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EL CONSUMO DE SUSTANCIAS
Según Sharon Levy (2022) comenta que “El consumo de sustancias entre los adolescentes puede ir desde la experimentación a trastornos graves por consumo de sustancias. Todo el consumo de sustancias, incluso el consumo experimental, pone a los adolescentes en riesgo de sufrir problemas a corto plazo, tales como accidentes, peleas, actividad sexual no deseada y sobredosis. El consumo de sustancias también altera el desarrollo cerebral de los adolescentes.
Los adolescentes son vulnerables a los efectos del consumo de sustancias y corren un mayor riesgo de desarrollar consecuencias a largo plazo, como trastornos de salud mental, bajo rendimiento en la escuela, un trastorno por consumo de sustancias y mayores tasas de adicción, si consumen regularmente alcohol, cannabis (marihuana), nicotina u otras drogas durante la adolescencia.
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La Conducta Antisocial
Según Isabel Rovira Salvador (2019) menciona que “la conducta antisocial entendemos al conjunto de comportamientos, prácticas, o actuaciones que tienen como objetivo la perturbación del orden social o la agresión a este. De la misma manera, todos aquellos discursos que fomentan este tipo de actos, también son considerados como parte de las conductas antisociales. Las personas con conducta antisocial pueden establecer el foco de su actuación tanto en espacios o propiedades ajenas, mediante actos de vandalismo, robos o atracos, como con la intención de perjudicar otras personas mediante agresiones, ataques y ofensas, así como abusos y acoso”.

Estos factores se dividen en factores individuales, familiares y de contexto.
1. Factores individuales
Elementos como el temperamento o la personalidad, así como la impulsividad y los problemas de atención o la dificultad para adaptarse a los cambios pueden ser factores de riesgo básicos para el desarrollo de conductas antisociales
Igualmente, la falta de habilidades para resolver problemas, un bajo ajuste escolar o social y una carencia de habilidades sociocognitivas, dificultan que la persona encuentre alternativas eficaces y satisfactorias en la resolución de conflictos más allá de las conductas antisociales.

2. Factores familiares

El ambiente familiar así como los estilos de crianza son esenciales a la hora de favorecer la aparición o desarrollo de conductas antisociales. Experiencias como la separación de los padres, los cambios de hogar o vivencias de situaciones más extremas de abuso o violencia doméstica pueden resultar desencadenantes para estas conductas.
3. Factores ambientales
El contexto sociocultural, la influencia de los medios de comunicación, de la escuela, los grupos de iguales o algunas instituciones, agrupaciones o asociaciones también pueden favorecer o alentar las reacciones agresivas, violentas o coléricas de algunas personas.
1. Trastorno antisocial de la personalidad
Según los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV), el trastorno antisocial de la personalidad se define por la aparición de un patrón de conducta que revela un desprecio general de las normas y los derechos de los demás.
Los principales síntomas o señales de este diagnóstico incluyen la infracción de las normas, el engaño y la manipulación como los principales rasgos distintivos de este trastorno. Así como la impulsividad, la falta de remordimientos o la despreocupación por la seguridad ajena.
2. Trastorno disocial de la personalidad

En este segundo caso, los comportamientos son prácticamente iguales que los del trastorno antisocial de la personalidad, pero con la diferencia de que se manifiestan en una edad más temprana, concretamente en la etapa infantil o durante la adolescencia.

Estos comportamientos categorizados como antisociales deben darse de manera recurrente y ser cualitativamente mucho más graves que las conductas típicas de rebeldía que se esperan a dicha edad.
Sexualidad Responsable
Fomentar y apoyar una educación propicia para nuestros niños y jóvenes forma parte de uno de nuestros pilares de Responsabilidad Social. Es por ello que de la mano con Asociación Civil de Planificación Familiar (PLAFAM) y el Instituto Venezolano Suizo Henri Pittier damos inicio al nuevo programa educativo “Sexualidad Sana y Responsable”, apalancado en nuestra Huella Educativa, el cual tiene como finalidad formar y empoderar a los estudiantes en temas de sexualidad y planificación familiar.
¿Qué claves hay para ofrecer una educación sexual responsable?
Hablar: Es muy importante hablar del tema desde edades tempranas con sus hijos, en términos sencillos, claros y manejables de acuerdo con la edad en la que se encuentra.
Informarte: Conocer acerca de los métodos anticonceptivos para la prevención de un embarazo no deseado y la prevención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) es fundamental.
Planificar: La planificación familiar es el método para tener una reproducción responsable, el derecho básico de la pareja de decidir de manera libre y responsable cuántos hijos tener y cuándo.
¿Cuáles son las características de la sexualidad responsable?


1. Hablar con naturalidad: este tema no debe ser un tabú y tampoco debe tratarse como algo impropio, hacer preguntas, acercarte al médico de tu escuela, psicólogo o a tus papás para aclarar cualquier duda, no debe ocasionarte problema alguno.
2. Disfrutar de tu sexualidad libremente: experimentar y vivir situaciones sexuales siempre y cuando sean lícitas, es tu derecho. Pero recuerda que no debes permitir que nadie te presione, afecte tus emociones o ignore cualquiera de tus decisiones.

3. Cuidar tu salud: una vez que comienzas una vida sexual es muy importante visitar a tu médico, realizarte chequeos, análisis u otros estudios para checar tu salud.
4. Conocer métodos anticonceptivos: actualmente existen diversas opciones para protegerse de las ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) y embarazos no deseados. Exigir el uso de un método anticonceptivo es tu derecho.