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FIRMA INVITADA: MAGÜI MIRA

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EQUIPO

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MAGÜIMIRA

Teatro

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A veces es un cartel en el metro con una imagen potente que nos hace girar la cabeza, o en un taxi oímos en la radio la voz de una actriz que habla del personaje que interpreta y nos abre el deseo de ver lo que cuenta, o en una revista vemos un titular que nos atrae, o nos tropezamos con un comentario en Instagram, nos hablan, nos cuentan...y no lo hemos visto, no hemos ido… se crea el enigma y hay que resolver.

Nos informamos, decidimos el día y compramos la entrada, por internet, precio, elegimos butaca, estamos empezando el viaje. Nos vamos de viaje.

Aparecen las expectativas, vamos con el atrevimiento de dejarnos sorprender. Un viaje al misterio. Al misterio sin fin de ese paisaje que no existe. Nos sentamos, en filas y hombro con hombro, podemos oler a personas a las que no conocemos. Se apagan las luces, se acaba ese murmullo estimulante, el santo y seña de que el público existe. Aparece el silencio. Y arrancan los motores. Y ahí estamos. Sumando. No estamos solos. Inmóviles, pero respirando el mismo oxígeno y recibiendo a la vez y cada segundo el mismo impacto. En el cerebro, en el corazón. Mágico. Nada nos perturba. Los aplausos finales nos cosen, nos miramos. Una cita a ciegas que se nos queda dentro del cuerpo. Un tiempo que no existe, pero que no olvidaremos. Vamos saliendo a la calle, otra vez el ruido. Nos cuesta hablar durante unos minutos. El enjambre de hormonas que nos rodea está sensible, o excitado.

Nos hemos alimentado de algo que nos pertenece y que no tiene nombre. O solo tiene uno difícil de explicar, pero que lo contiene todo: Teatro. Fin del trayecto. Caliente en invierno. Fresco en verano.

Teatro. Una isla deslumbrante donde ir de vacaciones a la imaginación.

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