Edición 19 Septiembre 2020

Curacavíve La Revista de las Buenas Noticias

VIDA, CULTURA Y DIVERSIDAD Curacaví - María Pinto - Casablanca

Contenido Entrevista Andrea Muñiz.

Rafael Jiménez.

Reportaje Santuario Virgen de las Peñas 40 Años después por Luis Sakurada

Fotografía: Luis Sakurada

Proyecto Cultural Archivo Fotográfico Digital Natalia Flores Betsy Cabezas Palabras de Esperanza Padre Alex Ponce.

EDICIÓNDIGITAL AÑO 4 / Edición N°19 / SEPTIEMBRE 2020 / Diseñada y Producida por Editorial Nibaldo A. Guerra Figueroa EIRL Colaboración Especial: Eva Velandia Aranguren / www.issuu.com/curacavivelarevista

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La escultura de Mafalda en San Telmo fue inaugurada en 2009

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Adiós a Joaquín Lavado

reó al personaje de historieta más famoso de Argentina y uno de los más queridos del mundo hispanohablante: Mafalda, la niña más contestataria del humor gráfico latinoamericano.

Joaquín Lavado, más conocido por su apodo y pseudónimo: “Quino”. falleció a los 88 años como consecuencia de un accidente cerebrovascular en Buenos Aires, el lugar donde residía su creación más popular.

A pesar de que Quino publicó sus amadas historietas de Mafalda hace medio siglo (entre 1964 y 1973), estas nunca perdieron vigencia.

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entrevista

ANDREA

uñiz

“Lo mío es lo lindo y lo colorido, mis pinturas dan alegría, son como contar un cuento, una historia, pero que cada uno lo interprete a su manera...”

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i niñez fue muy apegada a mis abuelos, soy la nieta mayor por los dos lados de la familia y de padres muy jóvenes. Mis abuelos marcaron una gran parte de mis rasgos y mi personalidad.

La Nené era mi bisabuela que me compraba los mejores regalos, íbamos a tomar té con ella todos los miércoles al Tavelli. La Lola, mi otra bisabuela, era maravillosa, no tenía ni uno, leía naipes y me enseñaba canciones cochinas. Ella

de joven dejó todo por amor y se fue a vivir la vida loca a Francia en los años 30, fue muy juzgada por la sociedad, era una viejita linda y sonriente. Mi tata René, me apretaba la mano fuerte para cruzar la calle y corría gritando “corre corre que viene el bus”, me llevaba a caminar al cerro, me enseñó muchas manualidades con herramientas, además de hacer resortes, arreglar enchufes, entre otras cosas. Cuando tuve mi primer auto, fue el primero que se subió conmigo manejando, iba

pegado a la puerta de mi citroneta y gritaba ¡Echen paja!

La Mimi era muy entretenida, aunque claro, ella ponía más orden que el tata, siempre estaba a la moda, usando lo más top y con gran vida social. Tenía una tienda de artesanía y arreglos florales en el Drugstore. Estudió paisajismo ya mayor y llegó a ser la directora del Club de Jardines.

Vibraba con los árboles y las flores y su buen gusto la llevó a ser muy top en la época, siempre marcó tendencia y me enseñó un millón.

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Cuando yo plantaba un árbol ella me enseñaba a qué distancia plantar uno de otro, cómo iban a crecer y lo más importante a observar la majestuosidad de cada uno. Ella lo sabía, porque ya había visto a muchos crecer. Me repetía como loro parlante cómo se hacían los arreglos florales, quién diría que me convertiría en decoradora de eventos hasta antes de la pandemia.

También estaba el Papá Pepe, ni me acuerdo de él en la niñez, me contaban que no 8

entrevista

“Bueno, fui una niña feliz, llena de abuelos, no tuve una pandilla de primos ni nada...Yo tuve abuelos...”

le gustaban los niños. Sin embargo, en mi adolescencia me entretuvo mucho con sus historias sobre viajes y aventuras extremas. De él aprendí a contar las historias a COLOR!.

Por último dejo a mi Pita, la persona más importante en mi vida, con quien tuve una conexión al alma. Fue mi pilar, me hizo sentir segura y querida. Una vez le pedí que me escribiera una dedicatoria en un libro de recuerdos, no encontré la dedicatoria y un día mirando en la última página

del libro, encontré un mensaje que decía “Guarda siempre el último rincón para tu Pita”.

Ella nunca me pidió nada y me dio todo, tenía la virtud de escuchar y el don del silencio.

Todos los que me conocen, saben quien es la Pita y lo importante que fue para mi. Mi viejita linda, no hay día que no la extrañe.

Bueno, fui una niña feliz, llena de abuelos, no tuve una pandilla de primos ni nada. Son todos mucho menores. Yo tuve abuelos.

¿Qué recuerdos tienes de tu etapa escolar?

Me encantaban los recreos y mis amigas y amigos. Los fines de semana siempre los invitaba a la casa de la Pita, teníamos un club, pintábamos y nos disfrazábamos. Era muy entrete.

Tengo grandes amigas del colegio, lo único que me gustaba aparte del recreo y los amigos era Arte y las técnicas manuales, pero la profe era un plomo conmigo y por su culpa no estudié arte, pensa9

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entrevista

“Me repetía como loro parlante cómo se hacían los arreglos florales, quién diría que me convertiría en decoradora de eventos hasta antes de la pandemia”

ba “nunca seré como la vieja de Arte” (igual ahora lo soy).

Odiaba ir al colegio, vivía en Pedro de Valdivia Norte y el colegio estaba en La Reina, me iba sola en la micro y colgando. Era una tortura, aparte llegaba y lo encontraba todo fome, a todos iguales.

Siempre pensaba ¿¡cuándo se termina esta tortura!? De hecho aún tengo pesadillas en que me tengo que poner el jumper y vivir esa rutina otra vez. ¡Pero pucha que lo pasé bien en los recreos!

¿Dónde vivías entonces y quienes conformaban tu familia en esa época?

Viví mi niñez cerca de mis dos familias en Pedro de Valdivia Norte, con Jorge papá, mi mamá, nuestra nana Adelma, mis 4 hermanos: Fran, Jorge, Maca y Alf... y mi perro Tobías. ¿Por qué circunstancias llegas a vivir a Curacaví?

Me separé, vivía sola con tres niños en Chicureo, empecé a buscar nuevos aires, sentía que nos teníamos que dar la

“Tengo grandes amigas del colegio, lo único que me gustaba aparte del recreo y los amigos era Arte y las técnicas manuales, pero la profe era un plomo conmigo...” oportunidad de empezar bien los cuatro. Dejé todo botado y nos fuimos a vivir a Los Canelos de Miraflores, en la punta de un cerro, en una casita en donde fui inmensamente feliz y volví a agarrar fuerzas.

A los niños y a mí nos gustó, ahora vivimos en La Aurora y llevamos en total 8 años en Curacaví. ¿Cómo comienzas a interesarte por el arte?

No siento que en algún momento comencé, porque 11

“He expuesto en varias colectivas, en distintas galerías y ferias”

“Una vez me gané el primer lugar del homenaje a Cervantes por los 400 años del Quijote de la Mancha” siempre estuvo el arte a mi alrededor. La artesanía, las manualidades, el color, lo estético y lo profundo. Es como que me preguntaran cuándo comenzó algo que siempre estuvo.

Como comenté, del colegio me gustaba el recreo, los amigos y pintar. Cuando salí del colegio me metí a estudiar Diseño de Ambientes, lo único que quería era algo corto, pensé que sería como en el colegio, pero nada que ver.

Me lucí en esa época, viajé a San Pedro con mis amigas y amigos a los 20 años y nos quedamos 6 meses, todos trabajaban de garzón para hacer lucas y yo de jardinera 12

y pintaba el restaurante en el que trabajaban mis amigos (La Estaka). Cambié un cuadro por comida y ese fue mi primer cuadro “vendido”.

Después de estudiar el técnico, trabajar y pasarlo bien, me di cuenta que era muy poco y me metí a los cursos de arte de la Católica e hice un diplomado. Pinté mucho, pero me fui más por el volúmen y la cerámica. Luego tuve dos hijos y la cerámica me daba tendinitis, así que comencé a incursionar en el papel maché y la moda. Trabajé como diseñadora de tocados para novias, hacía maravillas con mostacillas.

Luego perdí una guagüita y

quedé media bajoneada. Mi mamá me dijo que había una galla que hacía clases y que pintaba muy mi onda, con colores vivos y que había vivido en México. Me pagó el primer mes para que probara y ví la luz.

Conocí a Isabel Viviani, me enseñó a sacar lo que tenía adentro y encontré mi camino. Esto ya fue hace 15 años. ¿Cuál es tu fuente de inspiración al momento de crear tus obras y por qué te inspira aquello ?

Me encantaría ser una artista de denuncia social, que mi pintura tuviera el peso de poder expresar la contingencia,

un año para pintar, porque recién llevaba 4 meses pintando y me tiré al concurso de puro patuda. He expuesto en varias colectivas, en distintas galerías y ferias.

Me dan mucha plancha las exposiciones individuales, me siento como estando pilucha, y que me pueden leer la mente... me gustan las colectivas y el trabajo en grupo. ¿Qué artistas admiras y por qué ?

Sobre todos a Marc Chagall, lo tiene todo, adoro su composición, sus colores y fantasía. Cuando conocí a la Isabel Viviani vibré con ella, es la mejor exponente de realismo mágico en Latinoamérica.

Después de Chagall, me gustan muchos y siempre hay nuevos artistas que me encantan.

pero no es así, no es mi don.

Lo mío es lo lindo y lo colorido, mis pinturas dan alegría, son como contar un cuento, una historia, pero que cada uno lo interpreta a su manera, se fijan en detalles que tal vez para mi no eran lo importante.

Lo que pinto son cosas que voy sintiendo. Siento, pinto y respiro a la vez. ¿Dónde has expuesto tus obras?

Una vez me gané el primer lugar del homenaje a Cervantes por los 400 años del Quijote de la Mancha. El premio era una exposición en el Club de Las Brisas de Chicureo, por suerte me dieron un plazo de

¿Qué aconsejarías a un joven o jovencita que quisiera explorar el mundo de la pintura?

Esta es una buena pregunta en la que siento que puedo aportar con mi experiencia de más de 15 años haciendo talleres para jóvenes. La pintura es una forma de expresarse, de sacar para afuera, de comunicar, de dar. No existe lo lindo ni lo feo, hoy te puede no gustar una mancha y mañana será un gran aporte para tu composición, hay que atreverse a cagarla, no pasa nada, comienzas de nuevo, no te restrinjas, no te obligues y aprende a parar, ¡lejos lo que más me cuesta a mi! ¿Qué reflexión te deja esta pandemia que aún no acaba?

Como los seres humanos nos adaptamos a todo, cosas que pensamos que no podríamos jamás soportar, las soportamos y encontramos la manera. Los pintores vivimos harto al estilo pandemia, medio aislados. Cuando nos embalamos se nos olvida el mundo.

De todo lo malo y lo bueno de la pandemia, me quedo con

“Me gustaría poder aportar más en el lado artístico social de la zona.

Hago cuatro talleres y me gustaría hacer más, es para lo que soy buena y aporto”

lo bueno que es el optimismo de muchos para salir adelante, destacando a 100.000% a mi pareja, Felipe Bañados. ¿Algún sueño?

Mis sueños son ver a mis hijos bien, felices, con su camino bien armado, yo con eso me doy por pagada. ¿Alguna reflexión asociada a Curacaví?

LLegué molida a palos a vivir a Curacaví, con muchas esperanzas de lograr un nuevo y mejor futuro para mis hijos y para mi. Ha sido maravilloso, he ido sumando cariños.

El destino ha sido bueno con nosotros y he recibido mucho acá. Me gustaría poder aportar más en el lado artístico social de la zona. Hago cuatro talleres y me gustaría hacer más, es para lo que soy buena y aporto.

(Contacto de Andrea Muñiz por Instagram: andreamunizberguecio)

Curacavíve 13

, Rafael Jimenez

La historia de un embajador de

Colaboraciรณ 14

Salazar

Curacaví

De la ONU a la catástrofe en Haití

Por Italo Gianti ón exclusiva para Curacavíve

N

ació en la pequeña localidad de Nacimiento en la octava región. Llegó a Santiago en el año 1983 para comenzar su carrera dentro de la Escuela de Oficiales de Carabineros.

Ya como teniente, en 1989 fue trasladado como Jefe de la tenencia de carabineros en Curacaví, lugar donde se asentó, formó un hogar y extendió raíces. Sin embargo, viajó a Francia a representar nuestro país y posteriormente partió en misión de paz a Haití. Hoy, éste verdadero embajador chileno nos cuenta cómo fue su pasar por uno de los países más pobres del mundo y la razón por la que decidió hacer de Curacaví su hogar.

Estuviste en las comisarías de Maipú, Quinta normal, Curacaví, Pudahuel, María Pinto y además del aeropuerto. Claramente el paso de los carabineros por sus puestos de trabajo es muy transitorio ¿Por qué decidiste quedarte en Curacaví? “¡Nunca pensé quedarme en Curacaví! Conocí a mi actual mujer Isabel, pololeamos dos años y nos casamos; arrendamos una casa muy pequeña en la calle Williams Rebolledo que pertenecía a la familia Correa. Allí llegó nuestra primera hija Rocío y luego nos fuimos a vivir a las Rosas, donde recibimos a mis otras tres hijas. Curacaví me acogió y me ayudó a crecer como familia y profesionalmente”.

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Rafael Jiménes, al centro, como embajador de las Naciones Unidas

Tu salto fuera de Chile fue por primera vez en el año 1997 a Francia ¿Cómo se dio esa posibilidad?

“Se abrió un concurso para ganarse una beca que realizó la gendarmería francesa, había que tener dominio básico de francés, y como siempre me gustaron los idiomas, reforcé mi francés y luego de varias etapas fui seleccionado.

Allá estudié varios meses en Rockefort y luego me trasladé a Melun, muy cerca de París, para integrarme al curso de formación de oficiales de la gendarmería francesa, para formarme como gendarme”. ¿Cómo fue el encuentro con tus compañeros franceses?

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“Ellos tenían una mirada muy inferior del chileno, uno tiene que ganarse un espacio frente a la sociedad francesa; demostrar que tenemos nivel cultural.

Muchos no sabían dónde estaba Chile. Una vez me invitaron a comer y después me comentaron que pensaban que yo iba a comer con las manos. También me preguntaron si yo padecía alguna enfermedad a la piel, porque me bañaba dos veces al día.

Ellos luego de ejercitar se ponían el uniforme sobre su ropa deportiva y continuaban sus clases”.

“Recuerdo que los días lunes se izaban los pabellones patrios de cada nación que tuviera alumnos becados en la escuela; yo era el único chileno. Izaban la bandera chilena con nuestro himno frente a más de 600 franceses, tailandeses, estudiantes de África entre otros. Se te paraban los pelos, se te apretaba el corazón, estabas tú solo parado frente a tu bandera, representando a tu país. Me lo tomé en serio y me gané el premio al mejor alumno de la promoción, un gran mérito para un chileno, fue muy bonito”.

¿Recuerdas en aquella aventura algún momento que te haya quedado muy latente?

A tu regreso a Chile estuviste al mando de comisarías cada vez más grandes y con mayor contingente,

pero si habláramos de algo aún más grande, fue tu salto a Haití, ¿Cómo se produjo?

“En Haití hubo una gran desestabilización social y la O.N.U intervino. En el 2006 postulé para ser seleccionado y así me fui quince meses a Cabo Haitiano en

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“Podías respirar la muerte, su olor se sentía día y noche, y la brisa de la tarde hacía que ese olor se sintiera por todos lados y se te impregnara en el cuerpo...” misión de paz, funciones asociadas al respeto de derechos humanos. Allá viví de todo, la gente sufría mucho, debían comer con un dólar diario, no tenían luz ni agua potable; en comparación, Chile te parecía un paraíso.

Una noche mientras pasábamos frente a un servicentro -uno de los pocos lugares donde había generador eléctrico- divisamos una gran cantidad de niños bajo un farol, parecían polillas bajo la luz; me acerqué y me di cuenta que todos ellos estaban 18

con sus cuadernos estudiando, esos faroles eran la única forma de estudiar de noche. Ahí te das cuenta de tantas cosas que tenemos en la vida y aun así no logramos sentirnos satisfechos. Pese a todo, allá la gente siempre sonreía.

Luego fui Jefe de operaciones de la región norte de Cabo Haitiano, al mando de las estrategias de funcionamiento del contingente de O.N.U.; tenía a mi cargo personas de más de 120 países para realizar labores de integración de derechos humanos. Al ter-

minar aquella misión volví a Curacaví en el 2007”.

Luego ocurrió lo del gran terremoto de Haití, ¿no es así?

“En el 2009 estaba de vuelta en Haití como jefe del contingente chileno, y en un relevo pude venirme a Curacaví a pasar el año nuevo en casa. Debía volver a Haití el 16 de enero, pero en ese intertanto ocurrió la tragedia. Volé lo más pronto posible, pero el avión no pudo aterrizar porque la pista estaba destruida, así que nos diri-

gió hasta Santo Domingo, mientras desde nuestras ventanillas observábamos a Puerto Príncipe en el suelo, era como las películas apocalípticas, todo destruido, solo fumarolas. Llegamos a Haití y a los dos días ya me quería volver; era espantoso, no había nada, la gente herida en las calles, las mamás con sus hijos se aferraba a las puertas de los vehículos pidiendo agua y comida. Ya no teníamos cuartel porque el edificio se derrumbó por completo; así que solo nos quedó armar carpas y

camas de campaña para partir de cero. Contabilizamos 300.000 muertos con la premura del tiempo, uno supervisaba el acopio de cadáveres; al comienzo se juntaban y se hacía una fosa para ellos, pero llegaban y llegaban y ya no había tiempo de cavar, no quedaba más que juntarlos y quemarlos para que su descomposición no generara enfermedades al resto de la población. Era una cuestión de sobrevivencia. Podías respirar la muerte, su olor se sentía día y noche, y la brisa de la tarde hacía que ese olor se sintiera por todos lados y se te impregnara en el cuerpo.

Eran alfombras de cuerpos, de todas las edades y sexo, tenías que caminar entre ellos, cuerpos de padres abrazados a sus hijos; vivimos y caminamos con la muerte, esa era nuestra realidad.

Tu mundo se da vuelta, y lo único que te da aliento o un poco de tranquilidad era ayudar al resto, aferrarte a los valores que te enseñaron en casa.

Nunca en mi vida pensé vivir todo eso, no por estar a cargo estaba ausente del dolor o de la pena, pero había que ser fuerte para

poder motivar el personal que estaba conmigo.

Es triste ver que alguien sufre, por último nosotros estábamos mejor que ellos, sin heridas; entonces si ves a un niño que no ha comido y te queda mirando, ¿cómo te vas a llevar un pan a la boca?. Se lo entregas, es algo superior a ti”.

Postergaste estar con tu familia, vivir tranquilo acá en el pueblo ¿Qué te aferró a Haití?

“Sentía que estaba haciendo una labor que el mundo necesitaba que hiciera, para eso me formaron, para servir y ayudar a la comunidad en tiempos críticos, yo ahí tenía que estar, porque la función de un carabinero es hacia la comunidad, si no, no sirves.

Era la prueba que me puso el destino; vivir la miseria, el hambre, el dolor para reaccionar. Pero fue duro, es 19

duro no tener más medios para ayudar a la gente”.

“...lo que te hace crecer es ayudar, la mejor forma de sentirte bien contigo mismo es hacer que el otro sufra menos. Eso es lo que hay que transmitir a la juventud; la vida no es fácil, la vida es todos los días una cancha de obstáculos, y no se debe luchar contra el otro, sino ayudarle”

Y al vivir los contrastes entre Haití y Chile ¿Qué pensamiento se te viene a la cabeza?

“Después de eso lo que te hace crecer es ayudar, la mejor forma de sentirte bien contigo mismo es hacer que el otro sufra menos. Eso es lo que hay que transmitir a la juventud; la vida no es fácil, la vida es todos los días una cancha de obstáculos, y no se debe luchar contra el otro, sino ayudarle, con quien debes luchar es contra ti mismo, esa es la política de trabajar en equipo”. ¿Después de todo eso, como prosiguió tu carrera?

“Bueno, llegué al grado de general, ocupando el cuarto lugar entre los generales a nivel nacional, siendo mi último cargo el de Director nacional de personal, que ejercí hasta mi retiro en el 2018”.

Y luego de su retiro, ¿Qué hace Rafael Jiménez?

“Ahora me dedico mucho a las plantas y árboles; con toda esta deforestación, contaminación y cambio climático, es necesario dejar algo a las nuevas generaciones; también coopero con los vecinos en temas de autocuidado y seguridad”. ¿Entonces seguiremos sirviendo?

“Es lo que he sido siempre, un servidor. Seguir así es lo que me motiva a levantar-

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me por la mañana y a hacer cosas; y si lo que hago le es útil a los demás, entonces ha sido un tiempo bien aprovechado. No creo que uno pueda retirarse de eso nunca, todavía tengo muchas cosas por hacer”. ¿En estos 33 años yendo y viniendo de Curacaví, en qué ha cambiado la comuna?

“Sinceramente creo que lo único que ha cambiado en nuestra comuna han sido los modelos de los vehículos; mientras que se ha retrocedido en naturaleza.

Hoy tenemos palmetas en las veredas, pero a costa

“Sinceramente creo que lo único que ha cambiado en nuestra comuna han sido los modelos de los vehículos; mientras que se ha retrocedido en naturaleza...” de haber cortado los árboles que no crecen de un día para otro y que son un pulmón, entonces está faltando más conciencia, estar en terreno y conocer a las personas.

Es importante conocernos de verdad, porque cada uno tiene una fortaleza distinta, y al ponerlas todas a trabajar generas comunidad, se integra el trabajo

en equipo; las fortalezas de los que viven en el campo, en el centro, en las villas.

Debemos aprovechar la experiencia del adulto mayor y la energía del joven; transmitir lecciones aprendidas.

En Chile tenemos una disociación, tenemos radicalismo, tenemos blanco y negro. Cuando sales al mundo eso queda de lado

y solo funciona un solo norte: el equipo. Ya no existe eso de ser de un lado o del otro, eso se olvida y se genera sinergia. Allá en Haití era mayor el servicio a la comunidad que el personal. Darse cuenta de eso es lo que nos está faltando acá. Todavía tenemos mucho por hacer y aprender”.

Curacavíve 21

años después Reportaje y Fotografías Luis Sakurada

H

an pasado casi cuarenta años desde que caminé por última vez un largo camino donde una citroneta nos dejó al final de una ruta de tierra. Desde

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ese sector, lugar de partida de la caminata donde llega un gran número de peregrinos se inicia realmente la dramática peregrinación para cumplir sueños, promesas y milagros,

para hacer la ruta a pie al santuario en el desierto más seco del mundo. El santuario de la Virgen de Las Peñas, se ubica a unos 95 Km de Arica (18°32’48.14”S 69°45’35.51”O ) y a una al-

tura de aproximadamente 1600 msnm, ha sido un lugar de devoción desde hace unos doscientos años. La ruta en vehículo recorre el imponente y verde valle de Azapa, oasis en medio

del desierto, regado por el río San José hasta un sector de estacionamientos.

Se estima que unas 50 mil personas asisten cada año en las dos fechas en que se realiza la peregrinación,

primer domingo de octubre (fiesta grande) y 8 de diciembre (fiesta chica), en su gran mayoría para cumplir con mandas o para pedir favores a la Virgen.

En diciembre del año 2019 23

decidí volver a recorrer esos caminos, algo muy íntimo me impulsó, no sabía como mi estado físico se comportaría frente a ese desafío, no obstante que 24

el estacionamiento actualmente está más cerca del santuario que hace 40 años. El recorrido completo de ida y regreso es de unos 30 Kms, que se recorren en

unas 3.5 horas.

Decidí partir temprano en la madrugada de un sábado para evitar caminar bajo el implacable sol del desierto. Microbuses y ta-

xis colectivos recorren día y noche durante los 3 días de fiesta la distancia que separa la ciudad hasta el estacionamiento en el sector denominado Chamar-

cusiña, lugar donde parte el verdadero peregrinaje.

Llego a ese sector aproximadamente a las 7 de la mañana. Me encuentro con una serie de puestos

de abastecimiento con bastones para la caminata, linternas y gorros.

Se siente el olor a tierra humedecida, de las diferentes cocinerías donde se 25

sirven desayunos y almuerzos para los peregrinos, y el frio del desierto comienza poco a poco a retirarse.

Aparecen tras las montañas los primeros rayos de sol 26

entregando hermosos colores que tornan las piedras y paredones de la quebrada de tonos cálidos.

Existen dos rutas en un tramo del camino, una bor-

deando el río San José, pasando por angostos puentes de madera, y otra a través del borde de la quebrada.

A lo largo del camino se

observan varios puntos de abastecimiento y descanso donde puede encontrarse agua embotellada y algunas frutas como naranjas y plátanos. Quienes atien-

den estos puestos, pernoctan en el lugar soportando el intenso frío nocturno del desierto y el calor implacable del día.

Durante el trayecto se ob-

servan apachetas, montículos de piedra que dejan los caminantes, en algunos casos mezclados con la tradición católica, tal vez para dejar alguna ofrenda 27

a la Pachamama (Madre Tierra) o a los Apus (Dioses de las montañas) o simplemente para arrojar lejos el cansancio de la caminata.

Tras largos minutos de caminata en silencio, junto al sonido de un suave viento cortando mi paso, roto a veces por el sonido de las pisadas sobre los guijarros, el sonido del agua del río, llego a una bifurcación del camino, donde se elige entre ir por los cerros o bordeando el río. Mi elección fue recorrer el primero.

Al final de ese trayecto hay un sector conocido como bajos de Humagata, lleno de cruces, recuerdo a los Peñeros, como se les denomina a los socios de las agrupaciones o a quienes han bailado y han fallecido.

El primer gran punto de descanso es el lugar llamado Humagata, donde tengo la oportunidad de conversar con algunos peregrinos mientras me doy un respiro. Me siento en un viejo tronco junto un horno de barro donde se hornea pan amasado. A mi lado se sienta una famiia compuesta por 3 mujeres, quienes me comentan que van a pagar una manda por un familiar que sufrió el año anterior un accidente y a quien los médicos le dijeron que no volveria a caminar.

Pasados unos meses y luego que prometieran como famila hacer la peregrinación por su recuperación, su familiar comenzó a caminar. Es inmensamente emocionante escuchar 28

la convicción con la que comentan su historia de vida. En el trayecto se observa a personas de distintas edades y condiciones físicas. Yo sólo espero que el dolor de rodilla a causa de problemas de meniscos me permitan llegar al destino.

Humagata es un pequeño poblado abandonado que se encuentra aproximadamente a mitad de camino entre el estacionamiento y el poblado de Livircar. El templo fue erigido en nombre de Santiago Apóstol, y es mencionado por primera vez en documentos del siglo XVII.Del antiguo templo se conservan sus muros de adobe, portada de piedra y en su interior, el muro del testero que contiene restos de pintura mural.

Ya cerca del pueblo, retumban en la quebrada el sonido de las bandas que acompañan a las comparsas, bombos y bronces, muestra que ya estoy cerca, incentivo para recargar con las últimas fuerzas y aliento para completar la distancia final que nos separa para llegar a la iglesia.

Llegando al pueblo cerca de medio día, me encuentro con las primeras

personas acampando cerca del río. A la entrada se observan varios puestos de venta de artículos religiosos que son adquiridos por los peregrinos para ser bendecidos. Otros caminan rápido, con sus coloridos trajes, pregunto y me indican que a medio día hay una ceremonia en la iglesia, para dar inicio a los festejos.

Uno poco más adelante, con la satisfacción de haber llegado al objetivo, me llama profundamente la atención una señora, de unos 80 años, descansando en la puerta de una casa. El bastón en su mano me parece indicar que hizo el recorrido a pie (los vendían en el estacionamiento), no a lomo de caballo, una muestra más de

devoción, sacrificio y fe.

Más adelante nos encontramos con el Calvario del Santuario, lugar donde los peregrinos dan las primeras señales de agradecimiento por haber llegado

a destino y donde las agrupaciones realizan su primer saludo antes de presentarse frente a la Chinita.

Ya en la Iglesia, lo primero que veo desde la puerta es la imagen de la virgen

que está tallada directamente sobre la roca y mide aproximadamente medio metro. Se afirma que la imagen cada año crece un centímetro y que inicialmente fue del tamaño de 29

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una paloma. Para confirmar esta aseveración se dice que existen los ropajes con que se le vestía, algunos son del siglo pasado y estos no medirían mas de 20 centímetros. Existen varias leyendas que dicen relación con el origen del culto, por lo que invitamos a los interesados a buscar en internet para conocer más al respecto.

Si bien el origen del santuario se pierde en la nebulosa del tiempo, se supone que este tradicional lugar de devoción popular tendría casi doscientos años. Algunas versiones señalan que en 1700 ya había santuario, lo cierto es que desde 1840 ya existen referencias oficiales. La iglesia data de 1910.

Ya en la Iglesia, aprovecho el momento de observar a los asistentes, y no obstante que no soy creyente, me emociona ver la devoción con la que las personas que bailan y asisten se presentan ante la Chinita, como se la llama cariñosamente. A un costado, una pequeña puerta permite el acceso de quienes quie-

ren pasar frente a la virgen y bendecir algún artículo llevado por ellos o imagen religiosa comprada a la entrada del pueblo. La fila no es corta y los tiempos de espera en ese momento era de aproximadamente una hora bajo el ya intenso sol.

Justo al medio día se realiza una ceremonia que da inicio a las actividades de la fiesta chica, con la participación de todas las agrupaciones y asistentes.

Parte con una bendición a cargo del padre, canto del himno nacional y palabras del Alférez.

Llega el momento del camino de retorno cerca de las 14 hrs, mentalizándonos de los 15 km que nos separan del estacionamiento. El objetivo es llegar antes del anochecer. Descansé una vez más por Humagata, siempre con gran número de personas descansando, ya sea en el camino de subida o bajada. Ya en el sector denominado bajos de Humagata decido esta vez realizar el camino de retorno a través del borde del río. Como un recordatorio que todo en la vida para lograr un objetivo debe ser hecho con sacrificio, recorro varios kilómetros sorteando las piedras de río y cruzando estrechos puentes de madera. La luz de atardecer nos deleita pintando de hermosos colores los escarpados murallones. A toda hora se mantiene el incesante ir y venir de gente, algunos con sus hijos pequeños en brazos, gente adulto mayor, jóve-

“Si bien el origen del santuario se pierde en la nebulosa del tiempo, se supone que este tradicional lugar de devoción popular tendría casi doscientos años”

nes, niños con sus padres de todas las condiciones físicas.

Sin duda, este tipo de festividades religiosas enriquece el acervo cultural de nuestro país, transmitiéndose de generación en generación. Esta peregrinación parece llevarte a un lugar fuera de este tiempo y que por su belleza vale la pena conocer alguna vez en la vida. Es un lugar lleno de magia y de fe.

Curacavíve 31

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La Portada de Gabriel Lo invitamos a visitar un hermoso espacio rústico lleno de nostalgia. Podrá apreciar:

Antigüedades, Plantas y Artesanías

Viernes, Sábado y Domingo La Portada-Parcela 32 - Cuyuncaví Alto-Curacaví - Contacto : (9)54105769

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Archivo Fotográfico Digital de Curac poner en valor

Natalia Flores Betsy Cabezas ¿Quiénes son ustedes?

Somos un equipo compuesto por Betsy Cabezas, Bibliotecóloga, egresada de la Universidad de Playa Ancha y actualmente residente en la ciudad de Curacaví, y Natalia Flores, Profesora de Historia, egresada de la Universidad Adventista de Chile y residente en la ciudad de Cauquenes, Región del Maule. Ambas cursamos el Magíster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural en la Universidad de los Andes. ¿De qué se trata este proyecto?

El proyecto del Archivo Fotográfico Digital de la comuna de Curacaví busca hacer un levantamiento y relevamiento de los archivos fotográficos familiares de los habitantes de la localidad, para poner en valor y conocimiento público las personas que conforman la ciudad, sus familias, valores y tradiciones que se han perpetuado a través del tiempo en el territorio.

Comúnmente nuestra historia nacional ha elevado a la categoría de héroes o grandes personajes a algunas personas que, por tradición, han aparecido una y otra vez a lo largo del tiempo ocupando este sitial sin siquiera reflexionar al respecto del por qué son ellos. De éstos se erigen monumentos recordatorios en lugares visibles de la ciudad como plazas y calles principales. Sin negar los méritos que de ellos se relevan, esta visión ha omitido tácita y formalmente a otros quienes aportan desde la base del tejido social con gestas tanto o más heroicas, construyendo un país con 34

esfuerzo, perseverancia y entrega.

Un ejemplo de ello lo constituyen la gran mayoría de las mujeres de Chile que luchan día a día por “sacar adelante” primero a sus hijos, luego nietos y hasta bisnietos. Aportan con trabajo inmenso, valores, tradiciones y hasta oficios que han perpetuado la memoria familiar y local. Este proyecto propone dar a conocer la historia de las personas y proyectarla a generaciones futuras, así como también poner en valor a quienes han construido la cuidad de Curacaví, potenciando la identidad local, la autoestima y pertenencia de sus habitantes. En este sentido, la fotografía familiar, es un medio notable para lograr este propósito. ¿Cómo pueden colaborar las personas de la localidad?

Estamos realizando una convocatoria para que las personas compartan sus fotografías familiares, las que serán digitalizadas y documentadas por nuestro equipo, en el trascurso de una entrevista. El proceso será registrado y formalizado por medio de un documento o Consentimiento Informado donde se detalla el día de la recepción, la cantidad de fotografías y la firma tanto de las investigadoras y recolectoras, como del propietario.

Luego de la digitalización, las fotografías serán devueltas a sus propietarios. ¿Qué recibirán a cambio de ayudarles?

A las personas que colaboren con sus fotografías se les entregará una copia digital de sus fotografías en buena resolución, además de un material informativo para que puedan conservar en mejor estado sus fotografías. Las fotografías originales se entregarán en sobres libres de ácido especiales para la conservación a largo plazo.

Los propietarios de las fotografías serán debidamente identificados y reconocidos en la plataforma digital donde se subirán posteriormente, relatar la historia que cada persona tiene y se refleja por medio de los archivos fotográficos, además de poder aumentar la pertenencia e identidad individual con Curacaví.

Se creará un sitio web donde se alber-

garán todas las fotografías recolectadas. Finalmente, todo lo realizado es para dar a conocer a los habitantes de Curacaví y al resto del mundo la identidad e historia de este territorio, que sabemos es mucho más que un lugar de paso, donde se encuentran los mejores pasteles y chicha. ¿Cómo pretenden financiarlo?

Hay diversas estrategias para poder obtener los recursos asociados al proyecto; pero, ninguna incluye lucro con las fotografías recolectadas con la comunidad. En esta primera fase de colaboración, el único financiamiento que se necesita es la voluntad de los curacavininos y curacavininas para que sea concretado, sin la voluntad de ellos no se puede hacer nada.

En esta etapa estamos trabajando en la presentación del proyecto a fondos concursables para poder realizar una exposición e idealmente un libro, en este proceso estamos trabajando en conjunto con la Fundación Procultura. ¿Qué pasará cuando tengan su grado académico?

Todos los esfuerzos están enfocados en que el conocimiento debe ser compartido y para todos, por esto mismo la Fundación Procultura nos ha dado directrices de trabajo para no perder el registro si el día de mañana una de nosotras no está.

Por otro lado, la digitalización de fotografías serán albergadas en el Fondo Ilonka Csillag de la Biblioteca Nacional, lugar donde serán preservadas

caví, proyecto cultural que pretende a la comunidad

Una de las primeras generaciones del Liceo Curacaví, propiedad de Don José Manuel Ponce digitalmente a largo plazo y podrán ser visualizadas por una mayor cantidad de personas, no solo en el sitio web oficial que estamos preparando para este proyecto sino que en otras plataformas orientadas a la educación y conocimiento.

Nuestra meta es que sea algo comunitario, no particular, no de uso privado ni menos lucrativo. ¿Qué es la Fundación Procultura?

Es una organización sin fines de lucro que realiza proyectos enfocados en el rescate de la cultura a través de la generación de vínculos con las comunidades para que se sientan orgullosos de su identidad, de su tierra, sus costumbres y por supuesto su historia.

Han sido muy generosos en compartir la metodología de trabajo de recopi-

lación de fotografías, desde la sensibilidad, el trabajo en terreno y el ámbito legal. Además, han otorgado el apoyo como Fundación para postular a proyectos culturales. ¿Cuál es el rol de la Biblioteca Nacional?

Cómo mencionamos anteriormente, todas las fotografías que recopilemos serán resguardadas en el Fondo de Ilonka Csillag, quien fundó la Fundación Procultura, es decir, en esencia este fondo refleja los ideales de preservar y proteger a cada una de las personas que desde el día a día han construido la historia. Es así que queremos resaltar que la Biblioteca Nacional da la posibilidad de dar acceso en línea a todos los usuarios e investigadores sin ningún costo.

¿Cuáles son sus canales de comunicación?

Hemos creado cuentas en las redes sociales. En Facebook nos encuentran como Memoria Fotográfica Curacaví; en Instagram @memoriafotograficacuracavi; además se pueden comunicar con nosotros por correo electrónico en: patrimoniocuracavi@gmail.com; y finalmente nuestro WhatsApp +56975941402.

Los invitamos a participar de la construcción de la memoria visual de Curacaví junto a nosotras, a conocernos y a conocer nuestro pasado e identidad local.

Curacavíve 35

ESTE ES NUESTRO TIEMPO, TIEMPO DE

36

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de

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A BR A L A ERAN

Querida Comunidad Con alegría y esperanza en el Señor les Saludo deseando que la paz y bien sean con ustedes y sus familias.

En estos tiempos en que enfrentamos una prueba de vida deseamos invitarlos a vivir en la confianza de que las dificultades que en estos momentos enfrentamos nos ayuden a fortalecernos y regresar a una nueva

normalidad conscientes de ser mejores seres humanos y dignos hijos de Dios.

Durante este pasado mes hemos celebrado nuestras fiestas patrias, sin duda de una forma muy diferente a como lo hacíamos habitualmente, seguramente al interior de nuestras familias y sin olvidar los grandes desafíos que tenemos como país.

Este último fin de semana

de septiembre la iglesia chilena nos invita a realizar tradicionalmente la “Oración por Chile”, que tiene por objetivo unirnos en oración por nuestra patria y en este contexto oramos muy especialmente por las familias de nuestro país que han perdido a sus seres queridos, con ellos esta nuestro corazón y para ellos pedidos consuelo, también oramos por quienes atraviesas dificultades económicas, de convivencia, de falta de trabajo. Oramos por tantas familias que durante todo este tiempo han estado distanciadas y por quienes salen de sus hogares a trabajar con la preocupación de regresar a ellos sanos. A todos ellos nuestra oración comprometida. Como ya la comunidad sabe cada jueves a las 21:00 nuestra parroquia junto a los adoradores se une en permanente oración por quienes

en nuestra comuna se encuentran enfermos pidiendo para ellos la salud del cuerpo y del espíritu.

Muy especialmente queremos orar para pedir al Señor nos acompañe en dos grandes acontecimientos que marcaran nuestro acontecer nacional este mes de octubre, uno de ellos es el plebiscito y el otro el penoso recuerdo del estallido social ocurrido hace un año atrás. Pedimos con fe al Señor y a Nuestra Señora del Carmen nos acompañen y podamos como nación abrir caminos de dialogo, encuentro y paz en la búsqueda del bien común y en la construcción de un país.

Junto a estas intenciones, quisiera invitarlos a reflexionar en el importante rol de los jóvenes en nuestra sociedad. “Según una encuesta realizada por Global Shapers a menores de 30 años, más del 50% de la

población mundial tiene menos de 30 años, pero sus opiniones no son tenidas en consideración cuando se toman decisiones importantes. En la mencionada encuesta se preguntó a los jóvenes por sus preocupaciones y sus prioridades fueron las siguientes: • La prioridad número uno es tener mejores oportunidades laborales con un 35% de los participantes.

• Tener una educación mejor, fue la prioridad número dos, para un 26% de los encuestados.

• Proteger el planeta y los recursos naturales, está en el tercer puesto con un 16%”. https://www.educo. org/Blog/El-importante-papel-de-los-jovenes-en-la-sociedad Que profundamente importante y bello es considerar a los jóvenes como una opción preferencial 37

en nuestras decisiones institucionales, comunales y gubernamentales. Quisiera compartir con ustedes 38

la reflexión hecha por Don Pablo León, miembro de nuestro Consejo Administrativo Parroquial en nues-

tro Boletín de la Esperanza del mes de septiembre en que nos decía: “Vemos con mucha preocupación

“Vemos con mucha preocupación que en nuestra Parroquia hay una gran sequía de jóvenes, desde hace ya bastante tiempo”

que en nuestra Parroquia hay una gran sequía de jóvenes, desde hace ya bastante tiempo. Tene-

mos mucha gente mayor trabajando con gran dedicación y amor por nuestra Parroquia. Son como

pozos a los que siempre les podemos pedir un poco más, podemos ahondar un poco más, pero que al39

“Necesitamos jóvenes que participen, de esos que incomodan con sus preguntas, que nos interrumpen impertinentes, que meten bulla, que aportan sangre nueva, ideas nuevas, vida nueva”.

gún día se van a agotar… ¿Dónde están los niños que hicieron su primera comunión? ¿Dónde están los confirmados? ¿Participan activamente en la Parroquia? ¿Les hemos dado espacio o les hemos encargado tareas importantes?

No hablamos de que participen dos o tres más, hablamos de la necesidad de 40

incorporar una generación completa, una que tome el relevo.

Necesitamos jóvenes que participen, de esos que incomodan con sus preguntas, que nos interrumpen impertinentes, que meten bulla, que aportan sangre nueva, ideas nuevas, vida nueva.

¿Cuántos de ustedes son pedagogos? ¿Cuántos tienen larga experiencia enseñando? Tienen las herramientas y conocimientos para despertar y atraer a los jóvenes.

Propongamos ideas, dennos tareas para hacerlas entre todos. ¿De qué sirve dejar para las próximas generaciones un templo hermoso pero vacío?”

Esta es la gran inquietud que quisiera plantearles ¿Cómo abrimos espacios a nuestros Jóvenes? ¿Cómo acogemos sus inquietudes y preocupaciones?

Me llena de esperanza ver que en nuestra comuna los jóvenes se preocupan por los más vulnerables, ver como se organizan para ayudar en iniciativas solidarias y ecológicas, como se preocupan por una educación de mejor calidad. Sin duda ellos y ellas son “Nuestra Esperanza”.

Quiero pedirles a todos que recemos por ellos, que los tengamos presentes en

nuestras mentes y corazones y reconozcamos en ellos el potencial para construir y aportar en nuestra sociedad.

Nuestra parroquia quiere ser un espacio de acogida para los jóvenes y sus iniciativas, estamos acompañando a nuestros jóvenes de confirmación y de pastoral juvenil, con ellos queremos avanzar en el conocimiento del Señor y en el servicio a los más necesitados.

Nuestros jóvenes están caminando y tienen iniciativas hermosas como su próxima campaña “Ayudemos a nuestros abuelitos y seamos una esperanza joven para ellos” Queridos hermanos una comuna, un país una iglesia que no incluye a los jóvenes en sus decisiones está destinada a secarse como un pozo que no se renueva. Les invito a poner nuestra mirada en nuestros jóvenes a construir integrando sus opiniones, sueños y esperanzas de esta forma garantizaremos el futuro.

De esta misma forma nuestra iglesia diocesana, nos invita este mes a celebrar el Mes de la Familia, nuestra Pastoral Familiar Diocesana está preparando el Encuentro Diocesano de la Familia del cual le invitaremos a participar a través de nuestras plataformas digitales, en este tiempo es cuando más necesitamos fortalecer nuestra vida familiar, encontrando en ella la fortaleza para superar las dificultades y hacer de ella un espacio privilegiado de fe, amor, fraternidad, encuentro, dialogo y paz valores con los cuales podremos renovar nuestra ESPERANZA. Con Afecto reciban la Bendición de Dios Padre Hijo y Espíritu Santo.

P. Alex Ponce Pinto Párroco Ntra. Sra. del Carmen Curacaví

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