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INTERAGRO: I

Describiendo el problema

Jorge Cuéllar, técnico de desarrollo de INTERAGRO centró su exposición en plantear un estado de situación del actual comportamiento de los insectos que afectan a la soya sembrada en San Julián (Zona Este).

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“La aparición de insectos está presente dentro del sistema productivo de la soya cuando se advienen condiciones de seca (sequía). Así, los insectos bajan y por ende aumentan las enfermedades y también malezas”, puntualizó.

Sobre el tema de valores de costos, Cuéllar especificó que, en el uso de herbicidas, estos se acrecentaron en la zona Este entre 80 a 90 dólares/ha. En lo referido a fungicidas estos costos mantienen en la zona citada y desde hace bastante tiempo un costo oscilante entre 70 a 80 dólares/ha (dependiendo de la productividad).

“La gran variante de esos valores surge en el tema de insectos. Estamos por encima de los 100 dólares/ha y todavía no acaba la campaña (Verano 2022/23), Se están aplicando acaricidas e insecticidas que por factores diversos como la carencia de productos o por las lluvias

NTERAGRO participó de un encuentro técnico organizado por la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) en el municipio de San Julián. Esta participación abordo como tema principal el manejo de plagas para la actual campaña de verano 2022/23.que no permiten fumigar, conlleva al problema de repetir o aumentar dosis”, dijo.

El técnico fue puntual al citar que los problemas con los insectos inician en la siembra en el sorgo o maíz sembrado en invierno, donde es seguro el ataque de gusanos cortadores en un inicio.

“Por este motivo se recomienda una desecación anticipada y tratamientos de semillas. En el inicio de esta campaña Cuéllar resaltó que se reportaron ataques de trips, gusanos e incluso caracoles.

“En la zona Integrada tuvimos el ataque de caracoles, trips y gusanos. En la zona Este se combatió trips y gusanos. Es bueno apuntar que el tema de los caracoles se viene agravando en localidades como Tres Cruces y toda la zona Integrada”, destacó.

En ese sentido, constató que inicio con esta situación se viene trabajando con productos en base a Abamectina como cebos, o específicos como Clartex o Luger, que son metaleídos específicos para ese tipo de plagas.

“En esta ocasión no tuvimos ataques de mosca blanca, lo que si primó fue un ataque de ácaros en las primeras siembras. Luego siguió el tema de los gusanos, en especial espodópteras. Se pudo aplacar con aplicaciones oportunas a los gusanos golpeadores. Lo que sorprende, son las variedades (de soya) con resistencia a gusanos, donde la espodóptera realiza ataque que no son tan agresivos como el hecho por pseudoplusias y

RECOMENDACIONES DE INTERAGRO

El funcionario de INTERAGRO, aseguró respecto lo recién expresado que la empresa ofrece insecticidas de la línea BASF. Estos se aplican de manera preventiva. Entre esta paleta de propuestas se encuentra el fisiológico NUMOL. Además de la línea MONTANA se cuenta con el acaricida TOPADOR PLUS, y productos residuales para chupadores como Imidacloprid o Tiametoxam, recomendados estos para un manejo preventivo conjuntamente con las aplicaciones de fungicidas para no tener ingresos al cultivo intermedio y evitar así el tráfico de maquinaria en el cultivo.

“Esto se torna imposible con el clima actual que tenemos, el cual está pasándose de más en materia de lluvias en la zona (San Julián), donde se registran entre 600 a 700 milímetros de precipitación desde la siembra del 3 de noviembre. Hay zonas que registran hasta 500 mm de anticarcias, pero hay que darle su debida importancia. Las chinches tampoco tuvieron presencia notoria esta campaña”, aseguró.

Manejo integrado de plagas lluvia, suficiente para la producción de soya, la cual tiene que esperar todavía un mes para su cosecha”. Cuéllar también observó que en la zona Este hay zonas con cosechas rezagadas hasta abril, esto ocasiona que las plagas se tornen más fuertes, por tanto, el control debe ser más preciso para evitar incrementar los costos de producción.

Sobre todo lo expuesto, Cuéllar propuso abordar el tratamiento de semillas con productos más específicos, no de amplio espectro.

“En este caso un Metomil , deja en cero, un borrón y cuenta nueva, pero este origina un desequilibrio reconocible en la subida de algunas plagas fuertes o de primera”, apuntó.

En tal sentido, sugirió abordar esta situación utilizando un fisiológico desde temprano, porque en el desarrollo de la soya aparece un trifolio nuevo entre cuatro a cinco días. En un ciclo entre 55 y 65 días.

“La idea es evitar hacer aplicaciones fuertes, En materia de ácaros entrar con la primera aplicación de fungicidas, o antes. Esto para lograr mojar la parte bajera o tercios inferiores de planta, eso va creciendo y que ya queda protegida, En este caso, si se requiere una aplicación, en base a monitoreo, y junto a la aplicación de acaricidas, tratar también chinches y usar fisiológicos. Esto, permitirá manejar bien las plagas y evitar hacer “aplicaciones bombas” con productos fuertes para reducir estas presiones de plagas”, acotó.

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