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Por José Antonio ADELL CASTAN
PONENCIA 1
JUEGOS TRADICIONALES
José Antonio ADELL CASTAN

JUEGOS TRADICIONALES
POR José Antonio ADELL GASTAN
1. INTRODUCCION.
Realizar un trabajo serio sobre los juegos tradicionales va a ser una tarea ardua, difícil y complicada por diversas razones: escasez de datos, dificultad de determinar el terna,... Desgajar lo tratado para limitarlo al Altoaragón hará aún más dificultoso el trabajo, pues existe una gran interrelación entre los juegos practicados en otras provincias aragonesas o en las comunidades vecinas.
Intentaremos, sin embargo, realizar a grandes rasgos un esbozo de las características de nuestros juegos, atendiendo a su contenido etnológico, pero sin olvidarnos de otras disciplinas en las que ejercen gran influencia.

Determinaremos, a modo introductorio, las diferencias entre juego popular y deporte tradicional, basándonos en la obra de Cristóbal MORENO. El juego popular es el que, con carácter tradicional, deriva de actividades laborales o mágico-rituales; no se halla excesivamente reglamentado; las características del terreno y de los instrumentos a utilizar no están debidamente delimitadas. El deporte tradicional procederá de la evolución del juego popular, al reglamentarse y unificarse las características del terreno y de los instrumentos que requiere.
Este deporte tradicional se convertirá en deporte federado cuando aparezca un organismo que controle la actividad, extendiéndose ésta por varios países. Puede afirmarse que algunos deportes federados han seguido esta evolución en tres fases hasta hacerse tan conocidos que han sido, practicados en todo el mundo, dejando así de ser considerados como juegos autóctonos.
2. AMBITO GEOGRAFICO.
Será muy difícil desligar los juegos practicados en el Altoaragón de los desarrollados en toda la comunidad autónoma, y más aún de los de otras comunidades vecinas.
En primer lugar, podremos considerar una serie de juegos que se encuadran dentro del grupo de los practicados en toda el área mediterránea, pero que en el Altoaragón adquieren unas connotaciones dignas de tener en cuenta. Así, los juegos hípicos aparecen en otros lugares, pero en el Altoaragón tendrán particularidades diversas que no encontramos en otras zonas. El juego de la bola de grasa, recogido en Peralta de la Sal y antiguamente en San Esteban de Litera, era una variante de los divertimientos del público a estilo sanchop ancesco. Denominador común será que estas actividades relacionadas con la hípica se realicen para la festividad de San Antón (el día 17 de enero), padrón de los animales de pie redondo y muy venerado por nuestros antepasados por constituir las caballerías uno de los indicadores de la riqueza de un hogar.
Otros juegos se desarrollan en una comarca o valle, quedando reducidos a esos límites o sobrepasándolos para entrar en contacto con otras zonas culturales. La carrera del arra era típica de las comarcas de la Jacetania y del Serrablo, pero a principios de siglo la encontramos también en localidades como Gurrea de Gállego o Ayerbe.

Es posible también que algunos de estos juegos estuvieran circunscritos a zonas más amplias, pero con el paso del tiempo se fueron perdiendo y reduciendo a dos o tres pueblos de toda la provincia. Las corridas de pollos se practicaban en casi todos los pueblos del Altoaragón, pero se fueron olvidando; hoy sólo las encontramos de una forma aislada y con un sentido muy diferente al que poseían cuando nacieron.
Curiosamente, las fronteras artificiales creadas por la división provincial no han sido obstáculo para que encontremos juegos semejantes a un lado y otro de la misma. El juego de bitllas o el de patacons es propio de la Ribagorza aragonesa, del valle de Arán y del Pallars. Las carreras pedestres, polleradas o cursas son típicas de La Litera, Bajo Cinca, Segriá leridano,... También hallamos este mismo contacto entre los juegos del valle
de Ansó y los del valle de Roncal o entre los de algunos valles pirenaicos y sus homólogos franceses.
Un factor muy importante a considerar será el de la trasmisión oral del juego, que —como indican Oleguer CAMERINO y Marta CASTAÑER—:
«el traspaso a las sucesivas generaciones se aseguraba por la comunicación oral y por un proceso de aprendizaje mediando imitación por parte de los niños pequeños a aquellos muchachos que ya comenzaban a dejar de jugar... Las raíces lingüísticas y la denominación de los juegos es otro aspecto que se puede estudiar según el área de influencia».
Esta trasmisión oral permitirá que algunos juegos se recojan en localidades alejadas, a pesar de ser originarios de una sola de ellas.
En la distribución geográfica según el nivel de actividad llevada a cabo por Cristóbal MORENO se observa que el nivel más elevado de práctica de los juegos populares y deportes tradicionales se encuentra en el País Vasco. En el grupo de nivel elevado aparecen Aragón, La Rioja, Navarra, Cantabria, Asturias y Castilla-León, curiosamente todos limítrofes con el País Vasco. La razón de esta distribución geográfica puede hallarse en la orografía, que ha permitido mantener unos juegos propios en zonas aisladas, mientras que las regiones más llanas (Valencia, Castilla-Mancha o Andalucía) han preferido deportes más conocidos en el país. Otra explicación la constituiría la propia etnia que define a un pueblo (vascos, cántabros, ilergetas,...) y que encuentra su raíz en civilizaciones que, de alguna manera, han mantenido características antropológicas de forma más pura.

El Altoaragón, con tres zonas geográficas muy definidas, presenta unos juegos característicos de dichas áreas:
a) Area pirenaica: carrera del arra, birlas, guilles, borruna, salto de palo,.
b) Area de los Somontanos: carrera de pollos, pelota, reboleta,...
c) Area del llano (Monegros, Cinca, Baja Litera): barra aragonesa, carreras pedestres, palistroc o birlos,. .
José C. LISON, en su trabajo sobre Cultura e identidad en la provincia de Huesca, advierte
«quizás la división más conocida y extendida entre los habitantes de la provincia de Huesca sea la de Montaña y Ribera o Tierra Baja, (pie la parte en dos mitades bien diferenciadas. Tanto quienes se adscriben a un lado como a otro asumen esta distinción y consideran su modo de vida, costumbres y tradiciones diferentes y en parte opuestos e incompatibles entre sí».
En el tema de los juegos, no es del todo cierta esta afirmación, pero sí nos da una pauta sobre las diferencias de la montaña y el llano en función fundamentalmente de la orografía y de lo que ella conlleva.
3. ASPECTOS HISTORICOS.
El origen de los juegos y deportes tradicionales suele hallarse en las propias faenas agrícolas o en determinadas y escasas ocasiones de ocio que las sociedades eminentemente agrarias disfrutaban, en diversas épocas del año (fiestas, romerías,...) o en determinados momentos del día (las largas noches estivales, las tardes de los domingos,...).

Con la aparición de las nuevas tecnologías y la industrialización de las ciudades, los juegos tradicionales han perdido su marco de expresión. El automóvil ha permitido que los jóvenes no se queden en su pueblo pequeño y vayan al centro comarcal, donde encontrarán discotecas, bares,... La televisión ha eliminado esas veladas en las que se juntaban los mozos o las mujeres para jugar o charlar. Por otro lado, se aprecia más una cultura impuesta que las propias señas de identidad expresadas en juegos, folklore,...
En la raíz de los juegos, veremos cómo la mayor parte de los mismos no son originarios de Aragón. La barra aragonesa tiene unas particularidades propias, pero los griegos y romanos ya la practicaban. En el País Vasco, los palankaris lanzan la barra, y en Castilla, Cataluña o Andalucía, se practica la misma aunque con diferencias en cuanto a la técnica de lanzamiento o al peso y forma de la misma.
La carrera a pie es un ejercicio que practicó el hombre desde que apareció en la tierra; fue reglamentada por los griegos en sus Olimpiadas. La
singularidad de las carreras pedestres aragonesas está en el premio al vencedor (pollo, manzana, arra, cuchara,...), en el escenario, en la fecha de la carrera (la fiesta del patrón) y en diferentes aspectos ambientales (música, pregón, actitud del público, baile del pollo,...).
María Teresa ()UVEROS de CASTRO, cronista oficial de la ciudad de Monzón, señala que en las Cortes celebradas en el año 1585, presididas por Felipe II, se celebraron carreras pedestres y a caballo, siendo premiadas con una pieza de tafetán, sombrero y espada. En el siglo XIX, el de apogeo de los andarines, aparece Chistavín de Berbegal, que será conocido en toda España tras su victoria sobre el invencible italiano Bargossi en la plaza de toros de Zaragoza en el año 1882. Esto hizo que las carreras pedestres adquirieran un auge extraordinario y que éstas fueran la principal actividad deportiva de nuestros pueblos hasta la guerra civil. Constituían un acto obligado de cualquier fiesta mayor.
Algunas actividades, como el lanzamiento de jada, no se encuentran en otras comunidades, y aun en Aragón, están muy reducidas a zonas geográficas. En el Altoaragón, prácticamente es desconocido hasta hace unos 10 años.
El juego de pelota puede tener su origen en los lidios o sardos; en España, serían los vascones los primeros jugadores. Se extiende enseguida por todos los Pirineos; en el siglo XVII, según cuenta Luis GRACIA VICIEN, había en Huesca diversos locales habilitados para este juego.

En el Código de Huesca de 1247, según ha estudiado el mismo autor, se tratan diversos juegos hípicos y se reglamenta la luita. Es fácil suponer que está en el Medioevo el origen de muchos de los juegos que durante siglos existieron en el Altoaragón.
Los juegos de bolos eran practicados por los romanos, posiblemente tras asimilarlos de otras culturas; ellos fueron quienes los trajeron a nuestro país. Las Ordinaciones del Regimiento de la Villa de Alquézar de 1600 aluden al juego de bolos, así como al de pelota, naipes y dados.
Algunas manifestaciones tradicionales se enraizan con hechos históricos importantes. Así, la corrida de la cuchara de Aínsa, cuyo origen —según se dice— se halla en la victoria de García Jiménez sobre los sarracenos.
La leyenda cuenta que un soldado salió corriendo desde el lugar de la batalla hasta el castillo para dar la buena noticia a la condesa. Esta, que en aquel momento se encontraba comiendo, queriendo obsequiar al portador de tan grata noticia, le entregó como premio una cuchara de plata e inmediatamente mandó organizar unos festejos con bailes y danzas para celebrar el triunfo.
En la Edad Moderna, parece ser se organizaban festejos para celebrar acontecimientos importantes, tales como las visitas de los reyes. Antonio BELTRÁN ha estudiado estas manifestaciones:
«Otro día intervino la 'quadrilla de baylarines' vestida con uniformidad de máscara y al compás de la música del país, con 'evoluciones, equilibrios y posturas' que no pensamos puedan referirse al 'dance'... Las cabalgatas suscitaron gran admiración con batidores, clarineros, dulzaina y tamboril, los bailarines y el carro del triunfo...»
Se mencionan algunas manifestaciones que pueden considerarse como juegos tradicionales.
Martín PEYRON y QUERALT, cuando relata los torneos a pie de estas épocas, comenta:

«Es tan hijo desde Reyno el exercicio de las Armas, que en todas cuantas ocasiones sus cavalleros quieren entretenerse, apetece el modo más peligroso, fiando todo su mayor gusto en Torneos bien representados, ensayos de la guerra: jugar cañas, correr estafermo, da más ocasiones a la gala que al valor».
Será en el siglo XIX, en el período romántico, cuando todos estos juegos se asienten definitivamente y, en una época en la que no se conocen los deportes actuales, tengan su auténtica edad de oro. La prensa de la época recoge todos estos aspectos y, dentro del marco festivo de los pueblos altoaragoneses, se mencionan estos juegos, dando a conocer normas de los mismos, resultados,... Los actos hípicos y pedestres serán los más valorados.
La misma tónica continuará en el primer tercio del actual siglo, esppcialmente en los años de la II República, en que los juegos tradicionales contarán con gran apoyo por parte de los Ayuntamientos e incluso de los partidos políticos. En Bolea, en el año 1931, el Centro Obrero Republicano
de la localidad, "para solemnizar más- las corridas y estimular a los corredores", tal como aparece en el programa de festejos de aquel año, contribuye aportando premios en metálico a la "corrida pedestre", que se añaden a los ya existentes.
El lanzamiento de barra también adquiere interés, sobre todo en el Somontano y Hoya de Huesca, aunque son pocos los altoaragoneses que acuden a los campeonatos regionales disputados en Zaragoza.
Poco a poco se irán provocando conflictos entre los deportes reglamentados y los deportes o juegos tradicionales. Así, la Federación Aragonesa de Atletisnzo sancionará a los corredores que participen en las corridas de pollos, donde se establecen sustanciosos premios en metálico.
La pelota también tendrá auge en esta época y habrá numerosas confrontaciones entre pueblos vecinos (que acabarán como el rosario de la aurora, expresión tan utilizada en nuestra tierra). Por otro lado, al frontón Jai—Alai de la capital oscense acuden destacados pelotaris vascos y navarros a enfrentarse con los altoaragoneses.
Durante la guerra civil se pierde casi toda la actividad mencionada, aunque en algunos casos se sigan programando lanzamientos de barra, carreras,... Tras la guerra, se perderán muchas de las manifestaciones propias de nuestra tierra, y entre ellas los juegos. Será un período oscuro que dará fin o hará olvidar algunos juegos.

En la década de los años 70, con el resurgir aragonesista, se destacan como muestra de lo aragonés algunos juegos tradicionales; de nuevo se organizan competiciones de barra, jada, palo,..., de ámbito comarcal o provincial. Aparecen algunas publicaciones y hasta se aplican estos juegos en algunas escuelas. Se crea una Federación Aragonesa de Juegos Tradicionales, pero aún queda mucho por hacer. Por otro lado, será muy difícil recuperar juegos que ya no se practican y por los que la gente no siente interés, aunque hay otros con los que el público se estusiasma. Será interesante investigar sobre este tema.
4. ASPECTOS AMBIENTALES.
La fiesta será uno de los marcos temporales en que se desarrollará el juego popular. En los días de fiesta, se van a celebrar distintas manifestaciones, las cuales darán el propio sentido a la misma. No se puede concebir una fiesta sin la jota, la carrera de pollos, las opíparas comidas, el baile, las rondas,...
La fiesta marcará el principio y el fin de un ciclo para el propio pueblo. El cristianismo ha sabido aprovechar ese sustrato festivo de celebraciones dedicadas al sol, la luna, los astros,... y convertirlo en festividades en honor a un determinado santo, a la Virgen o al Santo Cristo. Alpinas fiestas no cuadraban en el calendario litúrgico, tales como las de Carnaval, que se adaptaron a los días previos a la Cuaresma. Hay una abundante literatura sobre el tema en la Baja Edad Media (luchas de don Carnal y doña Cuaresma).
Podemos analizar los ciclos festivos siguiendo las estaciones. Comenzaremos con la primavera, donde aparecen las celebraciones de Semana Santa, San Jorge, San Marcos, San Pedro de Verona, la Cruz de mayo, San Gregorio, San Miguel, San Isidro, San Medardo, el Corpus. La culminación de este ciclo la constituiría la noche de San Juan. Vemos cómo la bendición de campos, la advocación de San Isidro Labrador, las procesiones del Corpus están relacionadas con la protección de las cosechas y los cultivos.

El ciclo de verano es el que reúne más festividades en nuestro Altoaragón. Una vez finalizada la cosecha, y con los granos a buen recaudo, era el momento de dar gracias al patrón local y de celebrarlo con importantes fiestas. Esta es la razón por la que la mayor parte de nuestros pueblos celebran sus fiestas entre Santiago (25 de julio) y la Virgen del Pilar (12 de octubre). La Asunción y San Roque son los más festejados. También la Natividad de la Virgen (Barbastro o Tamarite), la exaltación de la Santa Cruz (Binéfar, Graus, Aínsa, Salient), San Mateo (Lanaja, Monzón, Laspuña), San Miguel (Albalate . de Cinca, Valfarta, Castiello de Jaca, Senegüé), San Antolín (Sariñena), San Bartolomé (Altorricón, Bolea, Senés de Alcubierre), San Salvador (Torrente, Santalecina, Valcarca), San Abdón y Senén (Camporrells) o los santos del Altoaragón: San Lorenzo (Huesca, Estadilla,
Velilla de Cinca), San Ramón (Roda) b San José de Calasanz (Peralta de la Sal).
El ciclo de otoño se iniciaba con la sanmiguelada, día de retorno de los pastores desde las montañas y día de afianzamiento de los jornaleros en su mismo o en nuevo dueño. Culminaba con las fiestas de adviento. Dentro del mismo deben ser señaladas las fiestas de las cofradías (del Rosario, de San Martín) o las relacionadas con los difuntos (Todos los Santos, Día de los difuntos).
El ciclo de invierno se iniciaba con la Navidad y culminaría con el Carnaval. Importantes eran las fiestas de esta época. En el Altoaragón, la fiesta grande o mayor tenía lugar en este tiempo. San Victorián, de gran devoción en el Sobrarbe (fiestas en Viu, hogueras en Aínsa) era venerado también en la tierra llana: Berbegal, Abizanda, Novales. San Antonio, abad, era uno de los tres santos barbudos, patrón de los animales de pezuña y festejado en casi todos nuestros pueblos. Los concursos hípicos eran corrientes en este día. Lo tenían también por patrón Castillazuelo, Castillonroy, Chalamera, Cuarte, Javierrelatre, Lascellas, Pueyo de Fañanás, Torrente de Cinca y Zaidín. San Sebastián libró de muchas pestes a nuestros pueblos; lo tienen por patrón en virtud de antiguas promesas Alerre, Abiego, Almunia de San Juan, Anzánigo, Arbués, Atarés, Azanuy, Bierge, Beranuy, Biniés, Biscarrués, Bolea, Castejón de Sos, Castilsabás, Guaso, Igriés, Javierregay, Laguarres, Lagunarrota, Laluenga, Lanaja, Lastanosa, Liesa, Loporzano, Morrano, Naval, Perarrúa, Plasencia del Monte, Poleñino, Radiquero, Riglos, Selgua, Santaliestra, Usón, Castejón de Monegros, Belver de Cinca, Castejón de Monegros. San Vicente era venerado en Huesca, Esplús, Albelda, Yésero, Larrués, Sasa del Abadiado; San Valero, obispo de Zaragoza, en Velilla de Cinca, Estada, Enate, Gésera y Junzano.

En el mes de febrero, San Blas y Santa Agueda completaban el ciclo. San Blas, abogado de los males de garganta, era el patrón de Salas Altas, Villanueva de Sigena, Martes, Pompenillo, Agüero, Angüés, Azlor, Bailo, Cofita, Fonz, Robles, Sieso de Huesca, Siresa y Altorricón. Santa Agueda era la protectora de las mujeres, quienes en este día se convertían en dueñas de la fiesta. La mayor parte de los juegos en los que participaba la mujer se desarrollaban en este día: carreras con cántaros en la cabeza, carreras de sacos, tiro de soga,...
Dentro del marco de la fiesta, se desarrollarían esos juegos y deportes populares que formaban parte del propio espíritu de la celebración. El día del santo patrón, por la tarde o tras la misa y procesión, se solía celebrar h corrida de pollos. El segundo o tercer día se realizaban otros juegos: barra, pelota, palistroc,...
Unos juegos eran exclusivamente locales y sólo participaban en ellos los del pueblo, mientras que otros permitían la participación de forasteros. Pero existía mucha honrilla en el pueblo para que el premio al vencedor se quedara en casa, no por el premio en sí, sino por lo que ello significaba para el nombre del lugar.
El mayordomo solía ser el encargado de organizar el festejo, tal como comenta Ricardo del ARCO en Notas del folklore altoaragonés. El pregonero era quien anunciaba la prueba o juego, yendo en ocasiones acompañado de la música. El público acudía en masa a presenciar el acto y a aplaudir a los ganadores, y no cesaba de dar ánimos a sus favoritos. El dulzainero o el gaitero animaba en todo momento en determinados juegos. Incluso las bandas de música tocaban en los lanzamientos de barra o en las carreras pedestres: los Navarros y Llaseras de Tamarite, la del Regimiento de Valladolid,...

Los premios pueden ser muy variados. En las carreras se dan pollos, una cuchara de plata (Aínsa), corderos (Fraga, Monzón, Binéfar, Peralta de la Sal), tortas o roscos (carrera del arra), manzanas y peras (aún se conserva la carrera de las peras de Adahuesca) y, en los últimos años, copas o medallas. En el tiro de barra, el premio consistía en un jamón o en 5 ó 10 litros de vino. También circulaban cantidades en metálico, si se cruzaban apuestas.
En los juegos de bolos lo normal era jugarse la merienda, como aún siguen haciendo las mujeres de Campo. En Aínsa, hace algunos años, para las fiestas de setiembre había una prueba de lanzamiento de jada, el premio para el ganador lo constituía la propia herramienta de trabajo.
En la actualidad, se suele establecer algún premio en metálico para determinadas competiciones dentro de las fiestas, o bien trofeos. Cuando el juego se practica dentro de ese ámbito festivo, el premio lo fijan previamente los contendientes. En ocasiones, no se establece ningún premio, porque
lo que se busca es la diversión. En los partidos de pelota que se juegan en Alquézar, Radiquero, Colungo,... el premio en disputa es alguna invitación en el bar, que debe pagar el perdedor.
5. LOS JUEGOS TRADICIONALES EN RELACION LNTERDLSCIPLINAR CON OTRAS MA-
TERIAS.
Es difícil realizar un estudio de los juegos y deportes tradicionales de una forma aislada, sin tener presente su intrínseca relación con otras áreas: literatura, folklore, pintura, antropología,...
5.1. Literatura.
Los juegos han sido un tema de inspiración literaria popular, así como de destacados y consagrados escritores aragoneses. Poesías, cuentos y novelas relatan historias, recogen actividades de los programas de festejos o simplemente se basan en los juegos para crear una literatura costumbrista.
Las victorias de Chistavín de Berbegal sobre Bargossi fueron cantadas en la prensa de la época por Valentín MARIN CARBONELL. Ya en esos años aparecen algunos escritores que colaboran en la prensa de una forma habitual con coplas, poesías o narraciones.

Cleto TORRODELLAS narra aspectos diversos de las fiestas de su pueblo, Estadilla, en estos versos del año 1926:
«Aquella corrida de pollos y gallos que hasta el turronero los va gana un año».
En los programas de festejos aparecen cuestiones relacionadas con los juegos o concursos a desarrollar en los mismos. Joaquín CARRERA, de Albelda, escribe las siguientes estrofas sobre las fiestas de San Roque del año 1977:
«Les corrides no u cal dí,
coma cada añ se farán, agua c'arribe primé scgú c'anirá a daban».
Crispín BOTANA, en la obra publicada en el año 1899, escribe los acontecimientos que ocurren en cualquier pueblo aragonés durante la fiesta. Crispín BOTANA era el pseudónimo popularizado por Cosme BLASCO VAL y la obra se tituló Las fiestas de mi lugar. Ricardo del ARCO recoge en sus obras numerosas referencias a los juegos tradicionales; el desenlace de su novela Tierras de maldición se produce tras la emocionante corrida de pollos. La corrida de pollos es, asimismo, el título de un cuento de Luis LOPEZ ALLUE. El mismo título lleva el trabajo de un turolense, Angel ALCALDE, publicado en "El Ateneo" en el año 1894.
En biografías de personajes, suelen aparecer referencias a los juegos. José LLAMPAYAS, al tratar sobre mosén Bruno Fierro, menciona el lanzamiento de barra y el juego de pelota. Rafael ANDOLZ, al ocuparse de la vida de Puchamán de Lobarre, menciona una prueba que realiza el protagonista de salto con los pies juntos y en la que no resulta vencedor; aun así, por su picaresca se queda con el pollo que se había apostado con su contendiente.
5.2. Pintura.

Muchos de los cuadros de Goya podían ser motivo de estudio para determinar numerosos aspectos etnográficos de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Juegos populares en la época, como la gallina ciega o escenas de tauromaquia, nos hacen ver plasmados aspectos lúdico-festivos populares de la sociedad de la época.
Franéisco MARIN BAGUES pinta en 1913 un boceto que terminaría 40 años más tarde y llevaría por título Carrera de pollos. El pintor conoció las carreras que se celebraban en Aragón, especialmente las de su pueblo, Leciñena. En 1918, Juan José GARATE pinta Carrera pedestre, recogiendo la misma temática y obteniendo abundantes efectos luminosos, que proporcionan al cuadro una gran expresividad. En 1919, en la Exposición Hispanofrancesa de Zaragoza, Julio GARCIA CONDOY presenta Ya llega el vencedor, cuadro que representa el aspecto oficial de las carreras (músicos, autoridades, majas,...). Ignacio RODRIGUEZ Ruiz, Iñaki, ha ilustrado para la Edito-
rial Unali la carpeta de bibliofilia dediCada a Luis LOPEZ ALLUE. Dos de sus dibujos son Pregón de la corrida de pollos y Carrera de entalegados.
5.3. Folklore.
Numerosas coplas extendidas por toda la geografía aragonesa aluden al tema de los juegos:
«El mozo para ser mozo, ha de tirar a la barra, ha de beber buen vino y ha de comer carne asada».
«Un aragonés y un navarro echaron a correr el uno llegó primero y el otro llegó después».
«En las carreras de pollos siempre llegó primero, a su casa que está al lado llegó tarde, nunca y mal».
«Corre, corre, baturrico corre, que te va a ganar; que no se diga, se diga, que tú has quedau atrás».

Algunas de estas coplas se refieren a pueblos altoaragoneses y ponen de manifiesto la rivalidad entre localidades próximas.
«En el juego de pelota, Almudévar los primeros, Alcalá a muchas leguas, Tardienta sólo terceros».
Una de las dos partes del dance de Tauste se denomina Danza de los Pollos, por lo que probablemente guarde relación con las corridas. Hay que tener presente que la música acompañaba a la corrida con melodías típicas, y en algunos pueblos, como en Aínsa, se bailaba en honor al vencedor, lo que dio origen a la Jota de los pollos
5.4. Lingüística.
Numerosas expresiones del aragonés, de nuestro propio castellano e, incluso, de los dialectos del catalán de la zona oriental de nuestra provincia (literano, ribagorzano,...) se hallan relacionadas con los juegos, y así figuran en los vocabularios recogidos por BORAU, ARNAL CAVERO, PARDO Asso y, actualmente, por Manuel ALVAR o Rafael ANDOLZ. También en estudios locales o comarcales aparecen estas expresiones o vocablos. Así, en el de Angel BALLARIN sobre la lengua del valle de Benasque o en el de CARPI o Pedro GRUAS sobre el literano.
Determinadas expresiones, relacionadas en su origen con•el juego, han pasado a significar algo distinto. Así, en Tamarite, cuando alguien hace trampas se dice has brincat p'el portellet, cuyo sentido original procede de las carreras a pie de los barrios (algunos participantes daban la vuelta por d portellet, en lugar de ir por el paseo como los demás). Las expresiones y refranes son muy variados, especialmente los relativos a los juegos de tablero, tales como el popular guiñote.
En el campo de la toponimia también habría que considerar el tema de los juegos. Nombres como cllot del Corredor, camino del tiro de bola, casa andarino,... están extendidos por nuestros pueblos.

5.5. Etnografía.
De los juegos tradicionales del Altoaragón se han preocupado, entre otros prestigiosos antropólogos, Ramón VIOLANT i SIMORRA, Julio CARO BAROJA o Antonio BELTRAN. El tema ha sido también estudiado por Pedro ARNALCAVERO, Ricardo del ARCO, Mariano PURROY o Roberto PUY, estos dos últimos colaboradores de la obra Aragón histórico, pintoresco y monumental.
En la actualidad, numerosos estudiosos de los temas locales han mencionado o descrito algunos de los juegos propios de la zona: Enrique SATUE (Serrablo); Francisco CASTILLON CORTADA (Medio y Bajo Cinca); Manuel P. BENITO y Herminio LAFoz (Somontano); Severino PALLARUELO (Sobrarte); CARPI, ADELL y MONTORI (La Litera),...
5.6. Educación Física.
Los juegos tienen una gran aplicación en el campo de la Educación Física, en tanto en cuanto contribuyen a la formación corporal de la persona. Cualidades físicas básicas como la fuerza (barra, bola), la flexibilidad (salto de palo, pies juntos, revuelta del pastor), la resistencia (carrera pedestre) y la velocidad (carreras de sacos y a pie) pueden desarrollarse gracias a estos ejercicios.
Por otro lado, quedarán todos los juegos infantiles populares, de gran aplicación en la escuela por su carácter lúdico y por constituir una actividad motriz natural y gratificante para los niños.
6. CLASIFICACION DE LOS JUEGOS.
GARCIA SERRANO ha realizado una clasificación de los juegos tradicionales practicados en España en ocho grupos:
a) Juegos y deportes pedestres de salto y equilibrio:
— Korrikolaris. — Andarines. — Carreras de sacos. — Torres o castells.

b) Juegos y deportes de lanzamiento:
— Barra. — Reja. — Jada.
c) Juegos y deportes de fuerza:
— Levantamiento o arrastre de piedras. — Deportes de tracción.
d) Juegos y deportes de lucha:
— Canaria. — Leonesa. — Loita gallega.
Palo canario.
e) Juegos de mazo y bola:
— Caliche. — Bolos.
Juegos y deportes con pelota:
— Pelota mano. — Pala.
g) Concursos populares de habilidad en el trabajo:

h) Juegos y deportes populares con animales y vehículos:
Carreras de burros. — Carreras de caballos. — Pelea de gallos.
Cristóbal MORENO; en su trabajo sobre Juegos populares y deportes tradicionales en. España, se sirve de la siguiente clasificación:
a) Juegos y deportes pedestres, de saltos y equilibrio:
— Carreras: korrikolaris vascos, lastorkaris o andarines, carreras rituales y carreras de sacos.
— Saltos: salto de pasiego, salto con makilla, salto ritual vasco.
— Equilibrio: torres humanas o castells.
b) Juegos y deportes de lanzamiento:
Lanzamiento de distancia: tiro de barra española, tiro de barrón, tiro de bolea, tiro de bola, tiro de reja.
— Lanzamiento de precisión: bolos (bolo leonés, bolo-palma, bolos burgaleses, bolos alaveses,...), caliche, eskutxulo.
Otros juegos de lanzamiento de precisión: calva, herrón, chute, rana, raquela, bochas, uta, charra.
c) Juegos y deportes de fuerza:

— De levantamiento de peso: levantamiento de piedras, pulsolaris. — De tracción: soga-tira, tira-beque y tiro del palo.
d) Juegos y deportes de lucha:
— Lucha canaria. — Lucha leonesa. — Luchas rituales. — Palo canario.
Loita gallega.
BIBLIOTECA ditIZ5b
INSTITUTO OE HTUJIOS ALIOARAGOItESES HUEBGA
e) Juegos de mazo y bola:
Chueca. — Choca. — Brilla. - Villagorda. — Lichona. — Perca. — Mallo.
f) Juegos y deportes de pelota:
— Pelota vasca. — Pelota valenciana.
g) Juegos populares de habilidad en el trabajo:
— Corte de troncos (aizkolaris). — Corte de hierba (segalaris). — Concursos de roturación (layadores). — Arrastre de piedra (por hombres, bueyes o asnos).

h) Juegos y deportes populares con animales y vehículos:
— Juegos y deportes hípicos: carreras de caballos, de asnos. — Luchas de animales: de carneros, de gallos. — Juegos y deportes ciclistas: carreras, carreras de cintas, pruebas de habilidad.
En el Altoaragón, podemos hacer la siguiente distribución:
a) Juegos de fuerza: tiro de barra aragonesa, levantamiento de sacos, tiro de soga, tiro de tocho, tiro de palo, pulso,...
b) Juegos pedestres: andarines, carreras de pollos, carreras de sacos, carreras de mujeres con cántaros en la cabeza,...
c) Juegos de fuerza y habilidad: lanzamiento de jada, pica,...
d) Juegos con animales: carreras de burros, de caballos, cintas, juego de la bola.
e) Juegos con pelota: pelota mano.
O Juegos de agilidad y destreza: salto de palo, salto con los pies juntos, piculinadas,...
g) Juegos de mazo y bola: borruna, mandorra, reboleta, tala o cota, rula,...
h) Juegos de puntería: bolos (palistroc, birlas, guilles,...), tanga, tejo, bochas, redolet,...
Algunos de estos juegos son conocidos en toda la provincia, y trascienden de los límites provinciales para ser practicados en todo Aragón. Tal es el caso de las carreras pedestres, el tiro de barra o el tiro de soga. Otros juegos no se conocen en el Altoaragón, pero están extendidos por otras provincias de nuestra comunidad (así, el tiro de la bola). Por otro lado, hay juegos que sólo se conocen en una localidad o comarca (la reboleta, en el Somontano barbastrense; la borruna, en el valle de Benasque; el juego de la bola, en Peralta de la Sal; las birlas, en Campo,...).

La realización de una clasificación de los juegos es siempre tarea compleja, teniendo presente que los criterios elegidos para ello pueden ser variadísimos: ámbito geográfico, destreza que se desarrolla (fuerza, puntería),...
7. DESCRIPCION Y RESEÑA DE LOS PRINCIPALES JUEGOS.
7.1. Juegos de fuerza.
Consideraremos aquelloS en los que la fuerza es la Cualidad física básica y principal a desarrollar.
Lanzamiento de barra.
Es un deporte eminentemente rural, cuyo origen se halla en las propias faenas del campo. Se jugaba los días de fiesta en las plazas D eras de nuestros pueblos. La barra era una de las partes del arado romano. Actualmente, su peso reglamentado es de 7,257 Kg y mide 0,80 m. Ricardo del ARCO, LOPEZ ALLUE o Pedro ARNAL CAVERO nombran en sus trabajos el lanzamiento de barra, al que sentían gran afición los mozos de nuestros pueblos.
Su decadencia se inicia en el año 1920, aunque en los años de la República resurgirá, con la celebración de los campeonatos de Aragón. En el año 1956, se incluye, dentro de la Federación Aragonesa de Atletismo, el tiro de barra, pero la barra tiene menor peso que en la actualidad y la técnica también difiere, razón por la cual el record altoaragonés de esta especialidad controlado por la FAA es superior a los 30 metros.

Será en los últimos diez años cuando la barra adquiera de nuevo una gran importancia, gracias a la Federación Aragonesa de Deportes Tradicionales y a las buenas tiradas organizadas en las fiestas de los pueblos de la provincia de Zaragoza. En el Altoaragón, se organizan tiradas en Monzón, Binéfar, Huesca y Sabiñánigo, aunque la afición no termina de asegurarse. Es de destacar el arraigo de la misma en Esplús, Albalate de Cinca, Monzón, Sabiñánigo y Almudévar.
El lanzamiento se realiza de la siguiente manera: el jugador coge la barra con su brazo, por el centro, sosteniendo en la otra mano un contrapeso. A continuación, balancea su cuerpo y flexiona las piernas, llevando la barra a una posición retrasada; deshace la rotación y con fuerza lanza la barra, que deberá caer de punta y sin voltear. En el Altoaragón, José I. Coronas, de Sabiñánigo, es el lanzador más destacado. Otros serán los montisonen-
ses Villacampa y Sampietro; Trulleilque, de Esplús, y Gazol, de Lanaja. Dentro de las modalidades están el lanzamiento de barrón, barra y propaleta, según el peso.
En otras comunidades autónomas, también se practica el lanzamiento de barra, aunque con características distintas. En Valencia, por poner un ejemplo, se tira el barrot, de 14 ó 15 Kg. Sólo queda en la actualidad el pueblo de Calles, donde se celebra el día 17 de enero, fiesta local, como único lugar donde se lanza el barrot. Se entrega como premio al primer clasificado un pollo.
Levantamiento de sacas.
Los mozos de nuestros pueblos han probado su fuerza levantando pesos: yunques, troncos de árboles,..., pero donde más se han retado ha sido en el levantamiento de sacas. Entre los estilos o variedades de levantamiento, uno de los más conocidos era al estilo Angüés.
Para realizarlo, se colocaba la saca derecha y se inclinaba hasta cargar el peso en una de las piernas, estando éstas flexionadas, colocándose los brazos debajo de la saca con las manos enlazadas y haciéndola voltear hasta el hombro opuesto.

En la actualidad, este juego no se practica en el Altoaragón, salvo en alguna prueba organizada en fiestas.
Tiro de soga.
Es una prueba de fuerza colectiva muy extendida en las fiestas de nuestros pueblos, especialmente en la zona baja. Populares eran las tiradas de soga de solteros contra casados. Jocoso resultó en los I Juegos de la Litera cuando, en San Esteban de Litera, varios vecinos de la localidad se enfrentaron con los de Tamarite. Más de cincuenta personas en la soga, y, al final, obtuvieron dos cuerdas (aunque más cortas) y fueron a parar todos al suelo.
El terreno donde se desarrolla debe ser llano y en el centro se traza una línea. A derecha e izquierda, líneas paralelas y a igual distancia de la anterior. Se coloca una referencia en la soga (pañuelo o cinta), que, al inicio de la prueba, debe coincidir con la línea central. Resulta ganador el que logra que la referencia rebase la línea de su lado.
Pulseos.
Distinguiremos tres modalidades: a mano, a palo y en círculo. El primero de ellos se puede realizar tumbado, arrodillado o sentado, que es la modalidad más conocida. Normalmente debe hacerse con las dos manos, primero con las derechas de los dos contrincantes y luego con las izquierdas. En caso de empate, se considerará el tiempo empleado.
El pulso a palo no es tan conocido en el Altoaragón. Un contrincante enfrente de otro, sentados, agarran el mismo palo. Gana el juego el que hace perder el equilibrio o levantar al otro. El pulso en círculo se llamaba así porque los contendientes se colocaban cogidos de la mano en un círculo con los pies fijos en el suelo. Perdía el que hacía mover los pies del contrario.

Tiro de tocho.
Es un lanzamiento en que se utiliza como instrumento el palo que usaban los pastores, especialmente los de los valles pirenaicos. Estaba hecho con madera de avellano, por su dureza y flexibilidad, o de otros árboles que abundaran en la montaña y aseguraran esas características. Se lanza libremente.
Este juego se practicó de una forma competitiva y reglamentada en los Juegos Altoaragoneses organizados por los boys scouts.
7.2. Pruebas pedestres.
Las carreras de pollos o carreras pedestres consisten en una prueba a pie en la que participan varios corredores, los cuales intentan ganar un pre-
mio. Normalmente, el premio para er vencedor eran tres pollos, dos para el segundo y uno para el tercero; ésta es la razón por la que se denomina corrida de pollos a esta prueba.
En los valles pirenaicos se celebraban las carreras en los alrededores del pueblo, con meta en la calle mayor o en la plaza. El premio era una rosca, tarta que tenía esta forma (así, a esta prueba se la denomina carrera de la rosca o carrera del arra). En la Hoya de Huesca, se designaban con el nombre de carreras al estilo del país. La distancia era corta y se disputaba tras la comida.
En las comarcas de los Monegros, La Litera y el Cinca, la prueba tenía lugar en alguna era del pueblo; se daban varias vueltas a la misma hasta completar diez y doce kilómetros, mientras la banda tocaba en el centro del redondel y el público seguía con gran interés las evoluciones de los esforzados corredores. En Huesca y Barbastro, el redondel de la disputa pedestre era la plaza de toros, y el encargado de organizarla, el empresario, que sacaba sus beneficios al cobrar entrada al público que acudía a la misma.
El premio no siempre eran pollos o tartas. En Binéfar, Monzón y Fraga, se entregaba un cordero; en Aínsa, una cuchara; en varios pueblos de la Hoya, una manzana,... En Adahuesca, aún los niños corren las peras el día de Santa Ana.

En San Juan de Plan, se corren las fallas para la víspera del santo que da nombre al pueblo. En Sabiñánigo, Esquedas o Monzón se celebra también la calzoncillada, llamada así porque los participantes deben ir en calzoncillos.
Otras carreras practicadas en nuestra provincia son:
• Carrera de maletas. • Carrera del huevo. • Carrera de sacos. • Carrera de cántaros en la cabeza (exclusiva de mujeres). • Carrera con tres tejas en cada mano. • Grotescas y de Carnaval. • Carreras de gordos,...
En el siglo XIX, con la aparición de Chistavín de Berbegal, el pedestrismo altoaragonés adquirirá un auge considerable; puede decirse que en este período en casi todos los pueblos de nuestra tierra se celebran durante las fiestas patronales carreras a pie. Las comarcas de mayor auge de las pruebas pedestres serán los Monegros, Bajo Cinca, Somontano, Hoya y Monegros.
En los años de la República, algunos corredores altoaragoneses serán conocidos por sus victorias en estas pruebas: Bautista Peralta, de Sariñena; Jesús Sus, de Gurrea de Gállego; Julián Salillas, de Lanaja; Lorenzo Viela, de Bolea; Valentín Rodellar y Eugenio Pérez, de Grañén; Angel Mur, de Selgua; Ignacio Latorre, de Santalecina; los hermanos Alegre, de Belver; Mombiela y Lavilla, de Tamarite; Ramón Pico, de Esplús; Ricardo Laplana, de Peralta de la Sal,...
Podemos, pues, afirmar que el pedestrismo ha sido el deporte tradicional que más interés ha despertado en Aragón y el que ha llenado más páginas de periódicos desde el siglo XIX hasta la guerra civil. Tras la misma, continuó manteniéndose, pero con menor fuerza. En la actualidad, son varias las poblaciones altoaragonesas que celebran carrera pedestre en sus fiestas patronales, contando con destacados participantes que acuden de Aragón y otras comunidades limítrofes, especialmente la catalana (así, podemos citar importantes hombres del pedestrismo nacional: Mariano Haro, Aritmendi, Rojo, Andreu, García,...).

7.3. Juegos de fuerza y habilidad.
En ócasiones, no sólo interesa ser muy fuerte, sino que además hay que contar con otras destrezas, como agilidad, habilidad, buena coordinación,...
Lanzamiento de jada.
El tiro de azada (jada) tenía lugar en el campo donde se realizaban las faenas. Normalmente, constituía sólo un entretenimiento. Es muy poco Conocido en el Altoaragón y se reduce prácticamente a las comarcas del Somontano y Sobrarbe.
El jugador se colocaba en la raya de tiro con las piernas abiertas, sujetando con una mano la jada por la mitad del palo, lanzándose de atrás adelante y con un buen golpe de riñones. La jada debía pasar entre las piernas y éstas no podían moverse del sitio.
Juego de la pica.
Es originario de los pastores; en él participan dos contendientes, que se colocan en un círculo, uno en cada extremo de un palo largo en actitud de picar. Resulta vencedor el que consigue sacar fuera del círculo al contrincante.
Volteo de la bandera.
Se practicaba el día de la fiesta mayor, tras la procesión o en las romerías. Consistía en enrollarla y desenrollarla con una sola mano moviendo el mástil. También se realizaban diversas piruetas con la misma.
7.4. Juegos con animales.

A medida que han ido desapareciendo los animales de carga las actividades hípicas con los mismos han retrocedido. Muchos pueblos celebraban para el día de San Antón (17 de enero) carreras de burros o desfiles con las caballerías engalanadas.
Las carreras a lomos del pollino podían ser de diferentes especialidades: con la albarda suelta, sin la albarda y montados al revés. Tras la orden del alguacil, todos los asnos con sus jinetes se colocaban en la línea de salida; al disparo del cohete, lo que solía ocurrir era que cada burro marchaba en dirección a su establo. Cuando el casi siempre desafortunado jinete quería hacer cambiar la trayectoria del animal, éste se metía en los lugares más insospechados: en las casas, en las cuadras, en la taberna o hasta en la propia casa consistorial, dando al final el jinete-guía con las narices en el suelo.
En Peralta de la Sal, hasta hace unos cuatro o cinco años, se practicaba en la fiesta de agosto el divertido juego de la bola de grasa, tal como re-
zaba el programa, que se realizaba todos los días de la fiesta junto al río Sosa. Se construía un pequeño pozo en el suelo, se llenaba de agua y se hacía flotar en la misma una bola de grasa. Alrededor del mismo, dos asnos con sus respectivos jinetes daban vueltas hasta que alguno de los mozos se hacía con dicha bola, lo cual era bastante difícil, pues lo normal era que se llevara un buen remojón. Una prueba parecida se efectuaba hace bastantes años en las fiestas de San Esteban de Litera. No nos queda constancia de ella en ningún otro lugar de Aragón.
Otros juegos hípicos eran las carreras de cintas, que actualmente se realizan con bicicletas, las carreras de caballos, las carreras de hombres agarrados al rabo de un mulo,...
7.5. Juegos de pelota.
Para encontrar el origen del juego de pelota tendríamos que remontarnos a las antiguas culturas de Asia Menor, o a las culturas precolombinas. Ya en el siglo XVI eran conocidos en casi todo el mundo.
Considerar al juego de pelota como juego tradicional aragonés no está muy justificado, pero se le puede incluir en la clasificación en función de su arraigo popular en nuestra tierra, ya desde principios de la Edad Moderna, y con reminiscencias medievales. Habrá que tener presente la importancia que adquiere este juego en regiones o comunidades próximas a la nuestra: País Vasco, Navarra o Valencia.

En la actualidad, existe la Federación Aragonesa de Pelota, que es la que controla esta actividad, aunque habrá que dejar constancia de ese juego genuino que existe en nuestros pueblos altoaragoneses aprovechando la pared de alguna casa o, lo que es más corriente, la de la iglesia.
7.6. Juegos de agilidad y destreza.
Podemos encuadrar en este apartado los ejercicios de salto y lo que podríamos denominar como piculinadas.
Salto de palo.
Se emplea como palo el tocho, normalmente de avellano; tras una carrera previa, el saltador se impulsa gracias al apoyo del palo, intentando caer lo más lejos posible sin soltarlo.
Juego originario de pastores, también se halla extendido por otros lugares de la geografía española, especialmente en Canarias, donde los pastores cubren largos trechos salvando riscos, arroyos y otros accidentes geográficos. En el Altoaragón, se practicaba especialmente en las zonas pirenaicas, mientras que los niños de varias de nuestras localidades jugaban con cañas, sobre las que saltaban de una forma semejante.
Salto a pies juntos.
Es mencionado por Rafael ANDOLZ en su biografía sobre Puchamán de Loarre, tal como hemos comentado anteriormente. Es muy sencillo; se realizan tres saltos sin interrupción con los pies juntos, y gana el que alcance una mayor distancia.
Piculinadas.

Entrarían aquí toda una serie de juegos de habilidad, destreza y volatinería, tal como indica Luis GRACIA VICIEN en su trabajo Juegos tradicionales aragoneses. Menciona entre otros el salto de sillas con palangana llena de agua en la última, el salto del canasto, juegos de dislocación de dedos, salto del bastón,...
El citado autor entiende por salto de palo el que se realizaba cogiendo por los dos extremos el mismo (en esta ocasión era un mango de azadón o un bastón o gayata) y, colocándose encorvado, se saltaba por encima del mismo sin soltarlo de las manos y pasando con los pies juntos por el hueco formado por los brazos y el palo. Podemos decir que los dos ejercicios llevan el mismo nombre, pero su realización es diferente, siendo además más largo el palo empleado en el juego citado anteriormente.
7.7. Juegos de mazo y bola.
Se trata de juegos que ya encontramos en nuestro país en el siglo XIII y para cuya práctica se utilizan dos elementos: el mazo o palo, que necesariamente es de madera, y la bola, que puede ser una pelota o piedra.
La borruna.
Practicado en el valle de Benasque, es juego propio de pastores. Consiste en llevar la bola (de madera de boj) a golpe de bastón o palo curvado a la meta señalada con dos tochos o piedras. Actualmente, aún se practica este juego en pueblos como Castejón de Sos o Eriste, y el escenario natural del mismo es el propio prado.
Es posible que en todas las comarcas altoaragonesas existiera un juego semejante, pero que ha desaparecido (ribla, en La Litera; mandorra, en la Hoya; reboleta, en el Somontano,...), sustituido por deportes como el fútbol.
La tala o cota.

En este juego había que dar con un palo en otro pequeño o puntiagudo por ambos extremos que estaba en el suelo. Cuando saltaba por efecto del golpe, se intentaba con otro golpe en el aire para arrojarlo lo más lejos posible. Es un juego practicado fundamentalmente por los niños de los pueblos.
7.8. Juegos de puntería
Pueden abordarse una gran cantidad de juegos en este apartado, aunque nos limitaremos a dar a conocer los más practicados, muchos de los cuales gozan de gran popularidad.
Es muy posible que fueran los romanos quienes introdujeran este juego en nuestro Altoaragón. Según el Diccionario Geográfico de España de 1956, se practicaba en 41 provincias y 410 localidades, con especial intensidad en Asturias, Cantabria, León, País Vasco, Aragón y Levante. En la Edad Media, son numerosos los edictos que prohíben su práctica, pues era tal su popularidad que dificultaba el paso por las calles y las gentes olvidaban su trabajo cotidiano.
Cristóbal MORENO ha clasificado los siguientes juegos de bolos en nuestro país: bolo leonés, bolo maragato, bolo palama de Santander, pasabolo de tablón, pasa-bolo de losa, bolos de tres tablones, bolos burgaleses, bolos alaveses, bolo-palma asturiano, bolo de cuatrida, bolo de Tineo, bolos de batiete, tres ribereños, tres berantevilles, tres aramaisotarra, cuatro de la Harada, remonte barrunditarra, manillas riojano, nueve gobiatarra, nueve Losiro, nueve ayales, eskutxulo, bolos riojanos, bolos navarros y bolos murcianos.
En el Altoaragón, en casi todos los pueblos se practicaba el juego de bolos, aunque actualmente se ha perdido en la mayor parte de nuestros municipios. Reseñaremos tres zonas donde el juego sigue vigente:

• En Campo, donde las mujeres en los días festivos, cuando llega la primavera y hasta el final del verano, practican las birlas.
• En Benasque, donde en ocasiones se siguen practicando les guilles.
• En Azanuy, comarca de La Litera, donde se ha recuperado el palistroc; existe en la localidad una asociación cultural que lleva dicho nombre y que es dinamizadora de la vida cultural del lugar.
En Campo se juega en las calles, hoy pavimentadas; al echar el cemento tuvieron el cuidado de hacer unos moldes en el suelo para plantar las birlas. Esto se hizo en los tres barrios donde se juega: el Rincón, San Antonio y Cabovilla. Se utilizan 9 birlas y un bolo; todas ellas hechas de madera de haya. Las birlas son nueve, torneadas y todas iguales. El bolo es esférico y pesa alrededor de 4 Kg, con dos hendiduras para colocar los dedos.
Las birlas se plantan formando tres hileras paralelas de tres birlas separadas entre ellas por la longitud de una de ellas. Las jugadoras se disponen en dos equipos, con un número ilimitado de componentes, pero que debe ser el mismo para ambos.
Se juega por manos ganadas, poseyendo cada una un nombre específico, por lo que entre empates y desempates se puede llegar a 11 manos. Estas son sus designaciones:
1.4 mano: 2.4 mano: 3.4 mano: 4.4 mano: 5.4 mano: 6.4 mano: 7.4 mano: 8.4 mano: 9.4 mano: 10.4 mano: 11.4 mano: Mano del buen juego. A quin fa, rebate. Pares o nones. Entre todas desde el medio. Sola cada una. Entre todas desde el medio. Rebatida calla una. Entre todas desde el medio. Rebatida entre todas. Entre todas desde el medio. La mano del buen juego.
Un dato curioso es que en Campo sólo las mujeres juegan a lo que ellas mismas denominan birllas. No puede faltar en días señalados algún encuentro entre las mujeres, tal como ocurre el día de Pascua, tras la romería a San Bllascut. Los hombres no juegan, porque —aseguran— las mujeres hacen trampas. Lo que ocurre es que ellas mismas tienen sus propias normas y las marcas desde donde tiran no son muy respetadas, adelantándose por lo común a las mismas. Gracias a una maestra de la población, el juego lo practican las niñas de la escuela, por lo que se ha conseguido la pervivencia de las birllas.

En les guilles de Benasque se forman dos equipos ilimitados, pero procurando que su número de componentes sea par. Se plantan tres hileras de tres. La bola pesa de 5 a 6 Kg y tiene dos hendiduras para los dedos. Para establecer el orden de tirada, se comienza con toca-quilles; inicia el juego quien derriba más. Después, vienen varias jugadas:
1. Toca el nou. 2. A la manganeta. 3. A las tres del corneró. 4. Fe y refe. 5. A fe, refe y toca el nou. 6. La urelleta. 7. La campana sorda. 8. Adivina y enforna. 9. Saca el nou del choc. 10. Re, re, re. 11. La culata. 12. Les cremades. 13. A pares o nones. 14. Pasa sin toca-quilles.
El palistroc se jugaba en toda la comarca de La Litera, Cinca y Monegros, aunque en las comarcas del Medio y Bajo Cinca, como también en la de los Monegros, se le llamaba birlas o birlos, según poblaciones. En La Litera se le conocía por diversos nombres: palitroc, palistroc, birlas,... De todas formas, el juego era el mismo en todas esas comarcas. Se plantaban 6 bolos y se tiraba con una pieza de madera de forma cilíndrica, llamada billa o billot, según el lugar. El juego es individual y pueden participar todos los que lo deseen. Cada jugador tiene dos tiradas y se realiza partida cuando se deja un solo bolo en el suelo (hacer una cara). En caso de empate, se sigue jugando. En Tamarite, realizar la jugada descrita se llamaba hacer bona. Otros juegos eran sacó les esquiches, que era tirar los dos bolos del medio; la pallada, tirar todos los bolos; pares y nones,...

En la actualidad, este juego ha sido recuperado gracias a la Asociación El Palistroc de Azanuy y extendido por la comarca en los Juegos de la Litera. Es de destacar en los mismos el enorme interés mostrado por los jubilados de Albelda y Castillonroy en la práctica y conocimiento de este juego. Algunos de ellos llegaban a realizar cuatro o cinco caras seguidas, ante la admiración del público.
La tanga o tella.
Recibía otros nombres, según las localidades, pero éste era el más popular. Se colocaba en el suelo una lata de conservas y sobre el culo de la misma unas monedas. Había que tirar desde una determinada distancia con un tacón, ladrillo o piedra e intentar derribar la lata. Las variantes del mismo eran muchas y había pueblos en que las monedas se las quedaba el que la tiraba; en otros sólo se quedaban con las monedas que estuvieran más cerca de la tanga o tejo, que era como se llamaba al instrumento de tiro.
Esta modalidad era muy semejante a otras de diferentes regiones o comunidades: patefa, de Vegadeo (Asturias); tella, de Ciudadela (Baleares); toka vasca,...
La patrusca.
En este juego se trazaba una raya en el suelo y cada jugador echaba una moneda. El que más se acercaba a la misma era el primero en comenzar y así sucesivamente. Después, se apilaban todas las monedas y desde una determinada distancia se tiraba con una piedra sobre las mismas. Todas las que caían de cara eran para el que había lanzado; a continuación, proseguía el segundo con las monedas que quedaban y así hasta el último.

El redolet.
Es una variante de las bochas. Se traza un círculo en el suelo en el que se colocan unas bolas. Hay que tirar con otras para sacarlas del mismo. Se juega en un camino, cubriéndose determinadas distancias. Era típico de La Litera.
Tendríamos que tratar también otros juegos que desaparecieron del Altoaragón, algunos de los cuales son recordados por nuestros ancianos, y otros de los que conocemos su existencia gracias a documentos, leyes o periódicos de época. Entre ellos, se hallan la lucha, mencionada en el código de Huesca de 1247; diferentes juegos hípicos como el de bofordar; juegos populares como el mallo, la escarpiña,...
Curiosamente, observamos cómo álgunos juegos practicados en las provincias de Zaragoza o Teruel no aparecen en el Altoaragón. Así, el juego de bola, la estornija, la pinta o los múltiples que se han recopilado en la comarca del Jiloca. Por otro lado, tampoco algunos de nuestros juegos están extendidos en estas provincias, especialmente los practicados en las zonas pirenaicas, ya que el área cultural de los mismos ha sido la de las regiones del Pirineo, no existiendo indicios de los mismos en el llano.
Quedarían, por fin, los juegos—apuesta, relacionados con el mundo del trabajo, tales como los cortadores de troncos del valle de Benasque, que pasaban de una forma más amena las largas horas de trabajo en el bosque.
8. JUEGOS INFANTILES.
El juego es la vida del niño y la expresión de su carácter, de su vitalidad, en definitiva, de su propio ser. Según ARNOLD,
«para el adulto el juego representa un entretenimiento, un momento de descanso o una forma de evadir la rutina diaria. En cambio para el niño, el juego es un verdadero trabajo. Es el medio por el cual recibe nuevas experiencias y aprende por medio del hacer; y es sobre todo su forma de expresarse y crear todas las maravillas y fascinantes cosas que el adulto le niega normalmente y por necesidad».

El juego será en sí un fenómeno cultural que entrará de lleno en la historia de nuestros pueblos, con una determinada función en la comunidad, especialmente en el mundo de los más pequeños.
Como afirma Mariano CORONAS,
«esta amplia y rica cultura se vio cercenada cuando la TV se generalizó como un medio de difusión del dominio de todos. La publicidad vertida en ella, la gran cantidad de películas que en ella se han proyectado, etc. dieron paso a los juguetes mecánicos, rifles y pistolas y tantos otros como podemos encontrar hoy día en cualquier comercio. Entonces nos olvidamos del 'pañuelo', 'd'os terreros' y pasamos a jugar a vaqueros, a indios, a policías, a robots, etc. practicando juegos de imitación de escenas proyectadas que incluso se producían a muchos kilómetros y en países muy diferentes al nuestro en todos los aspectos».
Esos juegos propios nacidos en el pueblo, trasmitidos de mayores a pequeños (dentro del ámbito de los niños), son los que nos interesan desde el punto de vista del juego tradicional, aunque habrá que reconocer la gran interrelación existente entre algunos juegos populares tradicionales y otros de carácter general extendidos en muchos ámbitos. El escondite es un juego conocido por los niños de todos los pueblos, aunque en cada localidad presenta unas variantes, un vocabulario, unas expresiones diferenciadas,... que le proporcionan un carácter más genuino.
Los juegos infantiles tendrán también un componente folklórico que nos interesa mencionar, por formar parte intrínseca de la cultura que rodea la manifestación lúdica.
El juego de a la zapatilla por detrás tiene una cancioncilla, que repiten todos los niños:
«A la zapatilla por detrás, tris, tras, ni la ves ni la verás, tris, tras. ¡Mirad arriba!, que caen judías ¡Mirad abajo!, que caen garbanzos ¡Mirad atrás!, que allí estará».
En el juego de Antón pirulero todos los niños, colocados en semicírculo, cantan:

«Antón, Antón pirulero, cada cual, cada cual, atienda a su juego, y el que no lo atienda pagará una prenda».
Lógicamente, estas dos cancioncillas son conocidas en casi toda España, pero si profundizamos en los juegos infantiles que practican los niños, especialmente en los pueblos pirenaicos o del Somontano, que han estado más aislados, encontraremos formulillas, dichos, canciones que se emplean en los juegos originales o propios del lugar. En Labuerda, una de las fórmulas empleadas para elegir una persona entre varias era la siguiente:
«Una, doni, tren
catoni, quini, quineta, estando la reina en su silleta vino Quin y apagó el candil. Candil, candau cuenta las veinte que las veinte han dau».
En la Alta Ribagorza oriental, cuando llueve, los niños se cogen por los hombros y cantan:
«Pllou, pllou, go tetes d'ou la gallina per la basa y els polis per casa».
Los niños emplean en los juegos su lengua materna, como ocurre en este caso o en esta otra fórmula recogida por Luis GRACIA VICIEN:
«Aura que llegau empentada y sentau».
Nuestro Altoaragón tiene en este aspecto una gran riqueza de canciones infantiles, empleadas fundamentalmente en los juegos, gracias a las diferentes modalidades lingüísticas que existen en nuestra provincia.

Existen también canciones propias de alguna fecha del año dedicada a la población más menuda. En Alcubierre, el tercer miércoles de cuaresma se celebra la fiesta de la vieja remolona. Los niños van por las calles recogiendo alimentos para ir a merendar por la tarde:
«La vieja remolona, no quiere comer pan, sólo chocolate y chulla si le dan. Los chicos de la escuela todos suplicamos, que cuando cante el gallo, nos den lo que pidamos».
Mencionada por Ramón J. SENDER en su libro Réquiem por un campesino español, esta copla es muy popular; la cantan los niños en los bautizos:
«Pichau, cagau, que tiren al crío por el tejau».
En los corros y juegos de las niñas aparece este componente folklórico con más vivacidad que en los de los niños:
«Al corro de la patata...». «¿Dónde están las llaves, matarile, rile, rile,...». «El patio de mi casa es particular...». «El cochelito leré...». «Al pasar la barca...».
Al mismo tiempo que se canta, se hacen corros, se salta a la comba o se realiza otro juego. Son interesantes también las fórmulas empleadas por los niños como adivinanzas, contestaciones con pareados,...

Otro aspecto a considerar son los utensilios y objetos empleados por los niños en sus juegos. La pelota, las carpetas, las tabas, la peonza o las canicas son algunos de los más usuales, aunque la enorme imaginación de nuestros pequeños ha hecho que éstos empleen múltiples materiales, algunos fabricados por ellos mismos: silbatos, barcos, muñecas, arcos y flechas, tirachinas, collares, voladores,...
Sería muy difícil realizar una clasificación de los juegos infantiles, dada la diversidad de los mismos; no obstante, y aun siendo conscientes de la gran cantidad de juegos que no mencionamos, efectuamos la siguiente relación:
a) Juegos con animales y vegetales: mariquitas, saltamontes, cigarras, hormigas, hierbas y flores...
b) Juegos con elementos naturales: agua, nieve, barro, paja...
c) Juegos de correr y saltar: burro y acocha, pidola, churro....
d) Juegos de tocar y pillar: tula, cortahílos, policías y ladrones...
e) Juegos de esconderse: escondite, marro, pote, la liebre, cucu,...
f) Juegos de fuerza: la carretilla, arranca cebollas, pulseos infantiles, juegos de lanzar,...
g) Juegos propios de niñas: corros, combas, comidillas,...
h) Juegos de pelota: alto rey, balón prisionero, a pelotazos, sobre,...
i) Juegos con materiales diversos: tabas, canicas, peonzas,...
j) Juegos diversos: tocar y pegar, juegos de puntería,...
Es muy interesante la recuperación de todos estos juegos con una doble finalidad: el estudio de los mismos desde la vertiente etnológica y la aplicación de los mismos en la escuela, dentro de la expresión corporal o de la educación física.

9. ESTADO ACTUAL DE LOS ESTUDIOS SOBRE EL TEMA.
En el Estatuto de Autonomía de Aragón se mencionan las competencias de la misma en lo referente a cultura y deporte, en los que estarían incluidos los juegos tradicionales aragoneses:
«Art. 35.1. Corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en las siguientes materias:
Dieciocho. Promoción del deporte y adecuada utilización del ocio.
Veintitrés. Cultura, con especial referencia a las manifestaciones peculia- res de Aragón, y a sus modalidades lingüísticas, velando por su conservación y promoviendo su estudio».
En los últimos diez años podemos reseñar como actividades relacionadas con los juegos en el Altoaragón las siguientes:
a) Se crea la Federación Aragonesa de Deportes Tradicionales, organizadora, entre otros actos, de los Campeonatos de Aragón de Barra y
Bola. En el Altoaragón, puede afirmarse que escasamente se conoce su existencia.
b) Los boy scouts organizaron cuatro ediciones de Juegos Tradicionales
Altoaragoneses, en Aineto, Barbastro, Huesca y Jaca (años 1979 a 1982); pero, desgraciadamente, terminó perdiéndose esta iniciativa.
c) En el año 1980, con el patrocinio de la Comisión de Cultura de la Diputación Provincial de Huesca, y organizado por la Delegación de
Huesca del Consejo Superior de Deportes, se desarrollaron los I
Juegos Deportivos Tradicionales del Altoaragón, que tampoco tuvieron continuidad.
d) En el día de San Jorge del año 1985, la Agrupación Deportiva de Juegos Tradicionales Altoaragoneses de Huesca organizó una jornada de juegos con participación de representantes de las tres provincias.

e) Se realiza algún juego dentro del Día de la Comarca. En los Juegos de la Litera se dedica una jornada a estos juegos.
fl Comienzan a existir experiencias escolares como la organización de
Juegos Tradicionales Infantiles en las comarcas del Bajo Cinca-
Monegros Sur y en la Alta Ribagorza, auspiciados por los Centros de
Recursos de Ballobar y Castejón de Sos.
g) Las comisiones de cultura y festejos de numerosos pueblos altoaragoneses organizan en sus semanas culturales o en sus fiestas patronales juegos tradicionales, los cuales suelen gozar de gran aceptación.
h) Siguen manteniéndose algunas manifestaciones, como la carrera de la cuchara de Aínsa; los juegos de birlas en Campo; de guilles en Benasque; o de palistroc en Azanuy; la carrera de las peras de Adahuesca; los juegos de pelota en el Somontano, y otras, a pesar de que cada vez es menor su práctica.
En cuanto a investigación y publicaciones, la situación es mucho más dramática. Sólo una publicación abarca todos los juegos, la de Luis GRACIA VICIEN, titulada Juegos Tradicionales Aragoneses I y Juegos Tradicionales Aragoneses II, aparecida en 1978. Deben reseñarse también el libroresumen del Homenaje al Deporte Tradicional, celebrado en Zaragoza en 1983; dos comunicaciones sobre el tema de José A. ADELL al Seminario Aragonés sobre Municipio y Deporte, en los años 1985 y 1986; la tesis de licenciatura sobre El lanzamiento de barra, de Natividad Mendiara, de Huesca; los artículos de Francisco MARCUELLO sobre los bolos de Campo en "Heraldo de Aragón"; los de Luis GRACIA VICIEN en el periódico "Nueva España" (años 1974-1977); los de Celedonio GARCIA y José Antonio ADELL en los periódicos "Altoaragón", "Heraldo de Aragón" y "El Día" sobre el pedestrismo (en el dominical del primero de ellos aparece una sección habitual sobre este tema); algunas referencias en los programas de los Juegos mencionados anteriormente (boy scouts, Agrupación Deportiva de Juegos Tradicionales Altoaragoneses,...).
No existen publicaciones que hayan investigado en profundidad alguno de los juegos. Actualmente, está en imprenta el libro de Celedonio GARCIA y José A. ADELL, El pedestrismo en Aragón, que es un estudio sobre las carreras a pie realizadas en Aragón: del pollo, del arra, de la manzana, de la cuchara,... Se ha tratado el tema desde numerosos enfoques, coii una amplia bibliografía y recogida de datos de la tradición oral por todo el territorio aragonés.

El tema de los juegos infantiles tampoco ha sido suficientemente trabajado. Destacaremos en primer lugar un libro digno de elogio, el de Mariano CORONAS titulado Así nos divertíamos, así jugábamos... Labuerda: Recopilación de juegos infantiles. En el mismo se recogen juegos con animales, vegetales, barrancos, canciones, juegos de pelota, pitos, barro, nieve, juegos antiguos,...
Charo MAIRAL tiene en imprenta otro interesante trabajo sobre los juegos infantiles en el Altoaragón. Con esto termina toda la publicación existente sobre el tema. Mencionaremos también el trabajo Juegos populares extremeños, de Manuel VIZUETE y Juan GUTIERREZ, este último nacido en Jaca, razón por la cual le incluimos como investigador altoaragonés sobre la materia.
Desde otras comunidades autónomas también se han realizado tímidos estudios sobre algunos de nuestros juegos. Así, las birlas de Campo han sido estudiadas en la tesina de María BOBADILLA CONESA, de la Universidad de Barcelona, y en el trabajo de Nieves AGUADO y Ernesto ANTON, del INEF de Barcelona.
10. CONCLUSIONES.
Los juegos tradicionales altoaragoneses deben interrelacionarse con los practicados en otras comunidades y en las dos restantes provincias aragonesas, e incluso con los de los valles pirenaicos franceses próximos a nuestra provincia.
El juego tradicional estará en relación interdisciplinar con otras áreas de estudio, de las que se enriquecerá y a las que, a su vez, aportará contenidos.
Hay que diferenciar los juegos de la montaña y los del llano. Son los primeros los que se han mantenido con mayor riqueza autóctona.
El mayor auge de nuestros juegos se encuentra en los finales del siglo XIX y primer tercio del XX. A partir de este momento, los deportes federados reemplazarán a estos juegos, si bien actualmente se está produciendo un cierto resurgir de los mismos.

Hay que encuadrar el juego en el marco festivo y, fundamentalmente, en el ambiente rural.
Es muy difícil establecer clasificaciones o sistematizar los juegos, por la gran variedad de los mismos y por la gran cantidad de parámetros que pueden aplicarse a su estudio.
Los juegos infantiles tradicionales tendrán un enorme interés didáctico, pues contribuyen a desarrollar el ambiente y vivencias lúdicas del niño.
Falta una mayor investigación y difusión del tema desde distintos campos: historia, etnología, lingüística, educación física,...
Será muy interesante la recuperación de nuestros juegos y la aplicación de los mismos en la escuela, en las fiestas de los pueblos,...
Otro paso importante será una reglamentación de los más importantes y su práctica en el pueblo, comarca, provincia y comunidad autónoma, estableciendo diversas fases y categorías. Sería una forma interesante de que éstos alcanzaran una gran difusión.
Deben organizarse unas Jornadas sobre el estado actual de los juegos, que sirven como punto de conexión de todo lo que se está realizando y como punto de partida para un trabajo conjunto y no tan disperso.

11. BIBLIOGRAFIA.
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ADELL CASTAN, José Antonio, El pedestrismo en Aragón, Revista "Temas" (Instituto Aragonés de Antropología), 3 (en imprenta).
ADELL CASTAN, José Antonio, Aspectos etnográficos de la villa de Binéfar: las carreras de pollos y corderos, "La Voz de Binéfar" (Binéfar, enero 1986).
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