EL RESCATE Nº 22

EL RESCATE

Revista cultural de Diario Real Ediciones & Comunicación

Cajamarca, Perú Año 2, Nº 22 Marzo 3, 2024

Poesía de Demetrio Quiroz-Malca

págs. 4, 5

Crónica de Miguel Arribasplata Cabanillas

pág. 7

Ccielo Mantilla Espinoza la vida en el vitral

págs. 16-25

Artículos: Hugo Reyna / Ángel Gavidia / Ángel Lavalle /

Guillermo Silva / Carlos Cerdán / Segundo Arréstegui

Personalidad cajamarquina: Comandante Julio C. Guerrero

© Ccielo Matilla Espinoza

“El Día Internacional de la Mujer”

Acudimos un año más a la conmemoración del “Día Internacional de la Mujer”, este ocho de marzo, en el marco de conflictos bélicos en el mundo de grandes dimensiones. A más de dos años de la guerra de la superpotencia mundial, Rusia, contra una débil nación como lo es Ucrania; así como del Estado de Israel, contra el pueblo palestino en la franja de Gaza, en las que se viene cobrando miles de víctimas mortales, muchas de ellas mujeres madres inocentes, niñas y niños, en una escalada de prepotencia y neocolonialismo que ha puesto en vilo la paz de la humanidad.

Por: Hugo REYNA

GOICOCHEA

Past Decano del Colegio de Periodistas Cajamarca

Los grandes movimientos reivindicativos

Sin embargo, como todo fenómeno social, las reivindicaciones femeninas, a lo largo de la historia de la humanidad, no han sido producto del reconocimiento natural de igualdad de sexo, sobre la base de las innatas condiciones antropológicas del hombre, sino de grandes exigencias de lucha de la mujer para que se le reconozca sus derechos, en muchos casos a costo de vejámenes, sacrificios y aún de su propia inmolación, como lo fueron las mártires de Chicago, quienes en 1908, fecha en la que, más de 100 mujeres fueron quemadas

en el interior de la fábrica Cotton Textile Factory de Nueva York, encerradas por sus propietarios obligándolas a trabajar por 10 horas de jornada e impidiéndoles se unan a la huelga de mujeres que ocurría, con mucha fuerza en el país norteamericano. No obstante, en no pocos casos, estas conmemoraciones se efectúan, en las entidades públicas, empresas privadas y otros organismos sociales, con la ocurrencia de conflictos por rivalidades por protagonismos institucionales que, en lugar de enaltecer las celebraciones, opacan tan importante efeméride; las mismas que son de fugaz existencia; para volver a los mismo, esto

es, vejámenes, violaciones, feminicidios y permanente exclusión de derechos y oportunidades laborales y condiciones de vida, acordes a su condición de seres humanos, tan igual que su congénere varón.

Reconocimiento de derechos una lucha permanente

Los movimientos reivindicativos de la mujer, orientados a lograr el reconocimiento de sus derechos e igualdad, en todos los niveles, es aún una especial aspiración, en el seno de sociedades con altos grados de expresiones machistas como Asia, África y también en muchos países latinoamericanos, de lo cual no es ajeno nuestro país y departamento.

La postración y marginación de la mujer, por razones culturales, políticas, religiosas o meramente sociales, pese a los logros alcanzados y reconocimientos de varios estados y organismos internacionales, subsiste y se evidencia aún en niveles grotescos de marginalidad, violencia, explotación económica y sexual; considerándola como ser inferior, con rol eminentemente reproductor para la continuación de la especie humano, como lo es en las sociedades orientales y africanas.

Avances significativos en el Perú

En nuestro país, se han dado pasos importantes de varios logros y reconocimientos por parte del Estado respecto a los derechos y deberes de la persona, que involucra a hombres y mujeres. Se ha creado el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, así como el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. No obstante, como que persisten con inusitada fuerza, mecanismos que relegan a la mujer a un segundo plano, a un rol pasivo y reproductor, así como para el desarrollo de labores eminentemente domésticas. En los sectores rurales, pueblos indígenas y nativos, pese a su activa participación en las labores productivas, se evidencia esta cruda realidad, en pleno siglo XXI.

La problemática de la mujer en las circunstancias actuales, si bien ha logrado, a base de esfuerzo y sacrificio, se le reconozcan ciertos derechos políticos, económicos y sociales, para un gran sector subsisten

El Rescate

Revista Cultural de Diario Real

El Rescate

aciagos problemas de marginalidad y discriminación, violaciones, explotación sexual, abandono familiar, violencia física y sicológica, acoso sexual y crecientes casos de feminicidio; los que deben hacernos reflexionar sobre la necesidad de abandonar cómodas y falsas posturas de alardeo sobre la igualdad de las personas y el rol complementario de los sexos, solo por exigencias forzadas, más aún en fechas como ésta, llenas de retórica y discursos, para después qué: seguir en lo mismo.

Frívolos e hipócritas reconocimientos Conmemoramos, esta especial efeméride, no como un reconocimiento sincero hacia la mujer, por parte de autoridades, instituciones, organizaciones sociales e incluso de los propios varones, con respeto y reconocimiento, en general; sino como producto de prácticas forzadas, en una sociedad, plagada de formalidades banales y olímpicas hipocresías, mas obligados por las circunstancias que por propia convicción. Tales situaciones determinan que sea el mismo sexo femenino, a través de sus organizaciones, el ejecutor de sus propios reconocimientos, por los logros alcanzados o por las luchas constantes que aun realizan en la consecución de la tan ansiada igualdad y el reconocimiento pleno de derechos

con el sexo masculino, aunque esto se vea aún, como una auténtica quimera: ¡Qué vergüenza!

Las falsas posturas de los homenajes a la mujer, es en realidad, una obligación de simples compromisos de agendas personales e institucionales, en una sociedad que, pese a los avances logrados, sigue tolerando la segregación a la mujer, especialmente en los casos en que esta no ha tenido acceso a la educación, al trabajo, a la superación personal, entre otros aspectos; ubicándola en una situación de dependencia y entera sumisión.

Basta ya de tanta ignominia

Al margen de todo lo descrito, debería constituir para los varones, no una obligación formal el rendir homenaje a la mujer, sino una especial motivación de reconocimiento sobre la importancia de la complementariedad de sexo, para el desarrollo integral de la sociedad y el género humano. Vaya mi especial admiración por la mujer, en su condición de madre trabajadora, gobernante, amiga, compañera, esposa, hija y ciudadana de una nación, tan capaz, en todas sus dimensiones, como lo es el varón:

¡Feliz Día Internacional de la Mujer!

Diario Real

Director: Carlos Cabrera Miranda. Colaboradores: Hugo Reyna Goicochea, Homero Bazán Zurita, Tristán Ravines Sánchez, Bethoven Medina Sánchez, Angel Gavidia Ruiz, Wilson Izquierdo Gonzáles, Consuelo Lezcano Ruiz, Daniel Cotrina Rowe, Dante Lecca, William Guillén Padilla, Carlos Reyes Álvarez, César Mejía Lozano, Carlos Cerdán Moreno, Guillermo Silva, Percy Casas, Ivonne Barrantes Guzmán, James Becerra. Diseño y diagramación: Diario Real. Asesoría legal: CEDEFU (Centro de Defensa de Derechos Fundamentales). Correspondencia y colaboraciones: Jr. Chabuca Granda Nº 104, Urb. San Carlos, Cajamarca, Perú. Teléfono: 935447689. E-mail: diario.real.2023@gmail.com RUC: 20610661808. RNP: S2158062.

D.R. William Guillén Padilla

El rescate Poesía cajamarquina

Demetrio Quiroz-Malca

(3 de mayo 1924 — Lima, 16 de enero 1992)

Nací en San Miguel de Pallaques (Cajamarca) en 1924, ciudad querida que abandoné, nostálgico pero esperanzado, luego de cursar los estudios primarios imprescindibles para afrontar con humildad y decoro la vida. Mi propósito era descubrir nuevos horizontes y forjar mi destino. Y fue Lima el punto de partida de este mi afán. Y si de esa ya lejana fecha, a la actual (1990), no vencí como plenamente lo anhelé, tampoco creo que perdí; pues, para mi orgullo y felicidad, devine en poeta y profesor, en profesor y poeta, esencialmente. De suerte que en el ejercicio de estas singularidades, me di al estudio y al trabajo, también a la realidad y al sueño. Sobre todo, al conocimiento de mi humana raíz, nativa y universal, vale decir, a la cabal comprensión del hombre y del mundo. No me precio de haber alcanzado todo lo que soñé; empero, y vale el deslinde, como poeta obtuve algunos merecimientos que me honran: el Primer Premio de Poesía en el Concurso promovido por la Facultad de Letras de la UNMSM (1946); el Premio Nacional de Poesía “José Santos Chocano” (1955).

¿POR QUÉ, SEÑOR, LA NOTA EN MI COSTADO?

¿Por qué, Señor, la nota en mi costado, espina florecida en blando leño,

ahoga los espejos, débil sueño del casto gorgear embalsamado?

¡Por qué, Señor, si el vértigo ha bordado con hilos de tu esencia y de tu ceño

el alba – flor del oro y verde empeño

que en gracia, en polvo y ala has deshojado? En frente angelical, canto encendido bañóse de altos soles tu pupila dejando en su responso, lirio y nido.

Y ahora, en este vuelo que destila

un mar que, siendo mar, llévolo herido. no sé si es rosa o muerte quien rutila.

En: Mármoles y vuelos (1946)

LA ESPIGA DE TUS MANOS

En mi sangre florecen las galaxias y tus labios; en mi sangre te encuentro a cada instante dorada pupila, Avecilla de paz y amor, canción iluminada.

En mi sangre está eternamente la espiga de tus prados, oh, en mi sangre el fuego elemental de tus ojos puros.

En: “Jardín de invierno” (1952)

PEQUEÑA ELEGÍA A UNA PALOMA

El aire, cómplice del hombre, llevó en su seno la muerte.

Fue una muerte dulce, alada, la que rodó apacible por la hierba.

¡Cuán bella parecía en su mudez anclada, en su ebria mudez de altura, la paloma!

Fue una muerte dulce, alba la que cayó del cielo como un beso.

No había herida en el eco, no había herida en los ojos, sólo un corazón que sangraba sin protesta en la hierba.

En: Antología General de la Poesía, Romualdo, Alejandro y Salazar Bondy. Buenos Aires. 1957. De: ELEGÍAS. La voz elemental, 1955.

ZONA DE ANGUSTIA III

Con los huesos astillados, enmohecidos por el odio, los fantasmas del insomnio, las fatigas, freno mis pasos –zagal del tedio- y pero mientes en el abra familiar de las palomas y los mayos

¡tan amados!, ¡tan distantes!

Busco gacho, alucinado girasol,

el beso de la escarcha

(cuando mi madre alfombraba sus pupilas en el canto) y ¡oh!, verdad de los pájaros silvestres, de los trigos en sazón, de la risa esmeralda de los puquios sola, jadeante, yace mi humildad en el exilio.

¡Oh, lacerado de mí!:

¡Qué de la bondad del padre, del amado padre de las trillas, los luceros.

Las luciérnagas, La exaltación del día en el follaje!

¿Qué de la serena biografía de los trinos; qué de la celeste paz en el tunal, la madreselva, el hermano entrañable y su vihuela?

¿Qué de la misteriosa y alta voz de los oteros, dulcificando el aire, las actinias, los desvelos, las catarsis del amor?

Podré decir algún día, acerbamente, a la flor y sus aromas:

- “Amo tu seno, sorpresa de Invierno y Primavera, porque en ti el rocío canta como un ruiseñor a la vida”. Vedme rocas, alimañas, hombres vedme vedme, mientras mi verso con sus ojos de mar naufraga en el plúmbeo estertor de la nostalgia.

En Judas (1965)

Dos hitos temporo espaciales antípodas, me acercaron al poeta Demetrio Quiroz Malca, sanmiguelino cajacho: uno, en 1965, en Trujillo, en mis aurorales años de bisoño estudiante universitario, cuando apareció y leí su libro de poemas Judas; otro, en 1992, en Chimbote, durante las postrimerías de mis afanes laborales como docente universitario, gracias a la nostálgica entereza de su paisano el poeta Víctor Hugo Alvitez Moncada, afincado en la tierra de la siderurgia y la anchoveta. Fue a propósito del deceso de Demetrio y del encuentro casual de Víctor Hugo, con la que fue la última obra poética de aquél: Del mundo en que vivimos (Concytec 1990).

DEMETRIO QUIROZ MALCA

(I)

Dios de la nostalgia

Por: Ángel Lavalle Dios

Entonces la necesidad de un acercamiento más atento hacia las profundas intimidades artísticas y humanas de Quiroz Malca, paisano del fino Dios de la Nostalgia, empapado de lluvia y de terruño, de amor filial y pannaturalista, de tradiciones y habitantes de su natal San Miguel de Pallaques; pero, asimismo, hondamente preocupado por el ser y el deber ser del hombre y de la humanidad.

Íntimo, coloquial, sincero, uno más entre nosotros, humano habitante, consciente y concientizándonos sobre las precariedades maravillosas de la vida nuestra, y sobre la necesidad de asumirla a plenitud y con optimismo. Y con las preocupaciones pedestres, la elevada altura del verbo: épico, pletórico de mundo y vida, peregrino aventurero, embelesado soñador. Tal íntegro poeta, total y cósmico contra la muerte que ya veía venir, cual «yedra implacable, repentino / alud, latido enervante que crucifica / el sueño, la palabra .../ por decir lo menos o decir lo más...» Todo, hábil, diestramente esbozado, con todos los recursos técnico poéticos, a manera de grandes y

largas tiradas de platicante y lacerada ternura, que habita el corazón porque su origen es la vida que está cerca, en y delante de nosotros: «... y lo estará por mucho en sabiendo / que en las puertas del horno…; / en sabiendo que las guerras cultivadas / por el odio, el miedo, el terrorismo/ y sus más diversos como satánicos rostros / sigan fermentando/ ostentando hoy como ayer sus letales fórmulas; / sus catapultas, sus hordas, sus flechas, / sus espadas / sus metrallas, sus misiles, sus hiroshimas, / sus ojeras...»

Pero contra toda esta noche, mar oscuro y proceloso, una tabla con íntimos acordes, la voz de la vida: «Pero tal como ayer, la Música, la etérea / diosa que amanece perla y encanto / en los labios sedientos de la vida / (y en los deslumbrados pero fríos páramos / de la muerte) / es la misma voz, dulce yembriagadora Voz...»

Así, Demetrio Quiroz Malca (1926), norteño y rural como nosotros, es, en gran parte, el poeta de “élite” que define el Maestro Luis Alberto Sánchez, por la altura formales de su lírico verbo y por la consistencia y humanidad de su mensaje. Pero diríamos, complementando o completando, una rara «élite», es decir, nueva élite del arte que busca la verdad y se sotierra, enraizando, para crecer fortalecida sobre el corazón del hombre y el alma del terruño, fuente de la auténtica imagen del ser ecuménico: «Y lo hago, no sin antes / echar una mirada a mi lejana infancia/ cuando era yo / —me imagino por el color/ de mi sueño— / el hermoso girasol que besaba / con pasión el viento / y alimentaba de inefables alas/ el rocío. / Cuanta luz debí beber / de sus castas fuentes, allá en mi pueblo / donde mi madre se vestía / de rubias mañanitas para tejer /—con el candor de su inocencia / y adorable sencillez—/ el mantel largo para la Fiesta Grande / o para el Pan del Pobre. / Cuanta luz debió colmar el cielo / y las alegres farolas del amado mundo / que tengo en mi corazón: / San Miguel de Pallaques, donde / aprendí a escribir amor en La Cantora.../ al tiempo que el destino empezaba / a arrancar, uno a uno, los pétalos / del entonces girasol que fui. / Cuanta luz, evidentemente debió / encandilar los despreocupados/ y hasta inconscientes días de mi infancia, / en donde sí fulguran, perdurables y grandiosos: Mi madre/ Mi pueblo/ Mi primer Amor: / Dejo el mundo / paso a paso». Pero en tu caso, Demetrio, para vivir eternamente con nosotros.

Imagen: Retrato del poeta DEMETRIO QUIROZ-MALCA, donado por una de sus nietas a Municipalidad Provincial San Miguel.

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Narrativa cajamarquina

APARIS EL CANTO DEL ZORZAL

quí en París el invierno ojea su frío niño, los árboles deshojados de verde pudor se mecen perezosos con el viento menesteroso. Yace mi cancina soledad sepultada de amicales presencias cantuteñas.

Brioso de lecturas francesas acomodo a mi serrana inteligencia, a la conversación de mis pares peruanos y europeos; y lenguaraz de cultura, vigilado por las sombras de mis maestros Víctor Mazzi Trujillo y Miguel Gutiérrez Correa, hablo sin ninguna mansedumbre en el ágora del CECUPE, que dirige la culta señora Yolanda Rigault.

En el asiento del recuerdo mi padre, don Jacinto Arribasplata Díaz, señor de caminos agrarios, me vocea desde dónde estará. Y mamá Otilia me dice: “ Dónde te has metido, hijo andariego; regresa pronto, tu plato ya se enfría”.

Avecindado de nostalgias que endulzan a la mañana y arremangado del aliento de Enrique Aracayo, secuaz de mis haceres y lecturas y conversas; del tal Vera y Óscar y su bendita corrección de estilo: joven de emoción solivianto a la audiencia, como chalán de potro pajarero, corcoveador en más allá o más aquí del norte de mi Perú.

La niña de nuestros ojos parpadeó de alegría, por volverse catona y cosmopolita: en tierra ajena hizo su guerrilla literaria y alborotó al solidario auditorio.

Palangana, chaposo, huareño, peinado de vergüenza, escobillado de afectos, caja-

marquino de oficios y beneficios, desgrané a boca suelta aquello que ciertos limeñitos, sufragados por el stablishmen y las angurrientas editoriales, anotan en sus novelas como Guerra interna, que de tal guerra no tienen nada, solo los egos experimentales, desolados, alienantes, de a pie juntillas, de rodillas, para perjudicar ese intento de asalto al cielo, que acaeció en mi país, en el tiempo y en el nosotros, obreros del mañana, niños de Vallejo y su España aparta de mí este cáliz. A propósito, don César, a mí no me friegan los cóndores, sino esos inventados polemistas y culturalistas andinos y costeños. La movida es de clase, no de razas ni geografías.

¡Oh!, vean pues, en el CECUPE, mi yo se convirtió en el nosotros, el colectivo de escritores y escritoras cuyo trabajo es el arte que quiere ser acontecimiento. ¿Qué dices de ello, Lucho Morón y tú Lucho Guzmán?

El zorzal es un pájaro labriego, que en San Pablo, mi tierra de caminos colorados, canta en la lluvia, llamando a los gañanes, para que unsan la yunta y aren la tierra fértil. Yo también oí ese canto y vine a sembrar otras novedades en la Europa de Balzac, Flaubert y el gigante Proust, y a recibir lecciones de los amantes de la literatura.

Así pues, don César Abraham Vallejo Mendoza, yo le visité en su aposento inevitable, y oí a los viejos cuervos de la envidia romper a la tarde en el bosque y también zurear a las palomas. Y a Sartre, Simone

de Beauvoir, Baudelaire y otros fallecidos de cuerpo y resucitados de fama, intelectos que inauguraron, junto con mi profesora de educación primaria, doña Maruja Chávarri, mi mente con su obra magna.

En París suspiré hondo a orillas del Sena, río señor de la ciudad, alegre, gratificado por las lecturas, por mis alumnos, amigas y amigos del Departamento Académico de Comunicación y Lenguas Nativas, de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, excelentes profesionales.

Y así, provinciano, arriero de altas cumbres y bajíos, evocando a doña Consuelo Lezcano y a mi hermano Salvador y a mi hogar, lío mis bártulos para retornar a Lima.

Saludos a mis amistades de Facebook.

París fue una fiesta en la librería Shakespeare, con el poeta y paisano Elqui Burgos.

Gracias, señora Yolanda Rigault, por invitarme ante la mesa de peregrinos y cultores de la literatura. Gracias Alberto Mego, hombre sabio de teatro, por la noche de cobijo. Abrazos para Alfredo Pita y para quienes me acompañaron para conversar y beber esa cerveza con sabor a mí, como el bolero, pierna con pierna, con palabritas de te quiero en el quisquilloso oído.

Un abrazo cantuteño y sampablino de Miguel Arribasplata Cabanillas

París, 11 de febrero de 2024.

El rescate

Personalidad cajamarquina

Julio César Guerrero Villanueva

(Cajamarca, 1887 - Pacasmayo, 1976)

El comandante Julio C. Guerrero ha sido el militar más culto en toda la Historia del Ejército del Perú, y el de mayor conocimiento bélico.

EN LA FOTO: El comandante Julio C. Guerrero (al centro) como agregado militar en Berlín, flanqueado por los hermanos Ernesto (izq.) y Carlos More Barrionuevo (der.), escritor y pintor peruanos respectivamente. D.R. foto: Archivo Hermanos More.

Hijo de don Justiniano Guerrero y Doña Tomasa Villanueva. Su padre había sido un vehemente cacerista, miembro del partido constitucional y elegido para el parlamento nacional como diputado durante la etapa post Guerra del Pacífico. Don Justiniano sería quien inculcaría en este oficial desde muy pequeño, los más altos valores patrióticos además de la base cultural que lo transformarían años más tarde en uno de los más trascendentales doctrinarios de la Guerra en la historia militar peruana y mundial, hecho que se muestra y comprueba en las aproximadamente más de 30 publicaciones entre libros, boletines, artículos y traducciones sobre temas estratégicos, técnicos e históricos militares, y que además, en la Europa de la primera y segunda década del siglo pasado dejaría en alto el nombre del Ejercito del Perú, ergo, de nuestra nación.

El año de 1911, el punto de quiebre en la carrera y en la vida de ese joven oficial de artillería, ya con el grado de Teniente. Fue elegido y designado en el mes de Julio, para ser el secretario del ya por entonces mítico Gral. de Ejército don Andrés Avelino Cáceres en la legación del Perú en los imperios alemán y austro-húngaro. El héroe peruano, representante del honor y dignidad nacional y artífice de la reconstrucción de nuestra patria post-guerra del pacífico, se encontraba en su puesto de Ministro plenipotenciario desde el 08 de mayo de ese año. A fines de 1911, en la foja de notas del Teniente, el venerable General, en su gran sabiduría, sin dar mérito alguno a quien consideraba todavía no se lo merecía, pondría la siguiente calificación:

«Hace recién cinco meses que el Teniente Guerrero sirve bajo mis órdenes, y aún no me es posible todavía emitir una opinión completa sobre sus actitudes. Sin embargo, puedo decir que descubro en él las cualidades de un excelente oficial, celoso de su profesión, dotado de una gran voluntad para el trabajo y bastante ilustrado».

Realizó estudios de Historia Militar y Ciencias Económicas en las Universidades de Berlín y Viena, y al pasar a trabajar a la legación peruana en España, presenció la guerra de los Balcanes (1912-1913) publicando sus observaciones en La Revista Científico Militar de Barcelona, del cual se volvió su corresponsal.

Toda actividad que realizaba Guerrero, era plasmada en un libro, folleto o manual. Todo libro en el idioma alemán que él consideraba sería de utilidad para los centros de formación militar de nuestro país, pacientemente era traducido y publicado en lengua castellana. Comenzaría con La guerra total, Mis recuerdos de la guerra y Temas tácticos del Mariscal Luddendorf y De la Guerra de Clausewitz. De su propia cosecha, pronto verían la luz soberbias obras que describían y analizaban las acciones militares de la época: La gran

maniobra imperial del ejército alemán en el otoño de 1912, Enseñanzas y deducciones de la guerra turco – balcánica, Kirkilise – Lileburgas – Chataldja, Conducción y combate de las armas combinadas, En el frente occidental, La campaña de Serbia, La campaña de Rumania, La campaña de Italia, La Guerra Mundial y Las grandes batallas de la Guerra Mundial

En Europa, por su ya merecido prestigio, fue convocado como observador de las maniobras militares del reorganizado ejército profesional alemán, la Reichswehr del general Von Seeck en 1927 y un año después, siendo agregado militar en Suiza, como invitado de honor de las primeras maniobras del Ejército Rojo siendo en ellas el único hispano americano presente.

En su segunda etapa por el viejo mundo, su prolífica producción, comenzó a salir publicadas obras que como él mismo explicara: «muestran y plantean los cambiantes desafíos en la doctrina y filosofía

militar» como Memorias Militares, De las nuevas armas”, La guerra, sus batallas y sus hombres, Mirajes de un soldado y otros más. En 1930, se produce un nuevo retorno al Perú, presentándose a trabajar al Estado Mayor General del Ejército y postulándose al Congreso Constituyente; pero las elecciones por Cajamarca son anuladas y, al estallar el “Año de la barbarie” (1932), es perseguido por el gobierno del Tte Crl Luis Sánchez Cerro, quien lo pone a disposición. Es en ese año que el Ejército de Bolivia lo invita en calidad de asesor a la Guerra del Chaco, para trabajar al lado del General alemán Hans Kundt, a quien había conocido en el frente oriental europeo. Surgirán allí diversas divergencias, por las decisiones militares de Kundt, los cuales Guerrero plasmaría en sus obras El Chaco, la guerra boliviano –paraguaya y También estuve en el Chaco

Su experiencia en dicho país finalizaría con la caída de Peñaranda a manos de un grupo de golpistas dirigidas por el pro-nazi comandante Villarroel el 20 de diciembre de 1943 que exilió al ex - mandatario en Arequipa, ciudad a la que lo acompañó lealmente su amigo Guerrero. Como consecuencia de esa revolución el oficial peruano vio su casa y oficina saqueadas, perdiendo todos sus bienes incluyendo los 15 manuscritos de sus próximos libros. Aun así, Guerrero, a su regreso, continuaría aumentando ya su vasta literatura militar, y dio su retiro de las actividades políticas y militares, dos de las que capaz, son de las más memorables y extraordinarias de sus publicaciones, que llevarían por título Guerra de Guerrillas y Belicología. Según varios entendidos del tema, Guerra de Guerrillas (1940), sería el segundo tratado a nivel histórico militar mundial que refiere este tipo de lucha de manera doctrinaria. Contaría años más tarde, el revolucionario MIR Luis de la Puente Uceda, que esta obra, que describe en parte, la aplicación de la estrategia del Mariscal Cáceres en la Campaña de la Breña, habría sido utilizada como manual por las fuerzas de Mao Tse Tung en la China y Fidel Castro en la Sierra Maestra cubana.

En 1976, a los 89 años fallece en la ciudad de Pacasmayo el Tte Crl de artillería Don Julio César Guerrero Villanueva, el discípulo predilecto del Mariscal Cáceres, prácticamente en el anonimato y con la sola compañía de su dedicado sobrino don Enrique Guerrero Corcuera. Son muy pocos en la actualidad en nuestra nación, quienes han podido revisar y reivindicar la tan vasta bibliografía de este artillero de polendas, uno de los que brilló tanto en la teoría como en la ejecución de la misma.

(Fuente: artículo UN ARTILLERO DE POLENDAS, de Alberto Castro Villa, My EPHistoriador).

CRÓNICAS DE CAJAMARCA

Escribe

Carlos Cerdán Moreno

Forrest Gump y el príncipe mestizo

Todos hemos escuchado o tal vez hemos cantado el poema hecho canción De vuelta a la escuela, del poeta puertorriqueño Vigilio Dávila: «Cual bandada de palomas / que regresan al vergel / ya volvemos a la escuela / anhelantes de saber…». Este mes, marzo, es el mes del inicio de las clases escolares y, por tanto, volveremos a ver microbuses y combis repletas de personas, entre profesores, alumnos, padres de familia y apoderados, yendo o viniendo de los centros educativos. Pasaron volando los dos meses de vacaciones.

Mi generación llegó a disfrutar de tres meses de vacaciones y, para estas fechas, como que ya se comenzaba a extrañar la escuela y por tanto el regreso, en abril, era de algarabía. Si bien también había un movimiento masivo de personas, el desplazamiento en su mayoría era a pie, en la Cajamarca en que la todo estaba cerca, máximo a unos 15 minutos caminando desde la plaza de armas.

Parece que hay también otro aspecto generacional que ha cambiado: se dice que, antes, los alumnos eran más respetuosos con los profesores, pero ahora ya no tanto y que los profesores están prácticamente amarrados de manos porque ni siquiera deben mirar mal al alumno porque si no éste puede acusarle de maltrato psicológico. Algunos profesores y también algunos padres de familia extrañan aquellos «viejos tiempos» en los cuales el profesor podía castigar al alumno que se portó mal, al que no hizo la tarea o al que no respondió bien

en un examen oral. También se dice que si pasaba eso y en casa se acusaba al profesor, el padre volvía a castigar al alumno.

Parece que todos los de mi generación tenemos algún mal recuerdo relacionados con los castigos. Cierta vez, en la primaria, tal vez hice desorden, no recuerdo el motivo, pero el hecho fue que recibí por castigo, de una profesora, el arrodillarme en un limpiador de suelas de zapatos hecho con chapitas clavadas con los bordes hacia arriba. También teníamos un profesor que, si no habíamos hecho la tarea, nos castigaba con el repuesto de los lapiceros, con el cual nos daba «tingotes» en la oreja o en dorso de la mano. ¡Diablos! ¡Sobreviví a eso!

Entonces, no estoy seguro si es acertado decir que mi generación era más respetuosa con los profesores o si en realidad mi generación (y las anteriores) era más temerosa de los profesores. No estoy seguro pues mi paso por la escuela me fue relativamente fácil: se trataba de hacer todo lo que la profesora o el profesor indicaba y ¡listo! Tiempo libre para jugar. Viendo en retrospectiva, esto podría parecer como una escena de la película Forrest Gump, en la cual unos reclutas del ejército están formados y el sargento se dirige inquisitivamente hacia dicho personaje:

—Gump, ¿cuál es tu único propósito en el ejército?

—Hacer todo lo que usted me ordene, mi sargento

—Demonios, Gump, eres realmente un genio. Es la mejor respuesta que he recibido. Tu cociente intelectual debe ser de

160. Eres realmente una maravilla, Gump Pues sí, en cierto modo era relativamente fácil sobrevivir a la escuela: al igual que Forrest Gump, solo tenías que hacer todo lo que te decía el profesor, sin cuestionar. Haciendo eso mantuve buenas notas y, aparte de esa ocasión de las chapitas, no tuve problemas con los profesores pues además hacía las tareas, estudiaba para los exámenes y, reitero, no cuestionaba.

Me había adaptado muy bien a la enseñanza de mi época y estuve alternando en los primeros puestos durante la primaria, incluso en el primer año de secundaria obtuve el primer puesto de mi salón. Ese año el sistema llegó a su clímax: ya no era que el profesor nos castigaba, sino que había uno de ellos que hacía que uno de nosotros propine un coscorrón al compañero castigado y, si acaso parecía que el coscorrón no fue muy fuerte, el castigado pasaba a ser verdugo y le caía al primero. Me tocó ser verdugo de un compañero. En ese momento no fui consciente que estuvo mal lo que ordenó el profesor y que también estuvo mal obedecerle. Me avergüenzo de ello, la obediencia ciega tiene sus peligros. En mi defensa, para amortiguar la vergüenza que siento al recordar este incidente, diré que por entonces era un torpe “buen alumno” que todavía no había aprendido a cuestionar; pero luego crecí y, entre otros cambios que traen la adolescencia, comencé a cuestionar, aún tímidamente; asimismo, los contenidos que nos enseñaban, en algunos casos, comenzaron a complicarse y la secundaria ya no fue tan fácil como la primaria. Luego de

primer año ya no volvería a estar alternado el primer o segundo puesto del salón.

En cierta ocasión, cuando estaba en quinto año de secundaria, dentro del curso de matemáticas, nos enseñaron equivalencias trigonométricas y teníamos que demostrar cosas como que csc ø – sen ø = cot ø . cos ø. No terminaba de entender las funciones trigonométricas ni mucho menos por qué en lugar de complicarnos demostrando equivalencias que otros establecieron, no aplicábamos ese conocimiento en algo más práctico y, entonces, pregunté — Profesor ¿Para que sirven esas ecuaciones trigonométricas?

Mi profesor de matemáticas es uno de los más queridos de los que hemos tenido, todo un caballero, bueno en su materia. Mi pregunta era de genuina curiosidad y hasta de ansiedad porque, repito, en ese momento yo no estaba entendiendo nada. Parece que él no esperaba que alguien le haga esa pregunta porque si bien puso un ejemplo de cómo podemos, a través de la trigonometría, calcular el ancho de un río sin necesidad de cruzarlo, no fue el mejor ejemplo, pues requería que nos ayudemos de personas en la otra orilla, con las cuales nos alineamos en los vértices del ancho a calcular; luego las otras personas se desplazan por la otra orilla, en forma paralela al río y en ángulo recto al ancho a calcular y nos indicaban la distancia a la que ahora están del punto inicial; luego medimos el ángulo entre la posición inicial y esa nueva posición y podemos utilizar la relación de la tangente: longitud medida paralela al río en la orilla opuesta (cateto opuesto) dividido entre el ancho del río (cateto adyacente, incógnita) es igual a la tangente del ángulo medido. En mi limitada imaginación de entonces visualicé al río más grande que conocía por el momento, el río Mashcón, del cual podíamos medir su

ancho directamente, sin recurrir al teorema de Pitágoras y, por tanto, me pareció una aplicación ridículamente trabajosa. Fallamos ambos: el profesor en explicar con un buen ejemplo y yo en comprender. Ese año saqué el menor promedio anual que tuve en el curso de matemáticas en toda mi vida escolar.

Quizá hubiese sido mejor que el profesor ponga de ejemplo cómo aplicar trigonometría en algo en lo cual era prácticamente necesario hacerlo, como en calcular la altura de un árbol. Para esto, lo más práctico es medir la distancia que nos separa a él y el ángulo con el cual vemos la parte más alta: la altura (cateto opuesto, incógnita en este caso) dividida por la distancia que nos separa (cateto adyacente) es más o menos igual a la tangente del ángulo con el cual vemos esa parte alta. Hay un detalle a considerar para tener un cálculo más preciso, pero con esos datos podemos estimar la altura con un margen de error aceptable.

En cuanto a por qué tenemos que demostrar identidades trigonométricas o verificar teoremas, no me había dado cuenta lo que eso implicaba: cuestionar, poner en duda, pero para hacerlo era necesario saber los fundamentos trigonométricos que no lograba aprender en ese entonces. La educación tradicional dictaba que los profesores tenían la razón y quería seguir usando fórmulas sin tener que cuestionarlas, respetando todo lo que estaba en un libro. Tan equivocado estaba en mi punto de vista que, además, en ese entonces era para mí un sacrilegio rayar o tomar notas en un libro; tal vez podría haber algún error de tipeo, pero no se me hubiese ocurrido que tuviesen algún error conceptual. Craso error mío: no era suficiente con hacer lo que el sargento ordenaba, sino entender por qué y para qué lo hacía y también, de ser

el caso, cuestionar lo que ordenaba. Había que romper la tradición de la vieja escuela.

Es curioso que haya un libro hecho película que sirve de contra ejemplo para la actitud que debería tener un alumno con el conocimiento que recibe en el colegio y mucho más en educación superior. Se trata de Harry Potter y el príncipe mestizo. En una parte del libro nos enteramos que un antiguo alumno se atrevió a cuestionar lo que se enseñaba en el curso de pociones mágicas y eso lo plasmó tachando, corrigiendo, anotando consejos e incluso anotando nuevos hechizos en el correspondiente libro texto que brindaba la escuela. Después llegó a ser uno de los mejores magos de la materia y profesor en el mismo colegio, Hogwarts. Lo curioso es que ese libro llegó a ser utilizado por Harry Potter, quien comenzó a sobresalir en ese curso, ganándole a la alumna más destacada de la clase, Hermione Granger, quien se obstinaba por seguir las instrucciones del libro original, al pie de la letra, al estilo Gump y, como en realidad las indicaciones estaban mal, Granger y todos los demás fallaban en conseguir una poción de buena calidad. Potter era el único que podía hacerlas bien, por seguir las instrucciones del rebelde anterior usuario del libro.

Pues eso, a mi parecer, a los alumnos no solamente hay que enseñarles nuevos conocimientos, sino también como generarlos y para ello también es preciso enseñarles a cuestionar lo que no se entiende y también a cuestionar al profesor que no logran entender, como lo hizo el Príncipe Mestizo, fundamentando bien nuestro punto de vista y, si es necesario, corrigiendo los otrora sacrosantos libros. Para eso tiene bordes.

Empieza el año escolar ¡Bienvenidos!

Algunas disquisiciones en torno a “Masa”

Escribe: Ángel Gavidia Ruiz

La muerte no es ajena a la poesía vallejiana. La visita y se hospeda frecuentemente en ella. Gran parte de las veces es un huésped, digamos, que mantiene relaciones más o menos armoniosas con «la casa». Por ejemplo, en los últimos versos de «El poeta a su amada»: Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos; / ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura/ los dos nos dormiremos, como dos hermanitos, o en «Hoy me gusta la vida mucho menos...»: Me gusta la vida enormemente/ pero, desde luego, con mi muerte querida y mi café; otras veces trasunta una resignada relación como en aquellos versos de «Piedra negra sobre piedra blanca»: Me moriré en París con aguacero, / un día del cual tengo ya el recuerdo. / Me moriré en París —y no me corro— / tal vez un jueves, como es hoy, de otoño, o en los versos iniciales de aquel extraño poema «En suma, no poseo para expresar mi vida…»: En suma, no poseo para expresar mi vida, si no mi muerte… Existen, sin embargo, otros versos, como los de «La cena miserable» que extravasan reproche e impaciencia: Hasta cuando estaremos esperando lo que / no se nos debe… Y en qué recodo estiraremos / nuestra pobre rodilla para siempre…Hasta cuando / la cruz que nos alienta no detendrá sus remos; pero en el poema donde la muerte y el poeta están radicalmente enfrentados es en «Masa», el célebre poema XII de España, aparta de mi este cáliz.

penosa, pero camina, al fin y al cabo. Claro, en la lucha cotidiana de mi labor como médico, cuando excepcionalmente se logra resucitar a un enfermo, éste nunca está alegre, luce los estigmas del gravísimo cuadro de salud que lo aqueja con una mezcla de dolor y tristeza. El cadáver de «Masa» ha debido ser el de un soldado gravemente herido, también, y que al ponerse de pie aún ostenta la avería física del combate y el daño de la paralización (en el poema, transitoria) de sus funciones vitales; pero su afectividad, sí, está allí, lozana, por eso se emociona, por eso abraza lleno de gratitud al primer hombre que encuentra, que, en última instancia, representa a todos los hombres, y, aunque dificultosamente, nos da la enorme alegría de verlo, nuevamente, caminar.

El poema es el siguiente: Al fin de la batalla, / y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre/ y le dijo: «No mueras, ¡te amo tanto!» / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. // Se le acercaron dos y repitiéronle: «No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!» / Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. // Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil, / clamando: «Tanto amor y no poder nada contra la muerte!»

/ Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. // Lo rodearon millones de individuos, / con un ruego común: «¡Quédate hermano!»

/ Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. // Entonces, todos los hombres de la tierra / le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; / incorporóse lentamente, /

abrazó al primer hombre; echóse a andar… España, aparta de mi este cáliz es el documento palpitante, casi ensangrentado, de lo que significó para Vallejo la guerra civil española. Neruda también escribió sobre esta guerra; pero, al decir de Luis Alberto Sánchez, España en el corazón es el producto de un poeta que contempla la guerra desde el balcón; Vallejo, dice Sánchez, escribe como si fuera actor de la misma, un combatiente más de la trinchera. Y en este poemario, que para un poeta de la sensibilidad de Vallejo era casi un diario de batalla, aparece «Masa», como el campo en donde un combatiente muerto es literalmente disputado por la humanidad en su conjunto y la muerte. La muerte ya casi ha concluido su trabajo si no fuera porque los hombres insisten necia e insensatamente en retenerlo; pero el mundo no se resigna y cree que es capaz de devolverle la vida al soldado caído. Es la batalla perdida, victoriosa. Es la victoria arrancada al imposible, gracias a la solidaridad del mundo.

Todos los hombres de la tierra rodearon al cadáver, él los vio triste, emocionado, se levantó lentamente ¡y hasta logró caminar! Interesante. No se alegra. Mejor, no se alegra aún. Luce triste, aunque emocionado; su incorporación es también

Interesante, también, que en la batalla en que está contextualizado el poema, no está explícito el bando al que pertenece el soldado muerto. Todo hace ver que se trata de un republicano. Si así fuera entonces ha sido menester que los falangistas se unieran a la lucha por la vida del miliciano caído como integrantes de todos los hombres de la tierra. Salvo que en la poética vallejiana los perpetradores de la masacre de Guernica no sean hombres, digo esto último pensado en el verso aquel en el cual una de las razones, que el poeta consigna en “Batallas”, para luchar por la república era: para que los señores sean hombres. Hay otro verso en «Himno a los voluntarios de España» que puede contribuir a darnos la clave: Proletario que mueres de universo, ¡en qué frenética armonía/ acabará tu grandeza, (…), tu gana dantesca, españolísima, de amar, aunque sea a traición, a tu enemigo! Si esa capacidad de amar aunque sea a traición al enemigo era españolísima, entonces tendría que ser compartida con el bando franquista. Claro, digo, es un decir.

La solidaridad es la única tabla de salvación que tiene el hombre. Sólo que es posible que cuando se dé cuenta sea demasiado tarde y mucho dolor haya corrido bajo el puente, ya.

En Latinoamérica, más del 50% de las compras en puntos de ventas se realizan con dinero en efectivo y cerca del 40% con tarjetas de débito o crédito. Esto refle ja que solo un bajo porcentaje de las personas escogen otros métodos de pago existentes en la actualidad para efectuar sus compras, incluyendo en e-commerce sin tener tarjetas o cuentas bancarias.

¡Pague con sencillo!

Escribe: G. Guillermo Silva R.

A pesar de estar en el auge de la era digital, son muchos los que desconocen la varie dad de formas de pago que están a nuestro alcance. Las plataformas de pago digital como Apple, PayPal o Google PayPal, han facilitado el proceso y han logrado sustituir, las formas de pago más tradicionales.

Los medios de pago son los instrumentos aceptados por el mercado, que nos permiten acceder a la compra de productos, servicios, realizar ventas y pagar deudas. Entre estos medios existentes, encontramos los tradicionales, los pagos en línea y las tecnologías avanzadas de pago. Los medios de pago tradicionales son: el dinero en efectivo, las tarjetas de débito y crédito (las más conocidas Visa y Mastercard), tarjetas prepago (monedero o billeteras), tarjetas de comercio, cheques, transferencias bancarias, pagos contra reembolso. Medios de

Bibliografía (Referencias):

pago en línea: monedas virtuales (bitcoin, litecoin, dash, XRP), monederos virtuales, tarjetas virtuales, desde el teléfono celular. Tecnologías avanzadas de pago (NFC, reconocimiento facial, código QR). Los códigos QR (Quick Response Code) son un código de barras de forma cuadrada capaces de almacenar datos. Empezaron a utilizarlos como comprobantes de pago y ahora se han convertido en un medio de pago seguro, sencillo y rápido.

Como el dinero en efectivo es todavía el más corriente y utilizado, nos ocuparemos del «Sencillo», el cual nos trae sorpresas al momento de cancelar algo. Al dinero suelto se le denomina de esta manera y existen

https://offers.worldpayglobal.com/rs/850-JOA-856/images/Global%20Payments%20Report_Digital%202018.pdf

http://files.pucp.edu.pe/departamento/economia/LDE-2012-02a-08.pdf

https://www.bcrp.gob.pe/docs/Transparencia/Normas-Legales/Circulares/2013/circular-002-2013-bcrp.pdf

expresiones como: «No tengo sencillo para darte propina», ¿Va a pagar con sencillo?, «Pagar con sencillo por favor», otras. Entonces, éste es la pequeña suma de dinero en monedas o billetes que hay que llevar en el monedero.

En los negocios necesitan moneda fraccionaria a diario para así poder dar el vuelto a los clientes que pagan con billetes de mediana o gran denominación. Todas las agencias de operaciones múltiples del sistema financiero: bancos, cajas municipales, cajas rurales, cooperativas de ahorro y crédito, supervisadas por la Superintendencia de Banca y Seguros y el Banco de la Nación están obligados a atender los requisitos de sencillo (mil soles por persona al día, según el Banco Central de Reserva).

En Cajabamba encontramos todavía cartelitos en algunos negocios: «pague con sencillo», pero no le agregan el «por favor». Es evidente que desconocen que la gran variedad de Cajas que existen en la ciudad, les podría solucionar sus operaciones económicas. Como hoy es el Día del Pisco Sour (se celebra el primer sábado de febrero de cada año) iremos a tomarnos una copita en la Picantería Don Mauro, pero solo tenemos un billete con la imagen de Santa Rosa en el anverso y en la otra la ciudad sagrada de Caral, Supe. Esperemos que no nos cuestionen, «¿No tiene sencillo?»

Memoria futbolística

Play de honor. Dr. Alfonso La Torre Barrantes. Partido de fútbol entre Alianza Cajamarca vs. Chimpún Callao, equipo invitado. Estadio Sportivo (Hoy Estadio Municipal de Cajamarca).

CLUB DEPORTIVO MAGALLANES. 1959. Arriba, de izq. a der. Manuel Azahuanche, Cerna, “Ojón” Quevedo, Ernesto Ortiz Málaga “Gago” (arquero), “Coche” Saldaña, Becerra “Tortuga”. Abajo: “Tucán” Quevedo, “Chalaco” Salaverry, Álvaro Alegría “Viejo”, Germán Jave “Mocho”; Luis Hoyos. En el Sportivo.

El rescate

Ccielo Mantilla Espinoza la vida en el vitral

Ccielo Sarahith Mantilla Espinoza

Nací el 29 de julio de 2000 en la ciudad de Cajamarca. Actualmente me encuentro cursando el último ciclo de la carrera universitaria de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Cajamarca.

Desde pequeña siempre me ha llamado la atención el mundo artístico. Sin embargo, no fue hasta el año 2016 que tuve interés por conocer el mundo de los mosaicos, una nueva técnica enseñada por el profesor Juan Terán Lozano, que sin duda dejó cansados a varios de mis compañeros de clase, pero que yo sinceramente amé realizar esta tarea.

Es así que, años después, nace Hanaq Pacha, como producto de un aprendizaje adquirido en el colegio y parte del tiempo libre que tenía durante la pandemia de la COVID 19. El excesivo tiempo libre me hizo desempolvar recuerdos y me sirvió para retomar un pasatiempo que creía olvidado, y que hoy, es un sueño hecho realidad.

Con posterioridad al inicio de este proyecto artístico descubrí otra forma de expresión artística: el vitral. Fue así que decidí fusionar ambas expresiones artísticas y dar a conocer un poco de lo que se trata cada una.

Hanaq Pacha es más que un mosaico o un vitral bonito, es un sueño que busca inspirar a más personas a luchar por aquello que aman, y que, de esta manera, puedan convertir su pasatiempo favorito en su proyecto de vida.

A finales del año 2023 tuve mi primera muestra artística en el Centro Cultural Municipal Miguel Spinach a la que llamé Desempolvando recuerdos. Este fue el título de uno de los primeros videos que hizo Hanaq Pacha. Retomar un proyecto que creía haber dejado en el pasado, fue el inicio de una serie de oportunidades que cambiaron mi vida por completo. Y tres años después, sigo aquí, haciendo lo que más amo: creando mosaicos y vitrales.

Esta colección trata de recuerdos y de vivencias. Así que no lo olvides, de llevarte alguna pieza, te estarás llevando contigo una pequeña parte de mi corazón. Estoy muy segura que sabrás cuidar de ella.

Mosaicos iniciales

Mosaico noche estrellada

Portavelas

Vitral Naturaleza

Vitral Naturaleza II

Vitral Carnaval

Gira el

El rescate

La Caja de Pandora

Eclipse en la pradera universitaria

Escribe: Segundo Arréstegui*

No hay pasado ni futuro, todo fluye en un eterno presente.

James Joyce

Con el mejor ánimo académico de reflexionar, atar o desatar hebras me permito realizar el croquis relacionado a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Cajamarca con la finalidad de recorrer dos (02) pasillos. Uno relacionado con la nominación de la Facultad y el otro sobre la esencia del plan de estudios. La creación histórica y necesaria de la Escuela de Derecho mediante el impulso de la Facultad y Departamento de Ciencias sociales fue con el objeto de ofrecer a la juventud cajamarquina la opción contigua de profesionalizarse y también para fortalecer the status quo de la universidad. El proceso de independización de la Escuela de Derecho era un acto obligatorio y fundacional porque originaría la transición Escuela-Facultad y así ocurrió de manera legal y legítima al incorporar hasta hoy el nombre que representa oficialmente como Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Este vaivén nos ayuda además a lanzar inquietudes que deben cuadrar con la organización de la Facultad pero que se inserten y no se polaricen por ejemplo en otorgar el grado de Bachiller en Derecho o el título de Licenciado en Derecho y no aparece en ninguna de las aristas de la Facultad la ciencia política lo que denota una ausencia de armonía en la sinfonía del Derecho en este caso. Es más. El 100% de las asignaturas que aparecen en el plan de estudios corresponden a las Áreas Propedéuticas, Constitucional. Laboral y Administrativo. Civil y Comercial. Penal y Ciencias Criminalísticas y Prácticas Pre Profesionales. Es necesario deshebrar la estructura curricular hacia la modernización del siglo XXI en la cual se empiece a pensar, repensar, en incorporar por ejemplo lo que hoy está revolucionando todo en la sociedad como el caso de la inteligencia artificial. Lo que ocurrió y posiblemente se optó por Derecho y Ciencias Políticas era por la suma de honorables docentes donde estudiaron y que transmitieron por tradición la

iniciativa que no está mal pero sí faltó ingresar al detalle académico, lingüístico al incorporar el conector Y, o al contenido y esencia de las «ciencias políticas» (en plural) que no existen o no tienen vigencia. Si optamos por la presencia de la ciencia política (en singular) es válida pero no tiene en si la estructura científica necesaria para admitirla. Un modelo actual es el Congreso de la República que constituye la particularidad y presencia de políticos pero no de científicos políticos cuya demostración congresal es para el deslizamiento incesante hacia las aguas turbulentas sinónimas de crisis y violencia. El aporte de Aristóteles que «los hombres son políticos» fue importante y sirve hasta ahora como un ingrediente social pero en el Perú de hoy nos obligan a ser políticos mediante los sufragios o el campanazo de la democracia cuyos votos deben ser voluntarios porque así el poder comprende con mayor exactitud para moverse dentro de sus estrategias y soportes. Hay políticos que nacen y otros que se hacen. Es destacable considerar que los políticos hoy con poder no rinden cuenta a nadie y solo responden a sus insignias materialistas. Existen importantes académicos en ciencia política que deben entregar las recetas para mejorar la situación social del país a nivel político pero no se cristaliza por la neblina del poder partidario. En este marco mi deliberación se consagra sin oscilaciones para asumir desde la institución universitaria los cambios que en base al colectivismo deben realizar autoridades, docentes, alumnos, graduados, colegio de abogados, investigadores, con la finalidad de progresar dialécticamente y propagar en el espacio académico los insumos para una superior y mayor transformación. De esta forma, por ahora también percibo lo mismo en la Escuela de Turismo y Hotelería. El turismo no puede estar separado de la hotelería. El turismo es una unidad que incorpora no solo la hotelería sino también gastronomía, artesanía y otros componentes culturales. Es ineludible igualmente rebobinar el mensaje de turismo. La tarea es optar por revisar para ordenar en el contexto de resultados para sí. La sociología nos invita a ser minuciosos y detallistas para proponer y de los deslices y aciertos se aprende

para ascender y cambiar. Este es mi criterio que obedece solo a razones académicas que la realidad exige decirlo porque callar es anular el pensamiento y la creatividad. La universidad nos demanda perennemente que los aparatos del cambio son pergaminos consagrados en el tiempo y el espacio. Finalmente, no existen ciencias políticas solo vive la ciencia política de cuya operatividad se espera para progresar con mayor rapidez, en caso contrario congelarnos en la estación de los conocimientos y propuestas sería adoptar una conducta pasiva, inactiva y en reposo, que no conduce a visualizar la verdadera realidad académica.

El campo ocupacional calificado por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Cajamarca comprende desde la administración de justicia hasta el notariado pasando por el asesoramiento en el sector público y privado y la docencia e investigación. No existe rasgo de incorporación de la ciencia política en dicha pradera porque las relaciones sinérgicas son fundamentales y vitales para adecuar el derecho y la ciencia política que articulados debió fortalecer la enseñanza aprendizaje para obtener logros de mayor consistencia. Entonces: ¿Es necesario aludir Facultad de Derecho y/o Facultad de Derecho y Ciencias Políticas?

Si visualizamos algunas de las universidades públicas del país como San Marcos, Pedro Ruiz Gallo, se orientan por la calificación de Facultad de Derecho y Ciencia Política; en cambio la de Trujillo opta por igual designación de la Facultad, en Cajamarca y la del Altiplano (Puno) abraza el nombre de Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. En el caso de San Agustín, Arequipa, la define como Facultad de Derecho. ¿Es posible estandarizar? Los especialistas y profesionales tienen la decisión en el contexto de la necesidad y movimiento al mencionar que la política es una postura vacía para la ciencia y en sui géneris cuando se convierte en partidaria. ¡La ecuación compuesta por las variables Derecho y Ciencia Política quedan en el bufete de la Facultad!

* Sociólogo. Miembro del Colegio de Periodistas de Cajamarca

El Rescate ¿Sabía usted que…

La primera imagen religiosa que obsequió España a Cajamarca fue la Virgen de los Dolores?

La veneración a la Virgen de los Dolores o Nuestra Señora de la Soledad como primitivamente se le llamaba, se remonta a los primeros años de la Colonia, cuando los franciscanos llegaron al pueblo de San Antonio de Cajamarca, en 1549. Este mismo año, el Rey Carlos V «con la finalidad de extender el culto a María entre los naturales» regaló, a través del presidente de la Audiencia de Lima, Pedro de la Gasca, la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, la que hizo llegar al pueblo de Cajamarca por intermedio del encomendero Melchor Verdugo y Olivares. Desde entonces, los franciscanos se convirtieron en custodios de dicha imagen. En 1722, fray Juan de Caba Zelada, dio comienzo a la construcción de la capilla de Nuestra Señora de la Soledad (hoy capilla de Dolores), adosada a una parte de la nave de la Epístola del templo de San Francisco.

Presumiblemente desde comienzos de 1800, tanto la imagen como la capilla comenzaron a ser denominadas de Dolores. Un documento que data de 1809, dice: «Las funciones q´ hacen los indios, quanto por las novenas y fiestas que ellos hacen con las imágenes q´ envío Carlos 5to, siendo la imagen de ntra. Sa

de os Dolores la principal que les interesa».

En 1942, al celebrarse en Cajamarca el Primer Congreso Eucarístico, la Virgen de los Dolores, fue proclamada y coronada Reina y Patrona de Cajamarca; cumpliéndose así, el deseo

Enciclopedia de la memoria, de Tristán Ravines Sánchez Cajamarca mayo de 2012

El Conciliador (Cajamarca, 1855-1856)

de los cajamarquinos, por la gratitud y veneración que desde antaño le tienen a la Dolorosa. El 4 de octubre de 1997, la capilla de la Virgen fue elevada a la categoría de Santuario Mariano Diocesano.

Periódico oficial cajamarquino aparecido entre inicios de 1855 y septiembre 1856, siendo reemplazado por el Registro Oficial (Cajamarca, 1856-1927, con varias interrupciones). Sus primeros 18 números llevaron como subtítulo “La voluntad del Pueblo es la suprema ley»; posteriormente, a partir de la creación departamental de Cajamarca (11 de febrero de 1855), desde el número 19 se denominó «Periódico Oficial», convirtiéndose en el órgano oficial de la administración del nuevo departamento. Fue un repertorio de leyes, avisos judiciales y testamentarios, aunque también publicó notas editoriales y comentarios sobre la política nacional del régimen de turno.

El ejemplar digitalizado en la British Library (14 de febrero de 1855) contiene una carta de agradecimiento firmada por los representantes de 28 guarangas indígenas de Cajamarca y la Libertad. En ella, felicitan al gobierno provisorio de Ramón Castilla por la puesta en práctica en sus localidades del decreto de supresión del tributo indígena, posible gracias a la victoria en la batalla de La Palma (5 de enero de 1855): un “testimonio del eterno reconocimiento de los indios que componen las guarangas espresadas [sic.]”.

Existencias digitalizadas:

Los siguientes números pueden ser consultados a través de la British Library: Tomo I, 1855: nro. 15 (14 feb.)

Referencias bibliográficas:

Ravines Sánchez, Tristán (1999). El periodismo en Cajamarca. Boletín de Lima, 21(118), 45-85.

Fuente: https://fuenteshistoricasdelperu.com/

El rescate Nuevos ejemplares disponibles desde el 1 de abril 2024. Pedidos a correo: lacatafora@gmail.com

Un nuevo valor refulge convincente en las letras del Perú: William Guillén Padilla, natural de Hualgayoc. Estamos ante un maestro de las letras, un clásico desde su primer libro de poesía. Maneja el micro cuento con humor fino y en un estilo sin precedentes en nuestra literatura. (Dora Varona)

Difícilmente otro escritor peruano podría superar la actitud nata y la productividad de William Guillén Padilla en la minificción. Es un abanderado del género de la minificción en el Perú. (José Hidalgo).

¿Cuántas palabras son necesarias para escribir un cuento? ¿Cuántas sobran?... El microcuento es la denuncia tremenda de que hay demasiados caminos innecesarios para construir un relato cuya estructura ya fue diseñada en las primeras palabras... Es inteligencia. Es imaginación. Es encanto. Es chispa. Es genio. Es el germen de la historia. En los textos de William Guillén Padilla —sobrios, fascinantes, elocuentes— todo ello se hace visible. Su obra es poesía leída con los ojos cerrados. (Eduardo González Viaña).

¿Qué escritor nacional tiene el humor de Guillén tan contundente y preciso? No es necesario que la prensa diga que existe, él ya está en los lectores que han sido subyugados con su prosa. Curiosamente Guillén se burla de aquellos que recurren a la técnica, pero nadie como él ha sabido asimilarla y llevarla al cuento. (Esteban Quiroz Cisneros).