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EL ARTE DE FUMAR Un Buen Puro

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JOHNNY TAVERAS

JOHNNY TAVERAS

Quizá fumar un puro no es tan habitual, pero quienes son amantes de los habanos, conforman en el mundo un gran grupo de sibaritas que disfrutan, siempre que pueden, de este noble arte de saborear con intensidad cada calada.

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Aunque, en ocasiones, los que no son habituales de esta práctica, pero sí les gustaría ser amantes de la misma, no saben muy bien cómo disfrutarla al máximo. Para ellos, queremos compartir algunos consejos que harán más fácil disfrutar de un buen puro.

El primer proceso, mucho antes del encendido y la degustación, es la fase visual. Como si de un vino se tratara, el mundo del habano está asociado a todo un ritual con la vista.

Hay que revisar el habano que se quiere fumar, ver qué aspecto tiene: color y textura, dos elementos esenciales.

Es muy importante también que esté conservado con la humedad debida, porque eso hará que no esté seco ni excesivamente húmedo, pues no se podrá fumar correctamente.

Un Poco De Historia

El tabaco es una planta originaria de América del Sur, se dice que llega a Cuba entre los dos mil o tres mil años antes de nuestra era. Los aborígenes cubanos (en su mayoría compuesto por el llamado indio taíno) eran fieles consumidores de tabaco; para ellos era como una especie de medicina e imprescindible para acompañar ceremonias sociales, políticas y religiosas, por lo que formaba parte de sus principales cultivos.

A la llegada de los españoles a Cuba a principios del siglo xvi, la planta de tabaco se extiende por el mundo, desencadenándose instantáneamente una fuerte pasión por él; España cuenta con el mayor número de adeptos.[cita requerida] Luego se extendió a otras partes de Europa, donde se establecieron las más serias sanciones hacia el tabaco. Curiosamente, mientras más lo prohibían más se expandía su terreno de empleo con fines medicinales.

Hay que revisar el habano que se quiere fumar, ver qué aspecto tiene: color y textura, dos elementos esenciales. Es muy importante también que esté conservado con la humedad debida, porque eso hará que no esté seco ni excesivamente húmedo, pues no se podrá fumar correctamente.

También es necesario ver si la capa está estirada y cómo. Es decir, si la capa más exterior del puro envuelve perfectamente el cigarro, evitando que se queme de forma incorrecta.

No te olvides del color. No pienses que porque tu puro tenga un color más oscuro, eso significa que tendrá unos aromas más intensos. No, no tiene por qué ser así. Toma en cuenta esto: las hojas más oscuras suelen ser también las más dulces.

Antes de encenderlo, toma en cuenta que es conveniente acercarlo a la nariz y comenzar a descubrir los aromas, que más tarde, con cada calada, se descubrirán en la boca.

Una vez que has utilizado la vista y el olfato, te recomendamos que uses el tacto. Así, verás (ya que todavía no eres un fumador experto) que el grosor y el tamaño del puro determina, entre otras cosas, la suavidad del mismo. Anota bien los siguientes datos:

-Grosor: cuanto mayor es el grosor de un puro, éste arde más lento y esto hace que aporte una mayor suavidad en aromas que uno más fino, que además se quemará mucho más rápido.

El tabaco puro, originario de América, crece en cantidades significativas en zonas tropicales de México, Cuba, la República Dominicana, Honduras, Filipinas, Brasil, Nicaragua, Colombia, islas Canarias, Ecuador, Camerún e Indonesia.

-Longitud: es la que determina la intensidad de sabores y aromas a medida que se va fumando. Si quieres disfrutar de tu momento, elige mejor uno más largo, ya que encontrarás los mejores aromas más o menos cuando estés a la mitad.

Muchos consideran esta pasión como un método de inversión, ya que al tener un vehículo de edición limitada o un vehículo que no es fácil conseguir y más con los años de fabricación que tiene entonces suben de valor.

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