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ASOCIACIONES

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MIGUEL ÁNGEL CERCAS. Director Renta4Banco.

Capitalismo consciente

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Durante una clase de guion de cine a la que estoy asistiendo y que imparte Fernando Paniagua cuestionábamos «el color» que me mejor identificase a la película que estamos ideando. Mi protagonista es un asesor de inversiones que opta a ser el director general de un banco de inversión. Mencioné el rojo pasión. Pero varios compañeros dijeron que ese mundillo les sugería el gris. Y me acordé de los hombres grises de Momo. Y pensé: Pero, ¿qué imagen proyecta o estamos proyectando de la inversión? Por eso, me parece interesante una corriente relativamente reciente denominada «capitalismo consciente», porque, a pesar de que en la mayoría de las películas de cine que abordan el dinero el capitalismo o los bancos de inversión salen mal parados -asociados a la avaricia y al afán de lucro- el afán de un asesor financiero es que su cliente obtenga rentabilidad a su inversión según criterios éticos, de rentabilidad/riesgo y en función de sus propias peculiaridades. El «capitalismo consciente» conjuga valores propios del capitalismo -intercambio voluntario, competencia y libre mercado- con otros que podríamos denominar «más humanos» como la creación de valor, la colaboración o la confianza.

En el libro Capitalismo Consciente: libera el espíritu crítico de los negocios, Johan Mackey -uno de los cofundadores de supermercados Whole Foods Market, comprada por Amazon por 13.700 millones de dólares- y Raj Sisodia -director del Centro Tecnológico de Marketing en la Universidad de Bentley- pretenden transitar de la «generación del dinero» a una «generación del bienestar», alcanzando así el máximo potencial de un capitalismo que tratase de mejorar la vida de los demás y de la sociedad. Lo fundamentan en cuatro principios: «Propósito superior»: un negocio ha de tener un propósito más allá de generar beneficios -que es un medio-, como transmitir unos valores. «Orientación integral»: centrada en una relación sana y de mutuo interés -donde todos ganen- entre todas las personas de una empresa. «Liderazgo consciente»: que el líder muestre esos valores, equilibre los intereses de todos y esté para servir. Y «cultura consciente», orientada a las personas y a valores colaborativos frente a los competitivos. Esta corriente podríamos englobarla en otra más amplia como es la “nueva economía del propósito”, que intenta que las personas encuentren más sentido a sus vidas: es el valor de crear un propósito para los trabajadores y clientes, satisfaciendo necesidades que transciendan las propias y favoreciendo el crecimiento personal y comunitario. Como dice el propio Sisodia “la gente está cada vez más interesada en encontrar un sentido superior en su vida en vez de conformarse con añadir una cosa más a su número de pertenencias”. En el mundo de la inversión algunos lo asocian con las inversiones temáticas y los criterios ASG de sostenibilidad, aunque no solo se trata de ofrecer un crecimiento sostenible en el largo plazo sino que los inversores sean conscientes de que están destinando su dinero a mejorar el futuro. 

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