Saluda de la Parroquia

“Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza” (Ap 12:1).

La Parroquia entera, en este año excelso del LXXV Aniversario de la Coronación de la Virgen de los Milagros, quiere vivir y compartir con todos tres actitudes significativas a las que la María nos invita. Ella nos dice: “¡Sed bienvenidos!” “A mi casa, que es la vuestra. A contemplar mi imagen restaurada y mis ojos que os miran con ternura. A celebrar con inmenso gozo las misericordias de Dios Ganas tenía de estar con vosotros, ¡Hijos de mi corazón!, después de estos años duros e inciertos. He escuchado con ternura de madre vuestros gritos y súplicas de dolor y alegría, de sufrimiento profundo y de esperanza. He llorado con vosotros, he derramado fortaleza y he puesto paz en vuestras vidas”. “¡Gracias! ¡Muchísimas gracias!” “Las que Dios me regaló y llenaron mi vida. Las que Dios os sigue otorgando, a través de Mí, su humilde sierva. A Dios Padre, que me coronó de gloria y me vistió de sol. Mi alma, hoy y siempre, proclama su grandeza. A los que hace setenta y cinco años celebraron con gentileza de hijos aquel día de cielo en la tierra, lleno de azul, júbilo y fragor. A todos los que continuáis confiando y con veneración habéis puesto mi imagen en lo alto del Cerro de la Coronación. Os aseguro que cuidaré de vosotros, os escucharé y os seguiré protegiendo y bendiciendo como siempre lo he hecho”. “ ¡Alegraos!” “Alegría, fue la primicia que recibí del ángel. Y es el mensaje que os quiero regalar. Llenaros de gozo, todos los que vais a venir a mi fiesta, peregrinos en la noche, enfermos en el cuerpo y en alma, caminantes ilusionados que creen y esperan en la vida y en la resurrección. Porque voy a salir a las calles para caminar con vosotros, quiero entrar en vuestras casas y morar en vuestros corazones. Porque siempre estaré con vosotros, porque siempre seré vuestra Madre”. Con todo afecto: La Parroquia