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Rey de Shirataki ............................................................................ 38/39
El Japón está profundamente enraizado en su religión de origen, el shintoismo. El Buddhismo, venido de la India, ha jugado, no obstante, un papel muy importante, tanto en el plano social como cultural o religioso. La historia del buddhismo se divide en tres períodos: la primera enseñanza, llamada Hinayana, es un sistema exotérico simple y se dirige al pueblo en general; la segunda, llamada Mahayana, es una síntesis esotérica propagada por Nagarjuna; la tercera, el Vajrayana, fue fundada por el monje Asanga. Está formada por los yoga-sutras del Patajanli y preceptos Mahayanistas. El buddhismo esotérico tuvo muchos centros de difusión. El primero fue Nalanda, en el norte de la India; esta universidad albergó casi 40.000 monjes. Gracias a algunos misioneros chinos e indios, la tradición secreta se concentró en China, en la capital de los T'ang, en él gran monasterio de TahsingShan.
Al fin, tras un cierto declive en la India y en China, la tradición se repartió por el Japón, por el intermedio del maestro Kukai.
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Así, desde el nacimiento del Buddha, pasando por Nagarjuna, la tradición del buddhismo esotérico se perpetuó hasta el maestro Kukai que fue en el Japón el último depositario de la doctrina secreta del buddhismo. Es necesario haber estudiado y practicado las enseñanzas de esta doctrina, haber visitado los altos lugares de su difusión, para darse cuenta de la grandeza innegable del maestro Kukai, que marcó con una huella indeleble la cultura y el espíritu japonés.
El maestro Kukai nació en el año 774, en Byobu-Ga-Ura, en la magnífica isla de Shikoku.
Su nacimiento tuvo lugar en una gran familia real. En efecto, su padre, Ataeghi-Saeki, tuvo como ancestro un emperador, y su madre Tamayori, enseñó medicina. Esta rica familia contribuyó a dar al joven Kukai una completa y perfecta educación, lo que no le impidió en forma alguna entregarse toda su vida al servicio de los pobres y de los numerosos desheredados de la época. Desde muy joven asombraba a su familia y a sus amigos por un espíritu de excepcional lucidez, así como una inteligencia muy avanzada en relación a los niños de su edad, unida a un corazón pleno de compasión. Hacia los seis años inició estudios serios sobre la filosofía de Confucio, por la cual se sentía considerablemente atraído.
Podemos atribuir esta atracción a su medio familiar y en particular a su tío OtoOtari, que era un sabio erudito de la doctrina de Confucio. Pero Kukai tenía hacia Confucio lazos espirituales mucho más profundos, que no dependían de ninguna influencia exterior y de la cual Kukai conservó a lo largo de toda su vida una huella profunda. Estudios tales como el Jukyo confucionista le aportaron las bases necesarias para la elaboración de un trabajo particular sobre la educación, ya que Kukai era, ante todo, un gran instructor en todos los dominios, tanto en el arte como en el espíritu.