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Francisco Sada Gallo
IN MEMORIAM
FRANCISCO SADA GALLO
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Protésico dental
Francisco, "Paco" para los amigos y compañeros, se jubiló a los 86 años siendo su dilatada profesión la de protésico dental. Ha trabajado en la profesión desde aquella época en la que, para colar los primeros esqueléticos lo hacían con una honda, con el gran riesgo de que se abriera el revestimiento y saliera volando el metal por todo el laboratorio, pocos lo recuerdan, tal vez aquellos protésicos cuyos padres fueron pioneros de esta profesión, y se lo han oído contar. Su hijo, que ha continuado la profesión de su padre, aún recuerda los dibujos que hacía para ir diseñando las primeras estructuras metálicas, cuando se estaban empezando ha hacer en España. Con el paso de los años, el reconocimiento, la formación y el trabajo de los protésicos fue mejorando, en gran parte, gracias a aquellos primeros que se juntaron en las asociaciones profesionales, que acabaron siendo los actuales colegios profesionales de protésicos dentales. Francisco y su hermano Ricardo fueron de aquellos, que, en los años 50 y 60 del siglo pasado, abrieron camino en la profesión de protésicos, concretamente en Navarra, a la vez que otros valientes lo iban haciendo en el resto del país.
Fueron años difíciles en los que la profesión no estaba reconocida y debieron pasar aun muchos años hasta que apareciera una ley que regulaba las diferentes profesiones dentales y, aun más, hasta que surgieran los primeros colegios profesionales.
Ricardo y Francisco, presidente y secretario respectivamente, de la Asociación Navarra de Protésicos Dentales, gastaron tiempo y dinero en la formación propia y ajena, para facilitar el contacto entre ellos y otros profesionales de las provincias limítrofes, y de esta manera, lograr que su profesión fuera lo mas digna y reconocida, que su trabajo fuera visible y para que los pacientes/clientes supieran que esas “castañuelas” que llevan en su boca, y les facilita comer y sonreír, han sido hechas por un protésico dental que pasa horas y horas en su astillera, para lo que ha estudiado y sigue formándose profesionalmente mejorando cada día con el principal objetivo de proporcionar el bienestar de las personas.
Una vida llena de trabajo, de alegrías, sufrimientos y de agradecimiento, desde la sencillez del laboratorio dental, sin ruido pero facilitando la vida de muchas personas.
Francisco nos ha dejado a sus 91 años, tras una vida plena y feliz. Descanse en paz.

Francisco Sada, dibujo años 60