El Rescate Nº 19

EL RESCATE

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

El Rescate

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Revista cultural de Diario Real

Julio Briones Rojas

pinceles misteriosos del viento

Oleoa de Julio Briones

Cajamarca, Perú.

Año 2, Nº 19 Enero 14, 2024

págs. 16, 25

Artículos de Hugo Reyna Goicochea, Ángel Gavidia Ruiz, G. Guillermo Silva R., Carlos Cerdán Moreno, Dante Lecca, César Augusto Aliaga Díaz, Iván Salas, Ivonne Barrantes Creaciones literarias de Ricardo Ravines Mondoñedo y Camilo Terrones Cotrina Fotografías de Renato Chávarri Gionti

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El rescate

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

Imagen: DR Liliboas/Getty Images

La Epifanía de los Reyes Magos tradición que debemos preservar

Por: Hugo REYNA GOICOCHEA

Past Decano del Colegio de Periodistas Cajamarca

E

n nuestro país persiste una variada gama de festividades, en muchos de los casos ligadas a las expresiones culturales ancestrales de nuestros pueblos, así como a la fe religiosa del catolicismo, impuesta por los conquistadores españoles. El Perú, es un país diverso, multicultural, en el cual el mestizaje predomina en el conjunto de las manifestaciones culturales de la sociedad.

Fiesta de la Epifanía y Día de los Reyes Magos En tiempo de Navidad, una de las principales conmemoraciones festivas religiosas tradicionales, colaterales a esta, lo es “La Epifanía”, una de las revelaciones del Niño Dios al mundo y el día de los “Reyes Magos” en la que se recuerda la adoración de estos míticos personajes, que representan a todos los pueblos del mundo: Melchor, Gaspar y Baltazar, quienes, guiados, desde lo alto del cielo, por una brillante estrella, peregrinaron hacia Belén de Judá, donde encontraron al “Recién Nacido - Dios hecho Hombre”, acostadito en un pesebre, flanqueado por una

mula y un buey, quienes con su suave aliento daban calor al “Mesías, Divino Infante”, en un encandilado y acogedor ambiente, en el cual la contemplación extasiaban a sus padres: San José y la Virgen María.

El encuentro con Jesús aparece relatado en el Evangelio según San Mateo: “Al ver la estrella, los sabios se llenaron de alegría.

Luego entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre. Y arrodillándose, lo adoraron. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra.” (Mt 2:10-11) La Epifanía de los Reyes Magos, en algunas naciones, se celebra el domingo más próximo al día seis de enero de cada año, y, en una gran mayoría, en la misma fecha, siendo parte de las celebraciones litúrgicas de las fiestas Navideñas. Sus manifestaciones o expresiones son variadas. En varios lugares es tradicional la entrega de regalos, especialmente juguetes para los niños y niñas; así como de la preparación de dulces y platillos especiales para las cenas respectivas, con lo cual prácticamente se pone punto final al contexto navideño.

La festividad de los Reyes Magos en Cajamarca En nuestra sociedad, como no podía ser de otra manera, esta festividad, se la adoptó desde la venida de los españoles, quienes nos trajeron la religión católica. Aspecto importante de la evangelización fue imbuir en la población nativa las celebraciones más importantes del calendario litúrgico. Como era de esperarse, en la esta dinámica, la interculturalidad ha sido latente, las manifestaciones religiosas y culturales europeas, se fundieron en el crisol del mestizaje, dando paso a una mezcla de simbiosis costumbristas con elementos propios culturales de los pueblos nativos, en torno a la Navidad y la confección de los Nacimientos o Belenes, en los que la víspera del 6 de enero, se colocaban y se lo hace en la actualidad, las figuras, pequeñas o medianas de los 3 Reyes magos, en fervorosa adoración al “Mesías Redentor”.

El marco de los preparativos Como ya lo hemos narrado, en ocasiones anteriores, en las semanas previas a la Navidad,

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024 inclusive desde finales de noviembre, en muchas casas de nuestros barrios cajamarquinos, en los que se organizaban y montaban grandes Nacimientos, se daban inicio a los preparativos para festejar el nacimiento del Niño Dios.

Previamente los dueños de casa, o por así decirlo, los anfitriones del Nacimiento, coordinaban con los vecinos, especialmente con las madres de familia, para la conformación de los grupos de pallitas y pastorcitos, ensayando por las tardes y las noches los tan peculiares cantos y las “Relaciones” -ligeras composiciones de cuartetos con rima- acompañados musicalmente con el resonar de una caja cajamarquina y las infaltables sonajas hechas de chapas de gaseosas o maichiles -semillas sonoras- para recitar en el homenaje al Niño en la Noche Buena, así como el 5 de enero en la víspera de la festividad de los Reyes Magos.

A la vez de los ensayos, en la sala principal u otro lugar apropiado de las casas, iban montándose los Nacimientos o Belenes, con ingeniosa creatividad. Escarpadas colinas y cerros, confeccionados de papel de bolsas, generalmente de azúcar rubia, pintadas creativamente con anilinas de colores vivos y artísticos motivos de casitas, sinuosos caminitos hechos con aserrín, lagos y riachuelos; minúsculas aldeas rurales; con presencia de diversos animalitos como ovejas, carneros y aves, huertos y corralitos y cuanta idea decorativa se diseñaba y se lo hace hasta la actualidad, para darle un toque de espectacularidad al motivo central del Nacimiento: Un pesebre, un establo, o una singular cueva o covacha en la que se ubican las efigies de San José y la Virgen María en actitud contemplativa a la cunita donde yace el hermoso Niño Jesús, recién nacido; replicando a nuestro estilo, los primeros motivos traídos por los españoles.

La especial selección de los Reyes Magos Demás está decir, que importante actividad previa, era la selección de los niños o adolescentes que harían de reyes magos.

Para ello, eran seleccionados, de entre varios postulantes, aquellos que asemejaban más la fisonomía de los personajes por la peculiaridad de sus rasgos físicos que la tradición ha establecido: Melchor, para representar a un anciano blanco con barba que ofrece el oro, representante del continente europeo; Gaspar, con rasgos un tanto achinado que ofrecerá el incienso, representante del continente asiático; y el moreno Baltazar que llevará la mirra,

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representando al continente asiático.

Estos tres personajes eran preparados y vestidos con vistosos atuendo a la usanza de los grandes reyes del Viejo Mundo, participando de las misas, en la noche del 5 de enero o simplemente acompañando los recorridos a la Sagrada Familia, los grupos de pallas y pastorcitos, al compás de los peculiares villancicos, de singulares tonadas andinas. En algunos casos, los Reyes Magos, se desplazaban a caballo, pero generalmente lo hacía a pie.

Concurridos los recorridos, los grupos pastoriles, conjuntamente con los familiares y acompañantes se concentraban en casa de los anfitriones, donde luego del homenaje al Mesías, y la entrega de los regalos de los Reyes Magos, se procedía a degustar de una deliciosa cena, con tamalitos serranos, leche con chocolates, café, queso, biscochos y rosquitas, así como también de riquísimos sándwiches de mechado de chancho que los participantes daban cuenta con inusitada rapidez, en porfía de repetición.

Algunos años atrás, miembros de nuestras Fuerzas Policiales, representaban a los tres Reyes Magos, con coloridos y espectaculares trajes reales, en recorrido, por las calles de la ciudad, en briosos caballos, visitando las iglesias y lugares de concentración de público, brindando un especial espectáculo de un ambiente navideño, el cual, por la pandemia, en las actuales circunstancias, no lo hemos podido gozar a plenitud.

Una festividad para preservar Así en un gran ambiente familiar y vecinal, se ha venido celebrando esta importante fiesta tradicional de los Reyes Magos en nuestra ciudad y en provincias y distritos, con ciertas particularidades propias de los pueblos, no obstante, mostrando una fervorosa fe en nuestro “Niño Manuelito”, la Virgen y San José.

Días después, como quien no quiere que terminen las celebraciones, especialmente los fines de semana, se daba paso a lo que se conoce como “Bajada de Reyes”, epílogo del ambiente navideño; esto es, el desmontaje de los nacimientos, guardando con especial empeño los delicados misterios, adornos y demás enseres; así como la celosa custodia del cuaderno de “ofrecimientos”, para la próxima Navidad, de quienes participaron como fervorosos fieles celebrantes en una festividad tradicional que es necesario preservar. El compromiso es nuestro, ante una latente influencia externa que cada día amenaza, con imponer costumbres y prácticas, ajenas a nuestra identidad cultural.

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IMÁGENES Y EMOCIONES Por:

Ivonne Barrantes Guzmán

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iariamente cambiamos de estados de ánimo. Podemos pasar de la tristeza, el desgano, a la plena felicidad y amor. Ahora la pregunta es: ¿cómo evaluamos estos estados y de qué sirve hacerlo?

Hoy encontré la imagen de una mujer, sonriente, con el cabello naranja y volando al viento, vestida con un enterizo verde muy colorido y con estampado morado. Yacía sentada en una roca, de manera muy relajada; descalza y en contacto con el pasto, sostenía una rama, muy recta, coronada con dos hojas que brotaban y le servían de bastón. Sostenía sobre su regazo un cuaderno, en el que escribía, usando un lápiz que terminaba en llamas, tres girasoles que la rodeaban, como si la escucharan o hablaran en complicidad. Y, además, a su lado, un hermoso gato negro se arrullaba en una de sus piernas.

Al verla, sólo pude pensar en que la imagen mostraba mucho de cómo me siento. Se manifestaron sentimientos de paz, alegría, empoderamiento y amor; fue como si la imagen me dijera: esta mujer eres tú y has lo que piensas y debas hacer.

La iconografía nos ayuda a revelar emociones que tenemos muy guardadas, porque al escogerlas es un evento inconsciente. No es que únicamente me gustó, en realidad cada parte de esa imagen, está llena de arquetipos que determinan nuestro real estado de ánimo.

El uso de imágenes es una herramienta usada en el desarrollo de las llamadas habilidades emocionales, blandas y sociales, para gestionar emociones y sentimientos, no solamente de una persona sino también de un equipo o grupo de trabajo.

Pon atención en las iconografías que te gustan, obsérvala detenidamente y así encontrarás lo que necesitas trabajar para mejorar tus habilidades.

Diario Real

Director: Carlos Cabrera Miranda. Colaboradores: Hugo Reyna Goicochea, Homero Bazán Zurita, Tristán Ravines Sánchez, Bethoven Medina Sánchez, Angel Gavidia Ruiz, Wilson Izquierdo Gonzáles, Consuelo Lezcano Ruiz, Daniel Cotrina Rowe, Dante Lecca, William Guillén Padilla, Carlos Reyes Álvarez, César Mejía Lozano, Carlos Cerdán Moreno, Guillermo Silva, Percy Casas, Ivonne Barrantes, James Becerra. Diseño y diagramación: Diario Real. Asesoría legal: CEDEFU (Centro de Defensa de Derechos Fundamentales). Correspondencia y colaboraciones: Jr. Chabuca Granda Nº 104, Urb. San Carlos, Cajamarca, Perú. Teléfono: 935447689. E-mail: diario.real.2023@gmail.com. RUC: 20610661808. RNP: S2158062.

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Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024 Imagen: William Guillén Padilla

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¡PSST, EY TÚ, SI TÚ, ¡DESPIERTA! NACE UN NUEVO PROYECTO CULTURAL EN CAJAMARCA-PERÚ Por: Iván Salas Rodríguez (*)

“A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si – y hasta qué punto – el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas del instinto de agresión y autodestrucción”

E

l escritor cajamarquino Carlos Cabrera Miranda, perseverante espadachín en la tarea de contribuir con el desarrollo cultural, nos entrega un nuevo proyecto cultural denominado: “El Rescate. La revista cultural de Cajamarca”, esfuerzo colectivo de su equipo que difundió anteriormente el diario Real en Cajamarca-Perú.

“La cultura es el mejor irrigador cerebral” decía el maestro humanista peruano Marco Aurelio Denegri en su programa televisivo: “La función de la palabra”, disponible en you tube. Coincido con esta afirmación, más aún en un contexto actual donde el caos y la barbarie parecen querer imponerse a cualquier precio en nuestro querido Perú, producto

Sigmund Freud. El malestar en la cultura.

de un gobierno y Congrezoo irresponsable, mediocre, insensible, bárbaro.

En estas circunstancias, no nos queda sino reaccionar desde la sociedad civil con iniciativas innovadoras, creativas, útiles al desarrollo neuronal de la población; la gestión cultural es una de las tareas y retos necesarios para evitar ser la presa fácil de la intoxicación digital y sus noticias falsas, así como del bostezo cómplice e indiferente frente a la crisis.

Esfuerzos como el de Carlos Cabrera y su equipo nos ayudan a dar vitalidad al seso en temas de historia, literatura, pintura, cine, música, artesanía, turismo e identidad cultural, es decir, un abanico de temáticas útiles para nuestra formación personal, académica, profesional si se quiere.

Pero como toda iniciativa cultural tiene poco apoyo en nuestras instituciones más acostumbradas sólo al fierro y cemento (con cutra incluida en muchos casos), se hace indispensable la colaboración de la población, en otras palabras: “si quieres instruirte, salir de la rutina del hueveo y noticias falsas en las redes, COLABORA”. Por esta razón invoco a la ciudadanía de buena fe a colaborar con esta importante iniciativa por la educación, cultura y salud mental de la población. La suscripción anual es bastante cómoda (basta con yapear 30 soles para recibir la revista cultural todo el año. El número yape es: 935447689.

PD. Una web interesante para amantes de la literatura y ciencias sociales: https://www.lectura-abierta.com/resena-de-anecdotas-y-curiosidades-de-cesar-vallejo-2020-de-miguel-pachas-almeyda/ (*) Sociólogo, columnista periodístico.

Enero 2024

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Personalidad cajamarquina

Yolanda Westphalen (Cajamarca, 1925 - Lima, 2011)

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olanda Rodríguez Cartland de Westphalen nace en Cajamarca el 10 de noviembre de 1925. Asumió su identidad poética con el apellido de casada.

Su producción literaria abarca poesía, narrativa y ensayo. Pero es en la lírica en lo que se ha destacado.

La producción poética de Yolanda Westphalen se engrandeció con los años. A Objetos enajenados le siguen Universo en exilio (1984), que fue traducido al francés, Ojos en ceguera clausurados (1989), Díptico (1996) y Graffiti (1999), por el que recibió el Premio Internacional de Literatura Latinoamérica y del Caribe Gabriela Mistral. En el año 2000 publica Himno a la vida (2000) y, posteriormente, Silencio de piedra (2004) y Viviendo el tiempo (2008).

En todos estos poemarios, Westphalen dejó como herencia un cuestionamiento personal constante. Para su libro Palabra fugitiva eligió como epígrafe una cita del poeta alemán Friedrich Hölderlin, que podría servir también para definir su propia obra: “Quien quiere lo más hondo, quiere lo más viviente”. Esa profundidad existencial atravesó toda su obra. Y ese es su valioso legado.

Antepuso su esencia literaria a las dificultades de una época en la que muy pocas mujeres lograban acceder a estudios universitarios. Ella empezó a estudiar Literatura y Filosofía, más tarde realizaría un doctorado, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), cuando tenía poco más de 40 años y 4 hijos.

Su tenaz voluntad de abrirse un espacio poético en la Lima de los años 60, donde ya brillaban compañeros suyos como Arturo Corcuera, Antonio Cisneros, César Calvo o Javier Heraud, la llevó a formar su propio círculo académico con mujeres intelectuales como Luisa Rivara de Tuesta, Carmen Luz Bejarano o Lola Thorne, nombres que,

desvélanse mil estrellas en la oscuridad que va dejando desnudo el sueño y va poblando de rencor las miradas del hombre las cuales crecen verticalmente hasta arrancar con sus dientes el furor de la tormenta como el suyo, no obtuvieron el mismo foco de atención que sus pares masculinos durante aquellos años.

La poca presencia femenina en la literatura peruana se debe, entre otras cosas, a que en el pasado las mujeres no accedían a la educación superior y una vez casadas no desarrollaban una profesión. Estudiar letras y literatura por vocación, como era el caso de Yolanda, no era algo común.

No era habitual que las mujeres jóvenes como Yolanda se decidieran a seguir estudios universitarios. Eran otros tiempos.

En 1964 publicó su primero poemario, Palabra fugitiva. La prestigiosa editorial La Rama Florida, de Javier Sologuren, que de una forma artesanal y minuciosa sirvió de plataforma para la nueva poesía peruana, publicó su segundo libro, Objetos enajenados, en 1971, donde “explora la cotidianidad, los objetos que rodean al hombre y lo representan en su práctica humana diaria”, según se puede leer en el prólogo de su Obra completa, publicado en junio de 2018.

Es precisamente en esta antología donde se encuentra su obra poética, narrativa, ensayos y artículos completos, incluso un poemario y una colección de cuentos inéditos.

La labor de recopilación y edición estuvo a cargo de su hija, Yolanda Westphalen Rodríguez.

Yolanda Westphalen es quizá una de las más importantes voces literarias femeninas del siglo XX, ya que su producción abrió nuevos caminos para la poesía en la década de 1960.

Fuente: https://encuentratupoema.pe

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Fotografía Cajamarquina

Renato Chávarri Gionti

+ Plaza mayor desde el campanario de San Francisco + Calle Bellavista + Virgen de los Dolores, Patrona de Cajamarca

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Poesía Cajamarquina VÍCTOR RICARDO RAVINES MONDOÑEDO

sin grandes extorsiones en su seno”

Profesor, poeta, periodista y locutor peruano, nació en Cajamarca. Fue conocido como El “Pato” Ravines. Sus estudios secundarios los realizó en el Colegio Cristo Rey de Cajamarca, posteriormente se graduó de Licenciado en la Especialidad de Lengua y Literatura, Filosofía y Ciencias Sociales, en la Universidad Nacional de Cajamarca. Su producción poética fue publicada en las revistas “Primavera y Homenaje” y “Letras” de Cajamarca. Fue un poeta de visión cósmica. Falleció en setiembre del 2005. Condujo el programa musical-radial “Hora 6” manteniéndose en vigencia por más de tres décadas. Probablemente el primero en difundir, en Cajamarca, un ranking del mejor rock. Publicó “Aquí y ahora” (1982) y “Expedición a la Tierra” (1991). Sus obras inéditas son: “Versos del Navegante”, “Poema de los retornos y otros poemas”, “Dama de negro”, “Tránsito pesado”.

No queremos adhesiones para nada.

Cada estrella tiene su propia evolución y revoluciones en torno a su sol.

(Cajamarca, 1949-2005).

NAVE Desaparezco ante los ojos del asombro, a veces he dejado aureolas, posiblemente observarán después siluetas.

Para decirlo de alguna manera mis coordenadas son otras.

Partiendo de velocidad cero no tengo distancias, Este universo es un prisma en cuyas aristas me muevo, partiendo de C a C1, C3, vertiginosamente, y así sucesivamente puedo ir hasta C12.

Aquellos que me construyeron conocen tan sólo 12 dimensiones.

Y así mis conceptos de distancia empiezan a cambiar, traduzco la velocidad en otros ejes La bellísima sílfide cierra los ojos Sus enormes pestañas Son una escultura viviente; Evocadora sonrisa dibujan sus labios.

Las gotas de su cántaro Son lluvia de música y cristal…

Pero ahora nos hemos transportado al mundo elemental superior, Jano deja oír su carcajada, Y es la hora de volver a casa POR AHORA El misterio que dejamos en torno a nuestra existencia permanecerá en la sombra.

No queremos adhesión a nuestras ideas, vuestras formas de pensar son suficientes, como que existen hombres de los cuales nosotros mismos tenemos que aprender y aprehender.

“La cultura de una Red Social, no puede en un estado de desarrollo armónico violarse profundamente con la inserción de injertos intelectuales foráneos,

Y huimos del dintel, de cualquier rol perseguidor, víctima, o salvador.

Una línea de adhesión hacia nosotros los podría sumergir en laberintos de angustia. espejos falsos de choque, destellos de muerte, utopías DEBO RESPETAR FIELMENTE Debo respetar fielmente mi propia evolución, la propia evolución de las gentes; Debo respetar fielmente mis ideales y leyes aborígenes.

Debo respetar fielmente el hecho de que mis hermanos piensen un tanto o mucho diferente.

Su diferencia, mi diferencia su posible indiferencia y la mía todo su mundo y el mío otorgan riqueza al mundo.

Debo respetar fielmente las creencias de los demás al fin y al cabo, solamente son creencias, relativas como la vida.

Debo respetar la raza, el color, las formas, todo egregor.

Y si quiero corregir errores aprenderé a hacerlo con muy suave disuasión, Debo respetar fielmente tu mañana, tu tarde, tu noche, tu día, todos los días que estamos juntos o separados, tus deslices y los míos.

Debo respetar fielmente tu vida, mi vida, la vida

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024 MITOLOGÍA Han reinado las tinieblas indefinidamente Y tú, Viracocha, divinidad elemental, Has creado los primeros soles, Has esculpido razas de gigantes pétreos que se han marchado.

A las figurillas de arcilla en el País de los Hombres-Pájaros Les infundías vida.

Y allí han quedado muchos de ellos, Aún no termina su escultura de roca volcánica…

Y herramientas de piedra por millares De repente abandonadas… ¿Qué te hizo cambiar de planes, Viracocha?

El Rescate de unas dunas sabe de sus penas, de sus dudas, de sus pensamientos que hoy en el mismo camino se han convertido en pétalos.

Pétalos y espuma, la bruma de las aguas de los Baños relata con sus gesto de humo cosas que se han callado en el espacio oscuro de las separaciones.

Bella, cuando levantamos los ojos vemos a veces una estrella señalándonos tu casa.

Descendiste del Cielo con tus seres de luz sideral, Te fuiste por el mar prometiendo algún día regresar.

i la lejanía está compuesta por desvelos remotos ...

Cuando llegas, aún puedo percibir entre tus aires un aroma de arboledas.

LLEGAR Pisar un lucero.

Silencio. Silencio. Silencio.

Lejano y cercano el rugido del viento, sus olas; Enormes planicies, enormes, enormes.

PERO NO TODO ES DOLOR

Después los destellos, internos / externos, un raro sentido del tiempo, una rara especie de descubrimiento.

Inmensidad, ausencia de todo y de nada, añoranza nueva, rumor que va creciendo entre rumor de voces sin espacio, sin presencia, y sin embargo claras.

Pero siempre allá las grandes planicies, detrás de una grandeza hay otra grandeza.

Pisar un lucero. descubrir una aurora, llorar la terrible del anochecer.

inmensidad

UN AROMA DE ARBOLEDAS Su silueta era sumamente delicada a partir de la leyenda empezaba su vida un pie de balada se insinúa en la vereda y el camino infinito

Pero no todo es dolor. Y algún día no lejano Retornaré a verdear la tierra.

El hombre es tan enorme, tan grande que dentro de él hay un lugar para esperar Y para hablar de la esperanza, A pesar de que l vida se la niega y la confunde El hombre dice cada día: esperanza, Mira por encima de los telescopios las estrellas Y las llama a todas Esperanza.

Cuando sin sentido se desangra, En la profunda pena de las mejores despedidas O de las peores, En las batallas de aquel entonces, después de morir Su primera palabra Sus ideas, Todo dentro de él tiene el nombre de esperanza.

Así, pues, el hombre es la esperanza, Esperanza de una perfección sublime Casi como el sol O quizás más grande

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Narrativa Cajamarquina

Alma enfurecida Por: Camilo Terrones Cotrina(1)

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icen que cuando el alma se aparta del cuerpo camina sin rumbo y en diferentes formas aparece ante los ojos de la gente. A veces se manifiesta como un viento frío que sacude los pelos, araña la cara y las personas se desmayan. Muchos afirman que cuando alguien ve al alma se le para el corazón y se va al cementerio más frío que el granizo.

Otras veces se presenta en forma de pájaro y pasa como una flecha por sobre la cabeza de los que viajan de noche. Cuando esto ocurre lo mejor es quedarse quietos para que el alma del difunto, o de alguien que va a morir, no haga daño.

Los testigos cuentan que cuando el alma se presenta en forma de cabeza y dando saltos en los caminos, es porque sale en la noche y vaga en busca del cuerpo que lo abandonó. Según ellos, es la forma más peligrosa: si no mata al que lo encuentra, se pega en su hombro, y la persona se queda así con dos cabezas. Cuando esto sucede lo mejor es quedarse quietos, en silencio y sin respirar; así el alma no percibe el aliento y pasa sin ofender.

De todos los que afirman haber visto al alma, cada a uno lo cuenta a su manera. Pero el testigo de mayor confianza que conocí se llamó Mario Lino. Él, con lujo de detalles, me contó de almas, diablos y otras criaturas que vienen del más allá y vagan sin rumbo en la noche.

Mario fue un llapino de carne y hueso, bajo de estatura y de tez cobriza. Su corazón latía cuando alguien requería de su ayuda. Las historias que contaba eran interminables. Contaba de almas, duendes y diablos, con tanta naturalidad que daba gusto oírlo.

—Y, ¿no tenías miedo? —le pregunté una vez.

—Bueno… Será porque nací en una tormenta de truenos que mi carácter es duro. De noche, veo a las almas, me choco con el diablo, y, normal, sigo mi camino.

—¿Siempre que sales de noche te chocas con el alma?

—No siempre —me respondió.

—Y, me puedes contar algo acerca del diablo.

—Claro… No sé si soy hombre de mala suerte, o un afortunado para estas cosas. Una vez me choqué con el diablo, pero como mi abuelo me enseñó algunos secretos no le tuve miedo, me enfrenté a él y no me pasó nada.

—¿De qué manera te enfrentaste al diablo?

—Me oriné haciendo una cruz en el camino.

—¿Solo eso?

—No… Saqué chispas de las piedras con mi machete.

Bueno, como ya les dije, me contó estas historias con tanta naturalidad que daba ganas oírlo. Pero, la verdad es que cuando me contaba yo tenía miedo. Hoy, después de tanto tiempo, los pelos se me ponen de punta cuando me acuerdo.

—De los cachos del diablo salía candela. Su cola reventó en las piedras y la peña se abrió — me dijo con la mirada fija en el horizonte.

—¿Qué?… ¿Dices que la peña se abrió? No entiendo.

—Sí, la peña se abrió. Por una cueva, que adentro brillaba como leña que arde, entró el diablo a su palacio de oro.

—¿El palacio del diablo es de oro? —Le pregunté.

—Sí… Otros que también lo han visto me han confirmado.

—¿Qué te han confirmado? —le pregunté muy interesado.

—Qué el palacio, dentro de las peñas, donde vive el diablo está hecho de oro.

Me contó que una noche de luna llena jugaba a las escondidas con sus hermanas, y cuando estuvo buscándolas vio que, por la falda del Queshpe bajaba una luz azulina muy tenue que se movía en zigzag. Caminaba bajito y no era más alta que la planta de ruda. En el momento que encontró a sus hermanas terminó el juego.

Los tres se sentaron a mirar a la luz que bajaba por la chacra de maíz. Por momentos escuchaban quejas y parecía el llanto de un niño.

—No había duda —me dijo—, era el alma que venía hacia nosotros. Como yo lo había visto varias veces no le tuve miedo. Mis hermanas eran muy pequeñas por eso procuré que no se asusten. Shuturados bajo el manzano estuvimos hasta que pasó a la chacra de trigo. Luego corrimos y nos acurrucamos debajo del nogal.

Por ratos, se apagaba y luego brillaba como el relámpago.

Me contó que su abuelo le había dicho: “si el alma llega a una casa es porque alguien está enfermo y se va a morir”.

—Mis hermanas se durmieron —me dijo—.

La luz de la luna caía en sus rostros y tuve la impresión de que estaban muertas; las sacudí despacito de los pelos, abrieron los ojos y los volvieron a cerrar.

—¿Estás seguro que esa luz era el alma?

—Sí, era el alma; salió de la chacra y se dirigió a nosotros. Fui a despertar a mis hermanas y vi que sus ojos blanqueaban, de la boca de mi hermana menor salía una espuma amarilla que chorreaba por su cara y en la hierba se estiraba como hilos, como tela de araña brillaban las hebras de baba con la luna.

—A parte de eso, a tus hermanas ¿no les pasó nada más?

—Ellas hablaban cosas que yo no entendía.

En ese momento me di cuenta de que no tenía machete ni cuchillo. Escupí en cruz y le grité con palabras sucias.

—¿A tus hermanas les gritaste con palabras sucias?

—No, a mis hermanas no, al alma.

—¿Al alma le gritaste con palabras sucias?

—Sí… Mi abuelo, hace años, me dijo: Nunca te acobardes, la mala hora tiembla ante los hombres de ánimo fuerte.

—¿Qué otras cosas, te dijo tu abuelo?

—Me acuerdo clarito de las cosas que me dijo: “Si el alma o el diablo te persiguen escupe en cruz y grítale cochinadas, ahí nomás el alma retrocede, o el diablo se va por otro camino botando chispas por los cuernos”.

Con el rostro pálido me contó que sus hermanas tiritaban, tenían los brazos tiesos y las mandíbulas duras. ¡La luz se acercaba más rápido! También me dijo que lanzó tantas palabras asquerosas que da vergüenza repetirlas. Esta vez la luz no se detuvo y tampoco se fue por otro camino.

—Fue la primera vez que le tuve miedo al alma —me dijo.

—¿Esta vez por qué le tuviste miedo?

—No sé por qué. Me acuerdo que un viento helado entró a mi cuerpo y como la mano del muerto subió por mi espalda. Mis huesos temblaban y mis rodillas se golpeaban entre ellas.

No pude dominarme. Como hombre de muerte que soy te confieso que el miedo me dominó.

—¿Algo pasó con tus hermanas?

—Mis hermanas se durmieron. Aquella luz azulina parecía que se encrespa en medio del rastrojo. Las cañas del maíz reventaban. Los quejidos que antes parecían de niño, eran ya un tropel de almas agobiadas por la muerte.

—¿Qué más escuchaste?

—Escuché ruidos de huesos que se chocan, llanto de mujeres y aullido de perros. ¡Ah!, del cementerio llegaban los gritos y lamentos de los muertos.

Mario me refirió que, como último recurso, se orinó en el pocito que hizo con su mano izquierda, el índice de su mano derecha lo mojó en los orines, dibujó una cruz en la frente de sus hermanas y el resto lo desparramó en el aire.

Con furia le gritó cochinadas.

—¿Qué otras cosas sucedieron? Cuéntame.

—¡La luz se movía cada vez más rápido!

Hoy creo que la cruz que hice con mis orines le dio cólera. Rompiendo las cañas de las chacras de maíz y espantando a las perdices se dirigió a donde estábamos. Los perros aullaban y retrocedían sin hacerle frente. ¡Enfurecida vino hacia nosotros! Los pelos se me erizaron, y pare-

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cía que una mata de hormigas me araña la piel.

La luz aumentó su brillo y como relámpago nos golpeó nuestros ojos. ¡Era un remolino de fuego azulino que sonaba mientras se acercaba a la casa!

No sé si Mario comprendió la dimensión del peligro; pero, por lo que me contó, creo que sacó fuerzas de donde no había y se echó a correr. Pero sus hermanas no podían moverse, estaban tiesas y parecían clavadas en la tierra.

Entonces, Mario cargó a la más pequeña, arrastró a la mayor de los cabellos, y antes de que el alma llegue se metieron en la casa. Trancó la puerta con el yugo y formó una cruz con el cuchillo y la reja del arado. Envolvieron sus cabezas con los pullos, se taparon las orejas con lana de oveja y respiraban bajito para que el alma no les sienta. Luego dijo: —El gallo de la vecina cantó medio raro, despacito me quité la frazada que cubría mi cabeza y por las rendijas vi que la luz daba vueltas alrededor de la casa. Las tejas se movían, y el ruido, que el viento hacía en los árboles y en el alero de la casa, golpeaba mis oídos. Bajó del techo, se detuvo en la puerta y como cuchillos entró la luz por las rendijas.

En ese momento Mario Lino se puso triste, sus manos temblaron y con dificultad pronunciaba las palabras mientras respondía mis preguntas.

—¿El alma entró a la casa? —le pregunté.

Mi cuerpo hormigueaba, mis pelos se erizaron.

—No, el alma no entró aquella noche, porque el hacha y el machete, que mi papá los había colgado en el techo, también formaban una cruz.

(1) Natural de Pampalarga, San Miguel, Cajamarca, es profesor en la Especialidad de Matemática y Física. Alternó la docencia y su actividad como dirigente sindical con la creación poética y narrativa. Desde los primeros años de educación secundaria se inclinó por la creación literaria. En 1971 ocupó el Segundo Puesto como director artístico, al poner en escena la obra Al Maestro, de Javier Acevedo Chávez, en el I FESTIVAL DE TREATRO organizado por la especialidad de Lengua y Literatura de la entonces Escuela Normal Superior de Cajamarca. Integra el grupo literario G’ravilla. En 1995 publicó Noche de truenos como coautor del libro Bajo los umbrales del tiempo. Al leer sus poemas y cuentos, descubrimos que, para Camilo, el amor, en su más amplia expresión, es un componente fundamental de la trama literaria de su obra, en busca de una sociedad con justicia social.

—¿Tuviste miedo? —le pregunté y empecé a temblar.

—¡Nunca tuve tanto miedo como aquella noche! Las tejas sonaban como si alguien caminara en el techo, los gatos se arañaban. Los perros, de tanto aullar, se pusieron gangosos.

Las gallinas aleteaban, daban un cacareo fuerte y se quedaban calladitas. Los palos del gallinero se chocaban en las paredes y las quinchas se movían como si un temblor las sacudiera.

—Durante la noche, ¿tuvieron malos sueños? ¿Soñaron algo parecido que les asuste?

—La verdad no me acuerdo. Tampoco me acuerdo que mis hermanas hayan soñado algo que les asuste. Ni siquiera me acuerdo en qué momento nos quedamos dormidos.

—¿Qué pasó al siguiente día?

—¿Al siguiente día?… Ah ya, abrí los ojos en el momento que el sol entró por las rendijas.

Me sentí como borracho, me sobé las pestañas y desperté a mis hermanas. Nos miramos en el espejo y teníamos ojeras. En nuestras caras amarillas se notaba que no habíamos dormido bien. Nuestros ojos estaban rojos, nos sentimos cansados y sin ganas de ir a la escuela.

—Y, ¿Qué pasó después?

—Nos levantamos temprano. Yo me fui al nido pa’ sacar huevos pal caldo. ¡Uy…! ¡Fue algo terrible! ¡Al ver lo que había me quedé mudo, clavado en la tierra! Lloré tanto que mis lágrimas mojaron el poncho que tenía puesto. ¡Un barro pestilente de caca de gallina y sangre se secaba debajo del gallinero! ¡Ahí estaban las gallinas, con las plumas cashpadas y sin cabeza!

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El rescate

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

Vallejo y Borges en una misma esquina Escribe: Ángel Gavidia Ruiz

V

allejo y Borges nunca se estimaron. Disintieron desde el inicio.

Probablemente Vallejo comenzó el desencuentro. Es muy duro su artículo “Contra el secreto profesional” publicado en Variedades, el 7 de mayo de 1927, en donde, prácticamente, no queda títere con cabeza cuando enjuicia la nueva poesía americana acusándola de plagiaria, inauténtica, sin emoción ni latido vital y otras lindezas. Cae allí Neruda, Gabriela Mistral y, claro, el gran Borges. Dice: Acuso, pues, a mi generación de continuar los mismos métodos de plagio y de retórica, de las pasadas generaciones, de las que ella reniega.

No se trata aquí de una conminatoria a favor de nacionalismo, continentalismo ni de raza.

Siempre he creído que estas etiquetas están fuera del arte, y que cuando se juzga a los escritores en nombre de ellas, se cae en grotescas confusiones y peores desaciertos. Aparte de que ese Jorge Luis Borges, verbigracia, ejercita un fervor bonaerense tan falso y epidérmico, como lo es el latino-americanismo de Gabriela Mistral y el cosmopolitismo a la moda de todos los muchachos americanos de última hora. (1) Para los santiaguinos, que nos expresamos con el habla de Vallejo, “ese Jorge Luis Borges” suena tremendamente despectivo, frío, distante.

Pudo decir simplemente Borges, pero Vallejo prefirió unir el adjetivo aquel al célebre nombre del autor de Fervor de Buenos Aires.

Borges le devolvió “el cumplido” ignorándolo, mezquinándole el espacio imposible de obviar que ocupaba el santiaguino. Granados dice que el hecho de optar por Eguren en su poema “Perú” en vez de Vallejo sería parte de esta estudiada omisión (2). No estoy tan seguro. Pienso en Miguel Hernández y en “Llamo a los poetas”, poema escrito al fragor de la Guerra Civil Española, en el que enumera a más de 14 de ellos incluyendo a Neruda, en donde inexplicablemente Vallejo no está. Pero sí es evidente la parquedad con la que el argentino se refería

al autor de Los Heraldos Negros. Es muy interesante el diálogo registrado por el blog Hanvrozia que recuerda cuando el periodista Hernán Velarde le pide a Borges su opinión sobre Vallejo. Él contesta: “Un poeta nada más, porque cualquiera es un gran poeta” (3). Desconcertante respuesta donde se hace evidente una indisimulable intención minimizadora.

Pero este preámbulo, demasiado largo ya, viene al caso ante el encuentro de estos grandes en la esquina común de dos poemas. “Setiem bre” de Vallejo y “El amenazado” de Borges; de Los Heraldos Negros y El Oro de los Tigres, respectivamente.

“Setiembre”, dice: Aquella noche de Setiembre, fuiste/ tan buena para mí…¡hasta dolerme!/ Yo no sé lo demás; y para eso, /no debiste ser buena, no debiste.// Aquella noche sollozaste al verme/ hermético y tirano, enfermo y triste./ Yo no sé lo demás…y para eso,/ yo no sé por qué fui triste…¡tan triste…!//Sólo esa noche de Setiembre dulce,/ tuve a tus ojos de Magdala, toda/ la distancia de Dios…¡y te fui dulce!/ Y también fue una tarde de Setiembre/ cuando sembré en tus brasas, desde un auto,/ / los charcos de esta noche de Diciembre.

“El amenazado”, dice: Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir. /Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. / La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre/ es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes:/ el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje/de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus/ mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de/ la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven/ amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, / la noche intemporal, el sabor del sueño?/ Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo./ Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se/ levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que/ miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz. /Es, ya

sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, / la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. / Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. / Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. /Ya los ejércitos me cercan, las hordas. / (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto) / El nombre de una mujer me delata. / Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Vallejo era algo mayor que Borges. Nació en 1892. Borges, 7 años después, en 1899. Los Heraldos Negros llevan por fecha 1918; y el libro que contiene a “Amenazado”, El Oro de los Tigres, 1972. Los contextos de ambos poemas son muy distintos. Los estilos, igual. La fecha de su creación, por consiguiente. Sin embargo, hay dos versos que tienen genes comunes: “Aquella noche de Setiembre, fuiste/ tan buena para mí… ¡hasta dolerme!” y “El nombre de una mujer me delata. / Me duele una mujer en todo el cuerpo.” Al fin y al cabo, el dolor de mujer los convoca. Dolor emocionado. Estos poetas, tan distintos, convergieron aquí. No importa cuán diferentes eran. Allí estuvieron cuando el amor les exigió su testimonio.

Trujillo, 29 de agosto del 2020.

BIBLIOGRAFIA 1. Vallejo C. Contra el secreto profesional. En César Vallejo desde Europa. Crónicas y artículos (1923.1938) Recopilación de Jorge Puccinelli. Ediciones Fuente de Cultura Peruana.1987. p 204-206.

2. Granados P. El diálogo Borges-Vallejo: Un silencio elocuente.

Disponible en: blog.pucp.edu.pe › blog › uploads › sites › 2007/06 Accedido el 26 de agosto de 2020.

3. HANVROZIA. Encuentro entre Vallejo y Borges. Disponible en :http://hanvrozia.blogspot. com/2010/04/encuentro-entre-vallejo-y-borges. html Accedido el 26 de agosto de 2020.

El Rescate

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Los Batanes

E

Escribe: G. Guillermo Silva R.

El batán está compuesto por una piedra lisa o de granito, un poco ahuecada y sobre ella otra piedra en forma de media luna (chungo) en la cual se muelen alimentos.

El origen de la palabra podría ser árabe. En quechua, “maray” es la piedra de base que esta debajo, la de arriba “tunay”, aunque hay variaciones según el lugar.

En aimara se denomina “peqaña” que significa también moler.

Antes de su primer uso, en el batán se tiene que moler arroz, un diente de ajo y se agrega un poco de aceite. Se mueve de izquierda a derecha dejando actuar el propio peso del chungo. Se deja la mezcla y se expande por toda la zona de la piedra por un tiempo aproximado de 2 horas. Esto hará que sellen los poros de la piedra y no expulse grava o arenilla.

Fue utilizado por nuestros antepasados los incas, para moler el maíz y luego se comenzó a utilizar para mezclar las especias y obtener los aderezos, para la preparación de los platos típicos. Sigue presente todavía en países como Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Argentina. En nuestro país, se usa en todas las regiones: costa, sierra y selva. La ciudad de Cajabamba (Cajamarca) es uno de los lugares donde se considera al batán parte de nuestra identidad cultural, especialmente en las picanterías. Así mismo, se llama batán ajicero a uno de pequeñas proporciones, utilizado para la molienda de ajíes, hierbas aromáticas y especias. También, el harinero, que es de mayor tamaño y el batán para café, en el que no conviene moler otro insumo.

Bibliografía (referencias): https://sommelier.com.pe/batan-poder-la-herenciacomer/ https://tmtravel.pe/el-ancestral-batan/ Clic en la imagen e ingresa a nuestra página web actualizada...

Quienes utilizan el batán aseguran que la producción tiene mejor sabor que si se usara licuadora, la cual ha relegado su continuo uso. La preparación en este instrumento culinario es más sabrosa, tiene más gusto y mantiene su esencia. Además, el batán no necesita electricidad y sin duda alguna, su duración es casi infinita. Es ideal para realizar diferentes actividades, por ejemplo: preparar salsa de ají, de huacatay, moler granos de maíz, trigo, cebada, descascarar la quinua, hacer harina, moler café, etc. Es la piedra mágica de la gastronomía peruana Como anécdota, al Sur del Perú, en Arequipa, en el Fundo El Fierro se organizó un concurso para elegir la “Reina del Batán 2022”, donde los criterios de calificación se basaron en lo siguiente: Presentación del área de exposición, conocimiento de éste (batán), descripción oral de ingredientes, limpieza, técnica aplicada, tiempo de ejecución, ritmo de uso, presentación del producto final (sabor, consistencia y presentación).

Con motivo de la cena navideña, mi prima Luzmila, preparó cuy acompañado con ñuñas tostadas en tiesto y rocoto molido en batán. Le preguntamos que significa para ella este instrumento de la cocina andina. Con el humor que la caracteriza respondió: la piedra de base (el maray) es como el territorio patrio; el chungo (el tunay) es la clase política de turno y la salsa, es el pueblo que sale… ¡Feliz Año Nuevo 2024!

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El rescate

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

CRÓNICAS DE CAJAMARCA

Escribe

Carlos Cerdán Moreno

El ateísmo pasó de moda

“

Lo malo de que los hombres hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que están dispuestos a creer en todo” es una frase del escritor inglés Gilbert Keith Chesterton que aplica muy bien tanto en Europa como en este pequeño rincón del Perú, la ciudad de Cajamarca, incluso a pesar que, según los resultados del censo del año 2017, el 96.4% de la población de esta ciudad profesa algún tipo de religión: 70.6% son católicos, 20.6% evangélicos, 3.1% adventistas, 0.8% cristianos, 0.4% mormones y 0.2% otro tipo de religión.

En internet podemos encontrar encendidos debates entre afamados ateos y creyentes, como Richard Dawnkins y el cardenal George Pell, o también entre youtubers y, sean cuales fuesen las conclusiones, siempre habrá partes que alguien recorta y difunde y luego algún entusiasta contacto las comparte en sus redes sociales como muestra que una postura “hundió” a la otra tratando, implícitamente, de acercarnos a su postura.

Como en esta ciudad solo el 3.6% no profesa alguna religión parece que todo está dicho y no debería preocuparnos que esa minoría cuestione la fe de la mayoría y deberíamos dejar las cosas en paz, cada quien con lo suyo y con la versión creyente que prefiera, pero siempre habrá una sobremesa, algún paseo, reunión virtual o cualquier otro espacio donde salen como tema de conversación cosas como la razón de vivir, el objetivo de una vida, el destino y similares, que terminan llevando la conversación a la existencia de Dios y sus implicancias. Cierta vez una de estas conversaciones se hizo interminable porque

alguien estaba tratando de demostrar que Dios existe… y ese era su error pues, según lo que indica Bryan Appleyard ¿Qué significa la fe? «Claramente, no puede significar ser persuadido racionalmente de algo. Si tuviéramos una razón para tener fe, ya no sería fe, sino lógica. La fe solo puede ser irrazonable»; por tanto, continua Appleyard, a Dios no se puede llegar por la razón, sino solamente a través de la fe; es decir, a través de una elección, un salto de fe que tienen que hacer las personas para volverse cristianos, budistas, islámicos, etc y punto. Un creyente deja de serlo cuando intenta demostrar la existencia de su deidad, entonces, si decidiste ser cristiano, pa’delante, sigue los preceptos correspondientes y no intentes demostrarles a otros que Dios existe, porque no es posible hacerlo… ni tampoco demostrar que no existe, como ya veremos más adelante. ¿Y qué pasa con la postura del otro 3.6%?

Es posible que no hayan seguido la tradición religiosa familiar o que la hayan dejado por el influjo de algún famoso ateo, como por ejemplo Isaac Asimov quien argumentó así su postura: «Yo soy ateo, sí. Me tomé un largo tiempo para decir eso. He sido ateo por años y años, pero de algún modo sentí que era intelectualmente inaceptable que alguien dijera que es ateo, porque eso asumía un conocimiento que nadie tiene.

De algún modo era mejor decir que alguien era un humanista o agnóstico. No tengo la evidencia para probar que dios no existe, pero sospecho tanto que él no existe que no quiero perder mi tiempo». Asimov siempre ha sido directo en lo que intentaba decir y no utilizó una salida diplomática como la de Einstein, quien, al ser consultado sobre

si creía en Dios, decía que creía en el Dios de Spinoza, es decir, en un Dios que se limita a estar presente en la belleza de la naturaleza, en la armonía del universo.

A diferencia de lo que podría esperarse, los científicos en toda regla no niegan la existencia de Dios, sino que sencillamente, como el método científico no aplica para demostrar que exista o que no exista, no es un tema que pueda ser tratado por la ciencia y simplemente habrán hecho la elección que indica Appleyard: unos serán creyentes y otros no, sin llegar a la militancia de sus posturas, pero con argumentos muy interesantes cuando era necesario hablar sobre el tema. Así, por ejemplo, citamos a Richard Feynman y Carl Sagan.

Feynman: «Tengo respuestas aproximadas y creo en posibilidades en diferentes grados de certidumbre sobre cosas diferentes, pero no estoy absolutamente seguro de nada ¡y sobre muchas cosas no sé absolutamente nada!

Pero no tengo que conocer una respuesta, no me siento atemorizado por no saber cosas, por estar “perdido en el misterioso universo sin ningún propósito”, que es lo que realmente es, hasta lo que puedo decir, posiblemente. Eso no me asusta».1] Sagan: «Un ateo es aquel que tiene la seguridad de que Dios no existe, alguien que dispone de pruebas convincentes en contra de la existencia de Dios. Yo no conozco esas pruebas convincentes. Dado que Dios puede relegarse a tiempos y lugares remotos y a las ultimas causas, tendríamos que saber mucho más acerca del universo de lo que hoy sabemos para estar seguros de que no existe ese Dios.

Estar seguros de la existencia de Dios, y

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estar seguros de la inexistencia de Dios me parecen los extremos definitivos de un tema tan repleto de dudas e incertidumbres, que inspira poca confianza pensar en nada definitivo. Podrán admitirse muchas posiciones intermedias y, teniendo en cuenta la enorme carga emocional que pesa sobre el tema, la herramienta esencial para ir cubriendo nuestra ignorancia colectiva sobre la existencia de Dios es una mente abierta, valiente e indagadora».

La cita de Sagan es un extracto de su libro El cerebro de Broca, en donde trata, con mucha paciencia, entre otros, sobre un problema que apareció con la propia ciencia: la pseudociencia. Así, el apartado donde fundamenta extensamente por qué el libro Mundos en colisión, de Immanuel Velikovsky, es pseudociencia, se hace interminable y cansado… y precisamente esta es la razón por la cual la pseudociencia tiene facilidad para difundirse: es más fácil creer cualquier afirmación sensacionalista o conspirativa que entender por qué no se le debe dar crédito a tales ideas. Es difícil incluso para los propios expertos, cuando las “nuevas ideas” abarcan varios temas y alguno no es dominado por él; así, en el caso de Mundos en colisión, cuando Sagan, experto astrónomo, conversó sobre el libro en cuestión con un experto en lenguas semíticas, este segundo dijo: «desde luego, los aspectos y erudición asiriológica, egiptológica y bíblica, así como los referentes a tradición talmúdica y midrásica, son auténticas necedades, pero me he sentido vivamente impresionado por las cuestiones astronómicas». El punto de vista de Sagan era el opuesto: sabía que las

afirmaciones astronómicas de Velikovsky eran necedades, pero le impresionaban los aspectos semíticos que no dominaba.

Entonces, como es más fácil creer en cualquier afirmación sensacionalista o conspirativa, es también por esto que, como dice César Hernández, parece que el ateísmo “pasó de moda”[2] pues cada vez se habla menos de él a pesar que (en otros lugares) cada vez haya menos creyentes… o mejor dicho porque «la pseudociencia se está dando un festín con gente de todas las edades y todas las ideologías: curas mágicas cuánticas, vibraciones, radiaciones especiales, viaje espacio temporal de la conciencia, sustancias divinas, aliens espirituales, conspiraciones mundiales en las que el objetivo es adueñarse de nuestras almas o sentimientos (dominación mundial) (…) cada vez menos gente cree en el dios judío cristiano pero ahora creen en todo y en nada a la vez» En nuestro caso, en Cajamarca, a pesar que sigue habiendo gente que cree en el dios judío cristiano, también parece que la mayoría creen en todo: lectura de cartas, amarres amorosos, baños de florecimiento y todo tipo de cosas sorprendentes que tienen como único sustento la fe y ningún sustento científico. Ni modo, así somos en Cajamarca pero, si acaso crees que alguna o todas estas creencias no están correctas y quieres corregir a tu cumpa, tu cuñado, tu tío o tu papá, mejor ni lo intentes porque lo más probable es que no cambies su forma de pensar y seas catalogado como el raro bicho de “mente cerrada” o algún otro adjetivo; es más, si acaso estás en ese escaso 3.6% de no creyentes religiosos,

El Rescate

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no vayas a ser presuntuoso y decir que las religiones son el “opio del pueblo” o que son lo peor que pudo haber pasado. Claro que no, por el contrario, si no hubiese sido por la religión no habríamos llegado a estar donde estamos ahora como civilización, con todas sus bondades y defectos porque las primeras organizaciones humanas tuvieron a la correspondiente religión como el fundamento para la legitimidad de sus líderes, pero además, muchas observaciones útiles sobre la naturaleza, como el mejor momento para sembrar o cosechar, eran cuidadosamente realizadas por los líderes religiosos y así hay varias otras cosas más que permitieron que las civilizaciones crezcan[3].

Quizá eso fue en el pasado pero ¿actualmente? Bueno, sin una religión (católica o cualquier otra) muchas personas se sentirían vacías, desmotivadas y, sobre todo, desamparadas, porque nada mejor como tener un padre o una madre a quien recurrir en los momentos más difíciles, alguien con quien compartir las penas y buscar una luz de esperanza, algo que nos indique que lo que hicimos en este mundo valió la pena y no fuimos un simple azar de los acontecimientos que nos dieron origen, como especie y como individuo, como la persona que eres, en este granito de arena del vasto universo que conocemos como Tierra, que no tendría por qué ser un lugar especial ¿o sí?...

Referencias: [1] Richard Feynman: http://t.ly/O0l1s [2] El ateísmo pasó de moda: http://t.ly/M6ydz [3] Civilización y religión: http://t.ly/tkUzV

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La tendencia neoindigenista arguediana de la novela “Alicho” de Alejandro Loarte Por: Dante Lecca, periodista y escritor

E

n tanto novela, un libro de este género debe contener una historia impactante, con personajes fuera de lo común, donde las fuertes pasiones presentes en el relato motiven en el lector conmoción, que lo dejen pensando luego de terminar su lectura.

María del Carmen Bobes Naves dice: “Por novela moderna se entiende, frente a la tradicional, una nueva forma de relato en el que prima lo psicológico frente a la acción, de donde deriva un nuevo modo de construir al personaje y de organizar y presentar la historia y sus motivos” (1).

Según Tomás Escajadillo, el neo indigenismo como superación del indigenismo, se caracteriza por la utilización de las posibilidades artísticas del realismo mágico para expresar el universo mítico del hombre andino; la intensificación del lirismo en la narrativa; que el enfoque no sea solo sea racial, laboral o territorial; y la complejidad de recursos técnicos que utiliza (2).

En el 2022, Alejandro Loarte publica la novela “Alicho. Epopeya y heroismo en la central hidroeléctrica del Cañón del Pato” (*), de la cual queremos resaltar aquí su tendencia neoindigenista arguediana, pues su centralidad es una narración a partir de una cosmovisión andina.

Es la historia de una familia campesina de la provincia de Huaylas (Ancash) que, con la modernización industrial del país en las décadas 40-70, se ve impelida a ingresar a esta dinámica a través del personaje principal, Alicho, en la construcción de la central hidroeléctrica del Cañón del Pato, una obra monumental a partir de la visión de futuro del sabio Santiago Antúnez de Mayolo; lograda, ciertamente, en un largo y contradictorio proceso económico, social y político, gracias al esfuerzo y sacrificio de los trabajadores. ¿Qué es lo psicológico aquí, como quiere Bobes Naves? Uno, que el autor de la novela es hijo de este personaje, un sociólogo que ha decidido relatar la historia de su familia y su pueblo. Procura tomar distancia, pero se nota su “corazoncito” al desarrollar la trama, totalmente válido. No hay narración neutral, uno tiene que meterse con zapatos y todo dentro de la novela; de diferente manera.

Dos, que siendo Alicho el personaje principal, todo gira en torno a la mente y actitudes que lo llevan a tomar posición frente a los hechos de la historia. Lo real aquí está subordinado a la subjetividad del personaje. Su decisión de dejar el agro e irse a Lima, luego volver a su tierra pues se ha enterado que hay trabajo,

de mantenerse al margen de la hegemonía sindical aprista-comunista de esos años, de priorizar el amor a la patria y a su trabajo como electricista, el defender con riesgo de su vida la central frente a los desastres de la naturaleza; todo ello nos habla de opciones personales, una forma de pensar y de sentir.

Un dato interesante a remarcar en esta novela es que, en el caso de otros dos destacados narradores peruanos, como Arguedas y Colchado, ellos bajan de la sierra a la urbe (Lima, Chimbote) para comprender al Perú, pero Loarte vuelve a la sierra, a Huaylas, a Huallanca; entendiendo que allí está la razón de ser, la identidad del peruano. Al final, costa y sierra se complementan, hay un vínculo ancestral y moderno, como el ferrocarril Chimbote-Huallanca, en sus tiempos.

En la esencia de la novela se puede apreciar una cosmovisión andina pues todos los acontecimientos de la vida están relacionado a lo mágico: el río, los pumas, el sol, los cerros; mezclando antiguas creencias incaicas o preincaicas con el sincretismo religioso, a través de los santos como Santa Rosa de Lima y Fray Martín de Porres.

Además de múltiples connotaciones de los nombres de los lugares y modismos quechuas presentes, en la novela hay más de un centenar de diálogos en quechua, con su respectiva traducción en español, a la manera de los libros de Arguedas, lo cual nos indica que el proyecto de novela ha sido pensado de esa manera.

Como se sabe, la frontera de las regiones

de La Libertad y Ancash está marcada por el uso del quechua. Salvo una pequeña comunidad en La Libertad (Macania, Urpay, Pataz), el español allí es totalmente preponderante; en cambio en Ancash no, en la sierra se conservó el quechua, como en el Callejón de Huaylas y la familia de Alicho. Y junto a ello su cultura, sus sentimientos, como el caso del emblemático personaje Tomaco, criador de chanchos, a quienes alimentaba pero que también llegó a tener una relación de afecto con ellos, claramente arguediano.

Leamos este párrafo de la novela. “Mientras la madre cerda y sus crías hociqueaban su comida, Tomaco se sentó sobre una piedra cerca de ella para contemplar ese ensimismado apetito. Encendió la luz de su casco para verlos mejor… Mientra ella comía salpicando desechos sobre sus resecos pies, él acariciaba su lomo con ternura”. Y canta: “¡Kuchichatam wirayatsikuy, Shonqapampa’ata waylluymin!

(A mi chanchita voy cebando, a mi Huallanca voy amando)” (3).

En el primer diario de “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, Arguedas dice: “En Obrajillo y San Miguel podré vivir unos días rascándole la cabeza a los chanchos mostrencos, conversando muy bien con los perros y hasta revolcándome en la tierra con algunos de esos perros chuscos que aceptan mi compañía hasta ese extremo. Muchas veces he conseguido jugar con los perros de los pueblos, como perro con perro.

Y así la vida es más vida para uno.” (4) Como vemos, “Alicho” es una obra amplia, polifónica, enriquecedera, de mucha información y matices, donde la narrativa social e histórica está imbuida de un aliento telúrico, mágico y de trascendencia andina, que lo emparenta con novelas de otros grandes escritores de Ancash y el Perú, en la línea de Arguedas.

REFERENCIAS (1) María del Carmen Bobes Naves, Cervantes: práctica y teoría de la novela moderna. Recuperado de https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/-cervantes-practica-y-teoria-de-la-novela-moderna-1051210/html/ c78efceb-001e-4d85-801e-d251d05a974c_3.html#:~:text=Por%20novela%20moderna%20se%20entiende,la%20 historia%20y%20sus%20motivos.

(2) Tomás G. Escajadillo. El indigenismo narrativo peruano. Recuperado de https://institucional.us.es/revistas/philologia/4_1/ art_10.pdf (3) Alejandro Freddy Loarte.Alicho. Epopeya y heroismo en la central hidroeléctrica del Cañón del Pato, Pág 211.

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El Rescate

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Memoria deportiva

“MASTER”. Equipo de Básquet de la División Superior. De izq. a der. Tomás Barreto, Rvdo.

Padre Fernández, (estuvo en el Obispado, fue sacerdote de la Catedral) Carlos Cortijo. Atrás: David Urteaga, Eduardo Cabrera; Luis Casaró.

Bambamarca 1964.

En la Liga Superior de Cajamarca jugaban: CEMBA, Deportivo Normal, Master, UTC; luego Alianza Chester y Los Espumas.

DEPORTIVO AGRONOMÍA de Cajamarca. Arriba de izq. a der. Tirado, Elías Vásquez, Pastor, “Picho” Salas, Iván Gonzales, Gálvez, Adán, Pérez, Genaro Vásquez. Hincados: Rudy Isla, “Chuleta” Cruz, Terrones, Sandoval, Aníbal Cervera, Narro, Canevaro, “Chino Asencio”. Estadio Mansiche de Trujillo.

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El rescate

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Julio Aníbal Briones Rojas:

pinceles misteriosos del viento

N

ací en 1962 en una ciudad llena de historia y misterio, tierra que huele a maizal y quebrada, que la hace especial porque ahí se extiende un cielo de color azul como las alas del colibrí, Cajamarca tierra que me cobija en el barrio donde se brinda la chicha y el pan, mi querido barrio San Sebastián, que me vio nacer.

Recuerdo que cuando mis ojos eran de niño nos acribillan a pelotazos, jugando a la “matagente” o jugando una “pichangita” con una pelota de jebe, cuyos arcos eran un par de bancas en la plazuela Amalia Puga, testigo muda de mis travesuras y de un sinfín de aventuras con la collera del barrio.

Inolvidables son los recuerdos escritos en las páginas de mi vida, pero hoy recuerdo uno en especial, quizás el que marcó, el inicio en este mundo mágico lleno de líneas, perspectivas, trazos y colores. Cuando mi hermano mayor Alberto ya aficionado al dibujo, dando pinceladas sueltas y rápidas confeccionaba láminas y otros menesteres relacionados al mismo, yo admiraba la destreza con que los realizaba, y me prometí: “si tengo manos y sobre todo ganas lo que me proponga dibujar o pintar, lo tengo que hacer”, y efectivamente lo hice, y de pronto descubrí que tenía esa habilidad, ese don tan maravilloso, que solo un ser tan poderoso como Dios, me había dotado: dibujar y pintar, arte que se mantenía oculto hasta ese entonces, detrás de mis ojos.

Ya en mis estudios secundarios en el Glorioso colegio “San Ramón”, al menor descuido del profesor de turno, esbozaba su caricatura, arrancando carcajadas a mis compañeros, en especial cuando lo hice al auxiliar “Quebedo”, quien al averiguarlo me regalo unos cuantos palmetazos dejando huellas en esa parte donde la espalda se divide en dos, qué tiempos aquellos.

El embrujo de esta hermosa tierra trajo como consecuencia, que al terminar ya mis estudios secundarios, junto con Daniel Cotrina, Teresita Bazán, Moisés Padilla, Andrés Fernández, Oscar Ortiz, Delia Soriano, Luis Barboza

y muchos otros jóvenes de aquel entonces, formamos el ADEPAC, siglas que corresponden a la Asociación Departamental de Pintores Aficionados de Cajamarca, jóvenes que ya unidos por los colores y pinceles, agrupados por una causa en común, hacer nuestras primeras exposiciones en la terraza del Hotel de Turistas, de aquel entonces, dando comienzo a una serie de exposiciones pictóricas.

Actualmente ejerzo la docente en la Institución Educativa “Rafael Loayza Guevara” de Cajamarca, como profesor de Matemática, especialidad que se me otorgo al egresar el ISP “Victorino Elorz Goicochea” de Cajamarca.

No pretendo tener fama o reconocimiento,

soy autodidacta, no obedezco a reglas, solo obedezco a una fuerza misteriosa que me impulsa a realizar dibujos con lapicero de tinta seca sobre cartulina, pero frecuentemente me fascina pintar al óleo sobre lienza; he pintado desde flores, caballos, paisajes, bodegones, en ocasiones hecho interpretaciones de cuadros de Rubens o Rembrandt, o de algunas ilustraciones que se encuentra en internet, con una técnica pictórica muy particular, en cada una de mis obras.

Siempre he dicho que los pinceles le pertenecen al viento y seguirán moviéndose siempre que exista una mano que la conduzca y hoy al transcurrir el tiempo solo dejaré de hacerlo cuando mi aliento sea frío.

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Fragancia en primavera. Óleo de 40 x 50 cm.

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El rescate

Rosas. Óleo de 40 x 50 cm.

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Tulipanes. Óleo de 40 x 50 cm.

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El rescate

Templanza. Óleo de 60 x 80 cm.

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Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

Nobleza. Óleo de 60 x 80 cm.

El Rescate

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A galope. Óleo de 80 x 100 cm.

Estampida. Óleo de 60 x 120 cm.

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

Coraje. Óleo de 70 x 90 cm.

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El rescate

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

Añoranza de mi pueblo. Óleo de 80 x 150 cm.

El molino. Óleo de 90 x 100 cm.

Bodegón. Óleo de 40 x 50 cm.

Campo de trigo. Interpretación del cuadro de Constable. Óleo de 60 x 80 cm.

Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024

Nostalgia. Óleo de 80 x 100 cm.

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Carácter revolucionario de la creación del departamento de Cajamarca Escribe: César Augusto Aliaga Díaz1

Imagen: Madd (Miguel Angel Díaz Dávila)

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l 3 de enero pasado, se ha conmemorado el 170 aniversario de la creación del departamento de Cajamarca por acción directa e insurreccional del pueblo en el año de 1854, durante el gobierno de Rufino Echenique.

Más allá del recuento de los hechos heroicos de los pueblos de Cajamarca, sobre los que han escrito, en forma mas o menos minuciosa, diversos historiadores cajamarquinos, pero especialmente Julio Sarmiento y Waldemar Espinoza, conviene preguntarse si aquel movimiento insurreccional fue, o no, una verdadera revolución.

Al respecto conviene recordar que las revoluciones son aquellos momentos extraordinarios de la historia, en el que un pueblo, por coincidencia de múltiples factores que raramente ocurren, se constituye en artífice de su propio destino, en supremo creador de sus instituciones y en implacable realizador de sus más caros anhelos.

García Lineras, filósofo boliviano, señala, en efecto, que tos. La revolución sería, así, el momento plebeyo de la historia, el momento autopoiético en el que la sociedad, en su conjunto, se siente con capacidad de auto-crearse y auto-determinarse.

Toda revolución, tras ese gesto creador o fundador que muchas veces se representa por la acción insurreccional heroica de las masas, suelen dejar huellas perceptibles en el mediano plazo, en la medida de que, al recomponer la estructura política y social, tiende a institucionalizar y normalizar sus creaciones, haciendo reconocible su contraste con las viejas instituciones contra las que se levantó el pueblo soberano.

En el caso de la creación del departamento de Cajamarca es posible apreciar estos rasgos distinguibles de una verdadera revolución, toda vez que, en primer lugar, se manifestó como consecuencia de la aparición de un nuevo sujeto social (el pueblo de Cajamarca) que, representando los intereses de un bloque histórico complejo, multiclasista, integrado por aquellos sectores hasta entonces subordinados, marginados o ignorados por el bloque oligárquico dominante de Trujillo, tuvo la capacidad de irrumpir masivamente en la escena nacional, arti-

culándose a una movilización nacional contra el nefasto gobierno de Rufino Echenique.

La insurrección de Cajamarca fue, en segundo lugar, un acto de autodeterminación, en la medida que los pueblos alzados a la lucha política y militar resolvieron crear, por acción directa y por autoproclamación, el anhelado departamento, incluyendo sus provincias, distritos, villas y centros poblados. Anhelo que previamente se les había negado por las vías diplomáticas de la gestión administrativa y la iniciativa parlamentaria, las mismas que por lo demás se evidenciaron como notoriamente inútiles para quebrar el predominio de las fuerzas centralistas de Trujillo y Lima.

En tercer lugar, la comentada acción insurreccional de los cajamarquinos tuvo claramente esa tonalidad plebeya que caracteriza a toda revolución, reconocible por la masividad de las protestas que la acompañaron, así como en la iniciativa política de muchos ciudadanos para reconocerse a sí mismos como pueblos, villas, distritos o provincias del nuevo Departamento y, por supuesto, por la larga, heroica y sacrificada resistencia para sostener, durante más de un año, a la Junta departamental revoluciona-

ria, a pesar de la represión y de las victorias militares temporales del oficialismo. Resistencia que sólo terminó cuando el llamado ejército libertador encabezado por Ramón Castilla, liderando a los pueblos insumisos, derrotó al ejército oficial en la Batalla de Las Palmas, cerca de Lima.

Finalmente, también es importante considerar que la decisión revolucionaria de crear el departamento fue normalizada, más adelante, con el reconocimiento de nuevas instituciones políticas que oficializaron al nuevo departamento, tales como el reconocimiento como circunscripción electoral independiente de La libertad, el nombramiento de autoridades políticas propias y la formalización, primero por decreto y luego por ley, de la creación del departamento de Cajamarca. Acciones que luego fueron complementadas por otras que fueron garantizando su autonomía política, tal como ocurrió con la creación de la Corte Superior de Justicia en 1862 y la subsiguiente creación del Colegio de Abogados de Cajamarca, entre otras instituciones.

1 Abogado y docente universitario.

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Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024 Imagen: William Guillén Padilla

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Los apodos cajamarquinos Por: Percy Casas

L

os apodos son expresiones jocosas y de una u otra manera califican de forma especial, cariñosa e incluso, divertida a aquellas personas con quienes se tiene confianza. Estas calificaciones burlescas tienen una connotación social, porque son parte de las relaciones entre los habitantes de un pueblo. Sirven de un lado, para comunicarse y relacionarse mejor y, de otro lado, para insultar, humillar o desprestigiar a los apodados1.

Si bien es cierto, que toda persona al momento de su nacimiento requiere que sus padres registren su nombre y apellido ante el registro civil, también es cierto que a veces, hemos sido “víctimas” de llevar un apodo. Pero, esta vez, no de parte de los progenitores; sino de algunos familiares, amigos, vecinos y/o algún facineroso a quien no le somos de su agrado. Entonces, nos colocan un apodo y de esta manera somos llamados ante nuestros amigos o la sociedad.

Claro está, que el apodo es un instrumento de juicio2. Si bien es cierto los apodos son muchos más frecuentes en los sectores populares; no podemos dejar de mencionar que la clase media y “acomodada”; también cultiva dichos apelativos, pero son más finos y de mejor calidad por su sintaxis y morfología en la elaboración. Al respecto, “los apodos cajamarquinos” sobrepasan

los límites locales y se convierten en una grata vertiente de alegría, humor, ironía de buen talante3.

Estos apodos son frecuentes y variados; sobre todo, en Cajamarca suelen ser agudos e hirientes en comparación a otros lugares4. Comúnmente suele ser pasajeros, pero cuando el apodo se ajusta de manera precisa o cae como “anillo al dedo”, queda grabado en la memoria colectiva de los ciudadanos o personas del entorno más cercano. Entonces, el autor del apodo se siente “halagado”, pero la persona referida o apodada; ya no se le suele llamar por su nombre, sino por su apodo o “chapa”.

Hay apodos por rasgos físicos y por su contextura: flaco (mono), gordo (coche), bajo (picho), menudo (chusho) Así tenemos, varios “monos” como el Mono Arana, el Mono Iberico; “coches” como el Coche Cerna, el Coche Campos; “pichos” como el Picho Alcalde, el Picho Guzmán.

También, hay apodos con nombres de animales propios y extraños: como el Zorro Santolalla, el Zorro Rojas, el Misho Guerra, el Misho Merino, el Caimán Novoa, el Oso Negrón, el Pato Arribasplata, el Gallo Noriega, el Turriche Castañeda, el Burro Pita, etc.

Por otro lado, hay apodos a quienes se les agrega un calificativo como es el caso del “Loro Cutulo”, el “Perro Mocho”, el “Cuye Peinado”. Además, había apodos familiares:

1 Cfr. SILVA SANTISTEBAN, Fernando. “Los Apodos en Cajamarca” P., 5 2 Cfr. Ibid. P., 35 3 Cfr. PUGA COBÌAN, Nicolás. “Apodos Cajamarquinos”. P., 7 4 Cfr. Ibid. P., 16 5 Cfr. SILVA SANTISTEBAN, Fernando. “Los Apodos en Cajamarca” P., 25, 26…

6 Cfr. CÁRDENAS MARAGAÑO, Bruno. “Los apodos: individualizadores conceptuados”

Cargaperros (Arroyo), Casapugos (Pastor), Chichas (Correa), Corchos (Cabreras), Huacos (Castro), Joras (Silva Callirgos), Chelines (Silva Santisteban), Rucos (Ravines), Shotocos (Arce), Pundungos (Huamán), Cocoshas (Córdova), Pishgos (Sattui), Shundicos (Quiroz), Wishas (Mejía), Chivos (Centurión) 5, etc.

Asimismo, hay otros apodos particulares no solo dado a personas, sino a ciertos lugares frecuentados por la sociedad cajamarquina de aquel entonces como: Fraile Loco, Gato Seco, Burro Reloj, Coche en alforja, Vaso macho, Rondín con tierra, Tataco, Machetón, Ojo Duro, Siete copas, etc. Y que con el transcurrir del tiempo de han vuelto populares aquellos personajes y lugares, quienes han recibido este apodo dentro de la ciudad de Cajamarca.

En conclusión, el apodo cajamarquino es el nombre surgido desde una situación de habla, que representa desde una motivación más profunda a una persona a partir de una situación o circunstancia dada. Además, tienen como componente de base el ingenio desde una percepción de comicidad creadora, siendo en muchas ocasiones una forma de juicio a modo de sentencia que recae más para mal que para bien sobre el individuo6. Así, pues, un sistema de apodos no es solamente particular a una comunidad dada sino también, por la propia dinámica social, a un tiempo determinado.

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¿Sabía usted que…

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En 1934, la Plaza de Armas de Cajamarca, se llamó Plaza de la Concordia?

En 1930, el prefecto del departamento de Cajamarca, Octavio Alva Plasencia, reunió a un grupo de personas representativas de la ciudad, para tratar acerca del ornato y arreglo de la Plaza de Armas. Las personas convocadas fueron: Patricio Doig y Lora, por el Banco del Perú y Londres; Brihman y Noriega, por la Casa Hilbeck Kuntze; Claus F. Prell y Juan Nieman, por Casa Grande; Manuel Cacho Souza y Carlos Luis Traverso, por la Casa Grace; Napoleón Puga, Julio Cacho Gálvez y Adolfo Bueno.

La idea fue acogida con entusiasmo, eligiéndose de inmediato, una Junta de Progreso Local que se encargaría de dirigir y supervisar los trabajos. Los ingenieros Rómulo

Burga, José Vivas Serra, Napoleón Puga y Alejandro castro Mendívil, presentaron sus respectivos proyectos.

Aprobados los planos del señor Castro, el 13 de octubre se dio inicio a los trabajos, contando para ello con los fondos prove-

nientes de las erogaciones públicas.

Concluida la obra en 1934, la nueva Plaza de Armas, presentó las siguientes características: 16 jardines (en lugar de los ocho que originalmente tenía); se pintaron los postes de alumbrado público, la verja de la pileta, el kiosko y las bancas de fierro; los bulevares fueron pavimentados con una mezcla de cantería molida con arcilla.

Finalmente, se colocaron fuentes ornamentales con motivos indígenas y ornitológicos, obras del escultor cajamarquino Juan Villanueva Rodríguez (Bagate). Este mismo año, la Plaza Mayor fue bautizada con el nombre de Plaza de la Concordia.

Enciclopedia de la memoria, de Tristán Ravines Sánchez.

Cajamarca mayo de 2012

La Aurora

(Cajamarca, 1848-1849, 1850) Segundo periódico impreso en Cajamarca, dirigido y redactado por Manuel Luna Victoria (primer impresor de la región) y Mariano Felipe Paz Soldán. Su primer número salió a la luz el 4 de noviembre de 1848 bajo el nombre de La Aurora: Bisemanario cultural y político.

Cabe mencionar que Paz Soldán (1879, p. 5), en su Biblioteca Peruana, consigna a La Aurora, erróneamente, como “el primer periódico que se publicó en el Norte del Perú” (1879, p. 5). El primero fue Volcán Termal (Cajamarca, 1847).

El periódico tuvo dos épocas, siendo la primera de 1848 al 8 de agosto de 1849 (Tomo I, nros. 1-79), en la que la redacción buscó rescatar la historia, geografía y personajes importantes de Cajamarca. En cuanto a la noticias, éstas eran recopiladas de otros periódicos, entre nacionales e internacionales. La segunda época (Tomo II), sin Paz Soldán (pues había sido nombrado juez y auditor en la Marina en el Callao), apareció brevemente en 1850, donde La Aurora quedó a cargo José Silva Santisteban, quien fue corresponsal de Lima durante la primera época.

Todos los números consignaron los

santos del día, así como los fenómenos atmosféricos, noticias, artículos de educación, variedades, remitidos y avisos, entre otros. El ejemplar del 1 de junio de 1850, digitalizado por la British Library, se encuentra en estado deteriorado.

Existencias digitalizadas: Los siguientes números pueden ser consultados a través de la British Library: Tomo I, 1849: nros. 81, 82 y 95 Tomo II, 1850: nro. ¿? (1. jun.) [Deteriorado] Los siguientes números pueden ser consultados a través de la Biblioteca Digital de la Biblioteca Nacional del Perú: Tomo I, 1848-1840: nros. 1-79 Referencias bibliográficas: Paz Soldán, Mariano Felipe (1879). Biblioteca Peruana. Lima: Imprenta Liberal.

Ravines Sánchez, Tristán (1999). El periodismo en Cajamarca. Boletín de Lima, 21(118), 45-85.

Créditos: British Library, Google Books, Biblioteca Nacional del Perú Elaborador: IQT

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Feria Virtual del Libro de Cajamarca, Perú CONVOCATORIA

El comité organizador de la Feria Virtual del Libro de Cajamarca, Perú, convoca a artistas literarios y de otras artes, escritores, investigadores, editores, conferencistas y personas ligadas a la promoción del libro y la lectura, a participar en la quinta edición que se realizará el 21 y 22 de septiembre de 2024.

La recepción de propuestas de participación de personas naturales y/o jurídicas, se hará del 1 de enero al 15 de febrero 2024, en el correo: feriavirtuallibrocja@gmail.com.

Cajamarca, enero 2024.

Ingresa y reencuéntrate con tus autores preferidos

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Cajamarca, Perú, domingo 14 de enero de 2024 Imagen: DR youthareawesome

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