia de su obra literaria, le corresponde.

No es lo mismo No es lo mismo El cine que el cinismo. Es diferente, Estar detrás de una mujer a estar de frente. Es diferente, estar sobre un hombre que estar bajo un hombre, ( y que la beata no se asombre).
(Gloria Fuertes)
En estos versos Gloria reivindica la igualdad entre el hombre y la mujer y el papel activo de ésta en todos los terrenos, también el sexual, criticando de paso la mojigatería y la hipocresía de la sociedad. Y todo ello con un humor que no es hiriente, sino tal vez, pícaro y gamberro. Con motivo del centenario de su muerte en 2017, escribí este pequeño relato en su memoria.
Cenicenta Salimos del cine cogidas del brazo. Noto calor en la cara. Miro a Centa, tiene las mejillas arreboladas, los ojos brillantes. Caminamos deprisa, hay que estar en casa a las diez. Echamos a correr de la mano sorteando a la gente que pasea sin prisas en esta noche suave y perfumada de domingo.
Llegamos congestionadas y muertas de risa al portal donde las dos vivimos, ella en el primero y yo en el cuarto.
Ahora a hacer la cena, me dice y le cambia el gesto. Luego tendré que preparar la comida de mañana, si quiero ir a clase. Ya lo sé, le digo compasiva. No, no sabes. No tienes ni idea. Y sube las escaleras a grandes zancadas. Desde el rellano me grita: Recuerda Bego, la vida no es como en el cine.
Me quedo llena de zozobra pensando en mi amiga a la que llamo Centa, porque Vicenta es muy serio y a la que otras veces, en broma, llamo Cenicenta. Mi querida Cenicienta sin cenizas, sin madrastra cruel ni hermanastras envidiosas; sólo un padre y dos hermanos embrutecidos por el trabajo y la cerveza, que ven perfectamente normal que ella cargue con todo el peso de la casa. Tenemos quince años. Centa estudia mucho y un día me dijo: No pienso esperar a que un príncipe encantado me rescate, los cuentos de hadas no existen.