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Criterios de eficiencia energética en la instalación, explotación, mantenimiento

Incluso ahora el modelo de la oficina celular es el más habitual, y la planta abierta, la alternativa más relevante. La mayor parte del día una inmensa parte del espacio de la oficina permanece desocupada.

La oficina celular

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Originalmente la oficina no era más que una sala de trabajo en la que una persona se podía retirar para desarrollar sus actividades escritas y recibir visitas. El carácter de la oficina deriva del entorno doméstico. Radicalmente distinta al entorno de la fábrica, la oficina es una zona de lujo, comparable a un despacho en una casa particular. La posesión de una oficina propia, en principio, se reservaba a los directores o profesionales de alto rango. Una sala particular enseguida adquiere el significado de poder.

La oficina de planta abierta

Es la completa antítesis de la oficina celular. Se trata de una estructura totalmente diáfana con plena libertad de distribución. En 1922, Ludwig Mies van de Rohe la definió de esta manera: «Es un edificio de trabajo, organización, claridad, economía, espacio, luz, múltiples plantas, funcional, sin divisiones, estructurado como el organigrama de la compañía». Si la oficina celular se fundamenta en el confort y la categoría, la de planta abierta está basada en los principios de la eficiencia.

La oficina de equipo

La oficina de equipo es uno de los primeros intentos de crear una síntesis de los modelos celular y de planta abierta. En este tipo de oficinas el interés se centra en las unidades organizativas con sus propios conjuntos de tareas, prestando atención tanto a las relaciones laborales como a los vínculos sociales entre los componentes del equipo.

Los nuevos conceptos de oficinas: combi y simplificada

Hay buenos ejemplos de organizaciones que han tirado por la borda sus modelos fijos de oficinas para aplicar métodos estructurales a sus lugares de trabajo.

En este caso, los propios usuarios han desarrollado conceptos nuevos. Todavía novedoso, el concepto combi establecido en Escandinavia, a diferencia de los conceptos tradicionales, presta más atención a la comunicación y a las instalaciones comunitarias. Una variante del concepto combinado es el concepto simplificado. Más que un concepto de oficina es una filosofía de gestión. El lema es la simplificación. Con ello se quiere indicar que cada empleado tiene una gran responsabilidad individual. De hecho, cada empleado funciona con gran independencia sobre la base de la integración del trabajo más que sobre su distribución. Los empleados hacen lo máximo por sí mismos: las llamadas telefónicas, la administración, comunicación, y la limpieza de sus propios escritorios. En realidad, cada empleado dirige su propia empresa.

En la práctica parece como si la implantación del concepto combi supusiera un cambio de cultura para organizaciones. Una gran sala sigue siendo vista como símbolo de nivel social, como

una confirmación de la posición jerárquica del empleado. El concepto de combi no posee estas connotaciones de categoría, y se contempla exclusivamente desde el punto de vista funcional. Básicamente todos los empleados tienen acceso a las mismas instalaciones, y las pueden utilizar siempre que sea necesario. Cada uno de los puestos no es más que una parte de las instalaciones. No sorprende que este concepto se haya desarrollado en los países escandinavos, de sobra conocidos por el carácter democrático de sus relaciones laborales, y se haya extendido a toda Europa.

Desde el punto de vista energético, según los datos publicados por Lighting Europe, el potencial de ahorro energético en alumbrado interior es muy elevado.

Si partimos de la situación del año 1970, en el que el alumbrado interior estaba basado fundamentalmente en luminarias con difusor opal, balasto electromagnético y lámpara fluorescente luz día de 38 mm e incorporando la utilización de nuevas luminarias con sistemas ópticos de elevado rendimiento, lámparas fluorescentes de 16 mm, balastos electrónicos, sistemas de control de presencia y aprovechamiento de la luz natural, el ahorro energético en el alumbrado interior podría alcanzar el 75%.

Centrándonos únicamente en el caso del alumbrado de oficinas, y sin volver nuestra mirada a los años setenta, el potencial de ahorro actual en el alumbrado de oficinas seguirá siendo muy importante. Además, desde el punto de vista medioambiental, supondría una considerable reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Para conseguirlo es muy importante la utilización de iluminación eficiente, mediante luminarias de alto rendimiento, que incorporen equipos de bajo consumo y lámparas de alta relación lumen/ vatio, unidas al uso de sistemas de regulación y control adecuados a las necesidades del local a iluminar, lo que permitirá tener unos buenos niveles de confort sin sacrificar la eficiencia energética.

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