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Cosmética Capilar

El pelo es un apéndice cutáneo que tiene un com E portamiento característico. Es un órgano altamente sensible, tiene una importancia vital para el buen funcionamiento de nuestro ser. Su presencia en exceso o su ausencia puede causar repercusiones sicológicas serias.

El pelo de la piel cabelluda tiene una vida media de 2 a 6 años para terminar su ciclo e iniciar uno nuevo, crece 0.4 mm por día, no es solamente para vernos más atractivos. Nos mantiene abrigados conservando la temperatura, adicional es un signo de bienestar, salud y belleza, de allí su relevancia en la vida de las personas. En este artículo hablaremos de su relación con los cosméticos capilares disponibles en el mercado.

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En los últimos años ha crecido el mercado de los productos capilares, aspecto que ha hecho complejo el control y manejo adecuado de éstos, pues algunos productos pueden tener impactos negativos sobre el pelo y contribuir a la caída o deterioro del mismo.

Lo más importante a tener en cuenta a la hora de enfrentarnos a un cuidado capilar desde el punto de vista cosmético, es conocer las principales estructuras del pelo; que son la cutícula, la corteza y la médula. La cutícula es la capa externa dura que protege la fibra capilar, cuando ésta se encuentra sana, nos da el brillo y la suavidad. La corteza, que rodea a la médula y es la parte principal del cabello, le confiere la forma, la textura, el color y la estabilidad y por último la médula, está en el centro y es blanda, allí se encuentran los pigmentos naturales, su estructura es porosa y determina el color del cabello.

En la categoría de los cosméticos que afectan o que modifican la cutícula se encuentran los champús, los

acondicionadores y los productos para peinar. Los champús están constituidos principalmente por detergentes, agentes espumantes, acondicionadores, espesantes y aditivos, es importante escoger productos específicos según las características individuales por ejemplo se pueden utilizar champús con detergentes aniónicos (o champús con sal), con sustancias como té, limón o romero cuando nos enfrentamos a un pelo graso o surfactantes catiónicos (o champús sin sal) y sustancias como aceite de coco, lanolina, trigo o pantenol para el pelo seco.

En cuanto a los cosméticos que tienen impacto en la corteza, está el uso de sustancias químicas que alteran la estructura normal de la fibra capilar y producen usualmente cambios duraderos en el tiempo, esto ocurre por ejemplo con tinturas o alisados permanentes, que tienen repercusiones en la forma y el color, dando en muchas ocasiones como resultado un daño marcado en la fibra capilar: horquilla, fractura, caída, poco brillo y fragilidad.

En el caso de sufrir una patología capilar como caída o alopecia no se deberán usar estos cosméticos sin autorización médica ya que podría agravar la alteración patológica. Los cosméticos son de uso exclusivamente estéticos y únicamente se aplican en piel y cabellos sanos, además por personal capacitado.

Cuando los dermatólogos nos enfrentamos a las enfermedades del pelo, no solo debemos evaluar las características propias de las personas, sino realizar un abordaje integral de los cosméticos capilares que debe usar ya que pueden contribuir a promover el crecimiento y fortalecimiento o por el contrario pueden alterar, agravar, empeorar o incluso causar la enfermedad.

Por lo anterior, el dermatólogo es la persona idónea y capacitada para tratar todas las patologías que alteran al cuero cabelludo y los folículos pilosos, así mismo orienta en la elección de los productos cosméticos para el cuidado y la limpieza. La clave de un buen tratamiento, reside en un diagnóstico especializado.