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RAÚL VALENZUELA RODRÍGUEZ

RAÚL VALENZUELA RODRÍGUEZ (Chile, 1974)

Posee estudios de literatura, derecho y ciencias sociales. El año 1999 fue becario de la Corporación Cultural de Las Condes. El año 2000 de la Fundación Neruda. El mismo año fue reconocido por el premio Gabriela Mistral (juvenil). El 2001 partió a la Provincia de Arauco. Trabajó en Temuco, Ancud, Castro, Puerto Varas y Coyhaique. Publicó Diálogo a Solas el 2015. En ese tiempo vivía en la Patagonia, Puerto Cisnes. El 2018, la Biblioteca de Chañaral y su círculo literario publicaron Para escapar en Bicicleta. En esa época habitaba en el Desierto de Atacama. El 2019 escribió la memoria pueril: El Patio. Niño en Dictadura, creció bajo estado de sitio, fue adolescente en la transición.

EL PATIO

(fragmentos al azar).

Lo primero, imponer el rigor de la muerte.

Cien años ensaya hacer una trenza de un secreto dicho al oído. Luego fue arrancar las hojas de los libros. Pervertir el fuego, que no dé calor, oscurecer los días.

Ya dominabas la técnica de leer más allá de los márgenes y de escribir en la muralla.

Entonces la instrucción fue colapsar cualquier sonido. Cortar las ramas de los árboles, instalar en los muros alambres, púas.

Matar a los pájaros de cansancio.

Por siglos cultivaste el arte de preservar. Tras la pintura de arcilla. Una capa y otra y otra y otra.

La clandestinidad del inconsciente. Para que no quedara piedra que repitiera lo que ella decía, blanquearon las paredes, ordenaron encandilar con la luz eléctrica y forzar incluso al movimiento de los océanos a esa labor. Habrá que escarbar, herir la vista en la polvareda. Responder con la noche total.

Para dejar que las sombras muestren que las barricadas marquen el exterior de las alambradas.

La hora de la tarde. La calle ya está en sombra y se llena de calma. Parece ser la misma arteria que mi trenza. Mi garganta hecha un puño cerrado a esta hora canta siempre la invariable canción.

Miro la ventana.

Se enciende de rojez la vereda.