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CAPÍTULO III

3.1 Conclusión

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La creación del FOBAPROA ha sido uno de los acontecimientos políticos y financieros más escandalosos de la historia mexicana porque el poder ha salvado sus malos manejos o coste de los contribuyentes mexicanos. El FOBAPROA fue una dependencia de ahorro con el fin de ser un plan de contingencia a los bancos, fue creado en 1990, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, quien, en conjunto con su partido de procedencia, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), propusieron la estrategia. Sin embargo, fue el presidente sucesor, Ernesto Zedillo, quien llevó a cabo su implementación y desarrollo hasta 1995.

El desarrollo del FOBAPROA estuvo delimitado por la crisis económica que suscitaba en el país, donde diversos factores como la baja en las reservas de la nación, la inversión extranjera y la volatilidad de los precios, provocaron que las tasas de interés se dispararan lo que resultó que empresas y la ciudadanía en general dejaran de pagar ante los bancos, quienes tenían un mal manejo de gestión de deudas y cuotas lo que provocó su caída. Ante esta crisis el FOBAPROA salió al rescate de los bancos, sin embargo, la escena bancaria estaba envuelta en distintas polémicas como fraudes, evasiones fiscales y malas prácticas de empresarios. Gracias a estas acciones más es aumento inimaginable de la deuda, hicieron que el gobierno tomara la decisión de pasar el adeudo como un tema en el que toda la ciudadanía tenía que participar y la liquidez pasó a ser un problema estatal. Esta práctica fue considerada como un caso de corrupción por parte de los bancos en conjunto del gobierno quienes pasaron las deudas de las instituciones como un deber público, el cual sigue siendo cobrado a través de los impuestos de la ciudadanía dejando limitada la infraestructura de otras áreas como salud, educación, seguridad, movilidad, entre otras.

Desde la privatización de la banca en 1991 y 1992 bancos como Banamex, Bancomer y Banorte entre otros, comenzaron a otorgar créditos de forma desmedida y sin control.

En 1998 el expresidente Ernesto Zedillo mando cuatro iniciativas con el objetivo de crear un marco legal que redujera las posibilidades de una nueva crisis bancaria, así como para crear mecanismos más eficientes de supervisión a las actividades de crédito y facilitar la capitalización de los bancos. Gracias a esto se promulga la Ley de Protección al Ahorro Bancario (LPAB) en diciembre de 1998, donde se propuso la creación del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) como un intento de lanzar un “nuevo sistema de protección al ahorro bancario” . Entonces el gobierno federal acudió al rescate de los banqueros y los ahorradores con recursos públicos, compró la cartera vencida de los bancos a través de pagarés del Fondo Bancario de Protección al Ahorro.

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La reactivación del FOBAPROA fue la estrategia del gobierno para evitar el colapso, con este fondo al que se le añadió dinero público, se diseñaron programas de rescate financiero para evitar la quiebra masiva en la economía del país.

La deuda pública se estimo cerca de los 60 mil millones de dólares de aquella época y al no tener fondos suficientes, el gobierno optó por privatizar 18 bancos. Además, otro problema fueron los intereses y las comisiones de la deuda, ya que se triplicó de 10,950 de pesos en el presupuesto de 2015 a 35,850 millones.

De este hecho hay argumentos tanto buenos como malos; por ejemplo, el argumento principal de los defensores del FOBAPROA es que los costos totales de no haber rescatado a la banca hubieran sido mayores debido al pánico que se pudo haber generado en los mercados financieros, profundizando la crisis iniciada en diciembre de 1994, mientras que, el más importante argumento en contra es que la expropiación habría sido menos costosa y habría dado lugar a una menor corrupción.

En definitiva, hubiera sido peor dejar quebrar el sistema financiero mexicano, porque el colapso de los bancos hubiera significado la quiebra de prácticamente toda la economía del país, incluido el patrimonio de la gente. Donde puede ser más debatible el uso del FOBAPROA es con la alternativa de haber nacionalizado los bancos. No obstante, ello no hubiera evitado que el Estado mexicano utilizara recursos públicos para solventar las deudas de privados. Y no se refiere a la de los banqueros, si no a los miles de personas que dejaron de pagar sus créditos porque estos se volvieron impagables como consecuencia de la crisis.

Este suceso ha sido una de las maniobras más escandalosas porque los banqueros salvaron sus “malas” finanzas y se enriquecieron gracias al visto bueno de la clase política.

El sistema bancario y financiero de México de hoy es completamente diferente a la década de los 90. Existe una amplia regulación bancaria, un buró de crédito que analiza la capacidad de pago de los clientes y el Banco de México supervisa la liquidez del sector.

La aplicación del FOBAPROA tuvo tanto ventajas para las empresas y bancos como desventajas para la sociedad mexicana ya que actualmente tiene una enorme deuda que se está pagando con cobrar altos impuestos. Es tan grande la cantidad de dinero endeudado que próximas generaciones mexicanas seguirán pagando por los errores políticos y financieros de 1994.

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