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Tierra entre Culturas

En la ensenada encontró Abderramán III el emplazamiento ideal para levantar su ciudad soñada.

En el año 955, el califa elige enclave y levanta una gran fortaleza. La más grande de Europa. Una enorme extensión donde acantonar su ejército. 20.000 hombres para defender la última frontera. Lo hace en el lugar que los romanos eligieron para su ‘Portus Magnus’. El gran fondeadero costero. El lugar del que salieron miles de ánforas y se explotaron los recursos minerales. El faro desde el que se vigiló el comercio con el resto del Mediterráneo. El Marsa alNafira. El gran puerto. Es el origen de una ciudad cosmopolita, a la vanguardia del turismo, la ecología y la agricultura sostenible. Un modelo económico y colectivo único en Europa. La Alcazaba. Domina la ciudad desde los tiempos de Abderramán III. Es la gran muestra del esplendor árabe. Una formidable fortaleza. Belleza levantada en piedra. Tanto, que impresionó a los Reyes Católicos en la toma de la ciudad, en 1489. Tal vez por eso, quedó en pie tras la Reconquista. Ha sobrevivido a todos los tiempos. Campamento militar, fue refugio de la población civil en las razzias y asedios, palacio y residencia de gobernantes, mezquita, baños, aljibe y mercado comercial de la ciudad. A salvo del paso del tiempo y los terremotos se mantienen también parte de los lienzos de la ciudad amurallada.

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La Alcazaba

La Catedral

La Catedral-Fortaleza. Un ejemplo único de edificio religioso y defensivo. Es una de las escasas catedrales-fortalezas de Europa. Levantada sobre la antigua mezquita, el templo primitivo fue arrasado por el gran terremoto de 1522. Fue entonces cuando el obispo Fray Diego Fernández de Villalán ordenó construir un gran templo con el que borrar la historia de la vieja medina islámica. Robusta, de poca altura, con torres en las esquinas, sirvió de ciudadela donde resistir el envite de los piratas y las revueltas moriscas. Último bastión defensivo de la ciudad amurallada. Es BIC y Monumento histórico-artístico.

Sol de Portocarrero

La Almedina. Levantado piedra a piedra por orden de Abderramán III, es el barrio más antiguo de la ciudad. Casas humildes a los pies de la Alcazaba que conservan hoy el alma árabe que fundó Almería. La población andalusí se asentó sobre una vieja ciudad amurallada de origen romano. Al abrigo de la fortificación del califa, la medina se fue convirtiendo en la ciudad más próspera y cosmopolita de la época, y el gran puerto, el lugar desde donde se controlaban las principales rutas comerciales del Mediterráneo. El barrio original de la ciudad califal ha sobrevivido, con avatares, al paso de los siglos, pero desde la Alcazaba es posible admirar aún la bellísima estampa de una ciudad de calles estrechas e intrincadas diseminándose hacia el puerto, un lugar donde vive aún el pasado en todo su esplendor.

Es el corazón de la ciudad. Puerta de Purchena. El lugar de la antigua puerta de Pechina que un error de transcripción de los Reyes Católicos convirtió en Purchena. Conjunto Histórico-Artístico desde 1991, se conservan parte de sus restos tras el derribo de la muralla en 1855. Desde entonces, es una gran plaza en la que se muestra la mejor arquitectura del XIX, magníficas edificaciones modernistas levantadas por la burguesía floreciente. Es emblemática la Casa de las Mariposas.

Puerta de Purchena

El Paseo de Almería. La gran transformación urbana. A finales de 1800, la ciudad sale fuera de las murallas y ocupa huertas, campos y antiguos dominios de la iglesia. Se levanta la ciudad nueva, con alcantarillas, agua potable, aceras y grandes edificios. Convertido en el centro comercial, es de inspiración francesa. Preside la avenida un ficus centenario y la escultura de John Lennon en recuerdo a la estancia del Beatle en Almería.

La Rambla

Una ciudad para pasear. Construida sobre un paso de aguas natural, es la avenida más grande de Almería. Llamada también la Rambla de Belén, atraviesa prácticamente la ciudad y llega desde la Autovía del Mediterráneo hasta el Puerto. La obra permitió unir la ciudad, dividida de arriba a abajo por una gran hendidura natural. Es la zona de paseo y ocio. La fuente de los 103 pueblos, la Plaza de las Velas y el obelisco, en las proximidades del puerto, se han convertido en icono fotográfico de la ciudad.

La muralla de Jairán y el cerro de San

Cristóbal. Rastro más importante de la histórica ciudad defensiva, es la síntesis arquitectónica del primitivo asentamiento. Se construyó junto a la Alcazaba. Baja a través del barranco de La Hoya y asciende hasta el cerro de San Cristóbal. Se conservan allí restos de la primera fortificación cristiana, levantada durante el asedio de 1147, de la muralla califal construida en el siglo XI que protegía el barrio de la Almedina, y parte de una antigua fábrica de salazones romana.

Cerro de San Cristobal

Los aljibes de Jairán. Construidos bajo la orden de Jairán, rey de la taifa de Almería durante el siglo XI. Tres naves de ladrillo abovedadas aseguraban el abastecimiento de agua de la ciudad en el periodo histórico de la fragmentación de los reinos musulmanes. Permitía abastecer a una población de 30.000 habitantes. Una acequia subterránea llevaba el agua desde las fuentes de Alhadra hasta la ciudad. Hoy es sede la Peña Flamenca El Taranto y espacio artístico para pequeñas exposiciones.

La Plaza de la Constitución. Llamada también la Plaza Vieja, fue el zoco musulmán. Centro administrativo de la ciudad, donde se asienta el Ayuntamiento, diseñado a fi nales del XIX por el arquitecto Trinidad Cuartara en el recinto porticado, y el Monumento a los Mártires de la Libertad, homenaje a ‘Los Coloraos’, 24 hombres con chaquetas rojas que se levantaron contra el régimen absolutista de Fernando VII.

Plaza Vieja

Arquitectura religiosa. La iglesia de San Juan Evangelista, del siglo XVII, conserva los restos de la quibla, el muro de una mezquita orientado a la Meca, y el mihrab. La basílica de Santo Domingo es el santuario que alberga la talla gótica de la Virgen del Mar, patrona de Almería. La iglesia de Santiago, una de las más antiguas de la ciudad, fue mandada construir por los Reyes Católicos y conserva una bóveda de madera mudéjar y portada renacentista. El convento de las Puras tiene portada y torre mudéjar y el de las Claras, que sufrió un incendio del que quedó a salvo sólo la iglesia, muestra las trazas del que fue un gran cenobio.

Virgen del Mar Iglesia de Santiago

Plaza e iglesia de San Sebastián

Convento de Las Puras Ermita de San Antón

Cúpula de Las Claras

Iglesia de San Pedro

Ermita de Torregarcía Iglesia de Las Claras

MAKRO LLEGA A ALMERÍA

MAKRO, líder de distribución para hostelería, lleva 47 años trabajando en nuestro país con total dedicación, apoyando la gastronomía y la restauración tanto dentro como fuera de cocinas. La compañía colabora día a día con el sector y contribuye al éxito de sus negocios ofreciéndole los mejores productos y servicios de calidad.

En su compromiso como socio de la hostelería, MAKRO llega a Almería para dar servicio a todos los bares y restaurantes de la provincia. De esta manera, pretende favorecer el desarrollo de los negocios hosteleros almerienses.

Como punto de partida, MAKRO ha puesto a disposición de la hostelería de la región gestores comerciales especializados, que atienden las necesidades de cada cliente según la tipología de su negocio. Asimismo, dispondrá de un espacio físico en el centro de la ciudad de Almería con profesionales del sector para ofrecer asesoramiento personalizado.

MAKRO, EL SOCIO DE LA HOSTELERÍA

MAKRO, fi lial española del grupo alemán METRO AG, es la empresa líder de distribución del sector de la hostelería en España. Con 37 tiendas en nuestro país.

La compañía ofrece al hostelero más de 42.000 productos, múltiples soluciones y diversos servicios adaptados a sus necesidades, apostando por el producto local y por el producto fresco de calidad.

Muestra de su pasión por la hostelería, MAKRO sitúa al hostelero en el centro de todas sus decisiones y trabaja mano a mano en todo lo relacionado con su negocio, adaptándose a sus necesidades y acompañándole a lo largo de toda su cadena de valor. Para ello, MAKRO trabaja en Almería en torno a unos pilares fundamentales:

La confi anza que ofrece al hostelero con productos y servicios que se someten a

De izquierda a derecha: Rafael Martínez, Juan Manuel Carrasco y Jerónimo Crespo

rigurosos procesos y controles de calidad, contribuyendo al éxito de sus negocios. Además, la competitividad, con una atención personal y especializada adaptándose a las diferentes necesidades. Ejemplo de ello son sus marcas propias, destinadas a satisfacer las expectativas de los diferentes tipos de clientes.

Por otro lado, en relación a la experiencia de compra, MAKRO pone a disposición de los hosteleros de Almería gestores profesionales para brindarles todas las facilidades con su servicio de Distribución a Hostelería. Estos gestores recomiendan a los clientes las mejores opciones del surtido para su negocio y enseñan a los hosteleros a gestionar sus pedidos para que puedan hacerlos ellos mismos. Por último, la innovación y modernización. MAKRO, con el objetivo de contribuir a la digitalización del sector, ha puesto en marcha una iniciativa para digitalizar a la hostelería, ofreciendo herramientas que ayuden a la transformación digital de los establecimientos. Entre estas soluciones destacan la creación de páginas webs y la central de reservas de manera totalmente gratuita.

MAKRO contribuye ya al éxito de más de 200.000 hosteleros en España y llega a Almería con el propósito de cubrir las necesidades de este sector en la zona, ofrecer una experiencia de compra única y ser un proveedor eficiente; una verdadera apuesta por el sector y por la confianza que el hostelero deposita en la compañía.

Calles y Plazas

Centro histórico. Conserva el rastro de su origen árabe. Calles en las que es posible encontrar penumbra, plazas sombreadas, lugar de cita a la caída de la tarde y de compras por la mañana. El casco viejo está declarado Bien de Interés Cultural. Es mítica la Calle de las Tiendas –con vigas que enseñan retazos de la historia almeriense–, que conecta la Puerta Purchena con el convento de las Claras y la Plaza de la Constitución, plagada de comercios, estrecha y peatonal, es centro neurálgico para el paseo y el tapeo. De igual belleza meridional, la calle de la Almedina, la Real, Jovellanos, Encuentro, Descanso, la calle de La Duda, la de la Reina, la Plaza Bendicho donde se citaba la aristocracia almeriense, con la Casa de los Puches y la de la Música...

Cuartel de la Misericordia

Plaza Biendicho

Casa de los Puche Palacio de la Diputación

Círculo Mercantil

Otros rincones. El antiguo Hospital de Santa María Magdalena, el edificio civil más antiguo de la ciudad, de mediados del XVI, con un magnífico patio, capilla y portada de transición entre el barroco y el neoclásico. El bellísimo patio de la Escuela de Artes, antiguo claustro del convento de Santo Domingo, levantado en el XVI y reformado dos siglos más tarde. El Cuartel de la Misericordia, del XVII, levantado sobre el patio de abluciones de la antigua mezquita, con su patio de arcos y sus naranjos. La Casa de los Puche, el mejor ejemplo de la arquitectura mandada construir por la burguesía urbana. Los palacetes de los Marqueses de Cabra, los Marqueses de Torrealta, la Diputación Provincial, el Casino, la Casa de las Mariposas, el Círculo Mercantil, el Edificio del Ayuntamiento, el Teatro Cervantes, el Apolo, el Palacio de los Vizcondes del Castillo de Almansa, la Plaza de Toros construida en plena revolución industrial, o el Preventorio. La antigua estación de autobuses, la Casa Sindical, la Casa de Socorro o el barrio de Ciudad Jardín, obras de Guillermo Langle, arquitecto municipal y máximo representante del Movimiento Moderno en la ciudad. Las torres de la Mona, La Garrofa, el Castillo y faro de San Telmo, Torrecárdenas, El Perdigal, las Casas Fuertes de El Alquián, Torregarcía y el Torreón de San Miguel levantado por Fernando VI son algunas de las numerosas atalayas construidas a lo largo de la historia para la defensa del litoral.

Casa de las Mariposas

Teatro Apolo Hospital Provincial