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HISTORIA DE JONAS Y LA BALLENA

Hace mucho tiempo, había un hombre muy bueno llamado Jonás que fue elegido para hablar de Dios en una ciudad llamada Nínive en donde la gente se portaba muy mal.

Jonás 1:2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí

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Jonás sabía que los habitantes de Nínive eran malos y tenía mucho miedo de ir.

Así que, aunque sabía en donde estaba la ciudad, decidió tomar un barco hacía la dirección contraria.

En el camino, llegó una tormenta muy fuerte. Las olas se movían tanto que el barco estaba a punto de voltearse.

Jonás les gritó a los marineros

-¡Échenme al mar! Todo es mi culpa y Dios me está castigando.

Los marineros no quisieron hacer eso, así que Jonás saltó del barco.

En el momento en que Jonás cayó al agua, la tormenta paró y todo volvió a estar tranquilo.

¡¡¡Pero una ballena se había tragado a Jonás!!!

¡Ayúdenme! – gritaba Jonás muy asustado

¡Dios por favor, perdóname por desobedecer! volvió a gritar Jonás.

Pasaron tres días y tres noches, Jonás seguía dentro de la ballena.

Todos los días, arrepentido, pedía perdón a Dios por desobedecer.

Jonás 2:7

Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.

8 Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan.

9 Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí.

• Y al tercer día, la ballena por fin arrojó a Jonás a una isla.

• Estaba muy agradecido y le prometió a Dios que iría Nínive y que nunca lo volvería a desobedecer.

Jonas3:10 Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.

• La ballena que trago a Jonás es una expresión Bíblica que hace referencia a un episodio del antiguo testamento de la Biblia . Según el relato del libro de Jonás, Jonás era un profeta hebreo a quien Dios le ordeno ir a la ciudad de Nínive para advertirles sobre su inminente destrucción debido a su maldad.

Nos da la enseñanza de que aunque hagas las cosas mal Dios siempre te ayudará y salvará.

Frases Del Papa

«El ‘síndrome de Jonás’ nos lleva a la hipocresía, a la suficiencia, a ser cristianos limpios, perfectos, ‘porque nosotros hacemos estas obras: cumplimos los mandamientos, todo’. Es una enfermedad grave.

Y el signo de Jonás a la misericordia de Dios en Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros, para nuestra salvación.

Son dos palabras en la primera lectura que se relacionan con esto. Pablo dice de sí mismo que es apóstol no porque ha estudiado esto, no: es apóstol por llamada. Y a los cristianos les dice: ‘Estáis llamados por Jesucristo’.

El signo de Jonás nos llama: seguir al Señor, pecadores somos todos, con humildad, con mansedumbre. Hay una llamada, también una elección«.

Hay una grave enfermedad que amenaza hoy a los cristianos: el «síndrome de Jonás», aquello que hace sentirse perfectos y limpios como recién salidos de la tintorería, al contrario de aquellos a quienes juzgamos pecadores y por lo tanto condenados a arreglárselas solos, sin nuestra ayuda. Jesús en cambio recuerda que para salvarnos es necesario seguir el «signo de Jonás», o sea, la misericordia del Señor. Es éste en sustancia el sentido de la reflexión que propuso el Papa Francisco durante la misa celebrada el lunes 14 de octubre.

El “síndrome de Jonás” y la “señal de Jonás”. El Santo Padre centró su homilía en este binomio. Jesús, observó, habla en el Evangelio de hoy de “generación perversa”. Su palabra es muy fuerte. Pero, advirtió, no se refería a la gente “que lo seguía con tanto amor”, sino a los “doctores de la ley” que “trataban de ponerlo a la prueba para hacerlo caer en la trampa”.

Estas personas, de hecho, “le pedían señales” y Jesús responde que sólo se les dará “la señal de Jonás”. Existe, sin embargo, advirtió Francisco, el “síndrome de Jonás”. El Señor le pidió que fuera a Nínive, y él huyó a España. Jonás, dijo, “tenía las cosas claras”: “la doctrina es ésta”, “se debe hacer esto” y que los pecadores “se las arreglen ellos, yo me voy”. A aquellos que “viven según este síndrome de Jonás”, añadió el Pontífice, Jesús “llama hipócritas, porque no quieren la salvación gente pobre”, de los “ignorantes” y de “pecadores”.

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