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Empápate de agua, mójate en Extremadura
Es habitual que en verano busquemos el contacto con la naturaleza y el agua, y que empecemos a planear los viajes no sólo para conocer nuevos lugares o visitar a familiares y amigos, sino también para aprovechar el tiempo libre en un entorno recreativo que nos permita disfrutar plenamente de la naturaleza. Bañarse en las frescas aguas de un río, o una garganta natural, es un placer que cada persona debía tener, cuanto menos, una vez en la vida.
El recurso agua, tan vital para la vida humana y sus quehaceres coti-
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dianos, se ha convertido a lo largo del tiempo en un atractivo sobre el cual descansan muchas actividades que forman parte del turismo. Extremadura es un templo del agua. La región cuenta con 65 espacios autorizados destinados al Turismo de Agua Dulce, entre los que se incluyen cuarenta piscinas naturales, diecisiete playas fluviales y ocho playas situadas a orillas de los embalses. En Extremadura es un privilegio poder disfrutar de ella. No es un secreto que Extremadura es agua, que sus piscinas naturales, playas, gargantas son un destino







cada vez más demandado por quienes buscan un entorno diferente donde se conjuguen agua y paisaje, gastronomía y descanso. Extremadura rompe los mitos y tiene en el agua uno de sus mejores atractivos; un regalo para quienes huyen de playas abarrotadas y buscan la excelencia y la originalidad. Porque Extremadura es agua, empápate de Extremadura este verano.



