3 minute read

Día Mundial de la Conservación del Suelo

El suelo orgánico natural es la matriz que sustenta la vida, tanto de los ecosistemas terrestres con toda su biodiversidad como la de nuestra especie. La capa delgada de suelo que se mide en decímetros y se ha formado en milenios, milímetro a milímetro, a través de procesos físicos, químicos y biológicos complejísimos, es un sustrato frágil sujeto a dañarse hasta perderse por intervenciones humanas de toda índole.

En términos generales, como sociedad estamos conscientes de los daños que causan la deforestación, como son: incendios forestales, prácticas agrícolas inadecuadas y la pérdida de suelos por la creciente urbanización de áreas anteriormente rurales. Desde lo local, un aspecto especial de la urbanización en Chiloé es la tendencia a la parcelación de predios agrícolas para su transformación en sitios de agrado que conlleva a una fragmentación cada vez mayor de coberturas boscosas y también de suelos que hace siglos se han destinado a la agricultura de subsistencia clásica chilota, reconocida con el sello SIPAM, sigla referida a los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial, por su valor sociocultural y sus prácticas ancestrales intrínsecamente sustentables.

Advertisement

En este contexto llama la atención un fenómeno nuevo que genera un creciente impacto. La existencia de cada vez más maquinaria pesada en manos de pequeñas empresas ha generado un mercado de movimiento de tierras que ya no se limita a la apertura de caminos públicos y priva- dos (intraprediales), sino que facilita la nivelación de sitios de construcción, tanto para casas habitación como para complejos mayores de edificación. También se utilizan excavadoras para el desmonte y modificación del paisaje, con cada vez menos miramiento tanto por la belleza escénica como por los servicios ecosistémicos básicos a nivel de paisaje. Da la impresión que cualquiera con tal de acreditar dominio de un terreno puede arrogarse intervenir el paisaje. Estamos viendo cómo las formas orgánicas de los conocidos “lomajes suaves” del mundo rural chilote presentan cada vez más heridas en forma de cortes y taludes artificiales. Hace falta consciencia, pero también regulación con sanciones efectivas para proteger las superficies de tierras rurales, herencia de milenios de historia geológica y ecológica de nuestra madre tierra.

Como científicos motivados por la restauración de los ecosistemas y la recuperación del bosque nativo, hemos estado plantando durante todo junio, y este fin de semana realizaremos el Festival de Conservación Pala en Mano, que busca justamente trabajar en la conservación del suelo chilote, de la mano de la sociedad civil, las autoridades territoriales, el sector privado y la academia. La iniciativa busca plantar 10.000 árboles y cumple con los estándares de la Restauración Ecológica, una disciplina forestal y medioambiental que pretende reconstruir ecosistemas lo más cercanos a los que existían en los lugares con anterioridad a la intervención humana.

Necesitamos no sólo intenciones sustentables, sino planes de acción. En este sentido, nuestro plan de reforestación con especies como coihue, canelo, ulmo, notro, arrayán, luma, meli, olivillo, mañío, maqui, trevo y tiaca, contrarrestará en parte el daño ocasionado a nuestro suelo. Este tipo de acciones permiten aumentar la masa de bosque nativo, restaurar el suelo y mejorar su calidad, potenciar la capacidad de captura de dióxido de carbono, crear corredores biológicos, mejorar la capacidad de retención de agua potable, proteger la flora y fauna de la isla, y aportar para limitar el aumento de la temperatura en el planeta. Sólo se trata de devolverle la mano a nuestro entorno... ¿trabajemos juntos?.

El libro relata la historia de Mauricio Hochschild, alemán, judío (1881 a 1965), el segundo empresario más rico de Bolivia y uno de los más acaudalados de Sudamérica en los años 1938 y siguientes, quien arriesgó su seguridad y recursos para ayudar a salvar vidas de al menos 10.000 mil judíos perseguidos en Europa en la fase previa al holocausto, moviendo sus influencias y su capacidad de persuasión para que Bolivia fuera uno de los pocos países en el mundo en aceptar refugiados hebreos, precisamente en esos años críticos cuando el mundo cerró sus puertas a los refugiados.

Respecto a este personaje se han escrito varias obras, entre ellas, “Doctor Mauricio Hochschild, empresario minero, promotor e impulsor de la inmigración judía a Bolivia”, de León Bieber, “Los infames”, de Verónica Hormachea y otros.

La exitosa figura empresarial y humana del personaje no estuvo exenta de polémica. Fue aclamado, admirado, respetado en el país como en varios importantes estados de la comunidad internacional, pero también se creó una figura siniestra sobre él en Bolivia señalándolo junto a otros como inescrupuloso capitalista a quien se debía el atraso de Bolivia.

El texto en sus 511 páginas muestra las circunstancias y la manera en que fue creando su imperio empresarial que también abarcó propiedades mineras en otros países, incluso Chile. Además, se relata la faceta humana y familiar que lo muestra en distintas dimensiones: ni perfectamente malo, ni perfectamente bueno. Quizás pudiera decirse que fue un buen empresario, pero un mal padre. Por otra parte, se detallan in extenso las terribles situaciones de los judíos en la Alemania y territorios conquistados por el ejército nazi. Muestra, en consecuencia, el dolor, la injusticia, la perversidad y otros males apocalípticos de una ideología para la cual algunos seres humanos constituían un estorbo, cosas u objetos repudiables.

El final de la vida del empresario, fue en Europa al tener que abandonar sus propiedades en Bolivia por la inestabilidad política del país y que en más de una oportunidad le confinó en la cárcel amenazando su vida. El canciller Conrad Adenauer en 1961, le entregó la Gran Cruz de la República Federal de Alemania en su honor e incluso una calle lleva su nombre en la localidad de Biblis.

Es un libro que aporta historia.

¡Es mi palabra!

This article is from: