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Microplásticos, la amenaza invisible

Marcela JUNÍN

Fundación de Historia Natural Félix de Azara. Conicet Universidad Maimonides. marcela.delmar@gmail.com

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Omnipresentes, invisibles, quasi inmortales… no hablamos de una deidad sino de una creación humana.

Con un promedio de vida de por lo menos 500 años una vez que es liberado al ambiente, el plástico no desaparece, sino que se va fragmentando hasta partículas diminutas que clasificamos en escala micro e incluso nano. Para ser considerado microplástico un fragmento tiene que medir menos de 5 mm, el equivalente al tamaño de medio grano de arroz.

Los micro plásticos se distribuyen por todos los sistemas de la tierra, están en el agua que bebemos, en el alimento que comemos, inclusive en el aire que respiramos. Cada segundo se arroja al agua 200 kg de plástico a escala macro, el plástico visible: 70 % se van al fondo marino, 15% flota, amenazando en forma directa a la flora y a la fauna, animales estrangulados en redes, ahogados, sus estómagos empastados con plásticos es denunciado por los grupos ecologistas y científicos que han tratado de mitigar este daño desde hace décadas.

Pero estamos ciegos ante los daños invisibles que el reciclado no evita. Actualmente se estima que desde que se han comenzado a utilizar en escala masiva desde los años 50-60 de la centuria pasada han entrado a los ecosistemas unos 8300 millones de toneladas de plástico. Cada segundo se compran 20.000 botellas plásticas, cada año entran al mar 8 millones de toneladas de plástico, en algunas playas de Hawai se ha encontrado que hasta un 15 % de arena son gránulos de plástico. Existen islas de plásticos en varios océanos….

Solo un 14 % de los plásticos producidos se recicla, y el reciclado no constituye una solución a los microplástico… es solo un paliativo de la escala macro. Un 6% de peces de las especies comerciales y un 60 % de las aves marinas tiene plástico en sus estómagos.

Para 2050 se calcula que el peso del plástico en los océanos va a superar el de todas las especies marinas incluidas las masivas ballenas.

En tanto no tiene efectos inmediatos y directos en los organismos de mayor tamaño, solo una partícula de microplástico puede matar a un alga azul verde, las algas de las cuales depende la mayor parte del oxígeno generado en el planeta tierra.

Con una permanencia de por lo menos 500 años los plásticos se fragmentan y degradan, pero no desaparecen de los ecosistemas... solo dejamos de verlos.

Los ocho millones de toneladas de plástico que entran anualmente al mar serán transformados por oleaje, luz solar y microrganismos en microplástico y nanopartículas.

Los microplástico no solo provienen de la degradación de los microplásticos, sino que son empleados directamente en innumerables industrias, cosméticos, cremas, dentífricos, productos de limpieza por solo nombrar algunos, solo en Europa la industria que emplea microplástico produce 3125 toneladas al año de los mismos.

En el congreso de gastroenterología de Viena de 2018 se comunicó que se habían encontrado al menos una docena de distintos microplásticos en las heces de personas de distintos países, fueran los mismos productores de productos que los incluyen o no. El tamaño de los mismos oscilaba de 50 a 500 micrones (1 micrón es la milésima parte de 1 mm).

Los microplásticos no son secuestrados por las plantas de tratamiento de efluentes.

“Solo una partícula de microplásticos puede matar a un alga azul verde, las algas de las cuales depende la mayor parte del oxígeno generado en el planeta tierra

En un estudio realizado en Países bajos encontraron microplásticos en sangre humana Tan pequeños como 0,0007 mm, que pueden ingresar al cuerpo a través de la inhalación de partículas en el aire o la ingestión, ya sea en alimentos o envases de plástico, vajilla y cubiertos.

Las responsables de este trabajo son las investigadoras HEATHER LESLIE y MARJA LAMOREE, de la Universidad Libre de Ámsterdam (Vrije Universiteit), quienes constatan que minúsculos trozos de plástico provenientes de nuestro entorno vital pueden ser absorbidos por el torrente sanguíneo humano. Las científicas encontraron partículas en 17 de 22 muestras de sangre, y las más comunes provienen de PET (tereftalato de polietileno), el plástico utilizado para las botellas de bebidas y los envases de alimentos.

Si bien, el tamaño del tubo digestivo humano no puede ser bloqueado por los microplásticos que son eliminados por el intestino, hay un efecto oculto y peligroso: “LAS PARTICULAS SON PORTADORAS DE OTROS COMPUESTOS QUIMICOS TOXICOS, PELIGROSOS Y LOS DESCARGAN EN EL CAMINO”. Son Bifenilos policlorados o polibrominados, dioxinas y muchos más…Estos compuestos se acumulan a lo largo del tiempo (bioacumulación) y son peores sus efectos cuanto más alto estamos en la red trófica. Como carnívoros que consumimos presas grandes de tamaño, estamos arriba, (como los delfines), este fenómeno de denomina biomagnificación.

La toxicidad crónica que provocan es variable, algunos son disruptores endocrinos por imitar a las propias hormonas del cuerpo, otros producen mutaciones del ADN causando cánceres, infertilidad, alteraciones del desarrollo y enfermedades neurodegenerativas.

¿Estaban estos tóxicos presentes en el agua o en la dieta antes? Si. Y se vienen detectando desde hace décadas en escala creciente pero los microplásticos los transportan en su superficie o embebidos en ellos y magnifican las cantidades que llegaban previamente a nuestro organismo

Un 6% de peces de las especies comerciales y un 60% de las aves marinas tiene plástico en sus estómagos

También llevan fármacos como antibióticos o productos hormonales… incluso se ha encontrado sildenafil (viagra) en microplásticos.

¿Qué podemos hacer? tomar conciencia y tratar de excluir todo lo que podamos los plásticos de nuestra vida diaria Cambiar a envases reutilizables no plásticos. Seamos conscientes que el reciclado no soluciona el problema a escala micro. Pensemos por ejemplo los lácteos líquidos, que se encuentran en el mercado solo en envases plásticos.

Hasta el advenimiento de los envases biodegradables, no es la solución a los microplásticos el reciclado. Para disminuir la ingesta, si es que podemos, no utilizar vajilla plástica para calentar al microondas y no utilizar vasos plásticos. Es apenas algo. Pero la conciencia de la omnipresencia, invisibilidad e inmortalidad de los microplásticos debe sumarse a nuestra vida diaria.