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Alcalde

Por cuarta vez tengo el honor de dirigirme a ustedes, queridos conciudadanos, desde la revista de feria. Lo segundo —la revista de feria— es una tradición secular, plenamente arraigada, que ha devenido en un conjunto de publicaciones amenas, curiosas y muy útiles como fuente de conocimiento de nuestra historia y de la evolución de las costumbres y tradiciones almagreñas. En la revista de la feria han escrito personas de mucha entidad, bastantes de ellas poseedoras de notable instrucción y dotes literarias, cuya lectura es un verdadero placer y un caudaloso manantial de informaciones relevantes. Aunque mis cuatro saludos no llegarán a tanto, confío en que no les hayan resultado enfadosos.

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Lo primero —que sea esta la cuarta vez— nos remite a algo más reciente: la democracia como sistema de gobierno y hasta de organización social. Este año —el 6 de diciembre: habrá que celebrarlo— se cumplen cuarenta de la Constitución de 1978. Como consecuencia directa de ella, el día 3 de abril de 1979 se celebraron las primeras elecciones municipales de nuestra democracia. Desde entonces, cada cuatro años los responsables políticos —los alcaldes y concejales— o se retiran o se someten a un examen riguroso ante el tribunal de los electores. De esta forma, la ciudadanía refrenda o revoca —aprueba o suspende— la confianza en los gobernantes cuyo mandato expira. Se trata, pues, de un momento solemne y decisivo para todos: para los que alcanzamos honor de gobernar, porque en todo momento hemos sido conscientes de la responsabilidad que se dejaba en nuestra manos y no hemos olvidado nunca que habría que rendir cuentas, es decir, que llegaría el mes de mayo de 2019; y para quienes nos eligieron, porque el destino de Almagro volverá a estar, sin restricción ninguna, en sus papeletas. A mí me parece que este examen periódico es una cosa estupenda: pone a cada uno en su sitio. Y me parece también que todos los alcaldes y concejales que hemos tenido en Almagro desde 1979 merecen un recuerdo agradecido: por haberse ganado la confianza de los ciudadanos y por haber puesto su empeño en no defraudarla.

Pero habrá tiempo de ir hablando de estas cosas en los próximos meses. Mientras tanto, disfruten ustedes de las fiestas, que hemos preparado —con esmero, pero sin despilfarro ninguno— pensando en los ciudadanos de todas las edades y de todas las preferencias; practiquen la solidaridad y el civismo; permítanse, si quieren, excesos en los que no incurrimos el resto del año; sean hospitalarios con quienes nos visiten; si son mayores, recuperen la ilusión de la infancia; si sois niños o jóvenes, no dudéis ni por un instante de que esta exaltación de hoy durará toda la vida…

Y reciban un afectuoso saludo de

El alcalde Daniel Reina Ureña

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