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Ya revisaste tu refrigerador?

La Fiscalía General de Justicia local reconstruyó los hechos del 10 de marzo pasado, sobre el choque de dos trenes en Metro Tacubaya Cadena de errores Al salir de la estación Tacubaya con rumbo a Observatorio, el conductor del convoy 33 recibió alertas en su tablero de control; el sistema de seguridad del tren actuó, bloqueándose en automático 1 2 3 4 5 El conductor estaba obligado a aplicar el frenado del convoy, mediante la maniobra de estacionamiento de emergencia en rampa La reguladora de la línea instruyó al conductor a avanzar, en lugar de realizar la medida que habría mantenido el convoy detenido de forma segura Durante ocho minutos, diferentes personas entraron y salieron de la cabina del conductor, cuando para ese momento se debería de haber puesto el frenado manual, con calzas en cada vagón, y desalojar el tren El conductor cambió el modo de pilotaje automático a manual limitado, con la autorización de la reguladora del Puesto Central de Control; en este modo de conducción no se cuenta con ningún dispositivo de seguridad del tren

Durante esos ocho minutos, el Puesto Central de Control debió ordenar que se aplicara el freno de estacionamiento de cada vagón, desalojar el tren y prevenir a tiempo al operador del convoy 38, que se encontraba en la estación Tacubaya, lo cual no ocurrió 6

Al deslizarse hacia atrás por la pendiente que existe entre las estaciones Tacubaya (subterránea) y Observatorio (de superficie), el tren alcanzó una velocidad de más de 50 km/h 7

De acuerdo a la caja negra, las maniobras provocaron que se perdiera la presión del aire del sistema de frenado Estación Observatorio

Estación Tacubaya

Error humano causó choque en Tacubaya INVOLUCRADOS, UN CONDUCTOR Y UNA REGULADORA

GRÁFICO: XAVIER RODRÍGUEZ

RESULTADOS DEL PERITAJE. La Fiscalía General de Justicia investiga como homicidio culposo y lesiones el incidente, en el que falleció un usuario

ARTURO RIVERA

La Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México informó que investiga como homicidio culposo y lesiones el choque de dos trenes del Metro en la estación Tacubaya del Sis tema de Transporte Colectivo (STC), el cual habría sido resultado de omisiones de operación incurridas por un conductor y una reguladora del Puesto Central de Control.

La Fiscalía concluyó que el hecho, en el que falleció una persona y otras decenas resultaron heridas, pudo evitarse si el conductor del tren 33 y la reguladora hubieran actuado conforme a los manuales técnicos operativos del STC, mismos que conocían y para los cuales fueron capacitados.

De acuerdo al peritaje de la FGJ, al salir de la estación Tacubaya con rumbo a la estación ter minal de Observatorio, el conductor del convoy 33 recibió alertas en su tablero de control que derivaron en que se activara el sistema de se guridad del tren, bloqueándose en automático. El conductor estaba obligado a aplicar el fre nado del convoy, mediante la maniobra de estacionamiento de emergencia en rampa, lo cual no realizó y tampoco le fue ordenado por la re guladora de la línea desde la Central de Control. En su lugar, la reguladora le indicó que avan zara, por lo que el conductor cambió el modo de pilotaje automático a manual limitado, desac tivando los dispositivos de seguridad del tren. Por más de ocho minutos, diferentes perso nas entraron y salieron de la cabina del conductor, tiempo suficiente para que se perdiera la presión del aire del sistema de frenado.

En todo ese tiempo, no se aplicó el freno de estacionamiento de cada vagón ni se desalojó el tren, lo que habría evitado víctimas.

El tren 33, que fue el que se deslizó hacia atrás por la pendiente entre las estaciones Tacubaya y Observatorio recibió su último mantenimiento el 9 de marzo pasado y funcionaba correcta mente, incluyendo el sistema intrínseco y re

LUIS CARLOS ROMERO PANDEMIA. En el Metro cada vez se observa menos gente debido a la contingencia por Covid-19.

dundante de seguridad operativa.

Por este incidente, la Línea 1 operó parcial mente durante siete días (mientras se retiraban los trenes involucrados y se reparaban las vías), afectando a más de 70 mil personas diariamen te en el tramo Chapultepec-Observatorio.

En el peritaje de la FGJ participaron 12 espe cialistas y es coincidente con el de la empresa alemana TÜVRheinland, que fue contratada por el Gobierno capitalino para elaborar un dictamen independiente a partir de los análisis de caja negra, radio Tetra, telefonía fija, videos y documentos técnicos.

De los tres incidentes de este tipo ocurridos en el Metro, el del 10 de marzo pasado se ase meja al del 20 de octubre de 1975, cuando un conductor no obedeció la indicación de bajar la velocidad y detener el tren, lo que provocó la muerte de 31 personas; por su negligencia, el operador pasó 12 años en prisión.

El otro incidente ocurrió el 4 de mayo de 2015, también por un error humano, en la estación Oceanía, cuando el conductor no obedeció la indicación de pasar de pilotaje automático a manual en una pendiente, mientras se encon traba en condiciones de lluvia.

AGUAS PROFUNDAS FERNANDO DE LAS FUENTES

delasfuentesopina@gmail.com

No quiero violar en mi persona la dignidad de la humanidad Kant L os virus son más antiguos y mucho, muchísimo más abundantes que los seres humanos. Se calcula que están en el planeta hace cuatro mil millones de años y que existen alrededor de 10 quintillones de microorganismos virales.

De acuerdo a la revista científica Nature (17 de agosto de 2016), dos son los am bientes que contienen la mayor diversidad viral: el organismo humano y los océanos. Está claro: virus y ser humano han coe xistido en simbiosis. Esto quiere decir que han llegado a una asociación de mutuo beneficio para su desarrollo, aun cuando hayan tenido que guerrear biológicamente en primera instancia. A esto se le conoce como “coevolución”.

Esta es una muestra clara de que no es la destrucción de lo que me parece ame nazante lo que asegurará mi sobrevivencia, sino la adaptación. Hasta los virus lo entienden. Nosotros, evidentemente, no; por eso intentamos constantemente, de diversas maneras, someternos o anularnos unos a otros y a casi todo lo que nos rodea. Contrario a este paradigma dominante en la humanidad hasta hoy en día, la pan demia que nos tiene tan asustados nos está mostrando que la adaptación a las nuevas condiciones en el mundo que hemos crea do debe basarse a priori en cuidarnos unos a otros.

Charles Darwin lo explicaba así: “entre los animales para quienes la vida social era ventajosa, los individuos que encontraban mayor placer en estar juntos, podían esca par mejor de diversos peligros; mientras que aquellos que descuidaban más a sus camaradas y vivían solitarios, debían pe recer en mayor número”.

Es evidente, por lo hasta aquí descrito, que bajo ningún concepto está nuestra especie en peligro en esta crisis. Estamos en una de incontables etapas adaptación a un virus. No pretendo con esto restarle impor tancia a lo que sucede a nivel mundial, de ninguna manera, sino centrar la cuestión. Es el peligro personal, individual, al que estamos expuestos usted, yo y cada uno de nuestros seres queridos, lo que hace rele vante esta crisis mundial de salud.

Es la conciencia de que dependemos de los desconocidos, de que la pérdida de un ser amado puede venirnos de cualquiera que no le dé la suficiente importancia al asunto, y por tanto no tenga los cuidados necesarios, lo que nos ha impulsado a to mar acciones para no ser nosotros mismos ese desconocido. Y es la certeza de que a pesar de ello seguirá habiéndolos, lo que nos hace entrar en pánico.

Como bien se sabe solo en la minoría de los casos el coronavirus es mortal. Ya han sido suficientemente difundidas las condi ciones en que puede serlo. Solo que ninguno de nosotros quiere ser parte de esa minoría, ni ver en ella a nuestros seres amados.

Evidentemente nos encontramos ante la necesidad de un cambio en nuestra forma de ver el mundo y afrontar sus problemas. Cambio es adaptación, adaptación es so brevivencia.

He aquí la oportunidad: el virus nos mandó a nuestras casas en algo que hemos llamado históricamente cuarentena, un periodo de aislamiento para evitar conta gios y/o daños mayores en una situación crítica. Y veo con alegría que la gente está entendiendo de qué se trata realmente.

La cuarentena es un asunto físico sí, pero con un fondo muy místico. Su propósito real es la transformación, no solo de estilo de vida, sino de forma de pensar y sentir, requisito indispensable para la adaptación y el desarrollo.

Aunque se usa el término en general para designar cualquier período de aisla miento, inicialmente se trataba de 40 días, los que le tomó a Cristo saber exactamente quién era y asumir su misión, los que estu vo Moisés en la montaña para recibir los mandamientos, los que llovió en el diluvio, los que tomaba renacer para los egipcios. Sin duda renovación. La pregunta es ¿qué implica renovarse en el Siglo XXI para prevalecer como especie, en lugar de au todestruirnos? Intentaré dilucidarlo en el siguiente artículo.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.

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