ADA

NOCHE DE LOS MUSEOS

PEDRO A. CRUZ SÁNCHEZ

El pasado 19 de mayo, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de los Museos, el Ayuntamiento de Blanca puso en marcha una iniciativa que, bajo la nomenclatura de ADA (All Day Art), propuso un programa de actividades que daba respuesta a las necesidades específi cas del tejido cultural de este municipio. Con la fi rme creencia de que la única forma de procurar auténticas políticas culturales de carácter social es generando contextos oportunos en los que los que los propios ciudadanos interactúen entre sí, ADA propuso actividades que abarcaban todo el espectro de disciplinas artísticas desarrolladas por los agentes culturales blanqueños: pintura, escultura y fotografía, graffi ti, música, danza, teatro y poesía.

A través de un proyecto como ADA, el Ayuntamiento de Blanca intentó hacer frente al principal punto de debilidad que exhiben las políticas de programación en espacios públicos y, más concretamente, en la conocida como “Noche de los Museos”, a saber, su planteamiento como

un diálogo entre el ciudadano y la institución, cuando, en realidad, el diálogo debería ser entre los propios ciudadanos. Ésta, y no otra, es la única manera de introducir la cultura en las dinámicas cotidianas de cualquier población, y de que el tejido cultural se expanda y desborde sus propios límites endogámicos. Son los ciudadanos los que se deben sentir productores de cultura; de lo contrario, cualquier acción que se programe quedará como un hecho aislado y no tendrá capacidad de crear comunidad. Los obje-

tivos, por tanto, que presidieron la intensa agenda de actividades de ADA no fueron otros que convertir al ciudadano de Blanca en el productor de su propia cultura, rompiendo así con su condición de agente pasivo; identifi car nuevos espacios –además de los institucionales- de intercambio cultural entre los agentes locales; y activar la totalidad del tejido cultural de Blanca para, de esta manera, visibilizarlo y fortalecerlo mediante la implicación del resto de ciudadanos.

A tenor del éxito de participación alcanzado, de cómo los artistas amateurs convivieron con los profesionales, y de cómo los escolares y jóvenes en formación se implicaron como protagonistas de la gran fi esta de la cultura, la valoración que cabe realizar de esta primera convocatoria solo puede ser positiva. De una manera evidente, ADA ha roto con las fórmulas manidas que presiden la celebración del Día Internacional de los Museos en gran parte de la geografía nacional y regional. Su fórmula novedosa, respetuosa con las singularidades del contexto y enriquecida con la participación de los mejores productores de cultura -los propios ciudadanos, que con su esfuerzo y sensibilidad diarios determinan el paisaje cultural más real y tangible- la confi rman como una iniciativa de largo recorrido, avalada por la mejor tarjeta de presentación posible: la sostenibilidad y la vocación pública más genuina.